martes, 19 de septiembre de 2023

Pequeñas Semillitas 5428

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5428 ~ Martes 19 de Setiembre de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy, Jesús mismo te invita a acercarte más a él para profundizar la riqueza de su persona y dejarlo entrar en tu vida con nueva luz y alegría. Aquí tienes una breve síntesis para ayudarte a dar una respuesta a la pregunta del Señor: “¿Quién dices que soy yo para ti?”
Si me abrasa la fiebre, tú eres la fuente que refresca; si me oprimen las culpas, tú rompes mis cadenas; si necesito ayuda, tú eres mi fuerza y mi poder; si tengo miedo a la muerte, tú eres la vida; si deseo el cielo, tú me señalas el camino; si huyo de las tinieblas, tú eres mi luz; y si me falta alimento, tú eres el Pan vivo.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1Tim 3,1-13
 
Salmo: Sal 100, 1-2ab. 2cd-3ab. 5. 6
 
Santo Evangelio: Lc 7,11-17
En aquel tiempo, Jesús se fue a una ciudad llamada Naím, e iban con Él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores». Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y Él dijo: «Joven, a ti te digo: levántate». El muerto se incorporó y se puso a hablar, y Él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». Y lo que se decía de Él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.
 
Comentario:
Hoy, dos comitivas se encuentran. Una comitiva que acompaña a la muerte y otra que acompaña a la vida. Una pobre viuda, seguida por sus familiares y amigos, llevaba a su hijo al cementerio y de pronto, ve la multitud que iba con Jesús. Las dos comitivas se cruzan y se paran, y Jesús dice a la madre que iba a enterrar a su hijo: «No llores» (Lc 7,13). Todos se quedan mirando a Jesús, que no permanece indiferente al dolor y al sufrimiento de aquella pobre madre, sino, por el contrario, se compadece y le devuelve la vida a su hijo. Y es que encontrar a Jesús es hallar la vida, pues Jesús dijo de sí mismo: «Yo soy la resurrección y la vida» (Jn 11,25). San Braulio de Zaragoza escribe: «La esperanza de la resurrección debe confortarnos, porque volveremos a ver en el cielo a quienes perdemos aquí».
Con la lectura del fragmento del Evangelio que nos habla de la resurrección del joven de Naím, podría remarcar la divinidad de Jesús e insistir en ella, diciendo que solamente Dios puede volver un joven a la vida; pero hoy preferiría poner de relieve su humanidad, para que no veamos a Jesús como un ser lejano, como un personaje tan diferente de nosotros, o como alguien tan excesivamente importante que no nos inspire la confianza que puede inspirarnos un buen amigo.
Los cristianos hemos de saber imitar a Jesús. Debemos pedir a Dios la gracia de ser Cristo para los demás. ¡Ojalá que todo aquél que nos vea, pueda contemplar una imagen de Jesús en la tierra! Quienes veían a san Francisco de Asís, por ejemplo, veían la imagen viva de Jesús. Los santos son aquellos que llevan a Jesús en sus palabras y obras e imitan su modo de actuar y su bondad. Nuestra sociedad tiene necesidad de santos y tú puedes ser uno de ellos en tu ambiente.
* Rev. D. Joan SERRA i Fontanet (Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Jenaro (o Genaro)
Fue obispo de Benevento (Campania, Italia). A principios del siglo IV, hacia el año 305, durante la persecución de Diocleciano, sufrió el martirio juntamente con otros seis cristianos en Pozzuoli, cerca de Nápoles, donde se le tiene una especial devoción. Tenemos pocos datos históricos de su vida. Según la tradición, después de que sufriera en vano otros tormentos, fue decapitado en el estadio de Pozzuoli, y su sangre, recogida en dos ampollas, fue trasladada a Nápoles junto con el cuerpo del santo. El culto a san Jenaro se ha acentuado por el fenómeno, atestiguado desde finales del siglo XIV, de esa sangre que se licua normalmente cuatro veces al año en diversas fechas.
Oración: Tú que nos concedes, Señor, venerar la memoria de tu mártir san Jenaro, otórganos también la gracia de gozar de su compañía en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Santoral Católico:
San Alonso de Orozco
Presbítero
Nació en Oropesa (Toledo, España) el año 1500; su padre era gobernador del castillo local. Entró en la Orden de los Ermitaños de San Agustín, y profesó en manos santo Tomás de Villanueva en 1523. Ordenado sacerdote, fue destinado al ministerio de la predicación. Ejerció varios oficios en su Orden, de la que fue reformador. En 1549 se embarcó para la evangelización de México pero, por enfermedad, tuvo que regresar a la península desde las Islas Canarias. En 1554 el emperador Carlos V lo nombró predicador real y desde entonces su vida estuvo vinculada a la Corte, también con el rey Felipe II. Desde el noviciado, padeció una grave prueba de escrúpulos. Vivió en la mayor pobreza y obediencia, y atendió con la misma dedicación a toda clase de personas. Murió en Madrid el 19 de septiembre de 1591. Fue canonizado por san Juan Pablo II el año 2002.
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Pensamiento del día
«Aunque esté lleno de baches y piedras y tenga infinidad de curvas, aunque vaya por colinas y valles y sean frecuentes las pendientes, aunque sea estrecho y sin césped, unas veces polvoriento, otras lleno de barrizales, voy por él siguiendo tus huellas, soñando utopías, buscando sombras, anhelando metas, disfrutando la experiencia. Y Tú, que vas por delante, te me revelas y ofreces cada día como Camino, Verdad y Vida.»
(Florentino Ulibarri)
 
Tema del día:
15 promesas de la Santísima Virgen
para quienes recen diariamente el Rosario
1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida (siempre que sea conveniente para su alma).
 
2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
 
3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.
 
4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!
 
5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.
 
6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.
 
7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.
 
8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.
 
9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.
 
10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.
 
11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
 
12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
 
13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.
 
14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
 
15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El Señor, en el camino del Calvario, cayó por tierra tres veces, pero se levantó. A pesar de lo tremendo del sufrimiento y de la ingratitud, los insultos y los castigos, se levantó, quiso levantarse.
También nosotros debemos aprender del Señor, porque lo importante no es tanto el no caer, sino el levantarse de cada caída.
En el Cielo nos sorprenderemos de ver a muchos, muchísimos santos, que lo fueron no tanto porque no hayan caído nunca, sino porque siempre se levantaron, perseveraron una y otra vez sin quedarse en el suelo, en el barro del pecado. Por eso el Señor nos dice en su Evangelio que quien persevere hasta el fin, se salvará.
Mientras estamos en este mundo, somos pecadores y podemos caer. Es más, es casi seguro que caeremos. Pero no debemos quedarnos en el suelo, o por desesperación entregarnos a más y mayores pecados. ¡No! Sino que debemos levantarnos con una sincera y completa confesión, y hacer el propósito de no volver a pecar. Y aunque toda nuestra vida sea un continuo caer y levantarnos, con el tiempo venceremos y alcanzaremos el Cielo, porque muchos bienaventurados están en el Paraíso porque no se cansaron de levantarse.
 
Recordando al Padre Natalio
Alegría y gozo
Te ofrezco hoy un ramillete de frases de los salmos unidas entre sí por el tema de la alegría. El salmista la solicita al Señor, la agradece cuando inunda su corazón, y la goza íntimamente unido al Dios de quien procede la alegría y la paz interior. Aquí, pues, tienes una buena sugerencia para orar con fragmentos de la Biblia asociados en torno a una idea aglutinante.
 
Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor (86). Te doy gracias, Señor, porque has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino. En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque tú solo me haces vivir tranquilo (4). El Señor es mi fuerza y mi poder, él es mi salvación; y sacaré aguas con gozo de la fuente de salvación (Isaías 12). Señor, porque confío en ti, alegra mi corazón con tu auxilio, y cantaré y tocaré para ti, por todo el bien que me hiciste (13). A la sombra de tus alas canto con júbilo, mi alma está unida a ti y tu diestra me sostiene (63).
 
Defiende, pues, y cultiva la alegría. La risa y el buen humor te liberarán de aquella lúgubre seriedad que vuelve los problemas pesados como el plomo, te liberarán además de la triste inquietud cotidiana. La risa y el buen humor crean espacios nuevos para alegrías desconocidas. Es un precepto de Dios estar alegres: “Estén siempre alegres” (1 Tes. 5,16).
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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