domingo, 13 de agosto de 2023

Pequeñas Semillitas 5391

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5391 ~ Domingo 13 de Agosto de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy se realizan en Argentina las elecciones primarias que definirán quiénes serán los candidatos que en Octubre competirán por la Presidencia de la Nación.
Nuestra patria está sumida en una de las crisis más graves y profundas de toda su historia, generada por la conjunción de varios factores: gobernantes incapaces, corruptos y ladrones, que saquean la Nación sin el más mínimo sentido de remordimiento por sus deleznables acciones; deterioro profundo de la educación, la salud y el trabajo; crecimiento de la actividad del narcotráfico que lleva la droga especialmente a los más pobres y marginados generando como consecuencia un estado de inseguridad con alto índice de hechos delictivos y criminalidad en aumento; y todo esto (se podrían agregar más cosas) en medio de una actitud general de la población que fluctúa entre la resignación y la indiferencia…
Hoy invocamos la protección de Dios y de nuestra Madre, la Virgen de Luján, para que Argentina pueda salir de esta profunda crisis y retomar el camino de grandeza con trabajo, honestidad, seguridad y progreso, como lo soñaron los próceres que construyeron la Nación.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1Re 19,9a.11-13a
 
Salmo: Sal 84, 9ab-10. 11-12. 13-14
 
Segunda Lectura: Rom 9,1-5
 
Santo Evangelio: Mt 14,22-33
Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a la gente. Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo. Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario.
De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!». Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua». Él le dijo: «Ven». Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame». En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?». En cuanto subieron a la barca amainó el viento. Los de la barca se postraron ante Él diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios».
 
Comentario:
Hoy, la experiencia de Pedro refleja situaciones que hemos experimentado también nosotros más de una vez. ¿Quién no ha visto hacer aguas sus proyectos y no ha experimentado la tentación del desánimo o de la desesperación? En circunstancias así, debemos reavivar la fe y decir con el salmista: «Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación» (Sal 85,8).
Para la mentalidad antigua, el mar era el lugar donde habitaban las fuerzas del mal, el reino de la muerte, amenazador para el hombre. Al “andar sobre el agua” (cf. Mt 14,25), Jesús nos indica que con su muerte y resurrección triunfa sobre el poder del mal y de la muerte, que nos amenaza y busca destrozarnos. Nuestra existencia, ¿no es también como una frágil embarcación, sacudida por las olas, que atraviesa el mar de la vida y que espera llegar a una meta que tenga sentido?
Pedro creía tener una fe clara y una fuerza muy consistente, pero «empezó a hundirse» (Mt 14,30); Pedro había asegurado a Jesús que estaba dispuesto a seguirlo hasta morir, pero su debilidad lo acobardó y negó al Maestro en los hechos de la Pasión. ¿Por qué Pedro se hunde justo cuando empieza a andar sobre el agua? Porque, en vez de mirar a Jesucristo, miró al mar y eso le hizo perder fuerza y, a partir de ese instante, su confianza en el Señor se debilitó y los pies no le respondieron. Pero, Jesús le «extendió la mano, lo agarró» (Mt 14,31) y lo salvó.
Después de su resurrección, el Señor no permite que su apóstol se hunda en el remordimiento y la desesperación y le devuelve la confianza con su perdón generoso. ¿A quién miro yo en el combate de la vida? Cuando noto que el peso de mis pecados y errores me arrastra y me hunde, ¿dejo que el buen Jesús alargue su mano y me salve?
* Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Rubí, Barcelona, España)
 
Pensamiento del día 
ninguna prueba es necesaria.
Para aquellos que no creen,
ninguna cantidad de pruebas es suficiente»
(San Ignacio de Loyola)
 
Predicación del Evangelio:
Riesgo de hundirnos
Muchas parroquias en las grandes ciudades de Europa y Norte América han experimentado cambios drásticos en los últimos sesenta años. Sus templos majestuosos, que una vez cabían miles de personas cada domingo, ya quedan casi vacíos. Tenían a varios curas, que pasaban muchas horas cada semana confesando y visitando a los enfermos. Ahora el número de sacerdotes sirviendo una parroquia se ha reducido en muchos casos a solo uno. Y a veces él pasa gran parte de su día cubriendo las misas en dos o tres lugares. No es exageración decir que la iglesia contemporánea está en una situación precaria como la anticipada en el evangelio hoy.
 
Para apreciar lo que esta lectura enseña, tenemos que entenderlo como representante de la Iglesia en la segunda parte del primer siglo. La barca de los discípulos sacudida por las olas simboliza la Iglesia amenazada por los varios retos de los tiempos apostólicos. En Israel los cristianos experimentaron el rechazo creciente particularmente después de la destrucción del Templo en Jerusalén. Fueron echados de las sinagogas donde habían rezado con los judíos que no creyeron en Cristo.
 
Es cierto que los apóstoles tenían éxito evangelizando a otros pueblos. Pero también es cierto que las antiguas comunidades cristianas enfrentaban desafíos nuevos. Doctrinas falsas, la impaciencia con la demora del regreso de Jesús, y la persecución a veces severa pusieron en peligro el evangelio.
 
La lectura muestra a Jesús viniendo para rescatar su Iglesia apurada. Misteriosamente llega para calmar los elementos contrarios y asegurar a sus seguidores de su acompañamiento. Vemos algo ligeramente semejante ocurriendo hoy en día en eventos como la Jornada Mundial de la Juventud. En Lisboa el Espíritu de Jesús apoyó la fe de los millones que participaron en los eventos y aquellos que los siguieron por los medios. Particularmente la presencia del papa, el vicario de Cristo, levantó el ánimo de la gente. Aunque ya es anciano, el papa Francisco tiene un corazón tan esperanzador como lo del joven de veinte años.
 
Debemos pensar en Pedro caminando sobre el agua como imagen de los altibajos de los fieles siguiendo a Jesús. Le va bien a Pedro cuando mantiene sus ojos fijos en el Señor. Pero tan pronto que le quite los ojos se encuentra hundiéndose en las aguas caudalosas. Hoy día tenemos que mantener la esperanza en las promesas que nos hizo Jesús y la confianza en su apoyo. Con él podemos transitar aún los problemas más grandes de la actualidad. No vamos a perder el camino a pesar del acosamiento de los gobiernos, el desafecto de otros, aun las traiciones de parte de los clérigos. Pero una vez que abandonemos a Jesús como nuestra meta y nuestro apoyo, ya estamos derrotados.
 
Para mantenernos sólidos en el camino debemos enseñar su doctrina, practicar su caridad, y rezar al Padre en su nombre. Los cambios caracterizan la historia. Ahora vivimos entre cambios tecnológicos que retan nuestras ánimas. ¿Pueden la inseminación artificial cambiar nuestro entendimiento de la procreación como unión física entre un hombre y una mujer con la ayuda de Dios? ¿Pueden la inteligencia artificial cambiar nuestra vista del ser humano como la imagen de Dios? No son inevitables estos desarrollos siempre que mantengamos nuestros ojos fijos en Jesús.
-
(P. Carmelo Mele O.P.)
 
Poesía
 
Sopla fuerte Santo Espíritu.
Sopla fuerte por favor.
Que Argentina necesita
de tu Luz y de tu Amor.
 
Sopla fuerte y saca el miedo
que no deja ver el Sol.
Que esta Patria sea cristiana,
y en centro esté el Señor.
 
Sopla fuerte y danos fuerza,
que podamos trabajar.
Unidos como hermanos
con valores de verdad.
 
Sopla fuerte te rogamos,
que el Amor llegue a triunfar.
Y Argentina se libere
del yugo de Satanás.
 
Nuevo vídeo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet
referido al Evangelio de este Domingo.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde Córdoba, Argentina, la familia de Maximiliano R. agradece a Dios y a las personas que rezaron por su cirugía traumatológica del viernes, la cual resultó exitosa. Seguiremos rezando por su completa recuperación pues debe afrontar luego un tratamiento para problemas de corazón.
 
💕 Desde Córdoba, Argentina, el autor de esta página (Felipe) agradece a Dios, a la Santísima Virgen de Lourdes, al beato Fray Mamerto Esquiú y a todos los que rezaron por su recuperación del Covid. Solo resta un poquito más para que esté ciento por ciento bien.
 
Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Oración por la Patria
 
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
“Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: ‘¡Señor, sálvame!’. En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: ‘¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?’” (Mt 14, 31-33)
Lo normal en la vida es atravesar momentos de duda, momentos en los cuales nos parece que Dios está muy lejos de nosotros, si es que existe. Son los momentos decisivos, los momentos en que se pone a prueba nuestra fe. Quisiéramos que el Señor nos respondiera siempre rápidamente, que nunca tuviéramos la sensación de soledad, que Dios nos solucionara los problemas cuando nos agobian.
En cambio, la enfermedad, la decepción, el fracaso, nos hacen sentir con toda su crudeza el peso de aquella cruz que llevó Cristo sobre sus hombros y que también a él le llevó a preguntarle al Padre por qué le había abandonado.
Para salir de esta situación no hay nada como recordar los dones recibidos en el pasado, las pruebas que en tantas ocasiones Dios nos ha dado de su existencia y de su amor solícito por nosotros. Desde ahí, no nos queda más remedio que ponernos en sus manos y, pidiéndole que nos ayude, hacer como Pedro: arrojarnos al lago para hacer lo imposible: andar sobre las aguas con la ayuda de Dios. Y si sentimos que nos hundimos, que nos falta la fe, no dudemos en pedir ayuda como hizo San Pedro, aunque el Señor nos regañe por nuestra poca fe. Andar sobre el agua, símbolo de entender los planes de Dios, no nos es posible. Del mismo modo que nuestra naturaleza impide lo que permite a los peces, nuestra inteligencia se encuentra limitada para comprender los planes de Dios. Pero tener fe sí es posible. Creer sin entender, aceptar el misterio, asumir que Dios es más grande que nosotros, está a nuestro alcance, con su gracia.
(P. Santiago Martín)
 
Recordando al Padre Natalio
Como los niños
¿Cómo es un niñito? Sencillo, sincero, confiado, humilde, puro, inocente… Pienso que Jesús cuando dijo “Si no se hacen como un niño, no entrarán en el reino de los cielos”, tenía presente en su mente a una criatura descansando en los brazos de su madre. Así nos quiere el Señor por la confianza y abandono en él. La oración siguiente expresa muy bien estos sentimientos.
 
Como el niño que no sabe dormirse sin asirse a la mano de su madre, así mi corazón viene a ponerse sobre tus manos al caer la tarde.
Como el niño que sabe que alguien vela su sueño de inocencia y esperanza, así descansará mi alma segura, sabiendo que eres tú, Señor, quien nos aguarda.
 
Este breve himno es apropiado para recitar al fin del día. La imagen del niño y la madre nos lleva dulcemente a recuerdos de simplicidad e inocencia, afloja nuestras tensiones por la lucha diaria y predispone alma y cuerpo para el descanso de la noche. Que el Señor te bendiga con su paz.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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