martes, 8 de agosto de 2023

Pequeñas Semillitas 5386

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5386 ~ Martes 8 de Agosto de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Carlos Julio Torres Pastorino, fue sacerdote, escritor y periodista brasileño (1910-1980). De sus tantos escritos tomamos este que nos sirve de motivación:
«Cambia tu modo de pensar, y tendrás salud buena y estable. Deja ya de lamentarte de tus enfermedades. Las enfermedades se agravan con nuestros pensamientos negativos. ¡Aleja la enfermedad, sintiendo que te vas a sanar! ¡Tú puedes sanar completamente!»
Iniciemos entonces este día con optimismo y mucha fe...
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Núm 12,1-13
 
Salmo: Sal 50, 3-4. 5-6a. 6bc-7. 12-13
 
Santo Evangelio: Mt 14,22-36
En aquellos días, cuando la gente hubo comido, Jesús obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba solo allí.
La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino Él hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Ánimo!, que soy yo; no temáis». Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas». «¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!». Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?». Subieron a la barca y amainó el viento. Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios».
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le presentaron todos los enfermos. Le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaron salvados.
 
Comentario:
Hoy no veremos a Jesús durmiendo en la barca mientras ésta se hunde, ni calmando la tormenta con una sola palabra increpatoria, suscitando así la admiración de los discípulos (cf. Mt 8,22-23). Pero la acción de hoy no deja de ser menos desconcertante: tanto para los primeros discípulos como para nosotros.
Jesús había obligado a los discípulos a subir a la barca e ir hacia la otra orilla; había despedido a todo el mundo después de haber saciado a la multitud hambrienta y había permanecido Él sólo en la montaña, inmerso profundamente en la oración (cf. Mt 14,22-23). Los discípulos, sin el Maestro, avanzan con dificultades. Fue entonces cuando Jesús se acercó a la barca caminando sobre las aguas.
Como corresponde a personas normales y sensatas, los discípulos se asustan al verle: los hombres no suelen caminar sobre el agua y, por tanto, debían estar viendo un fantasma. Pero se equivocaban: no se trataba de una ilusión, sino que tenían delante suyo al mismo Señor, que les invitaba —como en tantas otras ocasiones— a no tener miedo y a confiar en Él para desvelar en ellos la fe. Esta fe se exige, en primer lugar, a Pedro, quien dijo: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas» (Mt 14,28). Con esta respuesta, Pedro mostró que la fe consiste en la obediencia a la palabra de Cristo: no dijo «haz que camine sobre las aguas», sino que quería seguir aquello que el mismo y único Señor le mandara para poder creer en la veracidad de las palabras del Maestro.
Sus dudas le hicieron tambalearse en la incipiente fe, pero condujeron a la confesión de los otros discípulos, ahora con el Maestro presente: «Verdaderamente eres Hijo de Dios» (Mt 14,33). «El grupo de aquellos que ya eran apóstoles, pero que todavía no creen, porque vieron que las aguas jugaban bajo los pies del Señor y que en el movimiento agitado de las olas los pasos del Señor eran seguros, (...) creyeron que Jesús era el verdadero Hijo de Dios, confesándolo como tal» (San Ambrosio).
* Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
 
Santoral Católico:
Santo Domingo de Guzmán
[Murió el 6 de agosto y su memoria se celebra el 8 del mismo mes]. Nació en Caleruega (Burgos, España) hacia el año 1171. Estudió teología en Palencia. Como sacerdote y canónigo de la diócesis de Osma, acompañó a su obispo al norte de Europa, y en aquellos viajes conoció los graves problemas de la Iglesia, los estragos que hacían las herejías, en particular la albigense en el sur de Francia, la deficiente preparación del clero, la vida poco ejemplar de clérigos y laicos. Consciente de la situación, se entregó a la predicación, y para dar mayor alcance a su tarea evangelizadora fundó, con los compañeros que se le adhirieron, la Orden de Predicadores o de los Dominicos, cuya influencia fue enorme en el siglo XIII y lo ha seguido siendo. Adoptó la Regla de San Agustín a la que se añadieron las Constituciones propias. La tradición ha unido en fraterno abrazo a santo Domingo y a san Francisco, símbolo de la comunión de sus dos familias al servicio de la Iglesia. Murió en Bolonia el 6 de agosto de 1221 y fue canonizado en 1234.
Oración: Te pedimos, Señor, que santo Domingo de Guzmán, insigne predicador de tu palabra, ayude a tu Iglesia con sus enseñanzas y sus méritos, e interceda también con bondad por nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Pensamientos del Sto. Domingo de Guzmán
«La Iglesia es enviada a proclamar el Evangelio, anunciando a Jesucristo y dando testimonio de amor fraterno».
«Con los pies descalzos salgamos a predicar [...] Tened caridad, conservad la humildad, poseed la pobreza voluntaria».
«Jesucristo nos pide proclamar la Buena Nueva con un lenguaje que haga más cercano el mismo Evangelio de siempre a las nuevas realidades culturales de hoy».
 
Tema del día:
Milagro en la JMJ de Lisboa
Esta es sin duda la historia más especial que quizá nos deje esta Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa 2023.
 
Jimena, una chica madrileña de 16 años que acudió a Lisboa con un club del Opus Dei, recuperó la vista en Fátima al comulgar, justo el día de la festividad de la Virgen de las Nieves a quien estaba haciendo una novena para pedir por el milagro de su curación.
 
La joven fue entrevistada en COPE donde ha dado testimonio del milagro ocurrido en Fátima. La chica también ha contado a través de un audio de whatsapp que ha corrido como la pólvora lo que ha ocurrido. Con 16 años, hace ya más de dos, sufrió una pérdida de visión a causa de un problema de miopía hasta quedarse solo con un 5%. «No podía usar el móvil, todo a través de audios», nos ha explicado emocionada.
 
Tras todo este tiempo sin poder recuperarse, decidieron (con sus amigas) rezar una novena a la Virgen de las Nieves, cuya festividad se celebra este 5 de agosto. «Llevamos rezando por esto un montón de tiempo y como justo coincidía con la JMJ, le pedimos a todos los jóvenes que pidieran por mi curación y hoy después de comulgar… veo perfectamente. No sé cómo explicártelo». La Eucaristía se ha celebrado tras el rezo del Rosario del Papa Francisco en Fátima, quien tras entrar en la Capilla de las Apariciones, ha venerado la imagen de la Virgen María de Fátima y se ha detenido rezando ante ella algunos instantes en silencio.
 
La joven, con sus amigas ha participado en la Eucaristía y después de comulgar… «he abierto los ojos y veo» … «En la cola de comunión estaba muy nerviosa, y cuando me he sentado en el banco me he puesto a llorar, no quería abrir los ojos… Me he emocionado y cuando los he abierto, veía, veía todo súper nítido. Veía el altar, el sagrario, tenía a una amiga a mi lado a que la veía perfectamente». Precisamente, esa amiga, que le ha acompañado toda esta JMJ ayudándole, guiándole, acompañándole… ha sido la primera que ha sido testigo de ‘su mirada’. «Me he dado cuenta hasta que ha cambiado un montón y nos hemos puesto a llorar».
 
Con 16 años, es muy consciente que esto es algo muy especial «yo me he pasado toda la misa pidiéndole mi curación, pero cuando he comulgado antes de abrir los ojos lo único que he sentido es paz». Cuando le preguntamos si ha podido hablar con sus padres, es sincera: «No hemos podido hablar porque cuando lo hacemos, lo único que nos sale es llorar. Ahora puedo buscar su nombre en el teléfono, porque ahora … veo la pantalla».
 
«Ha sido demasiado, o sea, hay que dar muchísimas gracias por el milagro porque he visto el altar, el sagrario, estaban ahí mis amigas y las veía perfectamente que estaban dos años y medio más mayores que como la recordaba y luego yo me he mirado en el espejo ya después. También estoy un poco cambiada pero eso. Y luego he leído la oración que hemos estado rezando para la novena y la verdad es que todavía leo bastante bien, no se me ha olvidado del todo, leo un poco lento pero ya iré cogiendo práctica y, bueno, estoy súper, súper contenta, o sea, de verdad muchísimas gracias a todos por haber rezado tanto porque esto ha sido una prueba de fe y, vamos, voy a llamar a todas mis hijas nieves y, vamos, el 5 de agosto es mi nuevo cumpleaños porque la Virgen me ha hecho un regalazo que no se me va a olvidar y, bueno, ahora lo que queda de la JMJ es para dar gracias, haremos una misa o una novena o algo de acción de gracias porque esto es un regalazo. Así que, bueno, muchísimas gracias a todos por haber rezado tanto por mí. Un beso muy fuerte».
 
El arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, expresó: “Lo tendrán que valorar los médicos, cómo era, si era, si se podía curar o no se podía curar… De momento para la chica esto ha sido un gran evento. Digamos “milagro”. No veía y ahora ve. Los médicos podrán decir el resto, pero ella vuelve a casa viendo. ¡Bendito sea Dios!”
 
”Pequeñas Semillitas” por email
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico. Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a feluzul@gmail.com   
Recuerden, queridos lectores, que, desde el día mismo de nuestro Bautismo, todos somos discípulos y misioneros, y en tal condición tenemos que ayudar a llevar la Palabra y las divinas enseñanzas de Jesús a tantas personas como nos sea posible.
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Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Ojalá que siempre tengas un ángel a tu lado, resguardándote en todas las cosas que hagas, recordándote que debes continuar creyendo en los días más radiantes, encontrando caminos para tus deseos y sueños para llevarte a hermosos lugares, dándote esperanza, que es tan cierta como el sol brindándote la fuerza de la serenidad como guía...
Ojalá que siempre tengas amor, comodidad y valentía y ojalá que tengas siempre un ángel a tu lado... alguien que te tome cuando caigas, fortaleciendo tus sueños, inspirando tu felicidad, tomando tu mano y ayudándote a través de todo...
En nuestros días, nuestras vidas están siempre cambiando, las lágrimas vienen, así como las sonrisas...
A lo largo de los caminos que recorras ojalá que las millas sean mil veces más amorosas que solitarias, ojalá que ellas te den la clase de regalo que nunca, jamás, acaba: alguien maravilloso para amar y un amigo querido en quien confiar...
Ojalá tengas arco iris después de cada tormenta; ojalá tengas esperanzas que te mantengan tibio; y ojalá que siempre tengas un ángel a tu lado...
(Tomado de  "Angels by your side")
 
Recordando al Padre Natalio
Palabras hirientes
En verdad las palabras pueden doler como los golpes físicos. Los padres deben saber que la crítica, el desprecio y los insultos –aun cuando se los diga en broma– pueden lastimar el amor propio, o dañar la autoestima, o detener el crecimiento de una imagen sana de sí mismo en los niños.
 
Las palabras dichas con amor ofrecen un real elemento constructivo de elogio, aliento, gratitud, disculpa a quien escucha. Nuestras palabras pueden herir o reconfortar, impedir o ayudar, frustrar o inspirar a la acción. He aquí algunas frases que son dulce música al oído y al corazón: “¡Muy buen trabajo!”. “Déjame ayudarte”. “Cometí un error, perdóname”. “¡Felicitaciones!”. “Estamos orgullosos de ti”. “Gracias”. “Te quiero”. “Admiro tu capacidad”. “Tú puedes hacerlo muy bien”.
 
“No profieran palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan” (Efesios 4, 29). San Francisco de Sales escribió: “El trato cortés y delicado es la crema de la caridad”. Que este mensaje oriente cada día tu conducta. Hasta mañana.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”
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