PEQUEÑAS SEMILLITAS Año
17 - Número 5168 ~ Domingo 27 de Noviembre de 2022Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
Un año más estamos en Adviento, el principio de un nuevo año
litúrgico, a través del cual contemplaremos la vida y los mensajes de
Jesucristo. En este ciclo A, quien nos dirigirá la mayoría de los domingos será
el evangelista san Mateo.
Adviento significa “venida” y contemplaremos las tres grandes venidas de
Jesús: la que sucedió en Navidad, la presente continuamente en nuestra vida y
la futura que será al final de los tiempos. Como preparación para la Navidad,
tiene una nota de sobriedad en la liturgia: menos flores, vestiduras moradas,
no se dice el “Gloria”, aunque sí el aleluya, como signo de gozo en la
esperanza para que la Navidad sea gozo en el Espíritu. Todos los años en este
primer domingo de Adviento el evangelio nos habla principalmente de la última
venida. Las palabras que dice hoy Jesús, no quieren tener especialmente un tono
amenazador, aunque alguno pueda sentirlo, sino que son el anuncio gozoso y
promesa de algo grandioso, que espera darnos a todos.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Is 2,1-5
♡ Salmo: Sal 121, 1-2. 3-4a. 4b-5. 6-7. 8-9
♡ Segunda Lectura: Rom 13:11-14a
♡ Santo Evangelio: Mt 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como en los días de Noé,
así será la venida del Hijo del hombre. Porque como en los días que precedieron
al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró
Noé en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró
a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces, estarán dos
en el campo: uno es tomado, el otro dejado; dos mujeres moliendo en el molino:
una es tomada, la otra dejada.
»Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo
bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón,
estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también
vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo
del hombre».
♡ Comentario:
Hoy, «como en los días de Noé», la gente come, bebe, toma marido o mujer
con el agravante de que el hombre toma hombre, y la mujer, mujer (cf. Mt
24,37-38). Pero hay también, como entonces el patriarca Noé, santos en la misma
oficina y en el mismo escritorio que los otros. Uno de ellos será tomado y el
otro dejado porque vendrá el Justo Juez.
Se impone vigilar porque «sólo quien está despierto no será tomado por
sorpresa» (Benedicto XVI). Debemos estar preparados con el amor encendido en el
corazón, como la antorcha de las vírgenes prudentes. Se trata precisamente de
eso: llegará el momento en que se oirá: «¡Ya está aquí el esposo!» (Mt 25,6),
¡Jesucristo!
Su llegada es siempre motivo de gozo para quien lleva la antorcha prendida
en el corazón. Su venida es algo así como la del padre de familia que vive en
un país lejano y escribe a los suyos: —Cuando menos lo esperen, les caigo.
Desde aquel día todo es alegría en el hogar: ¡Papá viene! Nuestro modelo, los
Santos, vivieron así, “en la espera del Señor”.
El Adviento es para aprender a esperar con paz y con amor, al Señor que
viene. Nada de la desesperación o impaciencia que caracteriza al hombre de este
tiempo. San Agustín da una buena receta para esperar: «Como sea tu vida, así
será tu muerte». Si esperamos con amor, Dios colmará nuestro corazón y nuestra
esperanza.
Vigilen porque no saben qué día vendrá el Señor (cf. Mt 24,42). Casa
limpia, corazón puro, pensamientos y afectos al estilo de Jesús. Benedicto XVI
explica: «Vigilar significa seguir al Señor, elegir lo que Cristo eligió, amar
lo que Él amó, conformar la propia vida a la suya». Entonces vendrá el Hijo del
hombre… y el Padre nos acogerá entre sus brazos por parecernos a su Hijo.
* Mons. José Ignacio ALEMANY Grau, Obispo Emérito de Chachapoyas
(Chachapoyas, Perú)
Predicación del Evangelio: ¡Velad! Empieza el primer año del ciclo litúrgico trienal, llamado año A. En él
nos acompaña el Evangelio de Mateo. Algunas características de este Evangelio
son: la amplitud con la que se refieren las enseñanzas de Jesús (los famosos
sermones, como el de la montaña), la atención a la relación Ley-Evangelio (el
Evangelio es la «nueva Ley»). Se le considera como el Evangelio más
«eclesiástico» por el relato del primado a Pedro y por el uso del término
«Ecclesia», Iglesia, que no se encuentra en los otros tres Evangelios.
La palabra que destaca sobre todas, en el Evangelio de este primer domingo
de Adviento, es: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor...
Estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del
hombre». Se pregunta a veces por qué Dios nos esconde algo tan importante como
es la hora de su venida, que para cada uno de nosotros, considerado
singularmente, coincide con la hora de la muerte. La respuesta tradicional es:
«Para que estuviéramos alerta, sabiendo cada uno que ello puede suceder en sus
días» (San Efrén el Sirio).
Pero el motivo principal es que Dios nos conoce; sabe qué terrible
angustia habría sido para nosotros conocer con antelación la hora exacta y
asistir a su lenta e inexorable aproximación. Es lo que más atemoriza de
ciertas enfermedades. Son más numerosos hoy los que mueren de afecciones
imprevistas de corazón que los que mueren de «penosas enfermedades». Si embargo
dan más miedo estas últimas porque nos parece que privan de esa incertidumbre
que nos permite esperar.
De todos los nombres, los rostros, las noticias que llenan los periódicos
y los telediarios del día -de mí de ti, de todos nosotros-, ¿qué permanecerá de
aquí a algún año o década? Nada de nada. El hombre no es más que «un trazo que
crea la ola en la arena del mar y que borra la ola siguiente».
Veamos qué tiene que decirnos la fe a propósito del hecho de que todo
pasa. «El mundo pasa, pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para
siempre» (1 Jn 2, 17). Así que existe alguien que no pasa, Dios, y existe un
modo de que nosotros no pasemos del todo: hacer la voluntad de Dios, o sea,
creer, adherirnos a Dios.
En esta vida somos como personas en una balsa que lleva un río en crecida
a mar abierto, sin retorno. En cierto momento, la balsa pasa cerca de la
orilla. El náufrago dice: «¡Ahora o nunca!», y salta a tierra firme. ¡Qué suspiro
de alivio cuando siente la roca bajo sus pies! Es la sensación que experimenta
frecuentemente quien llega a la fe. Podríamos recordar, como conclusión de esta
reflexión, las palabras que santa Teresa de Ávila dejó como una especie de
testamento espiritual: «Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Sólo Dios
basta».
-
(P. Raniero Cantalamessa)
Virgen de la Medalla Milagrosa El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se
apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le
apareció de esta manera: La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había
un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus manos
y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la
tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina:
"Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos.
Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos
aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a
los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás!
Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me
rezan".
Entonces alrededor de la cabeza de la Virgen se formó un círculo o una
aureola con estas palabras: "Oh
María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y una voz dijo a Catalina: "Hay que hacer una
medalla semejante a esto que estás viendo. Todas las personas que la lleven,
sentirán la protección de la Virgen", y apareció una M, sobre la M una
cruz, y debajo los corazones de Jesús y María. Es lo que hoy está en la Medalla
Milagrosa.
Poesía Te esperaréEs por Tu Amor Señor, que no me rendiréY aunque quebrado estoy, me sostendrá la feEs por Tu Amor Señor, que llegaré hasta TiY pediré perdón por todo lo que fui Es por Tu Amor Señor, que no veré hacia atrásSolo confiaré en Ti, Tu voz me guiaráEs por Tu Amor Jesús que cambiaré mi malTu Bien obrará en mi otro milagro más. Es por Tu Amor Señor, que aún canto para TINo por lo bueno que soy porque te conocíEs por Tu Amor Señor, que sabré amar mi cruzTu gracia bastará me alumbrará tu luz Es por Tu Amor Señor, que pequeño me haréPara llegar allí, a lavarte los piesEs por Tu Amor Señor, que llegaré al finalcantando a viva voz que nadie me amó igual... Es por Tu Amor Señor, que no me rendiré…Y aunque cansado estoy, te esperaré-(¿Daniel Poli?) Nuevo vídeo y artículo Hay un nuevo vídeo
subido al blogde "Pequeñas Semillitas" en internet.Para verlo tienes que ir
al final de esta página Hay nuevo material
publicado en el blog"Juan Pablo II inolvidable"Puedes acceder en la
dirección: Agradecimientos Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para
tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí
los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la
cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las
gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
💕 Desde Montevideo, Uruguay, Karen S. agradece a la Virgen por darle la certeza de que escuchó sus plegarias con relación a la salvación del alma de su hija Fabiana (Fabi), cuya vida fue un regalo de Dios para toda la familia durante 34 años, y finalmente, luego de un duro proceso de enfermedad, Ella (María) vino a llevarla ante Jesús justo el día la Virgen de los Treinta y Tres, en la madrugada. Gracias también por los cinco sacerdotes que acompañaron los instantes finales. Y gracias a todos los lectores que durante meses rezaron por Fabiana.
💕 Desde la provincia de Santa Fe, Argentina, llega un
agradecimiento especial al Señor, a la Santísima Virgen y a las personas que
rezaron por la recuperación del niño Ignacio, de 14 años, afectado de un
tumor en la caja torácica, que ya está de alta en su casa mejorando. Y también
desde la misma provincia nos envían un pedido de elevar un agradecimiento por
le recuperación del niño Gael, que tenía neumonía bilateral y ya fue
enviado a su casa a seguir con cuidados hasta su curación total.
💕 Desde Buenos Aires, Argentina, Cecilia Claudia escribe para
dar gracias a Dios pues su nieto Rafael M., de 18 años de edad, se ha recibido de técnico
agropecuario.
💕 Desde San Lorenzo, Santa Fe, Argentina, Exequiel y Paloma
dan gracias a Dios por sus 14 años de feliz matrimonio que celebraron el pasado
día 22, coronado con la presencia de dos
hermosos hijos. Nos sumamos a la
plegaria de acción de gracias.
💕 Desde Buenos Aires, Argentina, agradecen a Dios por el feliz nacimiento de Roma Luján P.
Bendito seas, Dios mío, porque a
pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca
dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti.
Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú
eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
Un minuto para volar Noviembre 27
Cuando escapas del silencio, de la soledad y de la
oración, en realidad estás escapando de ti mismo, de tu vacío, de tu
superficialidad, de tus ruidos, de tus inquietudes. A los demás podrás
presentarles una máscara, pero sabes que dentro de ti hay mucha porquería,
inseguridad y falsedad. Por eso te espanta el silencio, por eso te da temor la
soledad prolongada. Pero no dejes que eso te aleje del encuentro con el fuego
de Dios. No te des tanta importancia a ti mismo y a tu miseria. Aguanta la
soledad, no escapes, persiste en el silencio sin pretender llenarlo con
palabras, y Dios hará su obra. A veces lo hará dolorosamente, como un cirujano;
otras veces lo hará cálidamente, como el abrazo de una madre buena. Pero
siempre te dará lo que realmente necesitas.
(Mons. Víctor
M. Fernández)
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Poesía
Un minuto para volar
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