jueves, 4 de agosto de 2022

Pequeñas Semillitas 5053

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5053 ~ Jueves 4 de Agosto de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy, en la memoria litúrgica del Santo Cura de Ars (Juan María Vianney), celebramos el Día del Párroco.
Es una buena oportunidad para acercar nuestro saludo al párroco de nuestro barrio. Pero que no quede en un simple saludo una vez por año… Los curas de las parroquias nos necesitan mucho más, yo diría que nos necesitan siempre. Es muy dura la vida de un párroco, que en la gran mayoría de los casos vive solo, come solo, debe atender sus necesidades materiales y de afecto en soledad. Pensemos que nosotros tenemos nuestro grupo familiar y amigos más cercanos con quienes compartimos la vida, las alegrías y las preocupaciones. Mientras que los curas de parroquias están materialmente solos y por consiguiente sienten el peso de esa soledad que agobia en muchas ocasiones.
Que en este día nos quede el propósito de estar más cerca de nuestro párroco, ayudarlo, compartir tiempo con él y hacerle sentir que en nosotros tiene “su familia”.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Jer 31,31-34
 
Salmo: Sal 50
 
Santo Evangelio: Mt 16,13-23
En aquellos días, llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que Él era el Cristo.
Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día. Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!». Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!».
 
Comentario:
Hoy Jesús proclama afortunado a Pedro por su atinada declaración de fe: «Simón Pedro contestó: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo’. Replicando Jesús le dijo: ‘Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos’» (Mt 16,16-17). En esta felicitación Jesús promete a Pedro el primado en su Iglesia; pero poco después ha de hacerle una reconvención por haber manifestado una idea demasiado humana y equivocada del Mesías: «Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: ‘¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!’. Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: ‘¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!’» (Mt 16,22-23).
Hay que agradecer a los evangelistas que nos hayan presentado a los primeros discípulos de Jesús tal como eran: no como unos personajes idealizados, sino gente de carne y hueso, como nosotros, con sus virtudes y defectos; esta circunstancia los aproxima a nosotros y nos ayuda a ver que el perfeccionamiento en la vida cristiana es un camino que todos debemos hacer, pues nadie nace enseñado.
Dado que ya sabemos cómo fue la historia, aceptamos que Jesucristo haya sido el Mesías sufriente profetizado por Isaías y haya entregado su vida en la cruz. Lo que más nos cuesta aceptar es que nosotros tengamos que continuar haciendo presente su obra a través del mismo camino de entrega, renuncia y sacrificio. Imbuidos como estamos en una sociedad que propugna el éxito rápido, aprender sin esfuerzo y de modo divertido, y conseguir el máximo provecho con el mínimo de labor, es fácil que acabemos viendo las cosas más como los hombres que como Dios. Una vez recibido el Espíritu Santo, Pedro aprendió por dónde pasaba el camino que debía seguir y vivió en la esperanza. «Las tribulaciones del mundo están llenas de pena y vacías de premio; pero las que se padecen por Dios se suavizan con la esperanza de un premio eterno» (San Efrén).
* Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Rubí, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Juan María Vianney
El Cura de Ars
Nació en Dardilly (Lyon, Francia) el año 1786. Eran los agitados tiempos de la Revolución Francesa. Tuvo que superar grandes dificultades en los estudios para llegar a ordenarse de sacerdote en 1815. Fue despedido del seminario de Lyon por insuficiencia, pero con la ayuda del abate de Balley pudo completar los estudios. Después de la ordenación comenzó su ministerio, pero sin licencias aún para oír confesiones. Completada su formación, se le confió la parroquia de la pequeña aldea de Ars, que gobernó y promocionó maravillosamente con su constante predicación, mortificación, oración y caridad. Difundió el mensaje evangélico con la catequesis que a diario impartía a niños y adultos, con la reconciliación que administraba a los penitentes, con sus obras de ardiente caridad alimentada en la Eucaristía. Estaba dotado de unas cualidades extraordinarias como confesor, lo cual hacía que acudieran a él fieles de todas partes. Murió el 4 de agosto de 1859. Pío XI lo nombró patrono de los párrocos.
Oración: Dios de poder y misericordia, que hiciste admirable a san Juan María Vianney por su celo pastoral, concédenos, por su intercesión y su ejemplo, ganar para Cristo a nuestros hermanos y alcanzar, juntamente con ellos, los premios de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
"Los buenos cristianos que trabajan en salvar su alma están siempre felices y contentos; gozan por adelantado de la felicidad del cielo; serán felices toda la eternidad. Mientras que los malos cristianos que se condenan, siempre se quejan, murmuran, están tristes... y lo estarán toda la eternidad. Un buen cristiano, un avaro del cielo, hace poco caso de los bienes de la tierra; sólo piensa en embellecer su alma, en obtener lo que debe contentarle siempre, lo que debe durar siempre. Ved a los reyes, los emperadores, los grandes de la tierra: son muy ricos; ¿están contentos? Si aman al Buen Dios, sí; si no, no están contentos. Me parece que no hay nada que dé tanta pena como los ricos cuando no aman al Buen Dios. Puedes ir de mundo en mundo, de reino en reino, de riqueza en riqueza, de placer en placer; pero no encontrarás tu felicidad. La tierra entera no puede contentar a un alma inmortal, como una pizca de harina en la boca no puede saciar a un hambriento".
(Santo Cura de Ars)
 
Historias:
El demonio contra el Cura de Ars
El demonio odia a todos los santos porque muestran que el camino de la salvación es posible para todos los hombres, pero al santo Cura de Ars lo odió especialmente más que a otros.
 
San Juan María Vianney fue un sacerdote de la parroquia de san Juan Bautista de Ars, un poblado cercano a Lyon, en Francia. Allí llevaba una vida en extremo austera y su alimento principal (al menos por largo tiempo) fueron las patatas.
 
Son célebres los asaltos con tentaciones y persecuciones que sufría, a manos del diablo, para hacerlo renunciar a su actividad pastoral. Quizás los más conocidos son los ataques nocturnos que sufría para despertarlo y no dejarlo descansar.
 
Los acosos tomaban diferentes formas. A veces, el maligno lo asediaba como una bandada de murciélagos que infestaban la habitación, otras como ratas que recorrían su cuerpo. Muchas veces era jalado de la cama hacia el suelo y padecía todo tipo de ruidos molestos.
 
Semejante empeño en desmoralizar a este santo tenía sus razones. La era que, como santo confesor, salvaba cientos de almas para Cristo.
 
San Juan María Vianney ejerció este sacramento de modo eminente -pues ocupaba la mayor parte de su actividad pastoral- por el extraordinario don que Dios le concedió para la confesión.
 
En verdad, el Espíritu Santo obró grandes cosas a través de este humilde párroco de pueblo. Se dice que varios testigos veían luces sobrenaturales alrededor de su persona, que levitaba y que realizó varios milagros. Además, recibió un don especial para expulsar demonios de los posesos.
 
Tan grande fue su vocación por convertir a los hombres que Dios le ayudaba con el don de discernimiento de espíritu. Por esta gracia, el Cura de Ars podía conocer los secretos de los corazones, y no había pecado que no conociera de quienes acudían a la confesión.
 
Por este don, además de su inquebrantable voluntad para oír confesiones, hasta los pecadores más tenaces se reconciliaban con Cristo cuando concurrían a su parroquia.
 
Dios le permitía conocer quiénes eran los que más necesitaban el sacramento y él los llamaba a confesarse sin hacer fila. Hacia el final de su vida, por lo menos los últimos diez años, los peregrinos que buscaban la reconciliación a través del Cura de Ars debían esperar ¡hasta sesenta horas!
 
En una ocasión el demonio le dijo a través de un poseso: “Tú me haces sufrir. Si hubiera tres como tú en la tierra, mi reino sería destruido. Tú me has quitado más de 80.000 almas”.
 
Por esta labor de confesor incansable y las gracias que Dios dispensaba a través de este gran santo, san Juan María Vianney, fue constantemente asediado por el maligno. El santo reconocía cómo los ataques estaban vinculados a su trabajo pastoral y menciona qué hacía para combatirlos: “Me vuelvo a Dios, hago la señal de la cruz y digo algunas palabras de desprecio al demonio. Por lo demás, he advertido que el estruendo es mucho mayor y los asaltos se multiplican, cuando al día siguiente ha de venir algún gran pecador”.
 
Con cierto humor el santo Cura de Ars decía: “El Garras es muy torpe, él mismo me anuncia la llegada de grandes pecadores”.
 
¡Qué importante es el sacramento de la confesión! Ahora ya sabemos porque el santo Cura de Ars es el patrono de los sacerdotes.
 
Difundan "Pequeñas Semillitas"
Para los que reciben diariamente “Pequeñas Semillitas” por correo electrónico, va este pedido: les pido por favor que reenvíen nuestros mails diarios a sus amigos y contactos, para que la alegría del Evangelio llegue a muchos corazones más en este mundo que cada día da muestras más evidentes de su necesidad de Dios.
Recuerden, queridos lectores, que, desde el día mismo de nuestro Bautismo, todos somos discípulos y misioneros, y en tal condición tenemos que ayudar a llevar la Palabra y las divinas enseñanzas de Jesús a tantas personas como nos sea posible.
También pueden difundir “Pequeñas Semillitas” a través de las redes sociales en las que estamos presentes, como Facebook, Twitter, etc.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Llevemos consuelo y esperanza a todos con este sencillo apostolado de repartir mensajes con devociones católicas.
Muchas veces encontramos en iglesias algunas hojitas con devociones y cadenas no aprobadas por la Iglesia, que ¿por qué no llevar y difundir las hermosas devociones que sí están aprobadas por la Iglesia Católica?
Por eso con permiso del párroco de nuestra iglesia, coloquemos en algunos bancos estos folletos católicos con devociones, o meditaciones de esta página (Pequeñas Semillitas) para que la gente, rezando, logre alcanzar los favores y gracias que necesita para sí y para sus seres queridos.
También podemos llevar estos folletos a las salas de esperas de peluquerías, consultorios, hospitales, etc., porque hay mucha necesidad de Dios en este mundo de hoy, y ¡qué mejor que facilitarles a las almas una sólida devoción católica, capaz de consolar sus penas y fortalecer la fe quizás debilitada...
Y quien tenga la facilidad de hacer imprimir cientos y miles, o hasta millones de copias de estos folletos para difundirlos por todas partes, se ganará las promesas a los que difunden algunas devociones, como por ejemplo la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que promete que quien la difunde tendrá su nombre escrito en el Corazón de Jesús y jamás será borrado de Él.
¿Por qué no nos aseguramos nuestra salvación, difundiendo estos folletos y meditaciones haciendo este pequeño gran apostolado?
El mundo se puede salvar sólo gracias a la oración.
 
Un minuto para volar
Agosto 4
Recuerdo una película en la que una persona mostraba distintas personalidades ante los demás, hasta que alguno lo miró a los ojos y le preguntó: ”¿quién eres? ¿quién eres tú realmente?”. Imagina qué pasaría si alguien te mirara fijamente y te preguntara eso, sabiendo que ante esa mirada no podrías mentir ni engañar. ¿Qué responderías? No basta decir tu nombre o a qué te dedicas, o cuáles son tus gustos musicales o tu opción política. La pregunta va mucho más allá de todo eso. ¿Quién eres?
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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