martes, 3 de septiembre de 2019

Pequeñas Semillitas 4103

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 4103 ~ Martes 3 de Setiembre de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina) 
Alabado sea Jesucristo…
Cuando alguien te ama, es lento para perder la paciencia contigo. Cuando alguien te ama, toma las circunstancias de tu vida y las usa de una forma constructiva para tu crecimiento. Cuando alguien te ama, está de parte tuya; quiere verte madurar y desarrollarte en el amor. Cuando alguien te ama, no derrama su ira contigo por todos los "errorcitos" que cometes, aunque sean muchos. Cuando alguien te ama, le duele profundamente cuando pierdes el camino, pero te orienta a seguir la senda correcta. Cuando alguien te ama, sigue confiando en ti cuando a veces tú ni siquiera confías en ti mismo. Cuando alguien te ama, nunca te dice que eres un caso perdido; más bien trabaja pacientemente contigo porque te ama y corrige de tal manera que cuesta entender la profundidad del cuidado que tiene por ti. Cuando alguien te ama, nunca te abandona aunque muchos de tus amigos lo hagan. Cuando alguien te ama, se queda a tu lado cuando llegas al fondo de la desesperación, cuando ve lo que realmente eres y no te juzga sino que te ve con total justicia, hermosura y amor. Cuando alguien te ama... es el mayor de todos los dones que demuestran el amor perfecto de Dios.

¡Buenos días!
Si te necesitan, no huyas
Jesús comenzó a predicar a la gente diciendo: “El tiempo se ha cumplido. El reino de Dios ha llegado. Conviértanse y crean en la buena noticia”. Estas palabras que resonaron como una clarinada para convocar al pueblo de Dios, siguen señalando el camino de la salvación: volver al Señor, abandonar nuestros caminos equivocados, purificar el corazón…

Tú no puedes poner fin al hambre, la guerra y la violencia que hay en el mundo. No puedes curar las espantosas heridas que padece el mundo. Puedes sufrir por su culpa. Puedes protestar contra ellas. Pero te duele tu impotencia. O sea que: ¡Tiene que cambiar la sociedad! ¡Hay que cambiar estas estructuras! Pero resulta que la sociedad se compone de personas. Y esas estructuras las hacen personas. Si no cambia la gente, no puede cambiar nada. Y la crítica social es pura hipocresía, si no me critico a mí mismo. Sólo cuando hayas cambiado tú de verdad, y no seas ya tan codicioso, ni tan violento, podrás ayudar a los demás a iniciar una vida nueva.

La realidad del pecado es inseparable de la experiencia humana. Pero, por otra parte, la realidad del perdón es inseparable de Dios. Por eso, no hay ninguna situación de pecado que no se pueda cambiar y que no nos permita reencontrar la paz. Nunca, jamás Dios le quita al hombre la posibilidad de ser feliz. Esta es una maravillosa “buena nueva” de Jesús. 
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1 Tes 5, 1-6. 9-11

Salmo: Sal 26, 1. 4. 13-14

Santo Evangelio: Lc 4,31-37
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces: «¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús entonces le conminó diciendo: «Cállate, y sal de él». Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: «¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen». Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.

Comentario:
Hoy vemos cómo la actividad de enseñar fue para Jesús la misión central de su vida pública. Pero la predicación de Jesús era muy distinta a la de los otros maestros y esto hacía que la gente se extrañara y se admirara. Ciertamente, aunque el Señor no había estudiado (cf. Jn 7,15), desconcertaba con sus enseñanzas, porque «hablaba con autoridad» (Lc 4,32). Su estilo de hablar tenía la autoridad de quien se sabe el “Santo de Dios”.
Precisamente, aquella autoridad de su hablar era lo que daba fuerza a su lenguaje. Utilizaba imágenes vivas y concretas, sin silogismos ni definiciones; palabras e imágenes que extraía de la misma naturaleza cuando no de la Sagrada Escritura. No hay duda de que Jesús era buen observador, hombre cercano a las situaciones humanas: al mismo tiempo que le vemos enseñando, también lo contemplamos cerca de las gentes haciéndoles el bien (con curaciones de enfermedades, con expulsiones de demonios, etc.). Leía en el libro de la vida de cada día experiencias que le servían después para enseñar. Aunque este material era tan elemental y “rudimentario”, la palabra del Señor era siempre profunda, inquietante, radicalmente nueva, definitiva.
La cosa más grande del hablar de Jesucristo era el compaginar la autoridad divina con la más increíble sencillez humana. Autoridad y sencillez eran posibles en Jesús gracias al conocimiento que tenía del Padre y su relación de amorosa obediencia con Él (cf. Mt 11,25-27). Es esta relación con el Padre lo que explica la armonía única entre la grandeza y la humildad. La autoridad de su hablar no se ajustaba a los parámetros humanos; no había competencia, ni intereses personales o afán de lucirse. Era una autoridad que se manifestaba tanto en la sublimidad de la palabra o de la acción como en la humildad y sencillez. No hubo en sus labios ni la alabanza personal, ni la altivez, ni gritos. Mansedumbre, dulzura, comprensión, paz, serenidad, misericordia, verdad, luz, justicia... fueron el aroma que rodeaba la autoridad de sus enseñanzas.
Rev. D. Joan BLADÉ i Piñol (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Gregorio Magno
Papa y Doctor de la Iglesia
Nació en Roma hacia el año 540 de la familia senatorial de los Anici. Ya de joven desempeñó cargos públicos, y llegó a ser prefecto de la Urbe. Más tarde, distribuyó su patrimonio a los monasterios y se hizo monje en la abadía benedictina de San Andrés, de la que luego fue abad. El papa Pelagio II lo ordenó de diácono y lo nombró legado pontificio en Constantinopla. El 3 de septiembre del año 590 fue elegido papa, cargo que ejerció como verdadero pastor, en su modo de gobernar, en su ayuda a los pobres, en la reforma de la sagrada liturgia, en su actividad misionera y evangelizadora entre los pueblos bárbaros, en la consolidación de la fe del pueblo cristiano, en el fomento de la vida monástica. Elaboró el Sacramentario que lleva su nombre y constituye el núcleo fundamental del Misal Romano. Dejó escritas muchas obras de carácter moral y pastoral, homilético y espiritual. Murió el 12 de marzo del año 604.
Oración: Oh Dios, que cuidas a tu pueblo con misericordia y lo gobiernas con amor, concede el don de sabiduría, por intercesión del papa san Gregorio Magno, a quienes confiaste la misión del gobierno en tu Iglesia, para que el progreso de los fieles sea el gozo eterno de sus pastores. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día

“No le eviten a sus hijos las dificultades de la vida.
Enséñenles más bien a superarlas”
(Louis Pasteur)

Historias:
Personalidad
Un  rey le contaba a un sabio lo extraordinariamente buenos y generosos que eran sus súbditos.

- Estás muy equivocado –le dijo el sabio-. La gente de tu reino actúa de acuerdo a las apariencias. Le dan muy poca importancia a los hechos, que son los que demuestran espíritus grandiosos.

Al oír esto, los cortesanos se pusieron bravos y le rogaron al rey que no hiciera caso a ese falso sabio.

- Majestad, ellos dirán lo que quieran, pero en este mundo vil, todo funciona al revés:  la persona más preciosa no vale nada, y la persona que no vale nada es la más preciosa.

- Demuéstramelo –dijo el rey-. Si no lo haces, mandaré que te corten la cabeza por decir cosas falsas y descabelladas.

El sabio invitó al rey a que se disfrazara como una persona común y así dieran una vuelta por la ciudad. Llegaron al mercado y el sabio le insinuó al rey que pidiera un kilo de cerezas que habrían de servir para salvarle la vida a un enfermo muy grave.

Fueron inútiles las súplicas del rey. El comerciante, cansado de argüir con él, lo expulsó del lugar y le dijo que si no se iba pronto, lo sacaría a palos.

- Las cosas que tiene que oír uno en la vida –mascullaba el comerciante-. ¿Acaso tengo cara de idiota? Estos mendigos miserables ya no saben qué inventar para engañar a uno. 

El rey estaba a punto de revelar su identidad, cuando el sabio se lo llevó de allí. Caminaron un buen rato y llegaron a orillas de un río que corría crecido con las aguas del deshielo. En un descuido, el sabio le dio un empujón al rey que cayó al agua. Empezó a gritar pidiendo ayuda, pero aunque se acercaron muchos curiosos atraídos por sus gritos, nadie hizo nada. Ya estaba a punto de ahogarse, cuando un mendigo, el más harapiento de la ciudad, se lanzó al agua y salvó al rey.

Entonces el sabio se acercó al rey, que temblaba de frío y de indignación, y le dijo:

- ¿Viste cómo era cierto lo que yo te dije? Cuando tú, que eres la persona más valiosa del reino pediste un kilo de cerezas para salvar la vida de un enfermo, no obtuviste nada y hasta estuviste a punto de que te partieran la cabeza a golpes. En cambio este mendigo, que supuestamente es la persona que menos vale en tu reino, ha expuesto su vida por ti y te ha salvado. No son las apariencias lo que cuentan, sino los hechos.

Moraleja:
Vivimos la vida como actuación. Cada día se nos impone con mayor fuerza la cultura de la apariencia, del qué dirán. Regalamos por cumplir, por no quedar mal, porque todos lo hacen..., no por agradar. Manejados por la publicidad y las propagandas, compramos no lo que necesitamos, sino lo que el mercado necesita que compremos. El mercado crea incesantemente nuevos productos y la televisión se encarga de convertirlos en necesidades. Hablamos sin pensar lo que decimos, vivimos rutinas, compramos propagandas. Decimos que nos divertimos mucho en la fiesta porque se espera que digamos eso, que nos gustó mucho la película publicitada que todo el mundo dice que es muy buena, aunque nos hayamos aburrido soberanamente al verla. Aplaudimos porque todos lo hacen; sonreímos, sin saber por qué, cuando todos lo hacen. En breve, cada día son menos las personas que se atreven a vivir, a ser dueños de su propia vida: la mayoría son vividos por los demás: el televisor, las costumbres, las modas, el qué dirán...
Tratamos a los demás de acuerdo a su aspecto. Nos sentimos crecidos cuando podemos ver o dar la mano a un ídolo de la canción, a un personaje famoso, sin importar si es un soberano egoísta, o un cretino, esclavo de su imagen y su fama. Por otra parte, despreciamos y nos alejamos de los pobres, los humildes, a quienes vemos con frecuencia como amenazas. Necesitamos una educación que enseñe a ver la realidad, más allá de las apariencias.
En relación al trato hacia los demás, recuerda siempre el mandamiento del Señor: "Amarás al prójimo como a ti mismo"
Web católico de Javier

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Nuestra vida debe ser agradable a Dios, y si tuvimos la suerte de haber encontrado la forma de agradarle al Señor, entonces podemos darnos por satisfechos, porque no sólo hemos encontrado el Paraíso en el más allá, sino que en cierta manera también lo hemos hallado aquí en la tierra, porque hacer lo que agrada a Dios, es lo máximo a que la criatura puede aspirar.
María Santísima agradó siempre a Dios, y jamás lo desilusionó. Tomemos nosotros ejemplo de Ella, y en la medida de nuestra pequeñez, tratemos de imitar a María y hagamos todo lo que Dios quiere de nosotros, con humildad y alegría, sabiendo que el Señor está contento con nosotros.
Porque si Dios está contento, ¿qué importa todo el resto? Aunque nosotros estemos en medio de las penas y tormentos, si con ello el Señor está contento, porque estamos haciendo su voluntad, ya podemos darnos por satisfechos y felices.
De esto se deduce la gran importancia que tiene el hacer la voluntad de Dios, de conocerla primero a través de la oración, y luego también de seguir esa voluntad, ayudados por la gracia que se obtiene con la oración y los sacramentos. Porque el mayor consuelo en este mundo es hacer la voluntad divina, estando convencidos de que lo que estamos haciendo es lo que a Dios le agrada. 

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Pablo, de 53 años de edad, de Buenos Aires, Argentina, afectado de meningitis y en coma inducido. Lo confiamos a las Santas Manos de Jesús, confiando en su infinita misericordia.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Cinco minutos con Jesús
Setiembre 3
Ser cristiano es estar impregnado hasta las raíces mismas del propio ser por la persona viva de Cristo de tal modo que sea Cristo el que vive en nosotros.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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