miércoles, 31 de mayo de 2017

Pequeñas Semillitas 3344

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3344 ~ Miércoles 31 de Mayo de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy celebramos la fiesta de la Visitación de María a su prima Isabel (madre de Juan el Bautista).
Docilísima a la llamada interior, "se puso en camino y con presteza fue a la montaña" (Lc 1,39), para dirigirse a la casa de su prima Isabel cuya próxima maternidad le había sido revelada por el ángel. Y no va sola: el Verbo hecho carne está con ella, y con ella va a través de montes y collados en busca de las criaturas que ha venido a salvar. Así comienza María su misión de portadora de Cristo al mundo. Las molestias de un viaje a una región montañosa no la arredran; su dignidad de Madre de Dios no la retiene, antes la estimula, porque intuye que el privilegio de su maternidad divina se ordena a la salvación del mundo.
Muy cómodo le hubiera sido permanecer en Nazareth adorando, en la soledad y en silencio, al Verbo divino encarnado en sus entrañas sin embargo el primer acto que la Virgen realiza apenas hecha Madre de Dios, fue precisamente un acto de caridad para con el prójimo.
María se transformó así en Madre, discípula y portadora de la Buena Noticia de Jesús. ¡Qué grandiosa misión! ¡Gracias Madre de Dios y Madre nuestra!

¡Buenos días!

Dios es fiel a su amor
iDios está enfermo! La enfermedad de Dios es su amor por el hombre. Esta enfermedad, en Dios, es incurable. Frente a los rechazos e infidelidades, Dios no retira, ni siquiera atenúa su amor, lo multiplica. Amigo/a, este mensaje bíblico, sobre el amor eterno de Dios, es la verdad clave de nuestra fe.

El hombre salvado por Dios debe, libremente, aceptar esta salvación. Dios no nos salva “por decreto de necesidad y urgencia”. En nuestras manos está admitir o rehusar la sangre salvadora de Jesús, y obrar en consecuencia. El sol allí está para iluminar, calentar, dar vida. Nosotros podemos permanecer encerrados en una habitación con las ventanas clausuradas. Para que se inunde nuestra vida de la luz de la verdad y el calor del amor de Dios, hay que abrir las ventanas de la mente y el corazón (Aportes para la Celebración).

Con todo, el hombre se niega, rechaza, se resiste. Aun así, Dios da siempre más. Dios se juega entero. Dios está enfermo, loco de amor. Dios es fiel a su amor. El evangelio es terminante: “Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en él tenga la vida eterna”. Abre tu corazón y acepta el amor del Señor.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa. (Lc 1,39-56)

Comentario:
Hoy contemplamos el hecho de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Tan pronto como le ha sido comunicado que ha sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Hijo de Dios y que su prima Isabel ha recibido también el don de la maternidad, marcha decididamente hacia la montaña para felicitar a su prima, para compartir con ella el gozo de haber sido agraciadas con el don de la maternidad y para servirla.
El saludo de la Madre de Dios provoca que el niño, que Isabel lleva en su seno, salte de entusiasmo dentro de las entrañas de su madre. La Madre de Dios, que lleva a Jesús en su seno, es causa de alegría. La maternidad es un don de Dios que genera alegría. Las familias se alegran cuando hay un anuncio de una nueva vida. El nacimiento de Cristo produce ciertamente «una gran alegría» (Lc 2,10).
A pesar de todo, hoy día, la maternidad no es valorada debidamente. Frecuentemente se le anteponen otros intereses superficiales, que son manifestación de comodidad y de egoísmo. Las posibles renuncias que comporta el amor paternal y maternal, asustan a muchos matrimonios que, quizá por los medios que han recibido de Dios, debieran ser más generosos y decir “sí” más responsablemente a nuevas vidas. Muchas familias dejan de ser “santuarios de la vida”. El Papa San Juan Pablo II constata que la anticoncepción y el aborto «tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de la libertad, que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad».
Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (...) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos.
Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida (Lleida, España)

Santoral Católico:
Visitación de la Virgen María
Fiesta 
Esta fiesta mariana celebra el episodio narrado por el evangelista san Lucas: Lc 1,39-56. En la Anunciación, el ángel dijo a María que su pariente Isabel estaba en el sexto mes de embarazo. Días después, María marchó presurosa de Nazaret a una ciudad de la montaña de Judá, Ain Karem, entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando ésta oyó el saludo de María, saltó de gozo el hijo que llevaba en su seno y, llena de Espíritu Santo, dijo a María: «Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. Dichosa tú que has creído». María le respondió con las palabras que conocemos como el Magníficat: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador...». María permaneció con Isabel unos tres meses y luego se volvió a Nazaret.
Oración: Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen María, cuando llevaba en su seno a tu Hijo, el deseo de visitar a su prima Isabel, concédenos, te rogamos, que, dóciles al soplo del Espíritu, podamos, con María, cantar tus maravillas durante toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano

Pensamiento del día

"El primer ser humano en reconocer
la presencia de Jesús, Hijo de Dios,
fue la criatura que saltó de alegría
en el vientre de su madre, Isabel.
Es algo maravilloso: Dios elige a un niño no nacido
para anunciar la venida de su Hijo Redentor.
La imagen de Dios está en ese niño que aún no ha nacido".
Santa Teresa de Calcuta

Tema del día:
Visitación y Magníficat
Luego que María Santísima oyó del ángel Gabriel que su prima Isabel también esperaba un hijo, se sintió iluminada por el Espíritu Santo y comprendió que debería ir a visitar a aquella familia y ayudarles y llevarles las gracias y bendiciones del Hijo de Dios que se había encarnado en Ella. San Ambrosio anota que fue María la que se adelantó a saludar a Isabel puesto que es la Virgen María la que siempre se adelanta a dar demostraciones de cariño a quienes ama.

En esa oportunidad, y luego de recibir el saludo de Isabel «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!», la Santísima Virgen pronunció las palabras de alabanza a Dios que conocemos como el Magníficat.

El título de esta bellísima oración mariana está dado por el inicio del texto en latín y su traducción al lenguaje vernáculo del cántico de María. Es la palabra inicial del texto de la Vulgata (Lucas 1,46–55): “Magnificat anima mea, Dominum”, etc. (Engrandece mi alma al Señor, etc.).

Este es el texto completo del hermoso cántico:

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.

Amén.

Nuevo vídeo y artículo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
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"Juan Pablo II inolvidable"
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Meditación

«Ante todo, ¿quién habiendo oído los nombres que se dan al Espíritu, no siente levantado su ánimo y o eleva su pensamiento hacia la naturaleza divina?
Ya que es llamado Espíritu de Dios y Espíritu de Verdad, que procede el Padre. Espíritu firme. Espíritu Generoso. Espíritu Santo es su nombre propio peculiar...
Hacia Él se dirigen su mirada todos los que sienten necesidad de santificación; hacia Él tiende el deseo de todos los que llevan una vida virtuosa y su soplo es para ellos a manera de riego que les ayuda en la consecución de su fin propio y natural. Capaz de perfeccionar a los otros, Él no tiene falta de nada...
Él no crece por adiciones, sino que está constantemente en plenitud; sólido en sí mismo, está en todas partes. Él es fuente de santidad, Luz para la inteligencia; Él da a todo ser racional como una Luz para entender la verdad Aunque inaccesible por naturaleza, se deja comprender por su bondad; con su acción lo llena todo, pero se comunica solamente a los que encuentra dignos, no ciertamente de manera idéntica ni con la misma plenitud, sino distribuyendo su energía según la proporción de su fe. Simple en su esencia y variado en sus dones, está íntegro en todas partes. Se reparte sin sufrir  división, deja que participen de Él, pero Él permanece íntegro, a semejanza del rayo del sol, cuyos beneficios llegan a quien disfrute de él como si fuera único, pero, mezclado con el aire, ilumina la tierra entera y el mar...
Por Él se elevan a lo alto los corazones; por su mano son conducidos los débiles; por Él los que caminan tras la virtud llegan a la perfección. Es Él quien ilumina a los que se han purificado de sus culpas y, al comunicarse a ellos, los vuelve espirituales.»
(Tratado del Espíritu Santo de San Basilio Magno)

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para el Padre Álvaro Puerta, presbítero que motiva y dirige las peregrinaciones a nuestra Señora de la Esperanza y a Jesús de Nazareth en la población de Soracá (Departamento de Boyacá, Colombia), generalmente los primeros sábados de cada mes, y quien ahora se encuentra hospitalizado en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) en una clínica en la ciudad de Medellín (Departamento de Antioquia). Rogamos al Señor pose sus Santas Manos sobre él y le dé el don de la salud, a la espera que se recupere pronto con la intercesión de nuestra Señora de la Esperanza, de quien es fiel devoto, y pueda así continuar su labor misionera. 

Pedimos oración para dos personas de Córdoba, Argentina: Selva y Mónica, que están pasando situaciones delicadas de salud. Que el Señor les conceda su infinito poder de sanación.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.  Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Mayo 31
Toda hermosa eres, María; por eso te bendijo Dios; pones aromas celestes en tu mano y lo adorna con oro virginal.
El Rey amó tu belleza inmaculada, por eso está contigo tu Señor.
Oye, Madre de Dios, nuestra plegaria, y presenta a Dios nuestra oración.
Madre de los buenos sentimientos, purifica nuestro corazón.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

martes, 30 de mayo de 2017

Pequeñas Semillitas 3343

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3343 ~ Martes 30 de Mayo de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Ascensión. ¿Misterio glorioso? Lo cantamos con muchos aleluyas, ¡Y es un misterio de despedida! Se va el Médico y queda el enfermo; se va el Padre... ¿Por qué da alegría? ¿Por la entrada triunfal en el cielo? San Ignacio no dice nada de esto... ¿Es fantasía? Tenemos tres cosas: Hubo una colina; hubo una nube y hubo una palabra.
Una colina. ¿Por qué? ¿Para ver mejor el cielo? No: ¡Para ver mejor la tierra!
Nuestro Señor quiso llevar a sus discípulos a la colina para mostrarles mejor la tierra... La nube vino a tapar el cielo y luego ¡La palabra! ¡Basta de tonterías! ¿Qué significa eso? Bajen a la ciudad.
Y en el momento en que se queda invisible, les dice: "He aquí que estoy con  vosotros" (Mt 28,20). Éste es el nacimiento de la Iglesia, cuando la presencia del Señor se tornó invisible y universal.
Vuelven a la ciudad para encontrar a Nuestro Señor en todos los caminos de la tierra. Cuando estaba visible, había que buscarlo solamente allí. Ahora está en todas partes.
Por tu admirable ascensión, ¡Escúchanos, Señor, te rogamos! Comenzaba la vida de la fe y la vida de la Iglesia. Debemos hacer de la tierra una casa digna de los hombres para que sea digna de Dios. (San Alberto Hurtado)

¡Buenos días!

La zorra y las uvas
Las fábulas, lo mismo que las parábolas, han sido elaboradas con la intención manifiesta de incitarnos a la reflexión. La de hoy destaca con cuánta facilidad no somos objetivos y sinceros, y preferimos engañarnos a nosotros mismos, con cualquier excusa, antes que reconocer con humildad nuestros límites, errores y miserias.

Estaba una zorra con mucha hambre, y al ver colgando de una parra unos deliciosos racimos de uvas, quiso atraparlos con su boca. Mas, a pesar de que saltó una y otra vez con todas sus fuerzas, tratando de alcanzarlos, le resultó imposible. Se alejó diciéndose como para consolarse: “¡Bah! ¡Ni me agradan, están tan verdes!”. Nunca eches a los demás la culpa de lo que no eres capaz de lograr. (Esopo). 

Qué valentía supone buscar con pasión la verdad, sin transigir con las excusas que nos vuelven esclavos de nuestras mentiras. Sólo la verdad nos hará libres, dijo Jesús. Libres y auténticos, al reconocer con sensatez nuestra realidad. No es fácil porque vivimos en un clima de formalismos y máscaras. Te deseo un día feliz.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar.
»Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado.
»Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti». (Jn 17,1-11a)

Comentario:
Hoy, el Evangelio de san Juan —que hace días estamos leyendo— comienza hablándonos de la “hora”: «Padre, ha llegado la hora» (Jn 17,1). El momento culminante, la glorificación de todas las cosas, la donación máxima de Cristo que se entrega por todos... “La hora” es todavía una realidad escondida a los hombres; se revelará a medida que la trama de la vida de Jesús nos abra la perspectiva de la cruz.
¿Ha llegado la hora? ¿La hora de qué? Pues ha llegado la hora en que los hombres conozcamos el nombre de Dios, o sea, su acción, la manera de dirigirse a la Humanidad, la manera de hablarnos en el Hijo, en Cristo que ama.
Los hombres y las mujeres de hoy, conociendo a Dios por Jesús («las palabras que tú me diste se las he dado a ellos»: Jn 17,8), llegamos a ser testigos de la vida, de la vida divina que se desarrolla en nosotros por el sacramento bautismal. En Él vivimos, nos movemos y somos; en Él encontramos palabras que alimentan y que nos hacen crecer; en Él descubrimos qué quiere Dios de nosotros: la plenitud, la realización humana, una existencia que no vive de vanagloria personal sino de una actitud existencial que se apoya en Dios mismo y en su gloria. Como nos recuerda san Ireneo, «la gloria de Dios es que el hombre viva». ¡Alabemos a Dios y su gloria para que la persona humana llegue a su plenitud!
Estamos marcados por el Evangelio de Jesucristo; trabajamos para la gloria de Dios, tarea que se traduce en un mayor servicio a la vida de los hombres y mujeres de hoy. Esto quiere decir: trabajar por la verdadera comunicación humana, la felicidad verdadera de la persona, fomentar el gozo de los tristes, ejercer la compasión con los débiles... En definitiva: abiertos a la Vida (en mayúscula).
Por el espíritu, Dios trabaja en el interior de cada ser humano y habita en lo más profundo de la persona y no deja de estimular a todos a vivir de los valores del Evangelio. La Buena Nueva es expresión de la felicidad liberadora que Él quiere darnos.
Rev. D. Pere OLIVA i March (Sant Feliu de Torelló, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Fernando III
Rey de Castilla y León
Fernando III, «el Santo», rey de León y de Castilla, hijo de Alfonso IX de León y de Berenguela de Castilla, nació el año 1198 en el reino leonés, probablemente cerca de Valparaíso (Zamora). Tradicionalmente se afirma que perteneció a la Tercera Orden franciscana. Fue el rey de la reconquista del sur de España. Su visión política de altas miras es reconocida por los historiadores, y las gentes de toda clase y condición bendijeron su reinado sabio, ecuánime, prudente. En los territorios reconquistados por él, nunca hubo vencedores y vencidos. Con razón es proclamado «señor de la convivencia de cristianos, musulmanes y judíos». Contrajo dos matrimonios sucesivos, que fueron felices, y de ambos tuvo en conjunto trece hijos. Fue hombre de óptimos sentimientos y limpias costumbres. Además de administrar con sabiduría sus reinos, promovió las artes y las ciencias, y colaboró en la propagación de la fe. Vivió rodeado del respeto y afecto de unos y otros, y su muerte fue llorada por todos. Murió en Sevilla el 30 de mayo de 1252.
Oración: Oh Dios, que elegiste al rey san Fernando como defensor de tu Iglesia en la tierra, escucha las súplicas de tu pueblo que te pide tenerlo como protector en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano     

Santa Juana de Arco
Vírgen
Nació en Domrémy (Lorena, Francia) el año 1412 en el seno de una familia campesina. Era el tiempo de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra. A los trece años empezó Juana a tener experiencias extraordinarias y visiones de santos que le decían que su misión era librar a Francia. Aunque era analfabeta, se abrió camino para hablar con el rey Carlos VII. Consiguió que, vestida de guerrero, la pusieran en cabeza del ejército que conquistó Orleans y otras plazas. Pero el rey cambió luego de actitud y Juana fue arrestada y entregada a los ingleses, quienes la sometieron a un juicio que la condenó como hereje, por lo que fue quemada viva en Rouen (Normandía) el año 1431. La Iglesia la rehabilitó en 1456, y la canonizó en 1920.
© Directorio Franciscano  

Palabras del Papa Francisco
“¿Soy capaz de escuchar al Espíritu Santo? ¿Soy capaz de pedir inspiración antes de tomar una decisión o de decir una palabra o hacer algo? ¿Mi corazón está tranquilo, sin emociones, es un corazón fijo? … Hay algunos corazones, si hiciésemos un electrocardiograma espiritual el resultado sería lineal, que no tienen emociones. También en los evangelios están estos, pensemos en los doctores de la ley: eran creyentes en Dios, sabían todos los mandamientos, pero su corazón estaba cerrado, parado, no se dejaban inquietar. Hay que dejarse preocupar por el Espíritu Santo… Sentir y discernir: discernir aquello que siente mi corazón, porque el Espíritu Santo es el maestro del discernimiento. Pidamos también nosotros la gracia de escuchar lo que el Espíritu dice a nuestra Iglesia, a nuestra comunidad, a nuestra parroquia, a nuestra familia y a cada uno de nosotros, la gracia de aprender este lenguaje de escuchar al Espíritu Santo”.

Tema del día:
Los frutos del Espíritu Santo
AMOR: el fruto que nos da a Dios mismo. “El Amor viene de Dios, hace presente a Dios, es Dios con nosotros”.

GOZO: la primera manifestación del amor. El gozo espiritual es el disfrute de la presencia amorosa de Dios. ¡Espíritu Santo, invádenos con tu gozo!

PAZ: un regalo de Cristo Resucitado. La alegría plena, reposada, serena, honda, una alegría total, se alcanza con la tranquilidad del espíritu, cuando recibimos la paz. El don de sabiduría, que nos hace gustar, saborear las cosas de Dios, es como el peldaño que conduce a la paz.

PACIENCIA: saber que Dios no se retrasa. Las almas dóciles al Paráclito producen este fruto ante los obstáculos. No pierden la paz ante la enfermedad, la contradicción, los defectos ajenos, las calumnias, y ante los propios fracasos espirituales. “Y a su hora, en el tiempo oportuno, cuando las lluvias tempranas y tardías han regado nuestra vida, el milagro se produce, y se convierte el desierto en vergel”.

LONGANIMIDAD: presencia de ánimo. Es el fruto del espíritu que nos da ánimo para tender a lo bueno, aunque haya que esperar, mucho, para alcanzarlo. Nos ayuda a esperar todo el tiempo necesario, antes de alcanzar las metas ascéticas o apostólicas que nos proponemos, pensando que las dilaciones son queridas o permitidas por Dios.

BONDAD: buscando siempre el bien de los demás. Hacemos el bien con sencillez sin jactarnos de ello y solo buscando la aprobación de Dios. Realizamos el bien sin buscar agradecimientos o dependencias de los favorecidos. Compartimos los bienes espirituales y materiales en comunidad de fe y de amor. “No se cansen de obrar el bien, porque a su tiempo nos vendrá la cosecha, si no desfallecemos…y hacemos el bien a todos”.
Gál. 6: 9-10.

BENIGNIDAD: sentir la dulzura del Espíritu. Transforma nuestras relaciones humanas en bendiciones divinas. Vivimos una dulce participación de la suavidad de Dios, encarnada en Cristo. Se manifiesta con amabilidad en las palabras, con suavidad en la convivencia y en el trato, y con servicialidad comunicativa en el actuar.

MANSEDUMBRE: soportarlo todo con paz. Da la fortaleza  para soportar malas palabras, mal comportamiento, gestos y actos amenazadores y toda clase de  injusticias contra uno mismo o nuestros amigos. Desecha la ira, porque el Espíritu de Dios reposa en el hombre humilde y dulce.

FE: mirar con los ojos de Dios. Es entregarse en las manos de Dios y aceptar su palabra. La fe fundamenta y dirige la obediencia, la confianza, el abandono. “Déjate guiar por el viento y por el fuego del Espíritu, pues la fe es estimulante, fermentadora”.

MODESTIA: el coraje de los humildes. Por este fruto, el creyente sabe que sus talentos son regalo de Dios y los pone al servicio de los demás. “Deja que Dios entre en tu vida, déjate querer por Dios, deja que Él te transforme, te cambie, te guíe, te forme. Eso sí es humildad”.

CASTIDAD Y CONTINENCIA: testigos de la fidelidad y la ternura de Dios. Nos inclina a vivir la sexualidad como servicio a la vida, para hacer de nuestro cuerpo una entera alabanza. Por estos frutos el alma está vigilante para evitar lo que pueda dañar la pureza interior y exterior.

“No entristezcáis al Espíritu de Dios con el que fuisteis sellados para el día de la Redención”. Ef 4, 30.

“Llenaos del Espíritu Santo”. Ef 5, 18

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por las necesidades de las siguientes personas: Ventura Esperanza Z., (76 años, Miami, USA), con problemas lumbares, anemia, osteoporosis y depresión; Josefina K., (82 años, México), enferma de los pulmones; Violeta Edda, (69 años, USA), con enteritis crónica, cirrosis y plaquetas bajas; María Irene, (73 años, Argentina), con diabetes y problemas circulatorios en las piernas; Kelley Owen, (60 años, Canadá), delicada de la columna y las piernas con dificultad para moverse; Marta T. P., (75 años, Canadá), anémica por falta de hierro; Carola A. C., (74 años, Perú), en tratamiento por cáncer pulmonar; Louis H., (84 años, Canadá), con sangrado prostático; Elisa Z., (Argentina), en proceso de recuperación pero no enteramente bien todavía; Consuelo M., (México), enferma de cáncer; y Jorge A., (México), con padecimientos varios de salud. Oramos por todos ellos pidiendo la intercesión de la Santísima Virgen María. 

Pedimos oración para las siguientes personas de México: Cristina L. F., a quien realizan hoy un estudio urológico; Olivia A., por su completa recuperación; Martha O., que sufrió un accidente y está muy grave; y por la total recuperación de Pilar M. ¡Te lo pedimos Señor!

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Mayo 30
Te damos gracias, María. Virgen más bella que el sol, porque nos has dado al Cristo, porque nos has dado a Dios.
Que todos los ángeles bendigan a María, y espíritus celestiales bendigan al Señor.
Que la luna y el sol bendigan a María, y las claras estrellas bendigan a María, y que las nieves blancas bendigan al Señor.
Los hijos bendigamos a María, los hombres bendigamos al Señor.
Madre, que todas las edades te bendigan y alaben al Señor.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

lunes, 29 de mayo de 2017

Pequeñas Semillitas 3342

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3342 ~ Lunes 29 de Mayo de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Aconteció que un empresario tuvo que llamar por teléfono con urgencia un poco más allá de las seis de la mañana. Lamentablemente, al marcar el número se equivocó y le contestó una somnolienta voz de mujer. Pidió excusas y cortó la comunicación.
Pasados unos minutos, volvió a llamar y, para su total desesperación, de nuevo escuchó la voz de misma mujer recientemente despertada. Pidió disculpas una y otra vez. Pero la mujer lo interrumpió:
—No tiene por qué pedirme perdón —le dijo muy tranquilamente—; estoy sentada en la terraza bebiendo una taza de té, mientras disfruto de una espléndida salida de sol. Si usted no me hubiera despertado, me la habría perdido.
A veces tenemos que saber sacar provecho aun de nuestras equivocaciones. Porque en verdad, nada sucede si no es por alguna razón…

¡Buenos días!

Nivel de inmoralidad
San Pablo precave a los primeros cristianos de los vicios de entonces entre los paganos. A los gálatas les dice: “Se sabe muy bien cuáles son las obras de la carne: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza”. En las cartas del Apóstol encontramos varios de estos catálogos de vicios.

El gran escritor inglés, Chesterton, escribió un libro en el que un sacerdote hace de detective. En uno de los pasajes de la novela, el presbítero en conversación con un delegado de la policía, comenta que la inmoralidad reinante está jubilando al demonio. “Antiguamente, según los principios del cristianismo, se necesitaban doscientos demonios para hacer pecar a un cristiano; hoy, basta un demonio para doscientos cristianos…Y aun así, ese diablo, tiene tiempo para fumar su pipa”.

Jocosamente el novelista está señalando que en la sociedad moderna la seducción al mal anda por todas partes: en las modas, en las canciones, en el periódico, en la radio, en la TV, en los espectáculos, etc. Esta situación exige al cristiano una madurez moral más sólida que nunca, pues a falta de censura social, cada uno debe ser su propio censor. El Señor te bendiga y proteja.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús: «Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios». Jesús les respondió: «¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo». (Jn 16,29-33)

Comentario:
Hoy podemos tener la sensación de que el mundo de la fe en Cristo se debilita. Hay muchas noticias que van en contra de la fortaleza que querríamos recibir de la vida fundamentada íntegramente en el Evangelio. Los valores del consumismo, del capitalismo, de la sensualidad y del materialismo están en boga y en contra de todo lo que suponga ponerse en sintonía con las exigencias evangélicas. No obstante, este conjunto de valores y de maneras de entender la vida no dan ni la plenitud personal ni la paz, sino que sólo traen más malestar e inquietud interior. ¿No será por esto que, hoy, las personas van por la calle enfurruñadas, cerradas y preocupadas por un futuro que no ven nada claro, precisamente porque se lo han hipotecado al precio de un coche, de un piso o de unas vacaciones que, de hecho, no se pueden permitir?
Las palabras de Jesús nos invitan a la confianza: «¡Ánimo!: yo he vencido al mundo» (Jn 16,33), es decir, por su Pasión, Muerte y Resurrección ha alcanzado la vida eterna, aquella que no tiene obstáculos, aquella que no tiene límite porque ha vencido todos los límites y ha superado todas las dificultades.
Los de Cristo vencemos las dificultades tal y como Él las ha vencido, a pesar de que en nuestra vida también hayamos de pasar por sucesivas muertes y resurrecciones, nunca deseadas pero sí asumidas por el mismo Misterio Pascual de Cristo. ¿Acaso no son “muertes” la pérdida de un amigo, la separación de la persona amada, el fracaso de un proyecto o las limitaciones que experimentamos a causa de nuestra fragilidad humana?
Pero «sobre todas estas cosas triunfamos por Aquel que nos amó» (Rom 8,37). Seamos testigos del amor de Dios, porque Él en nosotros «ha hecho (...) cosas grandes» (Lc 1,49) y nos ha dado su ayuda para superar toda dificultad, incluso la muerte, porque Cristo nos comunica su Espíritu Santo.
Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Maximino
Obispo
San Maximino, que nació probablemente en Poitiers, se trasladó, desde muy joven, a Tréveris, atraído tal vez por la fama de san Agricio, obispo de esa ciudad. Ahí terminó sus estudios y sucedió al obispo en el cargo. Cuando san Atanasio fue desterrado a Tréveris, el año 336, san Maximino le recibió con grandes muestras de respeto y consideró como un privilegio poder ofrecer hospitalidad a tan distinguido siervo de Dios. San Atanasio, que permaneció dos años en Tréveris, alaba el valor, la prudencia y las nobles cualidades de su huésped, que ya entonces era famoso por sus milagros. También san Pablo, obispo de Constantinopla, encontró refugio y protección con el obispo de Tréveris, cuando el emperador Constancio le desterró.
San Maximino convocó el sínodo de Colonia que condenó a Eufratas como hereje y le depuso de su sede. Además, previno al emperador Constante, cuya residencia favorita era Tréveris, contra los errores de los arrianos y se opuso a ellos en todas las ocasiones que se le presentaron. Por eso, posteriormente, los arrianos de Filipópolis excomulgaron al mismo tiempo a san Atanasio y a san Maximino. No sabemos con exactitud cuándo murió san Maximino; pero se dice que su sucesor, Paulino, tomó posesión de la sede el año 347. A lo que parece, San Maximino compuso muchas obras, pero no se conserva ninguno de sus escritos.

Santa Úrsula Ledóchowska
Virgen y Fundadora
Nació el año 1865 en Loosdorf (Austria), de familia noble y muy religiosa. Entre sus hermanos, María Teresa, fundadora de las Claverianas, fue beatificada por Pablo VI, y Vladimiro fue superior general de la Compañía de Jesús. En 1883 la familia se trasladó a Polonia. A sus 21 años, entró ella en las Ursulinas de Cracovia. Destacó por su amor al Señor, su talento educativo y su sensibilidad ante las necesidades de los jóvenes en las difíciles circunstancias de su tiempo. Con la bendición de san Pío X, emprendió, en medio de grandes dificultades, su trabajo apostólico en Rusia, Finlandia, Suecia y Dinamarca. Durante su estancia en Escandinavia, trabajó en la promoción del compromiso ecuménico. Con la aprobación de la Santa Sede transformó su convento en la nueva congregación de Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante, centrada en la contemplación del amor salvífico de Cristo y en la labor educativa y de servicio a los indigentes. Murió en Roma el 29 de mayo de 1939. Juan Pablo II la canonizó el año 2003.

Pensamiento del día

“Si tú crees que no te alcanza el tiempo,
puedes estar seguro de que no estás aprovechando bien
y en forma ordenada el tiempo que sí tienes.
Organiza bien las cosas que tienes que hacer,
organiza tus prioridades y verás que sí te alcanza el tiempo
para lo que, de verdad, quieres hacer”.

Tema del día:
La alegría cristiana
Se suele oír con relativa frecuencia que el cristiano no debe estar triste, ni melancólico, que no ha de poner cara de tal o cual, que la fe cristiana nos tiene que mantener alegres. ¿Pero cuál es la verdadera alegría del cristiano? Hay alegría nociva y hay alegría inocente y santa. La primera no debe llamarse alegría porque es fuente de amargura y tristeza. La alegría inocente y santa es la que constituye el verdadero torrente de paz y consuelo para el alma.

El origen de la verdadera alegría es la virtud. Donde hay mayor virtud, hay mayor alegría; y donde está la virtud perfecta, allí se encuentra la perfecta y única alegría. La alegría cristiana es verdadera cuando precede de la virtud, entonces es santa en su origen, santa en sus motivos y santa en sus obras.

Sólo podemos ser felices poseyendo al Señor y gozando de Él. Nuestra alegría es más o menos perfecta según la mayor o menor perfección de nuestras virtudes, en las que consiste la posesión de Dios. Cuando verdaderamente amamos a Dios, le poseemos, y tal posesión es la fuente inagotable de verdadera alegría; una alegría como nunca podrá sospechar el mundo. Ni las adversidades más terribles que sobrevengan, ni las angustias que nos aflijan, ni los sufrimientos que se experimenten, pueden turbar la interior alegría de los que poseen a Dios sin temor de perderle, como no sea por su propia pecado. Reboso de gozo en todas nuestras tribulaciones (2 Cor. 7, 4). Poseyendo a Dios por la virtud, el corazón está totalmente ocupado en amar; y entonces, ni la pérdida de las riquezas le turba, ni las contrariedades le inquietan, ni la ambición tiene cabida en él, porque sólo Dios ocupa todas las potencias del alma.

He aquí la verdadera alegría cristiana, la que todos hemos de desear, aspirar y luchar por conseguir. Es la alegría de quien tiene al Señor porque ha renunciado decididamente al pecado, con todas las fuerzas, y sólo deseo agradar a Dios, y hacer su santa voluntad. Es la alegría de quien ha llegado a renunciar a su propio yo personal, y sólo busca complacer a Dios con indiferencia total a su propia vida, sabiendo que el Señor dispone enteramente de ella, a su gusto y placer.

Sólo una puerta tiene la tristeza para penetrar en el alma virtuosa, la puerta del propio pecado. Pero el amor a la virtud, a la fidelidad a Dios, la mantendrá siempre cerrada. Si se pierde a Dios, entonces está todo perdido; y la tristeza del alma no tendría límites. El alma virtuosa ve con horror el pecado, no puede ni siquiera pensar en él, pues no tiene más deseos que agradar al Salvador. Toda la alegría del alma virtuosa consiste en saborear los divinos deleites que brotan de las Sagradas Llagas del Redentor.

Cuánta es la tristeza y desolación de quienes andan sumidos en los goces del mundo, que son los goces de la carne; aquí buscan su falsa y angustiosa alegría. La falsa alegría de la complacencia de los gustos personales, de la satisfacción de los propios deseos. Siempre la carne que mueve al hombre, siempre el oscuro deseo del placer; la constante obstinación de no hacer la voluntad divina, es más, la osadía temeraria y obscena de querer rebajar a Dios al nivel de la propia debilidad humana. El hombre en su pecado de soberbia se atreve a vivir según su propia voluntad, alejado del mandato divino. La alegría del mundo es perniciosa en su origen, lo es en sus motivos y lo es sus fines.

La alegría cristiana es santa en sus motivos, pues el alma virtuosa medita las perfecciones de Dios, las maravillas de sus obras, sus beneficios temporales y sus promesas eternas. “Me has alegrado, ¡oh Señor!, con tus obras, y me gozo en las obras de tus manos” (Sal. 91, 5). El gozo del salmista son las obras de Dios. Grande son la alegría y felicidad del alma virtuosa cuando considera las incomprensibles perfecciones de Dios; si busca la inmensidad, la ve personificada en Dios; si pretende encontrar la omnipotencia, en Dios la encuentra y se somete a ella; si aspira a la santidad, en Dios tiene el modelo perfectísimo; si busca la justicia o la misericordia, la fe le enseña que sólo Dios es infinitamente justo y misericordioso. Examinando y meditando las perfecciones de Dios, el alma queda extasiada y sobrecogida de ver como todo lo ha previsto el Creador. Como todo está perfectamente ordenado para la gloria de Dios y bien del hombre. Como todo lleva a Dios. “Después de haber esperado en tu piedad, que se alegre mi corazón en tu socorro, que pueda contar del Señor: Bien me proveyó” (Sal. 12, 6).

La alegría cristiana es verdadera, porque es santa en sus obras; causa tranquilidad de conciencia en todas sus acciones y obras, así como perplejidad y desconcierto en el mundo, que no puede entender que tal paz interior y serenidad provenga de la virtud, de la santidad, del amor a Dios por encima de todas las cosas. El pecador encontrándose fuera de su propio centro, es decir, alejado de Dios, busca infructuosamente su tranquilidad y reposo de objeto en objeto, de diversión en diversión, de placer en placer. La alegría que busca el pecador está viciada en su origen, porque su origen es el amor que pone en las criaturas, en lugar de ponerlo en Dios. Nunca satisfará su corazón, y la alegría con la que sueña se convertirá en melancolía y tristeza. La alegría que busca el pecador también está viciada en sus efectos. El afán de placer, de lucro, de comodidad; huye del esfuerzo, del sacrificio, de la abnegación; Dios nada tiene que ver en su vida; todas sus acciones son causa de frustración, y tienen su origen en el pecado.

Todo lo contrario sucede con la verdadera alegría a cristiana. El alma se alegra en el Señor, porque ha renunciado a sí misma, a sus propios gustos, deseos e iniciativas, porque se niega a sí misma, porque en la oración, sacrificio y penitencia domina su soberbia y combate al maligno que como león rugiente ronda constantemente. El Señor hace al alma virtuosa, porque el alma busca la virtud no escatimando esfuerzos y sacrificios para ello. El alma que encuentra al Señor, que lo posee, lo encuentra todo en su vida, lo tiene todo en su vida, nada busca, únicamente conservar al amor divino en su alma y engrandecerlo; porque el alma presiente la infinitud divina de Dios, haciendo que aquella desee constantemente amar más y más, con un deseo inagotable, que no cesa, que no se satisface porque no puede abarcar la divinidad infinita.

Qué distinta es la alegría cristiana de la del mundo, (pero también de la que nos presentan los modernistas), verdadera caricatura de la alegría cristiana. Los justos y virtuosos son los verdaderamente alegres, porque poseen a Dios renunciando a sí mismos.
© Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Ana María, de Córdoba, Argentina, quien luego de 95 años de vida piadosa, ha sido llamada a la casa del Padre celestial.

Pedimos oración por la salud de la Hermana Feliceta, internada con proceso de neumonía, y de la Hermana Dominga, operada y ahora en recuperación kinésica, ambas residentes en Córdoba, Argentina. Sumamos a todas las religiosas y sacerdotes que atraviesan problemas de salud, para que el Señor les conceda sus gracias de sanación.

Pedimos oración por Flor (Florencia), de Santiago del Estero, Argentina, que cursa una gestación de 10 semanas. Rogamos a la Santísima Virgen que bendiga y proteja su maternidad.

Pedimos oración para el señor Alberto Leonardo M., de 82 años de edad, de Córdoba, Argentina, afectado de melanoma, haciendo tratamiento, y con problemas también de tumor de pulmón cercano a la pleura (no operable). Invocamos la mediación de la Virgen de Lourdes para que lo fortalezca, lo acompañe con su amor maternal y pida por él a Jesús.

Pedimos oración para dos personas de Buenos Aires, Argentina: Haydee Norma M., que padece cáncer de hígado, tiene alrededor de 80 años; y Eduardo A., de aproximadamente 65 años, con cáncer de huesos. Ante lo irreversible de estas enfermedades pedimos que se haga la voluntad de Dios y no la nuestra, pero que el Señor les evite el dolor físico, de ser posible.

Pedimos oración por Silvina, de Ushuaia, Argentina, 22 años. Tuvo un serio accidente hace cuatro días y está en muy delicado estado. La encomendamos a las Santas Manos de Jesús.

Pedimos oración por el completo restablecimiento de la salud de Stefanía Lourdes, actualmente en Whásington, USA, con problemas de infección respiratoria y broncoespasmo, y en viaje, muy lejos de su hogar.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Mayo 29
Sin par es tu gloria, pues de ti nació
el Dios de la hostia, cautivo de amor.
Danos, oh María, fuerza, amor y luz,
en el pan de vida, danos a Jesús.
Te materna mano preparó gentil,
Reina fiel del  hombre, nuestro gran festín;
tú dejaste el mundo, Madre celestial,
de tu seno el fruto, trocado en manjar.
Prepara, oh María, nuestro corazón
a ser cada día de Jesús mansión.
Madre de todos los tiempos, que hoy y siempre reine Jesús en el mundo.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-