domingo, 31 de agosto de 2014

Pequeñas Semillitas 2449

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2449 ~ Domingo 31 de Agosto de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
“Si uno quiere salvar su vida, la perderá, pero el que la pierde por mí, la encontrará”. Jesús no está hablando de un tema religioso. Está planteando a sus discípulos cuál es el verdadero valor de la vida. El dicho está expresado de manera paradójica y provocativa. Hay dos maneras muy diferentes de orientar la vida: una conduce a la salvación, la otra a la perdición. Jesús invita a todos a seguir el camino que parece más duro y menos atractivo, pues conduce al ser humano a la salvación definitiva.
El primer camino consiste en aferrarse a la vida viviendo exclusivamente para uno mismo: hacer del propio “yo” la razón última y el objetivo supremo de la existencia. Este modo de vivir, buscando siempre la propia ganancia o ventaja, conduce al ser humano a la perdición.
El segundo camino consiste en saber perder, viviendo como Jesús, abiertos al objetivo último del proyecto humanizador del Padre: saber renunciar a la propia seguridad o ganancia, buscando no solo el propio bien sino también el bien de los demás. Este modo generoso de vivir conduce al ser humano a su salvación.
Buscamos insaciablemente bienestar, pero ¿no nos estamos deshumanizando siempre un poco más? Queremos “progresar” cada vez más, pero, ¿qué progreso es este que nos lleva a abandonar a millones de seres humano en la miseria, el hambre y la desnutrición? ¿Cuántos años podremos disfrutar de nuestro bienestar, cerrando nuestras fronteras a los hambrientos?
José Antonio Pagola

¡Buenos días!

Cómo llama Dios
La vida de todo cristiano reclama ser vivida como “vocación”, como respuesta a un llamado. A todos Jesús nos dice: ¡Sígueme! El cristiano es por definición un “llamado”, llamado a seguir a Cristo, a estar con él, a compartir su estilo de vida y su misión en favor de los hombres. Cada uno, en su vida concreta de casado, soltero o célibe; rico o pobre…

Examina tu corazón, en el que arde quizá, desde hace tiempo, el anhelo de algo grande. Piensa si no será Dios el que te está hablando bajito, con las palabras de un amigo, tras la aparente monotonía de la vida. Considera quién golpea suavemente tu alma. Quizás lleva tiempo hablándote, y no lo has descubierto todavía, como les sucedió a aquellos dos discípulos que caminaban con Jesús hacia Emaús. Jesús caminaba a su lado, alejándose de Jerusalén, como un peregrino más. Cuando oraron con Él se dieron cuenta de que habían estado junto al Señor sin saberlo. Mientras tanto, vive alerta. Interroga los rostros y los sucesos. Ahí, entre la monotonía de los días iguales, puede estar llamándote Dios.

Hay llamadas de Dios que exigen un cambio fundamental en la vida, pero otras más sutiles sólo significan una nueva orientación dentro de tus habituales ocupaciones. Lo importante es vivir siempre alerta al Espíritu de Dios que nos hace llegar inspiraciones y mociones para vivir una vida más plena y satisfactoria, más generosa y entregada.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los senadores, sumos sacerdotes y letrados y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte». Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios».
Entonces dijo a los discípulos: «El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si malogra su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del Hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta» (Mt 16,21-27)

Comentario
Hoy, contemplamos a Pedro —figura emblemática y gran testimonio y maestro de la fe— también como hombre de carne y huesos, con virtudes y debilidades, como cada uno de nosotros. Hemos de agradecer a los evangelistas que nos hayan presentado la personalidad de los primeros seguidores de Jesús con realismo. Pedro, quien hace una excelente confesión de fe —como vemos en el Evangelio del Domingo XXI— y merece un gran elogio por parte de Jesús y la promesa de la autoridad máxima dentro de la Iglesia (cf. Mt 16,16-19), recibe también del Maestro una severa amonestación, porque en el camino de la fe todavía le queda mucho por aprender: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios» (Mt 16,23).
Escuchar la amonestación de Jesús a Pedro es un buen motivo para hacer un examen de conciencia acerca de nuestro ser cristiano. ¿Somos de verdad fieles a la enseñanza de Jesucristo, hasta el punto de pensar realmente como Dios, o más bien nos amoldamos a la manera de pensar y a los criterios de este mundo? A lo largo de la historia, los hijos de la Iglesia hemos caído en la tentación de pensar según el mundo, de apoyarnos en las riquezas materiales, de buscar con afán el poder político o el prestigio social; y a veces nos mueven más los intereses mundanos que el espíritu del Evangelio. Ante estos hechos, se nos vuelve a plantear la pregunta: «¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si malogra su vida?» (Mt 16,26).
Después de haber puesto las cosas en claro, Jesús nos enseña qué quiere decir pensar como Dios: amar, con todo lo que esto comporta de renuncia por el bien del prójimo. Por esto, el seguimiento de Cristo pasa por la cruz. Es un seguimiento entrañable, porque «con la presencia de un amigo y capitán tan bueno como Cristo Jesús, que se ha puesto en la vanguardia de los sufrimientos, se puede sufrir todo: nos ayuda y anima; no falla nunca, es un verdadero amigo» (Santa Teresa de Ávila). Y…, cuando la cruz es signo del amor sincero, entonces se convierte en luminosa y en signo de salvación.
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès, Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II

"El verdadero conocimiento y la auténtica libertad se hallan en Jesús.
Dejad que Jesús forme parte siempre de vuestra hambre de verdad y justicia,
y de vuestro compromiso por el bienestar de vuestros semejantes"
San Juan Pablo II

Tema del día:
El valor de la vida
El evangelio de hoy es la continuación del domingo pasado, cuando Jesús prometía el primado o la principal responsabilidad en la Iglesia a san Pedro, ya que había tenido la valentía, inspirado por Dios, de proclamar que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios. Las palabras de hoy son desconcertantes porque Jesús le dice a Pedro que actúa mal, dejándose ahora llevar por el instinto humano, cuando le quiere apartar del verdadero mesianismo, el que quiere su Padre del cielo. San Pedro en ese momento, que todavía no es santo, hace las veces de tentador y Jesús le rechaza como si fuese Satanás, de la misma manera que le rechazó en el desierto.

Quizá para que sus discípulos no se hicieran falsas ilusiones, según era el concepto materialista y triunfante que tenían sobre el Mesías, les dice cuál es su futuro y el de todos aquellos que quieran seguirle. Les habla de sufrimiento, que es además la voluntad de su Padre. Por eso dice que “tiene que ir”. No es acoger el dolor por el dolor, pues sería masoquismo. No se trata de un conformismo, sino que es aceptar la cruz por amor, porque es un bien para la humanidad y es la suprema muestra de amor de Dios por nosotros. Tampoco es que todo va a terminar en cruz. Jesús habla ya de resurrección, porque en cristiano toda cruz termina en gloria. Pero san Pedro no se fija en esto último, sino que le ha impresionado lo del sufrimiento, porque le parece un contrasentido hablar de mesianismo y de sufrimiento al mismo tiempo. Quizá también pensaba que si la cruz le venía al Maestro, otros males les vendrían a los discípulos.

La respuesta de Jesús es la misma que había usado para rechazar a Satanás que le quería seducir con la gloria mundana. Hay una tentación constante en nosotros y en la Iglesia: la tentación de compartir el poder con los poderosos, los muy ricos o con los que tienen algún éxito material. La respuesta de Jesús, más que dura, es teológica y pedagógica. Es como una nueva invitación a seguirle, sin intentar enmendarle. Es también un hacerle ver a Pedro y a nosotros que hay dos modos de concebir la vida: al modo humano o al modo divino, según “la carne y la sangre” o según la mirada de Dios.

Y Jesús luego les dice cómo debe actuar el que quiera ser discípulo suyo. Debe “negarse a sí mismo”. Esta es una expresión oriental que significa: “Vivir de cara a los demás, no ser egoísta”. Esto nos dará sufrimientos, conflictos y hasta quizá habrá que arriesgar la vida; pero ese desprenderse de sí mismo, amar, perder la vida por hacer el bien, en realidad es “ganarla”. El anuncio del Evangelio trae consigo la persecución y el sufrimiento. Quizá cuando san Mateo recogía estas palabras de Jesús estaba viendo que en verdad las persecuciones ya se estaban dando. Pero todo este pronunciamiento de Jesús es como un grito de alegría y esperanza: perder la vida por la Causa de Jesús nos habilita para alcanzar la plenitud, la gloria de la resurrección.
P. Silverio Velasco

Nuevo video

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Nunca olvidemos agradecer
Una vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Damos gracias a Dios por la vocación religiosa de Valeria Méndez, de Edo Zulia, Venezuela, que seguirá los pasos de su tía la Hermana Lucila Méndez, querida amiga de “Pequeñas Semillitas” desde hace ya varios años. Valeria, al igual que una compañera de vocación, llamada Aymara, también venezolana, han hecho hace pocas horas sus primeros votos en la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Roguemos siempre por las vocaciones sacerdotales y religiosas… y agradezcamos a Dios por las nuevas que va concediendo.

Un estímulo todos los días
Agosto 31
Cuando leemos el Evangelio suele haber cosas que no nos convencen del todo, o que nos parecen equivocadas. Por ejemplo, si estamos llenos de odio nos molesta que Jesús hable de amor a los enemigos. Si queremos quedarnos con la mujer de otro nos molesta que Jesús nos reproche mirar con deseo a la mujer ajena.
Por eso, cuando algo nos desagrada en la enseñanza del Señor, no significa que Dios esté equivocado. Tenemos que preguntarnos siempre si no hay en nosotros un límite, una dificultad para comprender, una debilidad que todavía tenemos que sanar. Bien decía San Agustín: “Así como la luz, agradable para el ojo sano, es un martirio para el ojo enfermo, tu justicia, Señor, no agrada a los injustos, que prefieren las partes bajas de la tierra como las víboras o los gusanos” (Confesiones 7,16).
Siempre estamos llamados a crecer, pero por dentro nos resistimos al cambio. Por eso siempre hay en el Evangelio algo que no nos agrada del todo, algo que nos molesta, algo que nos desafía, para que descubramos eso que todavía no alcanzamos a ver. Sólo si estamos permanentemente abiertos a los constantes desafíos que el Señor nos presenta, alcanzaremos la verdadera paz. La paz nunca se conquista escapando de la verdad.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

sábado, 30 de agosto de 2014

Pequeñas Semillitas 2448

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2448 ~ Sábado 30 de Agosto de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Llegamos al sábado y hoy vamos a iniciar la edición de “Pequeñas Semillitas” con una reflexión simple pero muy cierta: ¿Qué es esto de “hacer el bien sin mirar a quién“?
Muy fácil, consiste en que al hacer cosas por alguien simplemente las hagamos, sin esperar agradecimientos.
No busquemos reconocimiento y agradecimiento… hagamos lo que ha de hacerse. A su tiempo Dios nos agradecerá todo aquello que hacemos.
Muchas veces la gente que está en nuestro entorno no se da cuenta de lo mucho que hacemos por estar con ellas, aun cuando no logramos entenderlas.

¡Buenos días!

Conserva la calma
Serenidad es calma interior, sosiego, estabilidad de ánimo, dominio de uno mismo. La serenidad proporciona una fuerte energía vital. La serenidad no es apatía, impasibilidad o dejadez. La serenidad va de la mano de la ponderación y de la objetividad. No hace tragedia de pequeños sucesos negativos. No dramatiza.

El ascensor lleno de gente se quedó atascado, y enseguida comenzó a producirse el pánico. Incapaz de hacerlo subir o bajar, la nueva ascensorista no ocultaba su inquietud. Los pasajeros estaban tensos de ansiedad. De repente, desde el fondo del ascensor se oyó una voz tranquila que dijo: —Tómelo con calma, hija. Si usted no puede manejarlo, yo puedo hacerlo. Trate de recordar las instrucciones, y le vendrán a la memoria. Reinó el alivio. La muchacha reflexionó por unos instantes, empujó una palanca y ascendimos. El hombre que había evitado el pánico bajó en mi piso. —¿Pero, usted sabe manejar ese aparato? —indagué. —¡Qué voy a saber! Había que animar a la chica.

El autodominio es importante para ser libre, pues de lo contrario serás prisionero de ti mismo. No aceptes ser esclavo de tus sentimientos negativos, como el miedo, la ansiedad, el descontento, etc. Deslígate de ellos, despréndelos de tu vida, suéltalos, simplemente, déjalos. Se trata de estar alerta y no darles manija, porque crecen.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Un hombre, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio, el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor.
»Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: ‘Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado’. Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor’. Llegándose también el de los dos talentos dijo: ‘Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado’. Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor’.
»Llegándose también el que había recibido un talento dijo: ‘Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo’. Mas su señor le respondió: ‘Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes’». (Mt 25,14-30)

Comentario
Hoy contemplamos la parábola de los talentos. En Jesús apreciamos como un momento de cambio de estilo en su mensaje: el anuncio del Reino ya no se limita tanto a señalar su proximidad como a describir su contenido mediante narraciones: ¡es la hora de las parábolas!
Un gran hombre decide emprender un largo viaje, y confía todo el patrimonio a sus siervos. Pudo haberlo distribuido por partes iguales, pero no lo hizo así. Dio a cada uno según su capacidad (cinco, dos y un talentos). Con aquel dinero pudo cada criado capitalizar el inicio de un buen negocio. Los dos primeros se lanzaron a la administración de sus depósitos, pero el tercero —por miedo o por pereza— prefirió guardarlo eludiendo toda inversión: se encerró en la comodidad de su propia pobreza.
El señor regresó y... exigió la rendición de cuentas (cf. Mt 25,19). Premió la valentía de los dos primeros, que duplicaron el depósito confiado. El trato con el criado “prudente” fue muy distinto.
El mensaje de la parábola sigue teniendo una gran actualidad. La separación progresiva entre la Iglesia y los Estados no es mala, todo lo contrario. Sin embargo, esta mentalidad global y progresiva esconde un efecto secundario, peligroso para los cristianos: ser la imagen viva de aquel tercer criado a quien el amo (figura bíblica de Dios Padre) reprochó con gran severidad. Sin malicia, por pura comodidad o miedo, corremos el peligro de esconder y reducir nuestra fe cristiana al entorno privado de familia y amigos íntimos. El Evangelio no puede quedar en una lectura y estéril contemplación. Hemos de administrar con valentía y riesgo nuestra vocación cristiana en el propio ambiente social y profesional proclamando la figura de Cristo con las palabras y el testimonio.
Comenta san Agustín: «Quienes predicamos la palabra de Dios a los pueblos no estamos tan alejados de la condición humana y de la reflexión apoyada en la fe que no advirtamos nuestros peligros. Pero nos consuela el que, donde está nuestro peligro por causa del ministerio, allí tenemos la ayuda de vuestras oraciones».
Rev. D. Albert SOLS i Lúcia (Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Rosa de Lima
Patrona de Perú, América y las Filipinas
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

Tema del día:
Un “pecado parroquial”
1) Para saber
En la reciente audiencia del pasado miércoles, ante más de 12.000 peregrinos, el Papa Francisco habló de la unidad de los cristianos. Explicó que Jesús quiso que sus discípulos estuvieran unidos. Sin embargo, desgraciadamente no falta quien pretende sembrar divisiones dentro de la misma Iglesia. Tal es el caso de algunas guerras pasadas, pero eso no es cristiano, señaló el Papa. Detrás de esas obras de conflicto está la obra del demonio quien se afana por dividir la Iglesia.

Pero no solo hay que pensar en las herejías, explicó el Papa, como los únicos pecados contra la unidad. Hay otros que suelen ser más frecuentes y comunes que el Papa Francisco denominó como “pecados parroquiales”, como lo sería el hablar mal de alguien a sus espaldas o dejarse llevar por la envidia. Suele suceder, dijo, que en las mismas parroquias cuando uno es elegido presidente de la asociación, se habla mal de él. O si a una la nombran encargada de las catequesis, las demás hablan mal de ella... Pero esto no es la Iglesia, esto no se debe hacer, enfatizó el Papa.

2) Para pensar
Agustín de Foxá fue un poeta y diplomático español del siglo XX que además ejerció el periodismo. Contaba con una riqueza y además estaba casado con una mujer muy guapa. Cuenta un amigo suyo que ante el importante éxito de una obra suya, al felicitarle le oyó decir: “Ya he empezado a hacer correr el rumor de que tengo úlcera de estómago”. Esto lo decía porque conocía su ambiente y así, cuando se enteraran del éxito obtenido, pudieran decir al menos: “Sí, tuvo gran éxito, pero el pobre está bastante mal de salud”, lo cual sería un alivio para todos los envidiosos.

En efecto, la envidia hace que no se soporte el éxito ajeno, es una falta de amor. Por algo dice un refrán que “Los hipócritas se alimentan del chisme, se desnutren de envidia y se mueren sin amigos”.

Un filósofo alemán del siglo XIX, llamado Arthur Schopenhauer, decía al respecto que “la envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren”.

Es una tentación que está al acecho para atacar y que hay que saber atajar. Pensemos cuál es nuestra reacción cuando a los demás les va mejor que a nosotros.

3) Para vivir
Un consejo nos da San Josemaría: “Si cortas de raíz cualquier asomo de envidia, y si te gozas sinceramente con los éxitos de los demás, no perderás la alegría” (Surco n. 93).

El Papa concluyó diciendo que la unidad debe ser un distintivo de los cristianos, porque Dios mismo es comunión y amor. El amor une, en cambio la envidia separa. La división entre cristianos, dijo el Papa, es una "obra del diablo” y no podemos ponernos de su lado.
Pbro. José Martínez Colín

Palabras del Papa Francisco

Tenemos que hacer seriamente un examen de conciencia. En una comunidad cristiana, la división es uno de los pecados más graves, porque la hace signo no de la obra de Dios, sino de la obra del diablo, el cual es, por definición, aquel que separa, que arruina las relaciones, que insinúa prejuicios… La división en una comunidad cristiana - sea una escuela, sea una parroquia, una asociación, donde sea - es un pecado gravísimo, porque es obra del diablo. Dios, en cambio, quiere que crezcamos en la capacidad de acogernos, de perdonarnos y de bien querernos, para parecernos cada vez más a Él, que es comunión y amor. En esto está la santidad de la Iglesia: en el reconocerse imagen de Dios, colmada de Su misericordia y de Su gracia.
Queridos amigos, hagamos resonar en nuestro corazón estas palabras de Jesús: «Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9). Pedimos sinceramente perdón por todas las veces que hemos sido motivo de división o de incomprensión al interno de nuestras comunidades, sabiendo bien que no se llega a la comunión, sino es a través de la continua conversión. ¿Y qué es la conversión?: “Señor, dame la gracia de no hablar mal, de no criticar, de no chismorrear, de querer bien a todos”. ¡Es una gracia que el Señor nos da! Esto es convertir el corazón, ¿no?
Y pedimos que el tejido cotidiano de nuestras relaciones pueda convertirse en un reflejo siempre más bello y gozoso de la relación entre Jesús y el Padre
Papa Francisco

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío (moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com  con el título: “Suscripción a Pequeñas Semillitas”.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Tiziana Ayelén (2 años), siete hermanitos de diversas edades y su mamá, todos de la ciudad de Córdoba, Argentina, que mañana serán bautizados en una ceremonia conjunta, incorporándose como miembros de la Iglesia. Que Nuestra Señora del Valle los proteja siempre y Jesús los bendiga y los conduzca por los mejores caminos en sus vidas.

Pedimos oración por Carmencita H., guatemalteca, que está sufriendo después de estar en cuidados intensivos muy grave por un cáncer en pulmón, por lo que rogamos a Jesús Sacramentado que la sane y la llene de fortaleza y amor. También pedimos oración por la familia de Luis Felipe M., de la misma nacionalidad,  ya que han tratado de secuestrar a su hija, pidiendo a Dios que convierta a las personas que les están haciendo tanto daño.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Agosto 30
Una de las grandes virtudes es la fe. Por ella creemos en Dios y en lo que él nos reveló. Pero no se trata sólo de aceptar las verdades de la fe, ya que no es únicamente una cuestión intelectual. Se trata de un corazón que se deja enseñar por Dios, porque reconoce que no puede alcanzar la verdad solo y que necesita ser iluminado. La fe es también apoyarse en Dios para encontrar el verdadero sentido de la vida, es creer que la verdad profunda de nuestra existencia está realmente en él.
Con la fe se ilumina la mirada interior para poder ver más allá de lo que indican las apariencias. Si miro a las personas desde la fe, puedo reconocer que no son sólo un montón de huesos, de músculos y de nervios; son imagen de Dios. Además, la fe permite descubrir en la vida un por qué y un para qué. A veces, hasta los que se dicen ateos pueden vivir ciertas formas de fe; por ejemplo, cuando creen que hay algo más de lo que pueden mirar sus ojos, cuando sienten que la vida los supera y que ellos no tienen toda la verdad.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

viernes, 29 de agosto de 2014

Pequeñas Semillitas 2447

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2447 ~ Viernes 29 de Agosto de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Iba Don Bosco caminando por el centro de Turín, cuando tres conocidos suyos le salieron al paso y le pidieron ansiosamente que les dijera qué número deberían jugar cada uno para salir premiados en una lotería. Sin inmutarse el santo les respondió de inmediato: Jueguen estos tres números: el diez, el cinco y el catorce. ¡La suerte es segura! Cuando, satisfechos por la indicación de quien sabían tenía el don de clarividencia, ya se iban a despedir, Don Bosco añadió: Voy a explicarles mi adivinación: el número diez son los mandamientos de la ley de Dios, el cinco, los preceptos de la Iglesia, y el catorce, las obras de misericordia. Jueguen siempre estos números y serán afortunados en esta vida y en la otra.
Frente a la vida eterna que nos espera, es de tremenda importancia no perder el camino que conduce a la dicha sin fin con Dios. Jesús dijo claramente: “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero –¡la lotería!– si pierde su vida (eternamente)?” Es una verdad simple de nuestra fe, pero hay vivirla en día a día. Que esta luz oriente hoy todas tus tareas.

¡Buenos días!

El llamado de Dios
Para cultivar una buena disposición hacia el llamado de Dios, es fundamental el espíritu de oración. La piedad popular ha representado a la Virgen en oración, cuando recibe la embajada del ángel. Es indudable que Nuestra Señora guardaba un recogimiento habitual, tenía un espíritu de oración que la dispuso a recibir el mensaje divino y a aceptarlo.

Señor Jesús, te pedimos por los muchachos y chicas que invitas a seguirte de cerca; haz que sean capaces de desapegarse de las cosas de este mundo y abran su corazón a la voz que los llama.; que sientan el coraje de dedicarse por toda la vida, con un corazón no dividido, a ti y a la Iglesia; que crean que la gracia les dará la fuerza para tal donación y vean la belleza y la grandeza de la vida sacerdotal, religiosa y misionera. Haz, Señor, que los jóvenes sepan acoger con coherente aplicación las exigencias del llamado para el sacerdocio y para las otras formas de vida consagrada; bendícelos con la misericordia infinita de tu corazón. Amén.

Para percibir el llamado de Dios es preciso tener esa orientación habitual hacia lo divino, saber escuchar la voz del Señor en medio de los afanes de la vida diaria, y después contestar, como María, con un «Hágase en mí según tu palabra». La oración que te ofrezco hoy ha sido redactada por el Papa Juan Pablo II, recientemente canonizado.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Herodes había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano». Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto.
Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino». Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?». Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista». Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura. (Mc 6,17-29)

Comentario
Hoy recordamos el martirio de san Juan Bautista, el Precursor del Mesías. Toda la vida del Bautista gira en torno a la Persona de Jesús, de manera que sin Él, la existencia y la tarea del Precursor del Mesías no tendría sentido.
Ya, desde las entrañas de su madre, siente la proximidad del Salvador. El abrazo de María y de Isabel, dos futuras madres, abrió el diálogo de los dos niños: el Salvador santificaba a Juan, y éste saltaba de entusiasmo dentro del vientre de su madre.
En su misión de Precursor mantuvo este entusiasmo -que etimológicamente significa "estar lleno de Dios"-, le preparó los caminos, le allanó las rutas, le rebajó las cimas, lo anunció ya presente, y lo señaló con el dedo como el Mesías: «He ahí el Cordero de Dios» (Jn 1,36).
Al atardecer de su existencia, Juan, al predicar la libertad mesiánica a quienes estaban cautivos de sus vicios, es encarcelado: «Juan decía a Herodes: ‘No te está permitido tener la mujer de tu hermano’» (Mc 6,18). La muerte del Bautista es el testimonio martirial centrado en la persona de Jesús. Fue su Precursor en la vida, y también le precede ahora en la muerte cruel.
San Beda nos dice que «está encerrado, en la tiniebla de una mazmorra, aquel que había venido a dar testimonio de la Luz, y había merecido de la boca del mismo Cristo (…) ser denominado "antorcha ardiente y luminosa". Fue bautizado con su propia sangre aquél a quien antes le fue concedido bautizar al Redentor del mundo».
Ojalá que la fiesta del Martirio de san Juan Bautista nos entusiasme, en el sentido etimológico del término, y, así, llenos de Dios, también demos testimonio de nuestra fe en Jesús con valentía. Que nuestra vida cristiana también gire en torno a la Persona de Jesús, lo cual le dará su pleno sentido.
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)

Santoral Católico:
Martirio de Juan el Bautista
Memoria del martirio de san Juan Bautista, al que Herodes Antipas retuvo encarcelado en la fortaleza de Maqueronte y a quien, en el día de su cumpleaños, mandó decapitar a petición de la hija de Herodías. De esta suerte, el Precursor del Señor, como lámpara encendida y resplandeciente, tanto en la muerte como en la vida dio testimonio de la verdad (s. I). Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“En asuntos de amor los locos son los que tienen más experiencia.
De amor no preguntes nunca a los cuerdos;
los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca”
-Jacinto Benavente-

Tema del día:
Que Dios te bendiga
Cuando alguien te dice “Que Dios te bendiga” no solo te está deseando lo mejor para ti, sino que también está actuando en favor suyo.

Pues, cuando Bendices a alguien también atraes el favor de Dios hacia ti.

El efecto de la Bendición es multiplicador, ya que es dado por Dios a sus Hijos.

¡¡¡Bendiciones!!!  El significado de la bendición:

La bendición, invoca el apoyo activo de Dios para el bienestar de la persona, habla del agradecimiento, confiere prosperidad y felicidad en la persona que recibe buenos deseos de nuestra parte.

La bendición comienza en el hogar, en las relaciones de padres e hijos.

Los niños que reciben el regalo de la bendición de parte de sus padres, tienen un buen comienzo espiritual y emocional en la vida. Reciben un firme fundamento de amor y aceptación. Este principio también se aplica a la íntima relación de pareja.

Las amistades se profundizan y fortalecen, la hermandad de las Iglesias se incrementa, trayendo compañerismo, sanidad y esperanza a muchos que nunca han recibido una palabra de bendición.

El poder de la vida y la muerte está en la Palabra. Al bendecir, se otorga vida, no sólo al que recibe la bendición, sino también al que la da.

Por eso, hoy te bendigo, mi bendición va para ti, porque al bendecirte de todo corazón, me bendigo a mí mismo.

Reparte bendiciones donde vayas, no sólo de palabras, sino de hechos. Ellas volverán a ti, cuando menos lo esperes.

En general, la persona que vive en la presencia de Dios, amándole y obedeciéndole, goza de la bendición divina siempre.

¡¡¡Qué Dios derrame una lluvia de bendiciones a todo el mundo!!!

Oración a San Miguel Arcángel 
San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén

La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29 de Setiembre.
Pero igualmente es una práctica muy recomendada el rezar esta oración
todos los días a la finalización de la Santa Misa.
Y también en estos tiempos para pedir por el Santo Padre
y por la santidad de todos los sacerdotes del mundo.
En "Pequeñas Semillitas" la publicaremos los días 29 de cada mes.

Un estímulo todos los días
Agosto 29
“Señor, sabes que a veces me dejo llevar por mi vanidad, por mi codicia, por mi impaciencia, por mis ambiciones egoístas. Cuando estoy solo recapacito y me lamento por cosas que hice o que dije, pero luego vuelvo a caer. Hago propósitos, pero duran poco tiempo.
Te pido, Señor, que no me dejes solo con mis propias fuerzas. Necesito tu gracia, necesito los toques de tu Espíritu para reaccionar a tiempo, necesito tu luz que me ilumine para darme cuenta y también tu fuerza para tomar las decisiones correctas.
Quiero crecer, Señor, porque todavía tengo vida y esperanza, porque no quiero detenerme en el camino, porque no quiero desaprovechar tus dones. Quiero ofrecerte algo más de mí y alcanzar algo más de la belleza que me propones. Por eso te ruego que me ayudes. Solo no puedo, mis impulsos se debilitan, mis buenos propósitos no alcanzan, mis intentos no consiguen nada. Te necesito a ti, invoco tu Espíritu, clamo por tu poder.
Ayúdame, Señor. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

jueves, 28 de agosto de 2014

Pequeñas Semillitas 2446

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2446 ~ Jueves 28 de Agosto de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Ayer celebrábamos la memoria de Santa Mónica, madre de San Agustín, que tantos años rezó y lloró para implorar a Dios por la conversión de su hijo, que mucho tiempo en su juventud estuvo perdido entre la vida mundana y la herejía maniquea, hasta lograr Mónica plenamente su objetivo. El obispo de Milán, San Ambrosio, la consolaba en sus tiempos de dolor, diciéndole “Estad tranquila, no se puede perder el hijo de tantas lágrimas”.
Y hoy celebramos precisamente a San Agustín, uno de los más grandes santos de la historia, que llegó a ser Obispo de Hipona y uno de los cuatro o cinco más grandes Doctores de la Iglesia, y de quien podemos tomar el ejemplo de que nunca será demasiado tarde para reencauzar nuestros pasos y dirigirlos hacia Dios si es que antes hemos estado transitando caminos equivocados. En su libro “Confesiones” el santo expresa su famosa frase “Tarde te amé…” que debería servirnos a todos como luz de esperanza para saber que Dios nos abres sus brazos siempre aguardando que vayamos a Él.
Pidamos ahora todos juntos:
Renueva, Señor, en tu Iglesia, el espíritu que infundiste en tu obispo san Agustín, para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de ti, fuente de la sabiduría, y te busquemos como el único amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

¡Buenos días!

Días malos…
“Existen tormentas que no tienen la costumbre de avisar cuando llegan a nuestras vidas, simplemente llegan y se plantan a las puertas de nuestro corazón para quitarnos la paz, la alegría, la felicidad. Vienen en forma de enfermedad, de crisis económicas, de crisis familiares, de muerte de seres queridos, de tentaciones oscuras, etc.

Desde hacía una hora un hombre de unos cuarenta años estaba sentado en un bar mirando una copa llena sin beberla. De pronto entra un camionero alto y robusto, y le bebe de un trago la copa. El hombre empieza a llorar, y el hombrachón le dice: —Vamos, amigo, era una broma no más; ahora mismo pido otra. —No lloro por eso. Hoy ha sido el día más funesto de mi vida. Empecé con llegar tarde a la empresa y me dieron de baja. Cuando volvía a mi casa, me robaron el auto. Ya estaba llegando a pie y sorprendí a mi esposa con otro hombre. Y ahora, cuando estoy por poner fin a tanto sufrimiento, aparece usted y se bebe todo mi veneno…

Dios permite la visita de la tormenta porque sabe que por medio de ella tú y yo podemos crecer de gloria en gloria. Si logramos resistir y confiar en medio de la tormenta, saldremos transformados por el poder de Dios y podremos darle gracias por permitir la visita de la maestra tormenta”. (S. Escudero). No hay árbol que el viento no haya sacudido.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes». (Mt 24,42-51)

Comentario
Hoy, el texto evangélico nos habla de la incertidumbre del momento en que vendrá el Señor: «No sabéis qué día vendrá» (Mt 24,42). Si queremos que nos encuentre velando en el momento de su llegada, no nos podemos distraer ni dormirnos: hay que estar siempre preparados. Jesús pone muchos ejemplos de esta atención: el que vigila por si viene un ladrón, el siervo que quiere complacer a su amo... Quizá hoy nos hablaría de un portero de fútbol que no sabe cuándo ni de qué manera le vendrá la pelota...
Pero, quizá, antes debiéramos aclarar de qué venida se nos habla. ¿Se trata de la hora de la muerte?; ¿se trata del fin del mundo? Ciertamente, son venidas del Señor que Él ha dejado expresamente en la incertidumbre para provocar en nosotros una atención constante. Pero, haciendo un cálculo de probabilidades, quizá nadie de nuestra generación será testimonio de un cataclismo universal que ponga fin a la existencia de la vida humana en este planeta. Y, por lo que se refiere a la muerte, esto sólo será una vez y basta. Mientras esto no llegue, ¿no hay ninguna otra venida más cercana ante la cual nos convenga estar siempre preparados?
«¡Cómo pasan los años! Los meses se reducen a semanas, las semanas a días, los días a horas, y las horas a segundos...» (San Francisco de Sales). Cada día, cada hora, en cada instante, el Señor está cerca de nuestra vida. A través de inspiraciones internas, a través de las personas que nos rodean, de los hechos que se van sucediendo, el Señor llama a nuestra puerta y, como dice el Apocalipsis: «Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3,20). Hoy, si comulgamos, esto volverá a pasar. Hoy, si escuchamos pacientemente los problemas que otro nos confía o damos generosamente nuestro dinero para socorrer una necesidad, esto volverá a pasar. Hoy, si en nuestra oración personal recibimos —repentinamente— una inspiración inesperada, esto volverá a pasar.
+ Rev. D. Albert TAULÉ i Viñas (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Agustín
Obispo y Doctor de la Iglesia
Memoria de san Agustín, obispo y doctor eximio de la Iglesia, el cual, después de una adolescencia inquieta por cuestiones doctrinales y libres costumbres, se convirtió a la fe católica y fue bautizado por san Ambrosio de Milán. Vuelto a su patria, llevó con algunos amigos una vida ascética y entregada al estudio de las Sagradas Escrituras. Elegido después obispo de Hipona, en África, siendo modelo de su grey, la instruyó con abundantes sermones y escritos, con los que también combatió valientemente contra los errores de su tiempo e iluminó con sabiduría la recta fe (430). Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“No hay nada tan estúpido como vencer,
la verdadera gloria consiste en convencer”
-Víctor Hugo-

Tema del día:
Confesiones
Habiéndome convencido de que debía volver a mí mismo, penetré en mi interior, siendo tú mi guía, y ello me fue posible porque tú, Señor, me socorriste. Entré, y vi con los ojos de mi alma, de un modo u otro, por encima de la capacidad de estos mismos ojos, por encima de mi mente, una luz inconmutable; no esta luz ordinaria y visible a cualquier hombre, por intensa y clara que fuese y que lo llenara todo con su magnitud. Se trataba de una luz completamente distinta. Ni estaba por encima de mi mente, como el aceite sobre el agua o como el cielo sobre la tierra, sino que estaba en lo más alto, ya que ella fue quien me hizo, y yo estaba en lo más bajo, porque fui hecho por ella. La conoce el que conoce la verdad.

¡Oh eterna verdad, verdadera caridad y cara eternidad! Tú eres mi Dios, por ti suspiro día y noche. Y, cuando te conocí por vez primera, fuiste tú quien me elevó hacia ti, para hacerme ver que había algo que ver y que yo no era aún capaz de verlo. Y fortaleciste la debilidad de mi mirada irradiando con fuerza sobre mí, y me estremecí de amor y de temor; y me di cuenta de la gran distancia que me separaba de ti, por la gran desemejanza que hay entre tú y yo, como si oyera tu voz que me decía desde arriba: «Soy alimento de adultos: crece, y podrás comerme. Y no me transformarás en substancia tuya, como sucede con la comida corporal, sino que tú te transformarás en mí».

Y yo buscaba el camino para adquirir un vigor que me hiciera capaz de gozar de ti, y no lo encontraba, hasta que me abracé al mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, el que está por encima de todo, Dios bendito por los siglos, que me llamaba y me decía: Yo soy el camino de la verdad, y la vida, y el que mezcla aquel alimento, que yo no podía asimilar, con la carne, ya que la Palabra se hizo carne, para que, en atención a nuestro estado de infancia, se convirtiera en leche tu sabiduría por la que creaste todas las cosas.

¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.
-Del libro de las Confesiones de San Agustín - Libro 7, 10. 18, 27-

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la salud de Candela, de 8 años de edad, de Santa Fe, Argentina, que ha tenido un coma diabético. Le pedimos a Jesús, por la mediación de su amada Madre, que le conceda la gracia de sanarse.

Pedimos oración para le niña Bárbara B., de 14 años, de Argentina, que tiene un problema severo de caída del cabello sin que hasta ahora se pueda solucionar.

Pedimos oración por la salud de Miguel Ángel, de Paraguay, que hoy está siendo operado de próstata. Invocamos a la Virgen de los Milagros de Caacupé, para que ella interceda por su pronta recuperación.

Pedimos oración para Carmita Kuri, 71 años, de Toronto, Canadá, que hoy es operada de los senos, rogando a Dios que la sane.

Pedimos oración por la salud de Dina, de Buenos Aires, Argentina, una señora que está internada en grave estado por dolencia cardíaca. Que el Señor esté junto a ella y propicie su curación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Agosto 28
Los cristianos creemos en la vida porque toda nuestra fe está sostenida por la resurrección de Jesús. Todo tiene sentido porque él está vivo. Sus palabras, sus consejos, sus ejemplos, su doctrina, todo eso no basta para darnos vida. Lo que nos da vida nueva es su presencia. Lo que nos alegra el corazón es tenerlo a él y compartir con él nuestra existencia. Lo que nos da esperanza es que él vive y nos acompaña para que superemos todo lo que nos pase.
Si soportamos un fracaso, si algo nos sale mal, si una cosa buena se termina, no nos quedemos en la tumba lamentándonos. Busquemos a Jesús vivo y poderoso que siempre tiene algo nuevo para ofrecernos. Cuando nos quedamos encerrados en nuestros lamentos y pretendemos retener las cosas que se tienen que terminar, a nosotros también nos dice la Palabra de Dios: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?” (Lc 24,5).
Cuando algo se muere y pretendemos recuperarlo, nosotros también comenzamos a morirnos con eso. Por eso Jesús trata de despertarnos a tiempo, y cuando nos empecinamos en nuestras tristezas y quejas, nos dirige el mismo reproche que hizo a los discípulos de Emaús: “¡Oh insensatos y lentos de corazón para creer!” (Lc 24,25).
Hoy te propongo que renuncies a la muerte y que elijas la vida.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-