lunes, 9 de febrero de 2009

Pequeñas Semillitas 0636

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0636 ~ Lunes 9 de Febrero de 2009
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Un amigo es alguien muy especial en la vida. Cuando lo encuentras, sientes que tu alegría se multiplica y que tus angustias se diluyen.
La lealtad del amigo es un estímulo para crecer en seguridad. El amigo respeta tu dolor y comprende tu silencio. Tu amigo te acompaña cuando todos se retiran. Con tu amigo la comunicación se hace intimidad espiritual, empatía armónica y plena razón de vivir. Con razón la Biblia dice que "quien encuentra un amigo verdadero, halla un tesoro".
Tiberio López



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos hubieron terminado la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcaron, le reconocieron en seguida, recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que Él estaba. Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.
(Marcos 6, 53-56)

Comentario
Hoy contemplamos la fe los habitantes de aquella región a la que llegó Jesús para llevar la salvación de las almas. El Señor es dueño del alma y del cuerpo; por eso, no dudaban en llevarle a sus enfermos: «Todos los que le tocaban quedaban sanos» (Mc 6,56). Tenemos hoy, como siempre, enfermos del alma y del cuerpo. Conviene que pongamos todos los medios humanos y sobrenaturales para acercar a nuestros parientes, amigos y conocidos al Señor. Lo podemos hacer, en primer lugar, rezando por ellos, pidiendo su salud espiritual y corporal. Si hay una enfermedad del cuerpo, no dudamos en enterarnos de si existe un tratamiento adecuado, si hay personas que puedan cuidarlo, etc.
Cuando se trata de una “enfermedad” del alma (habitualmente, palpable externamente), como puede ser que un hijo, un hermano, un pariente no asista a Misa los domingos, aparte de rezar conviene hablarle del remedio, tal vez transmitiéndole de palabra algún pensamiento o alguna orientación motivadora que podamos nosotros mismos extraer del Magisterio (por ejemplo, de la Carta apostólica “El día del Señor” de Juan Pablo II, o de alguno de los puntos del Catecismo de la Iglesia).
Si el hermano “enfermo” es alguien constituido en pública autoridad que justifica o mantiene una ley injusta —como puede ser la despenalización del aborto—, no dudemos —además de orar— en buscar la oportunidad para transmitirle —de palabra o por escrito— nuestro testimonio acerca de la verdad.
«Nosotros no podemos dejar de anunciar lo que hemos visto y oído» (Hch 4,20). Todas las personas tienen necesidad del Salvador. Cuando no acuden a Él es porque todavía no le han reconocido, quizá porque nosotros todavía no hemos sabido anunciarle. El hecho es que, en cuanto le reconocían, «colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto» (Mc 6,56). Jesús curaba tanto más cuanto había algunos que «colocaban» (ponían al alcance del Señor) a los que más urgentemente necesitaban remedio.
Rev. D. Joaquim Monrós i Guitart (Tarragona, España)




Santoral Católico


San Miguel Febres Cordero



Cuando fray Miguel Febres Cordero era niño, todos lo llamaban “Panchito” y hasta le tenían lástima por su delicada salud y sus pies deformes que le impedían caminar bien. Pero el 21 de octubre de 1984, día de su canonización en la Plaza de San Pedro, en Roma, se convirtió en el gran santo de la historia de Ecuador: seguidor, hasta en la santidad, de Juan Bautista de La Salle, el fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, Congregación a la que pertenecía Panchito.

En 1863 el presidente ecuatoriano García Moreno, preocupado por el enorme analfabetismo de su país, después de muchas insistencias, obtiene que diez Hermanos de las Escuelas Cristianas vayan de Francia a Ecuador a fundar las escuelas populares. Las primeras tres escuelas nacen en Quito, Guayaquil y Cuenca. Los comienzos son duros, los Hermanos viven y enseñan en edificios miserables. Pero los alumnos se multiplican; entre los de Cuenca está Panchito, que se distingue inmediatamente por su inteligencia y por su deseo de aprender. La enseñanza le encanta, permanece en la escuela fuera de horario y con frecuencia les da una mano a los Hermanos. Quisiera entrar a formar parte de su obra, pero los familiares se oponen: demasiado pobre la vida de los Hermanos para quien, como él, pertenece a la alta sociedad. ¿Por qué, si tiene vocación religiosa, no sigue la carrera eclesiástica?

Miguel Febres Cordero obedece y entra al seminario. Sale a los tres meses con graves enfermedades debidas a la dificultad para ambientarse. Finalmente los padres ceden, y en la fiesta de la Anunciación de 1868 Miguel puede vestir el hábito de los lasallistas, convirtiéndose en el Hermano Miguel.

Terminado el noviciado, pasa a Quito, entre otras cosas para evitar las presiones del padre que sigue insistiendo para llevárselo a casa. Son años de trabajo intenso, preludio de una vida que no conocerá descanso, ni mucho menos tiempo libre. Tiempo completo para la enseñanza, con horarios agotadores, el trabajo catequístico y la ayuda a los cohermanos enfermos. Sin embargo, el flaco Panchito logra sacar algunas horas para estudiar idiomas (no solo latín, sino también francés, italiano, inglés y alemán) y para escribir libros para las escuelas.

En tres años publica un centenar de textos escolares que tratan de religión y literatura, gramática y matemáticas. Aunque en varios casos se trata solo de ediciones corregidas, el trabajo es increíble, si se tiene en cuenta que Miguel fundamentalmente es un autodidacta. Como profesor es muy bueno, y logra hacerse querer. Cuando en 1890 se abre el grande Instituto La Salle del Cebollar, que tiene un semi-internado, es a él a quien se le confían los semi-internos.

En 1907 lo llaman a Europa a preparar los textos escolares para los Hermanos de las Escuelas Cristianas que parten para América Latina. Primero va a Bélgica y luego, por su delicada salud, en busca de un clima más suave, pasa a España (a Premiá de Mar, cerca de Barcelona). Siguen siendo años de mucha actividad hasta la muerte por pulmonía. Antes de morir, les dice a los hermanos que rodean su lecho de muerte, entristecidos: “Otros trabajarán mejor que yo”. Era el 9 de febrero de 1910.



Pensamiento

"Después de todo ¿qué es la moda? Desde el punto de vista artístico es una forma de fealdad tan intolerable... que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses"
Oscar Wilde




Tema del día : ¿Por qué nos equivocamos?



1) Para saber

Hay situaciones en que dos personas están dialogando y poco a poco suben el tono y comienzan a discutir. Cada una de ellas cree estar en la verdad. Termina la discusión y cada uno sigue pensando que el otro está equivocado. Ahora bien, no es posible que los dos estén en la verdad respecto a lo mismo, pues eso sería contradictorio. Respecto a un mismo punto de vista no puede ser que las dos posturas sean verdaderas a la vez, ¿quién está equivocado y quién tiene la razón?
El hombre es falible, es decir, puede equivocarse si no tiene cuidado en las afirmaciones que hace. Las causas de sus equivocaciones son muy diversas. Unas veces se debe a que se precipita en sus palabras antes reflexionar. Muchas otras la causa de sus errores la provoca él mismo al no tener la humildad para aceptar que sus afirmaciones aún no son del todo seguras. No se tiene la actitud para esperar o buscar aún más la verdad. La combinación de la pereza para buscar la verdad, con la soberbia al no aceptar que no se sabe de algo, hacen se acepte como verdadero lo que apenas era una conjetura o una simple opinión.
Nuestros mismos prejuicios no nos ayudan a ver la realidad tal como es. Por ejemplo, si ya se tiene un pensamiento negativo sobre una persona, es probable que cuando hable o haga algo, lo vea con malos ojos y lo considere como unas palabras o acciones indebidas

2) Para pensar

Se cuenta que una pareja de recién casados, se mudó para un barrio muy tranquilo. En la primera mañana en la casa, mientras el marido tomaba café, la mujer reparó a través de la ventana, que una vecina colgaba unas sábanas en el tendedero.
“Quizás necesita un jabón nuevo... ¡Ojalá pudiera ayudarla a lavar las sábanas!”
El marido miró y quedó callado. “¡Qué sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero .. !” siguió diciendo su mujer.
Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al sol y el viento.
Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas limpiecitas, y dijo al marido: “¡Mira, por fin ella aprendió a lavar la ropa! Tal vez le enseñaría otra vecina”.
El marido le respondió: “¡No fue eso. Sucede que hoy me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana!”
Y la vida es así. Muchas veces todo depende de la limpieza de la ventana, a través de la cual observamos los hechos.
Antes de criticar, quizás sería conveniente verificar si hemos limpiado el corazón para poder ver más claro. Entonces podremos ver claramente la limpieza del corazón de los demás.

3) Para vivir

En la Sagrada Escritura encontramos la invitación de Nuestro Señor Jesucristo para limpiar primero nuestra mirada, nuestro corazón, y entonces ayudar realmente a quitar sus defectos a los demás: «¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: hermano, deja que quite la paja que hay en tu ojo, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad cómo sacar la paja del ojo de tu hermano» (Sn Lc VI, 41-42).
Hemos de fomentar en nuestras vidas una actitud de humildad, pues el peligro de vernos superiores está siempre acechando y si no tenemos cuidado es fácil ceder.

Pbro. José Martínez Colín



Meditación breve



Un profesor universitario desafió a sus alumnos con la siguiente pregunta: "¿Creen ustedes que Dios creó todo lo que existe?"
Un estudiante contestó: "¡Si Señor, Dios creó todo lo que existe!"
Entonces el profesor replicó: "¡Si Dios creó todo, entonces también creó el mal!"
Aquel estudiante encogió sus hombros, inclinó su rostro y se sentó avergonzado; sin poder responder al argumento. Entonces el profesor se jactó ante la clase de haber probado una vez más que la fe cristiana era simplemente un mito.
En aquel momento, otro estudiante se puso de pie y preguntó: "¿Profesor, existe el frío?"
El profesor respondió: "¡Por supuesto! ¿Acaso no ha sentido frío alguna vez?"
El joven respondió: "El frío no existe profesor. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Lo mismo sucede con la oscuridad. La oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad la ausencia de luz. De la misma manera el mal no existe, o al menos no existe por sí mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios. Dios no creó el mal. Así como el frío es la ausencia del calor y la oscuridad es la ausencia de la luz, el mal es simplemente la ausencia de Dios. El mal es una demostración de que la humanidad no tiene a Dios en sus corazones." Este joven se llamaba Albert Einstein.
Recuerda: El mal es el resultado de la ausencia de Dios en el corazón humano.



Pedidos de oración


Pedimos oración por el eterno descanso del alma del niño Juan Pablo, de 3 años, que falleció en Mendoza, Argentina, y por su hermanita melliza, Milagros, afectada de la misma grave enfermedad, por la que también pedimos oraciones al Niño Jesús y a la Virgen de Lourdes. Oramos por la familia que está viviendo con gran angustia esta situación, para que la misericordia de Dios les lleve consuelo por la pérdida y curación para la niñita enferma.



Nuestra lectora Adriana C. A., que vive en Durango, México, nos pide oraciones por su familia, ya que en estos días se está divorciando de su esposo, situación que vive con mucha angustia por su condición de persona católica. Que el Señor ponga paz y unión en esta pareja, para que se cumpla aquello de "que el hombre no separe lo que Dios ha unido".



Pedimos oración por Adriana B. de R., que vive en Guadalajara, Jalisco, México, que está pasando una situación matrimonial muy difícil y está sumida en depresión y tristeza. Que la Virgen Santísima le den paz, esperanza y la luz que ilumine el camino para orientar a su familia.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



El hijo que deja pasar todo un día sin hablar con su madre difícilmente pueda ser calificado como buen hijo. La Virgen, nuestra buena Madre, está contínuamente a nuestro lado, dispuesta siempre a escucharnos y a ayudarnos.
No podemos, pues, dejar pasar ni un solo día sin dedicarle algunos minutos de oración para saludarla, conversar con ella, consultarle nuestros problemas, pedirle su ayuda maternal, manifestarle que la amamos profundamente, que nos sentimos sumamente felices de ser sus hijos y prometerle que siempre le seremos fieles.

Que el Espíritu de Jesús aliente nuestra oración y nos permita abrirnos a Dios como lo hizo María.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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