sábado, 18 de enero de 2025

Pequeñas Semillitas 5874

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 5874 ~ Sábado 18 de Enero de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
A pesar de que Satanás había seducido a Eva, llevando a Adán a seguirlo, Dios no solo nos dio un Redentor que con su muerte venció a la muerte, sino en la persona de la Mujer, la Madre de Dios, María siempre Virgen, que aplastó en sí misma y en toda la humanidad la cabeza de la serpiente, nos proporcionó una abogada infatigable ante su Hijo y nuestro Dios, una invencible defensora de los pecadores más empedernidos.
Por eso se le llama "Terror de los demonios", porque es imposible que el demonio destruya a un hombre mientras el hombre mismo no deje de recurrir a la ayuda de la Theotokos, la Madre de Dios. ¡No dejemos pasar ni un día de nuestra vida sin invocar a María, que siempre está atenta a socorrernos en todas nuestras necesidades!
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hebreos 4, 12-16
 
Salmo: Sal 18, 8. 9. 10. 15
 
Santo Evangelio: Mc 2,13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía a Él, y Él les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme». Él se levantó y le siguió. Y sucedió que estando Él a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían. Al ver los escribas de los fariseos que comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: «¿Qué? ¿Es que come con los publicanos y pecadores?». Al oír esto Jesús, les dice: «No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».
 
Comentario:
Hoy, en la escena que relata san Marcos, vemos cómo Jesús enseñaba y cómo todos venían a escucharle. Es manifiesto el hambre de doctrina, entonces y también ahora, porque el peor enemigo es la ignorancia. Tanto es así, que se ha hecho clásica la expresión: «Dejarán de odiar cuando dejen de ignorar».
Pasando por allí, Jesús vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado donde cobraban impuestos y, al decirle «sígueme», dejándolo todo, se fue con Él. Con esta prontitud y generosidad hizo el gran “negocio”. No solamente el “negocio del siglo”, sino también el de la eternidad.
Hay que pensar cuánto tiempo hace que el negocio de recoger impuestos para los romanos se ha acabado y, en cambio, Mateo —hoy más conocido por su nuevo nombre que por el de Leví— no deja de acumular beneficios con sus escritos, al ser una de las doce columnas de la Iglesia. Así pasa cuando se sigue con prontitud al Señor. Él lo dijo: «Y todo el que haya dejado casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o campo por mi nombre, recibirá el ciento por uno y gozará de la vida eterna» (Mt 19,29).
Jesús aceptó el banquete que Mateo le ofreció en su casa, juntamente con los otros cobradores de impuestos y pecadores, y con sus apóstoles. Los fariseos —como espectadores de los trabajos de los otros— hacen presente a los discípulos que su Maestro come con gente que ellos tienen catalogados como pecadores. El Señor les oye, y sale en defensa de su habitual manera de actuar con las almas: «No he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mc 2,17). Toda la Humanidad necesita al Médico divino. Todos somos pecadores y, como dirá san Pablo, «todos han pecado y se han privado de la gloria de Dios» (Rm 3,23).
Respondamos con la misma prontitud con que María respondió siempre a su vocación de corredentora.
* Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España) © Textos de Evangeli.net 
 
Santoral Católico:
Santa Margarita de Hungría
Hija de Bela IV, rey de Hungría, nació en Turoc (Dalmacia) el año 1242. Sus padres hicieron voto de consagrarla a Dios si liberaba a su patria de los tártaros. Desde pequeña se educó en las dominicas, en el monasterio de Santa María, fundado por su padre junto a Buda, en el que hizo la profesión religiosa en 1254. Es una de las grandes místicas medievales de Hungría. En la vida conventual, realizaba las tareas más humildes, con gran espíritu de pobreza y mortificación. No tenía una gran cultura, pero desde niña se hacía leer las Escrituras y se confiaba a la guía espiritual de su confesor, el dominico P. Marcelo, que fue Provincial de Hungría. Rezaba siempre las mismas oraciones y tenía una particular devoción a la Pasión de Cristo y a la Eucaristía. Llegó a un alto grado de contemplación, acompañada de visiones y otros dones de Dios. Murió el 18 de enero de 1270 en su convento.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
«Empatía es saber ver el alma del otro sin juzgar nada de lo que está allí, es respetar el espacio y el tiempo de cada uno, y es comprender que los dolores pesan de maneras diferentes dentro de cada persona. No siempre lo que es fácil para ti, también lo será para el otro.»
(GABRIELA FREITAS)
 
Tema del día:
Conversación en la pancita de mamá 
En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno pregunta al otro:
-¿Tú crees en la vida después del parto?
- Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde.
- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?
- No lo sé pero seguramente... habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.
- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos. Yo te digo una cosa: la vida después del parto está excluida. El cordón umbilical es demasiado corto.
- Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea sólo un poco distinta a lo que estamos acostumbrados a tener aquí.
- Pero nadie ha vuelto nunca del más allá, después del parto. El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es más que una angustiosa existencia en la oscuridad que no lleva a nada.
- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará.
- ¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella?
- ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos. Sin ella todo este mundo no existiría.
- ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista.
- Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando o sentir cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?... Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella...
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(Texto e imagen de Internet)
 
Humor de sábados
Un viejo perro de aspecto cansado vagaba por mi patio. Me di cuenta por su barriga bien alimentada y collar de que ya tenía un hogar.
Me siguió a la casa, al final del pasillo, y se durmió en el sofá. Una hora más tarde, se dirigió a la puerta, y lo dejé salir. Al día siguiente, regresó, recuperó su posición en el sofá y durmió durante una hora.
Esto continuó por varias semanas. Curioso, le puse una nota en el collar: "todas las tardes tu perro viene a mi casa a echar una siesta".
Al día siguiente llegó con una nota diferente en el cuello: "Vive en un hogar con cuatro niños pequeños y está intentando recuperar el sueño. ¿Puedo ir con él mañana?"
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Esta es una reflexión del Papa Pío XII (su nombre era Eugenio Pacelli), que gobernó la Iglesia entre 1939 y 1958:
«El “enemigo” se encuentra por todas partes y en medio de todos. Sabe ser violento y taimado. En estos últimos siglos ha intentado llevar a cabo la disgregación intelectual, moral, social de la unidad del organismo misterioso de Cristo. Ha querido la naturaleza sin la gracia; la razón sin la fe; la libertad sin la autoridad; a veces, la autoridad sin la libertad. Es un “enemigo” que cada vez se ha hecho más concreto, con una despreocupación que deja atónitos todavía: Cristo, sí; Iglesia, no. Después: Dios, sí; Cristo, no. Finalmente el grito impío: Dios ha muerto; más aún, Dios no ha existido jamás. El “enemigo” se ha preparado y se prepara para que Cristo sea un extraño en la universidad, en la escuela, en la familia, en la administración de la justicia, en la actividad legislativa, en la inteligencia entre los pueblos, allí donde se determina la paz o la guerra»
Muy sabias palabras, pronunciadas hace más de medio siglo y que conserven una vigencia absoluta en nuestros días. ¡Estemos prevenidos!
🌸
Aconteció que un empresario tuvo que llamar por teléfono con urgencia un poco más allá de las seis de la mañana. Lamentablemente, al marcar el número se equivocó y le contestó una somnolienta voz de mujer. Pidió excusas y cortó la comunicación.
Pasados unos minutos, volvió a llamar y, para su total desesperación, de nuevo escuchó la voz de misma mujer recientemente despertada. Pidió disculpas una y otra vez. Pero la mujer lo interrumpió:
—No tiene por qué pedirme perdón —le dijo muy tranquilamente—; estoy sentada en la terraza bebiendo una taza de té, mientras disfruto de una espléndida salida de sol. Si usted no me hubiera despertado, me la habría perdido.
A veces tenemos que saber sacar provecho aun de nuestras equivocaciones. Porque en verdad, nada sucede si no es por alguna razón…
🌸
Dice Jesús: Para ser grandes en mi Reino hay que hacerse "pequeños". Quien quiera ser "grande" a los ojos del mundo no es apto para reinar en mi Reino; paja es para el lecho de los demonios. Porque la grandeza del mundo está en antítesis con la Ley de Dios.
El mundo llama "grandes" a quienes —con medios casi siempre ilícitos— saben conseguir los mejores puestos y, para hacerlo, hacen del prójimo escabel, y ponen su pie encima y lo aplastan; llama "grandes" a los que saben matar para reinar —matar moral o materialmente— y arrebatan puestos o se enseñorean de las naciones y se enriquecen desangrando a los demás, arrebatándoles la riqueza individual o colectiva. El mundo llama frecuentemente "grandes" a los delincuentes.
No. La "grandeza" no está en la delincuencia, está en la bondad, la honradez, el amor, la justicia. ¡Observad qué venenosos frutos —recogidos en su malvado, demoníaco jardín interior— vuestros "grandes" os ofrecen!
(De "El Evangelio como me ha sido revelado" - María Valtorta)
 
Un año con María
Enero 18: Isaac, el caminante
El nombre Isaac, según la etimología hebrea, significa reirá o sonreirá. Es el hijo de Abraham en la vejez, rompe todas las estructuras y llena las esperanzas de un pueblo. En esto también podemos comprender que hay una similitud con nuestra Madre, pues en esta figura bíblica comprendemos que la esperanza nunca se pierde al mismo tiempo que hay un camino de fe que tiene momentos de crisis.
En esta historia de Isaac que podemos encontrar en el libro del Génesis también se refleja tu vida y la mía. Siempre hay lugar para una sonrisa en tu vivir y eso no lo puedes perder.
En ningún momento se te dijo que en la vida de una persona de fe no habrá crisis. Siempre tendremos crisis, pero ellas nos hacen más fuertes y nos llevan a madurar en la vida. Hoy en las figuras de Isaac y María, mira tu vida y pídeles la gracia de la esperanza.
(Padre Luis Zazano)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
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