martes, 14 de enero de 2025

Pequeñas Semillitas 5870

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 5870 ~ Martes 14 de Enero de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Volviendo sobre el tema del aborto: “Muchos gobiernos se creen ‘progresistas y desarrollados’ por permitir el asesinato de seres humanos indefensos. Habría que recordarle a estos gobiernos y gobernantes que ellos también algún día van a morir. Si no se arrepienten de sus crímenes, Dios les va a pedir cuenta de toda la sangre inocente derramada como causa del egoísmo y ambición de dinero (ya que el aborto es un negocio mundial, que hace millones sacrificando esas pobres vidas humanas e indefensas). No querría estar en sus zapatos en el día en que la justicia divina les pida cuentas de sus acciones”.
(Fray Tomas Beroch)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hebreos 2, 5-12
 
Salmo: Sal 8, 2ab y 5. 6-7. 8-9
 
Santo Evangelio: Mc 1,21-28
Llegó Jesús a Cafarnaúm y el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.
Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.
 
Comentario:
Hoy, primer martes del tiempo ordinario, san Marcos nos presenta a Jesús enseñando en la sinagoga y, acto seguido, comenta: «Quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas» (Mc 1,21). Esta observación inicial es impresionante. En efecto, la razón de la admiración de los oyentes, por un lado, no es la doctrina, sino el maestro; no aquello que se explica, sino Aquél que lo explica; y, por otro lado, no ya el predicador visto globalmente, sino remarcado específicamente: Jesús enseñaba «con autoridad», es decir, con poder legítimo e irrecusable. Esta particularidad queda ulteriormente confirmada por medio de una nítida contraposición: «No lo hacía como los escribas».
Pero, en un segundo momento, la escena de la curación del hombre poseído por un espíritu maligno incorpora a la motivación admirativa personal el dato doctrinal: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad!» (Mc 1,27). Sin embargo, notemos que el calificativo no es tanto de contenido como de singularidad: la doctrina es «nueva». He aquí otra razón de contraste: Jesús comunica algo inaudito (nunca como aquí este calificativo tiene sentido).
Añadimos una tercera advertencia. La autoridad proviene, además, del hecho que a Jesús «hasta los espíritus inmundos le obedecen». Nos encontramos ante una contraposición tan intensa como las dos anteriores. A la autoridad del maestro y a la novedad de la doctrina hay que sumar la fuerza contra los espíritus del mal.
¡Hermanos! Por la fe sabemos que esta liturgia de la palabra nos hace contemporáneos de lo que acabamos de escuchar y que estamos comentando. Preguntémonos con humilde agradecimiento: ¿Tengo conciencia de que ningún otro hombre ha hablado jamás como Jesús, la Palabra de Dios Padre? ¿Me siento rico de un mensaje que tampoco tiene parangón? ¿Me doy cuenta de la fuerza liberadora que Jesús y su enseñanza tienen en la vida humana y, más concretamente, en mi vida? Movidos por el Espíritu Santo, digamos a nuestro Redentor: Jesús-vida, Jesús-doctrina, Jesús-victoria, haz que, como le complacía decir al gran Ramon Llull, ¡vivamos en la continua “maravilla” de Ti!
* Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net 
 
Santoral Católico:
San Félix de Nola
Natural de Nola (Italia), abrazó el servicio apostólico desde muy joven. Al morir su padre, Félix distribuyó su herencia entre los pobres y fue ordenado sacerdote por San Máximo, Obispo de Nola. Al iniciarse una cruel persecución contra la Iglesia, Máximo huyó al desierto para continuar al servicio de su rebaño. Al no ser encontrado por los soldados romanos, Félix, quien lo sustituía en sus deberes pastorales, fue tomado preso, azotado, cargado de cadenas y encerrado en el calabozo cuyo piso estaba lleno de vidrios. Sin embargo, el Ángel del Señor se le apareció y le ordenó ir en ayuda de su Obispo, quien yacía medio muerto de hambre y de frío. Ante su incapacidad de hacerlo volverlo en sí, el Santo acudió a la oración y al punto apareció un racimo de uvas, cuyas gotas derramó sobre los labios del maestro, el cual recuperó el conocimiento siendo conducido luego a su Iglesia. Félix permaneció escondido orando permanente por la Iglesia hasta la muerte de Decio; sin embargo, continuó siendo perseguido hasta que se estableció la paz de la Iglesia. Murió en la pobreza y el servicio de los más necesitados, a pesar de que fue elegido como Obispo de Nola.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
«Yo me siento feliz de vivir en la época en que vivo, de cambios profundos, acelerados y universales. Me siento igual que todos, débil como todos y al mismo tiempo me siento solidario con todos los hombres. Porque se nos ha dado en este momento histórico la posibilidad de construir algo nuevo.»
(BEATO MONS. ENRIQUE ANGELELLI)
 
Tema del día:
Los años ocultos de Jesús
Autor: Theresa Civantos Barber para Aleteia
 
Jesús pasó la mayor parte de su vida en la tierra "escondido", realizando actividades domésticas ordinarias. ¿Qué lecciones se pueden aprender de estos años?
 
De sus 33 años en esta tierra, Jesús vivió 30 discretamente “oculto” en su pueblo de Nazaret, mientras que dedicó solo tres años a su ministerio público. Durante estos años de vida "oculta", Jesús trabajó, oró y vivió como hijo, amigo, prójimo y ciudadano. A través de ciertos pasajes de la Biblia, es fácil imaginar que su trabajo como carpintero debió ocupar un lugar importante en su vida.
 
Conocía perfectamente la realidad del trabajo manual y de la construcción, y su experiencia personal se refleja también en algunas de sus parábolas, como la parábola de los dos constructores ( Mt 7,24-27 ) o la parábola de la torre inacabada (Lc 14,28-30).
 
En una homilía de mayo de 2013 , el Papa Francisco describió a Jesús "aprendiendo de san José el oficio de carpintero, en el taller de Nazaret, compartiendo con él sus momentos de celo en el trabajo, su cansancio, satisfacción ante el trabajo bien hecho y las dificultades de cada día".
 
En su encíclica ‘Laborem Exercens’, el Papa San Juan Pablo II también afirmó que en la vida de Cristo y en sus parábolas hay un verdadero "Evangelio del trabajo". Esto recuerda que Jesús, que es Dios mismo, "se hizo en todo semejante a nosotros y dedicó la mayor parte de su vida en la tierra al trabajo manual, en su banco de carpintero".
 
1. El trabajo, camino a la santificación
 
"El trabajo puede ser un medio de santificación y una animación de las realidades terrenas en el Espíritu de Cristo".
 
El trabajo silencioso de Jesús en el taller de Nazaret fue para Él un tiempo de preparación interior a su ministerio. Del mismo modo, en la vida cotidiana de cada uno, el trabajo bien hecho, realizado con amor, puede convertirse en una preparación interior para la santificación y la vida eterna.
 
2 Lo que importa es cómo haces las cosas
 
La humildad de una tarea no debe desanimar. Ya sea grande o pequeña, puede ofrecerse íntegramente al Señor. Esto es lo que dice el Catecismo al afirmar que el trabajo "puede ser también redentor, soportando el dolor del trabajo en unión con Jesús […] el hombre colabora en cierto modo con el Hijo de Dios en su obra redentora. Se muestra como discípulo de Cristo llevando la Cruz, cada día, en la actividad que está llamado a realizar" (n. 2427).
 
Si bien el trabajo a veces puede ser agradable y placentero, también puede resultar pesado, dando la impresión de estar cargando una cruz real. Sin embargo, por difícil o tedioso que sea, se puede hacer con amor, como un acto de sacrificio y alabanza.
 
3 El trabajo, una manera de cocrear con Dios
 
Es sorprendente que el trabajo no sea consecuencia del pecado, porque existía mucho antes de la caída. Desde la creación, el hombre es invitado a participar de la obra divina, convirtiéndose en cocreador con Dios.
 
Considerar tu trabajo como una oportunidad para cocrear con el Señor te permite cambiar tu mirada sobre lo que se logra. Al tener presente esta presencia divina en cada tarea, como lo hizo Jesús durante sus años escondido en Nazaret, su visión del trabajo se transformará.
 
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Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Este es un texto del jesuita Anthony de Mello que me parece hermoso para leerlo y meditarlo:
"Usted perdone", le dijo un pez a otro, "es usted más viejo y con más experiencia que yo y probablemente podrá usted ayudarme. Dígame: ¿dónde puedo encontrar eso que llaman Océano? He estado buscándolo por todas partes, sin resultado".
"El Océano", respondió el viejo pez, "es donde está ahora mismo".
"¿Esto? Pero si esto no es más que agua... Lo que yo busco es el Océano", replicó el joven pez.
"Deja de buscar, pequeño pez. No hay nada que buscar. Sólo tienes que estar tranquilo, abrir tus ojos y mirar".
Creo que la breve narración vale para todos nosotros... Dejar de buscar obstinados y frenéticos. Aprender a mirar a nuestro alrededor, que allí transcurre la vida y es el lugar donde podemos encontrar a nuestros semejantes.
🌸
Los católicos, a veces, por querer servir a Dios, descuidamos la misericordia y la compasión. Nos suele pasar como al sacerdote y al levita de la parábola del Buen Samaritano, que por tener prisa para ir a servir a Dios, descuidaron la compasión y la misericordia, puesto que pasaron de largo por aquel camino sin socorrer al herido.
También nosotros podemos caer en este error, y agitados por tantas cosas que tenemos que hacer, incluso las obligaciones del culto a Dios y las oraciones y obras, etc., quizás muchas veces podemos también “pasar de largo” ante las necesidades de los hermanos.
Sigamos sirviendo a Dios, pero también tengamos un ojo atento a las necesidades de quienes tenemos al lado. Hagamos oración, y mucha; pero si nos necesitan los hermanos, interrumpamos la oración, que a caridad hecha, caridad premiada, y luego volveremos a la oración y seremos más agradables en la presencia de Dios.
Pero aunque seamos molestados en la oración por atender al hermano necesitado, y no podamos terminarla, igualmente Dios tomará esa obra de misericordia y condescendencia, como la mejor oración.
Nos pasa a todos, que a veces tenemos prisa por las “cosas de Dios” y nos olvidamos de servir realmente a Dios según las circunstancias. Queremos servir a Dios a nuestra manera, en lugar de estar siempre atentos a las sugerencias de su Voluntad. No nos vayamos a los extremos, porque la virtud siempre está en el medio. Sirvamos a Dios en lo pequeño y en lo grande, en la oración y en la acción, teniendo un corazón capaz de compadecerse del prójimo.
🌸
Con frecuencia nos quejamos por las cosas que nos ocurren y que no son de nuestro agrado. E incluso llegamos al extremo de cuestionar a Dios porque “permite que nos pasen ciertas cosas”.
Es que parecemos no comprender que todo lo que Dios permite es por algo, y cada cosa que nos sucede nos va a dejar una enseñanza, un aprendizaje, un crecimiento interior.
Jesucristo el Señor, quien fue el único hombre verdaderamente “inocente” y “justo” en toda la historia, no obstante, ha sufrido más que cualquier otra persona que haya vivido. ¡Y lo hizo por nosotros! "Cristo murió por nuestros pecados" (1ª Corintios 15:3).
A través de nuestra completa fe en la bondad de Dios y la redención de Cristo, podemos reconocer que nuestros sufrimientos presentes pueden llegar a ser para Su gloria y para nuestro bien.
Entonces, aún en las cosas que nos entristezcan o nos causan dolor, hay siempre algo valioso y positivo para aprender. Escarbemos con fe y positivismo, aprendamos la lección de cada momento, aprovechemos el aprendizaje de cada día; enriqueceremos nuestra vida y creceremos como personas.
 
Un año con María
Enero 14: Construir
Continuando con el camino de la historia de salvación vemos que todo implica un proceso, porque en tu vida vas viendo que todos los días tienes algo nuevo, tienes una oportunidad más. La relación de Adán y Eva cambia con Dios pero se mantiene. Se hace diferente porque ya no estarán en el jardín del Edén.
Lo mismo pasa con tu vida y la mía, nos encontramos con un cambio de relación con Dios cuando caemos en el pecado. Dios nos busca siempre, pero somos nosotros los que nos alejamos. Hay cosas que sacrificamos sin darnos cuenta cuando caemos en el pecado. Sacrificas tu cielo, tu jardín de Edén. Llegas al momento de no  encontrarte y de hasta perderte en vos. Busca a María para que te ayude a reencontrarte con Él mismo.
Por otra parte, caminar hacia esa nueva relación con Dios implica buscarlo y dejarte encontrar. No te cierres en vos porque de vos depende que cada día sea tu cielo o tu infierno. Déjate acompañar y reconstruir. Mira como María asume el mensaje de Dios pero sabe recibir de Dios.
(Padre Luis Zazano)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
PÁGINAS DE FELIPE DE URCA:
 
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