PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
19 - Número 5856 ~ Martes 31 de Diciembre de 2024Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
Al terminar este año, Señor, quiero darte las gracias por todo lo que he
vivido.
Gracias por los días radiantes de sol y por los nublados tristes, por las
noches tranquilas y por las noches oscuras.
Gracias por la soledad, por el trabajo, por las dificultades y por las
inquietudes; gracias por todo lo que me acercó más a Ti.
Pronto iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida ante el calendario aún
sin estrenar.
Te pido fe para mirarte en todo, esperanza para no desfallecer y caridad
para amarte cada día más y hacerte amar de los que me rodean.
Suplico que derrames sobre el mundo la paz y la alegría, la fortaleza y la
prudencia, la claridad y la sabiduría.
Para el año nuevo... ¡Venga a nosotros tu reino, Señor!
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: 1Jn 2,18-21
♡ Salmo: Sal 95, 1-2. 11-12. 13
♡ Santo Evangelio: Jn 1,1-18
En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la
Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y
sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era
la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la
vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un
testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No
era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este
mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la
conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la
recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su
nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de
Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos
contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de
gracia y de verdad.
Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene
detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de
su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada
por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A
Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él
lo ha contado.
♡ Comentario:
Hoy es el último día del año civil. Frecuentemente, una mezcla de
sentimientos —incluso contradictorios— susurran en nuestros corazones en esta
fecha. Es como si una muestra de los diferentes momentos vividos, y de aquellos
que hubiésemos querido vivir, se hiciesen presentes en nuestra memoria. El
Evangelio de hoy nos puede ayudar a decantarlos para poder comenzar el nuevo
año con empuje.
«La Palabra era Dios (...). Todo se hizo por ella» (Jn 1,1.3). A la hora
de hacer el balance del año, hay que tener presente que cada día vivido es un
don recibido. Por eso, sea cual sea el aprovechamiento realizado, hoy hemos de
agradecer cada minuto del año.
Pero el don de la vida no es completo. Estamos necesitados. Por eso, el
Evangelio de hoy nos aporta una palabra clave: “acoger”. «Y la Palabra se hizo
carne» (Jn 1,14). ¡Acoger a Dios mismo! Dios, haciéndose hombre, se pone a
nuestro alcance. “Acoger” significa abrirle nuestras puertas, dejar que entre
en nuestras vidas, en nuestros proyectos, en aquellos actos que llenan nuestras
jornadas. ¿Hasta qué punto hemos acogido a Dios y le hemos permitido entrar en
nosotros?
«La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a
este mundo» (Jn 1,9). Acoger a Jesús quiere decir dejarse cuestionar por Él.
Dejar que sus criterios den luz tanto a nuestros pensamientos más íntimos como
a nuestra actuación social y laboral. ¡Que nuestras actuaciones se avengan con
las suyas!
«La vida era la luz» (Jn 1,4). Pero la fe es algo más que unos criterios.
Es nuestra vida injertada en la Vida. No es sólo esfuerzo —que también—. Es,
sobre todo, don y gracia. Vida recibida en el seno de la Iglesia, sobre todo
mediante los sacramentos. ¿Qué lugar tienen en mi vida cristiana?
«A todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (Jn
1,12). ¡Todo un proyecto apasionante para el año que vamos a estrenar!
* Rev. D. David COMPTE i Verdaguer (Manlleu, Barcelona, España) © Textos
de Evangeli.net
Santoral Católico: San Silvestre I Nació y se educó en
Roma. Fue el primer Papa de una Iglesia que no estuvo amenazada por las
persecuciones de los primeros siglos. El año 313 los emperadores Constantino y
Licinio dieron la plena libertad de culto a los cristianos. Era papa entonces
Melcíades que murió el año 314, y le sucedió Silvestre. Constantino le dio para
su residencia el palacio de Letrán y construyó la primera basílica de San Pedro
en la colina Vaticana. El papa Silvestre levantó templos para acoger en
libertad el culto de los fieles a Dios, y tuvo que orientar la vida cristiana
en la nueva situación de paz. No le faltaron dificultades disciplinares y
teológicas. El cisma donatista y el error arriano ocasionaron graves
tribulaciones a la Iglesia durante este tiempo. El año 325 el Concilio de Nicea
aclamó a Cristo Hijo de Dios, contra Arrio. Murió el 31 de diciembre del año
355 y fue sepultado en el cementerio de Priscila en la vía Salaria de Roma.
Oración: Socorre,
Señor, a tu pueblo, que se acoge a la intercesión del papa san Silvestre, para
que, pasando esta vida bajo tu pastoreo, pueda alcanzar en la gloria la vida
que no acaba. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
Palabras del Papa Francisco nos
hará bien pedir la gracia de caminar correctamente en la libertad»
Tema del día: Se está terminando el año El tiempo pasa volando.
Han pasado ya las penas y las alegrías. De ellas sólo queda el mérito de haber
sufrido con espíritu sobrenatural, y de haber agradecido a Dios las
satisfacciones. El pasado deja huella en la biografía que Dios tiene de mí.
El día de hoy podríamos
considerar tres cosas:
-a) El tiempo pasa.
-b) La muerte se acerca.
-c) La eternidad nos espera.
La muerte se acerca.
Cada día que pasa estoy más cerca de ella. Es necio no querer pensar esto.
Muchos de los que murieron este año se creían que iban a seguir vivos, pero se
equivocaron. Puede que este año sea el último de nuestra vida. No es probable,
pero sí posible. Debo tenerlo en cuenta. En ese momento trascendental... ¿Qué
querré haber hecho? ¿Qué NO querré haber hecho? Conviene hacer ahora lo que
entonces me alegraré de haber hecho, y no lo que me pesará haber hecho.
La eternidad nos espera.
Nos preocupamos mucho de lo terrenal que va durar muy poco. Nos preocupamos de
la salud, del dinero, del éxito, de nuestra imagen, etc. Todo esto es
transitorio. Lo único que va a perdurar es lo espiritual. El cuerpo se lo van a
comer los gusanos. Lo único que va a quedar de nosotros es el alma espiritual e
inmortal.
Con la muerte no termina
la vida del hombre: se transforma, como dice el Prefacio de Difuntos. Palabras
de Santo Tomás Moro sobre la morada en el cambio de destino.
Los que niegan la vida
eterna es porque no les conviene. Pero negarla no es destruirla. La verdad es
lo que Dios nos ha revelado.
Hoy es el momento de
hacer balance. No sólo económico, sino también espiritual y moral. Hagamos, pues,
examen del año que termina.
Sin duda que habrá
páginas maravillosas, que besaremos con alegría. Pero también puede haber
páginas negras que desearíamos arrancar. Pero eso ya no es posible. Lo escrito,
escrito está.
Hoy abrimos un libro
nuevo que tiene todas las páginas en blanco. ¿Qué vamos a escribir en él?
Ojalá que al finalizar
el año nuevo (2025), podamos besar con alegría cada una de sus páginas. Que no
haya páginas negras que deseemos arrancar.
Puede que en ese libro
haya cosas desagradables que no dependen de nosotros. Lo importante es que todo
lo que dependa de nosotros sea bueno.
Pidamos a Dios que
dirija nuestra mano para que a fin de año podamos besar con alegría todo lo que
hemos escrito.
También es el momento de
examinar todas las ocasiones perdidas de hacer el bien. Ocasiones
irrecuperables. Pueden venir otras; pero las perdidas, no se recuperarán.
Finalmente, demos
gracias a Dios de todo lo bueno recibido en el año que termina. De la paciencia
que Dios ha tenido con nosotros. Y de su gran misericordia.
.
(Texto del Padre Jorge Loring SJ - Imagen de Instagram)
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” Es posible que este año que termina te resultase largo y para muchos
también difícil. Este año ha tenido sus cosas buenas y sus cosas malas. Hemos
reído y hemos llorado. Hemos ganado y hemos pedido... Simplemente espero que en
lo personal, este año que está acabando haya sido benévolo con quienes leen
este saludo, y les haya traído más experiencias agradables que de las otras...
En el año nuevo, tengamos presente que la felicidad la encontraremos en
nosotros mismos si somos capaces de llenarnos de sentimientos nobles y
generosos para con los demás. Es mi deseo y esperanza que este año tenga un
final agradable y que el nuevo llegue con una carga de cosas positivas y
felices. Y sobre todo, con la bendición de Dios para todos, expresada en estas
palabras tomadas de las Sagradas Escrituras: “Que el Señor te bendiga y te
proteja. Que haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su misericordia. Que
el Señor vuelva a ti su mirada y te conceda la paz”.
🌸Viniste, Señor Jesús, y entraste de lleno en la historia humana. Llegaste
con la intención de quedarte siempre con tus hermanos, los hombres y mujeres de
la tierra. Decidiste compartir sus alegrías y fatigas e hiciste tuyos sus
aciertos y fracasos. Ocupaste un puesto en la aventura humana y siendo uno más
entre muchos ofreciste el Don de Dios a manos llenas.
Quienes te conocieron y recibieron se sintieron afortunados estando a tu
lado. Ellos admiraron tu entrañable humanidad reflejada en la cercanía y el
trato con todos. Quedaron sobrecogidos ante tu humildad y libertad, y prendados
de tu amor verdadero.
Felices ellos pues te hospedaron en su casa y te acogieron como el
Esperado de todos los tiempos. Y felices nosotros discípulos, apoyados en la fe
por aquellos que te reconocieron Hijo del Hombre e Hijo del Altísimo, te
decimos con anhelo sincero: «Ven a nuestra casa, Señor».
🌸A veces vemos tanta maldad en el mundo, tantas situaciones de injusticia y
dolor, que querríamos hacer algo, nos parece que debemos hacer algo, pero no
sabemos qué hacer, porque quizás no tenemos medios para hacer algo eficaz. Sin
embargo, hay un sistema muy sencillo y
un medio eficacísimo para hacer triunfar el bien en el mundo: la oración.
La oración está al alcance de todos y es el método por excelencia que
debemos utilizar para que triunfe el bien y la verdad en el mundo, en nuestras
familias y en todas partes.
Así que no tenemos excusa para quedarnos de brazos cruzados, mirando
solamente, sin hacer nada al respecto, porque con la oración hacemos mucho,
muchísimo, especialmente con el rezo del Santo Rosario, que la Virgen pide en
todas partes y con lo que obtendrá su mayor victoria sobre el mal.
Cada vez que veamos una situación dolorosa, de injusticia, de maldad, algo
que nos duela o nos mortifique, tomemos el Rosario en nuestras manos y
comencemos a rezarlo. Estaremos haciendo mucho por la solución de ese problema,
y también por el triunfo del bien en todas partes.
La solución del mundo no pasa por las reuniones de los grandes dirigentes
de la tierra, ni por tal o cual sistema de gobierno, sino por la oración, ya
que con nuestra oración confiada y constante haremos intervenir a Dios en
nuestra historia y el triunfo será de Dios y de su Madre, y nosotros
triunfaremos con Ellos.
Extractos de cartas del Padre Pío (Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365
días con el Padre Pío”) 31 de diciembre
Soy plenamente consciente de que no hay nada en mí
que pueda atraer las miradas de nuestro dulcísimo Jesús. Ha sido únicamente su
bondad la que ha colmado mi alma de tantos bienes. Él casi nunca me pierde de
vista; me sigue a todas partes; da vida a mi vida envenenada por el pecado;
disipa en mí las densas nubes en las que se halla envuelta mi alma después del
pecado. Tan pronto como, al cerrarse mis ojos, veo descender el velo de la
noche, veo abrirse ante mí el paraíso y, feliz ante esta visión, duermo con una
sonrisa de felicidad en mis labios y una calma total en la frente, esperando
que mi pequeño compañero de infancia venga a despertarme, y así entonar juntos
las alabanzas matutinas al amado de nuestros corazones.
¡Oh!, padre mío, si el conocimiento de mi realidad
despierta en usted algún pensamiento que no sea de compasión, diríjalo, se lo
ruego, en mi nombre, a mi amado, como prueba de reconocimiento y de gratitud.
(14 de octubre de 1912, al P. Agostino da San
Marco in Lamis, Ep. I, 306)
FELIPE -Jardinero de Dios-(el más pequeñito de todos) PÁGINAS DE FELIPE DE URCA: ”PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”♡FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”♡FACEBOOK de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡Canal de WHATSAPP de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡”X” (ex TWITTER) de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
La Palabra de Dios
Santoral Católico:
Palabras del Papa Francisco
Tema del día:
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Extractos de cartas del Padre Pío
FELIPE
Felipe amigo mío del alma ¡FELIZ AÑO NUEVO! ya os queda menos. Aquí son las 2,34, leyendo tus Semillitas, y allá las 22,34. Nos dices: "Para el año nuevo... ¡Venga a nosotros tu reino, Señor!" Y con tú permiso añado: Señor una palabra tuya bastaría para sanarnos, como personas, como sociedad, te necesitamos". José Luis Sevillano- Salamanca - España
ResponderEliminarQuerido José Luis: Recibe mi saludo de Año Nuevo con el firme propósito de seguir caminando junto a María para que Ella nos lleve a Jesús. Muchas gracias por tu permanente presencia junto a Pequeñas Semillitas. Un abrazo y bendiciones. Felipe.
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