sábado, 5 de octubre de 2024

Pequeñas Semillitas 5776

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5776 ~ Sábado 5 de Octubre de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Tal como nos enseñó San Juan Pablo II: "¡No tengas miedo!"
Aprende a dominar los impulsos del miedo que te perjudican. ¿Miedo de qué?
No permitas fantasías a tu mente para que pueda controlar sus emociones.  Sé valiente.  Dios protege a todos sus hijos y tú no serás olvidado.
Cuando sientas miedo, di a ti mismo: "La fuerza divina me protege. Dios está en mí. Dios está conmigo".
Obrando así, lograrás dominar el miedo, que te impide crecer y evolucionar.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Job 42, 1-3. 5-6. 12-16
 
Salmo: Sal 118, 66. 71. 75. 76. 91. 125. 130
 
Santo Evangelio: Lc 10,17-24
En aquel tiempo, regresaron alegres los setenta y dos, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos».
En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».
 
Comentario:
Hoy, el evangelista Lucas nos narra el hecho que da lugar al agradecimiento de Jesús para con su Padre por los beneficios que ha otorgado a la Humanidad. Agradece la revelación concedida a los humildes de corazón, a los pequeños en el Reino. Jesús muestra su alegría al ver que éstos admiten, entienden y practican lo que Dios da a conocer por medio de Él. En otras ocasiones, en su diálogo íntimo con el Padre, también le dará gracias porque siempre le escucha. Alaba al samaritano leproso que, una vez curado de su enfermedad —junto con otros nueve—, regresa sólo él donde está Jesús para darle las gracias por el beneficio recibido.
Escribe san Agustín: «¿Podemos llevar algo mejor en el corazón, pronunciarlo con la boca, escribirlo con la pluma, que estas palabras: ‘Gracias a Dios’? No hay nada que pueda decirse con mayor brevedad, ni oír con mayor alegría, ni sentirse con mayor elevación, ni hacer con mayor utilidad». Así debemos actuar siempre con Dios y con el prójimo, incluso por los dones que desconocemos, como escribía san Josemaría Escrivá. Gratitud para con los padres, los amigos, los maestros, los compañeros. Para con todos los que nos ayuden, nos estimulen, nos sirvan. Gratitud también, como es lógico, con nuestra Madre, la Iglesia.
La gratitud no es una virtud muy “usada” o habitual, y, en cambio, es una de las que se experimentan con mayor agrado. Debemos reconocer que, a veces, tampoco es fácil vivirla. Santa Teresa afirmaba: «Tengo una condición tan agradecida que me sobornarían con una sardina». Los santos han obrado siempre así. Y lo han realizado de tres modos diversos, como señalaba santo Tomás de Aquino: primero, con el reconocimiento interior de los beneficios recibidos; segundo, alabando externamente a Dios con la palabra; y, tercero, procurando recompensar al bienhechor con obras, según las propias posibilidades.
* Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net
 
Santoral Católico:
Santa Faustina Kowalska
Nació en Glogowiec (Polonia) el año 1905, de familia campesina, numerosa, pobre y religiosa. A los dieciséis años se fue a trabajar como sirvienta de familias acomodadas. En 1925 entró en la congregación de la Bienaventurada Virgen María de la Misericordia. Vivió en distintas casas del instituto, desempeñando las funciones de cocinera, jardinera y portera. Su vida, en apariencia monótona, ocultaba una extraordinaria profundidad de unión con Dios. En 1931 se le apareció el Señor pidiéndole que hiciera pintar su imagen tal como lo veía en ese momento: con túnica blanca, una mano elevada en gesto de bendición y la otra señalando su corazón, desde donde parten dos rayos de luz, azul y rojo; Jesús le explicó: el rayo azul representa el agua, que purifica las almas; y el rojo, la sangre, que es la vida de las almas. El Señor le concedió gracias extraordinarias: visiones, estigmas, etc., que iban unidas a grandes sufrimientos. Jesús le encomendó la misión de difundir la devoción a la Divina Misericordia. Murió en Cracovia el 5 de octubre de 1938. San Juan Pablo II la canonizó el año 2000.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento de Santa Faustina
«Dios nunca fuerza nuestro libre albedrío. De nosotros depende si queremos aceptar la gracia de Dios o no, si queremos colaborar con ella o malgastarla (...) Mi alma es como un agua transparente en la que todo lo veo, tanto mi miseria como la grandeza de las gracias de Dios (...) Con la confianza de un niño, me arrojo en tus brazos, Padre de la Misericordia, para reparar la infidelidad de tantas almas que temen confiar en Ti.»
 
Tema del día:
La Coronilla de la Divina Misericordia
Un arma corta, pero de largo alcance (espiritualmente hablando) es la Coronilla de la Divina Misericordia.
 
Es una oración corta pero que tiene un poder muy grande para alcanzar la Misericordia divina y obtener favores y gracias de todo tipo.
 
Cuando estemos tristes o cansados, abatidos o con dudas, enojados o temerosos, empuñemos el rosario en nuestras manos y recemos esta Coronilla de la Divina Misericordia, que volverá la paz a nuestras almas, y además de que seremos consolados por Dios, obtendremos favores admirables para nosotros y para quienes amamos.
 
Pero dejemos que sea el mismo Señor Jesucristo quien nos hable de los beneficios que trae el rezar con frecuencia la Coronilla. Estas son palabras de Jesús Misericordioso sobre la Coronilla a la Divina Misericordia:
 
“Quienes recen esta coronilla, me complazco en darles todo lo que me pidan... si lo que me piden está conforme con Mi voluntad"(Diario #1541).
 
"Reza incesantemente esta coronilla que Te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi Misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia” (Diario #687).
 
“Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando al lado de un agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa Pasión de Mi Hijo" (Diario #811).
 
"Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez Justo sino como Salvador Misericordioso" (Diario #1541).
 
"A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte" (Diario #754).
 
"Hija mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado. A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan. Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz" (Diario #1541)
 
“Los Sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación" (Diario #687).
 
"Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta Coronilla; Las entrañas de mi Misericordia se enternecen por quienes rezan esta Coronilla. Anota estas palabras, hija Mía, habla al mundo de Mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia Mía. Es una señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que brotó para ellos" (Diario #848).
 
Modo de rezar la coronilla:      
"Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás con un rosario común, del modo siguiente: Primero rezarás una vez el Padre nuestro y el Ave María y el Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras: “Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero”; en las cuentas del Ave María , dirás las siguientes palabras: “Por su dolorosa Pasión, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”. Para terminar, dirás tres veces estas palabras: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten Piedad de nosotros y del mundo entero”. (Diario #476). 
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Santa Faustina Kowalska, conocida como "Apóstol de la Divina Misericordia", fue una religiosa polaca a la que el Señor se le apareció entre los años 1931 y 1938, confiándole la difusión de la devoción a Su Divina Misericordia. Por indicación de su director espiritual, Santa Faustina reunió todas las revelaciones del Señor en un diario.
La Divina Misericordia es una devoción centrada en la enseñanza de la misericordia de Dios y Su amor infinito por la humanidad. Esa misericordia y ese amor lo pone Jesucristo a disposición de todos los hombres, especialmente de los más pecadores.
Santa Faustina Kowalska fue canonizada por el Papa San Juan Pablo II el 30 de abril del año 2000. Ese mismo año, San Juan Pablo II instituyó la Solemnidad del Domingo de la Divina Misericordia, para que se celebrara cada año el domingo siguiente al Domingo de Resurrección.
🌸
Cuentan que un hombre entró en un local y vio a un señor en el mostrador. Maravillado con la belleza del lugar, preguntó:
- Señor, ¿qué se vende aquí?
- Los dones de Dios. Le respondió el señor.
- ¿Cuánto cuestan? volvió a preguntar
- ¡No cuestan nada! ¡Aquí todo es gratis!
El hombre contempló el local y vio que había jarros de amor, frascos de fe, paquetes de esperanza, cajitas de salvación, mucha sabiduría, fardos de perdón, paquetes grandes de paz y muchos otros dones. El hombre, maravillado con todo aquello, pidió:
- Por favor, quiero el mayor jarro de amor, todos los fardos de perdón y un frasco grande de fe, para mí, mis amigos y familia.
Entonces, el señor preparó todo y le entregó un pequeño paquetito que cabía en la palma de su mano.
Incrédulo, el hombre dijo:
- Pero, ¿cómo puede estar aquí todo lo que pedí?
Sonriendo, el señor le respondió:
- ¡En el Local de Dios no vendemos frutos! ¡Sólo semillas! ¡Plántelas!
🌸
Cada día, cuando suene el despertador, respira profundamente, sonríe con ganas y date un aplauso. Eres una persona privilegiada. Estás vivo. El tiempo se te regala a cambio de nada. Tienes por delante la posibilidad de ser feliz. El tiempo no es una condena, es la posibilidad del amor, del gozo, de la felicidad.
Mírate al espejo y ríete un poco de ti mismo. Verás que tienes el corazón despeinado, date una buena ducha de optimismo y verás un buen día.
Por el contrario, si promueves negatividad, ¿adivina qué obtendrás? Por supuesto: Negatividad.
Conozco a muchos que viven una vida de salud, riqueza y felicidad. Ninguno de ellos promueve negatividad en su vida.
Seguramente puedes deslizarte por aquí y por allá, y aún al resbalar y caer, hay una oportunidad: te puedes poner de pie nuevamente.
Ponerse de pie nuevamente significa elegir lo que va a apoyar tu prosperidad positiva, en lugar de entregarte a la tentación negativa de la limitación.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
5 de octubre
Mantente firme en tus decisiones; permanece en la barca en la que te ha puesto nuestro Señor, que, aunque llegue la tempestad, no perecerás. Te parece que Jesús duerme, y es posible que sea así; pero, ¿no sabes que, si él duerme, su corazón cuida oportunamente de ti? Déjale incluso que duerma; pues en el momento oportuno despertará para ofrecerte la calma. El queridísimo san Pedro, dice la Escritura, se asustó y temblando exclamó: «¡Señor, sálvame!». Y nuestro Señor, tomándolo de la mano, le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?». Mira, hija, a este santo Apóstol: él camina a pie enjuto sobre las aguas; las olas y los vientos no sabrían sumergirlo; pero el miedo al viento y a las olas lo desanima, lo abate. El miedo es un mal peor que el mismo mal.
Hijita de poca fe, ¿qué puedes temer tú? ¿No cuida él de ti? Tú caminas sobre el mar, encuentras vientos y olas, pero, ¿estar con Jesús no te es suficiente? ¿A qué puedes tener miedo? Pero si el miedo te sorprende, grita con fuerza: «Señor, sálvame». Él te alargará la mano; apriétala con fuerza y camina con alegría sobre el mar de las tempestades de la vida.
(27 de diciembre de 1917, a una destinataria desconocida, Ep. III, 927)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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