martes, 24 de septiembre de 2024

Pequeñas Semillitas 5765

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5765 ~ Martes 24 de Setiembre de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy celebramos la Fiesta de la Virgen de la Merced, la misma que en el año 1218 se dio a conocer a San Pedro Nolasco exhortándolo a fundar una orden religiosa con el fin principal de redimir a aquellos cristianos cautivos, siendo que en esos momentos la península Ibérica estaba dominada por los musulmanes y los mares asolados por los corsarios sarracenos. Así fue como el santo impulsó la creación de la Orden de la Merced (Obras de Misericordia) que se concretó en la Catedral de Barcelona con el apoyo del rey Jaime I.
Desde el siglo XIII se la venera en Barcelona y en 1687 se proclamó oficialmente patrona de la ciudad. La talla de la imagen de la Merced que se encuentra en la basílica de la Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. En catalán "Mare de Deu de la Mercé", Madre de Dios de la Merced.
En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre. Es además patrona de los cautivos (presos) y de muchos países de Latinoamérica (Perú, República Dominicana y otros)
Al extenderse los mercedarios por el Nuevo Mundo apoyando las corrientes colonizadoras, bajaron a toda Sudamérica hasta llegar a Argentina donde la devoción a Nuestra Señora de la Merced es de las más antiguas e incluso el general Manuel Belgrano, luego de triunfar en la batalla de Tucumán en 1812, la proclamó Generala del Ejército Argentino.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Prv 21, 1-6. 10-13
 
Salmo: Sal 118, 1. 27. 30. 34-35. 44
 
Santo Evangelio: Lc 8,19-21
En aquel tiempo, se presentaron la madre y los hermanos de Jesús donde Él estaba, pero no podían llegar hasta Él a causa de la gente. Le anunciaron: «Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte». Pero Él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».
 
Comentario:
Hoy leemos un hermoso pasaje del Evangelio. Jesús no ofende para nada a su Madre, ya que Ella es la primera en escuchar la Palabra de Dios y de Ella nace Aquel que es la Palabra. Al mismo tiempo es la que más perfectamente cumplió la voluntad de Dios: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38), responde al ángel en la Anunciación.
Jesús nos dice lo que necesitamos para llegar a ser sus familiares, también nosotros: «Aquellos que oyen...» (Lc 8,21) y para oír es preciso que nos acerquemos como sus familiares, que llegaron a donde estaba; pero no podían acercarse a Él a causa del gentío. Los familiares se esfuerzan por acercarse, convendría que nos preguntásemos si luchamos y procuramos vencer los obstáculos que encontramos en el momento de acercarnos a la Palabra de Dios. ¿Dedico diariamente unos minutos a leer, escuchar y meditar la Sagrada Escritura? Santo Tomás de Aquino nos recuerda que «es necesario que meditemos continuamente la Palabra de Dios (...); esta meditación ayuda poderosamente en la lucha contra el pecado».
Y, finalmente, cumplir la Palabra. No basta con escuchar la Palabra; es preciso cumplirla si queremos ser miembros de la familia de Dios. ¡Debemos poner en práctica aquello que nos dice! Por eso será bueno que nos preguntemos si solamente obedezco cuando lo que se me pide me gusta o es relativamente fácil, y, por el contrario, si cuando hay que renunciar al bienestar, a la propia fama, a los bienes materiales o al tiempo disponible para el descanso..., pongo la Palabra entre paréntesis hasta que vengan tiempos mejores. Pidamos a la Virgen María que escuchemos como Ella y cumplamos la Palabra de Dios para andar así por el camino que conduce a la felicidad duradera.
* Rev. D. Xavier JAUSET i Clivillé (Lleida, España) © Textos de Evangeli.net
 
Santoral Católico:
La Virgen de la Merced
Cada 24 de septiembre se celebra a la Virgen de la Merced que significa “misericordia”, advocación que se remonta al siglo XIII cuando la Virgen se le aparece a San Pedro Nolasco y lo anima a seguir liberando a los cristianos esclavos. Ante el deseo de la Virgen se funda la orden de los Mercedarios el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, España, y San Pedro Nolasco fue nombrado por el Papa Gregorio IX como Superior General. Los integrantes, aparte de los votos de pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto en el que se comprometían a dedicar su vida a liberar esclavos y que se quedarían en lugar de un cautivo que estuviese en peligro de perder la fe, cuando el dinero no alcanzara para lograr su liberación. Más adelante, en el año 1696, el Papa Inocencio XII fijó el 24 de septiembre como la Fiesta de la Virgen de la Merced en toda la Iglesia.
Cuando los frailes mercedarios llegan a América, llevan también la devoción a la Virgen de la Merced. La cual se propagó en República Dominicana, Perú, Ecuador, Argentina y muchos otros países, donde es conocida y amada.
Para más información hacer clic acá.
(ACI Prensa)
 
Pensamiento del día
«Virgen y Señora de la Merced, a Ti suplicamos que, mediante tu maternal intercesión ante tu hijo Jesucristo, nos alcances la verdadera libertad de los hijos de Dios y nos hagas libres de cualquier esclavitud, de modo que experimentemos en nosotros la alegría de la salvación. Amén.»
 
Historias:
La Orden de la Merced
El carisma Mercedario nace cuando un joven mercader llamado Pedro Nolasco, nacido en un pueblo cercano a Barcelona, dice sentir día a día un especial llamado de Dios. Veía muchas miserias e injusticias que ocurrían en el mundo en el que él vivía. Esto lo llevó a preguntarse: “¿Qué podría hacer para atenuar tanto dolor y para acabar con tanta injusticia?”. A partir de allí él comienza un nuevo camino en el que se dedica a luchar por la libertad de los cristianos que habían abandonado la religión y sobre todo de aquellos que en situación de esclavitud estaban en peligro de perder su fe.
 
Nolasco sentía un gran amor por la Virgen María y fue ella quien en la madrugada del 2 de Agosto de 1218 se le apareció rodeada de Ángeles y de Santos y le dijo “En voluntad de mi Santísimo Hijo y Mía fundes en el mundo una Orden que en mi honor deberá llamarse ORDEN DE LA VIRGEN MARIA DE LA MERCED DE LA REDENCIÓN DE CAUTIVOS. El hábito será blanco en honor a mi pureza, en el pecho llevará una cruz roja en recuerdo de mi Hijo y el escudo del Rey al que sirves”.
 
Fue así que el 10 de agosto del mismo año Pedro funda la Orden de la Merced en el Hospital de Santa Eulalia, en Barcelona, con la participación del rey Jaime de Aragón y ante el obispo de la ciudad, Berenguer de Palou.
 
Por la confirmación del Papa Gregorio IX, el 17 de enero de 1235, la Iglesia testificó la acción del Espíritu Santo en la fundación de la Orden; la ratificó en la práctica de la regla de San Agustín; le dio carácter universal incorporándola plenamente a su vida y sancionó su obra como misión en el pueblo de Dios.
 
Este mercader renuncia a la compra-ventas en beneficio propio y descubre el mercado de los cautivos cristianos, privados de libertad y oprimidos en su dignidad de seres humanos y se convierte en nuevo mercader de la libertad, entregando sus bienes y su vida para redimir cautivos, como obra máxima de misericordia.
 
Los cautivos cristianos al saber de esta nueva obra y al estar en plena situación angustiosa, invocaban a María pidiendo la merced, su propia redención y la liberación. María se convierte gracias a estas acciones mercedarias en Virgen redentora, dadora de libertad y dignificadora de sus hijos más oprimidos.
 
Los frailes mercedarios de Santa María se unieron estrechamente y los cautivos redimidos así lo entendieron y proclamaron acción liberadora y presencia de María que libera a través de sus mensajes de liberación. Y fue así que proclamaron el cuarto voto, de quedar en rehenes, si fuese necesario para salvar la vida y la fe del cristiano cautivo. El cuarto voto convierte a los redentores mercedarios en representación y actualización viva de Cristo, que entregó su vida para redimir al mundo.
 
Con el transcurso de la historia y según las necesidades de la Iglesia, además de nuestra misión redentora, los mercedarios hemos asumido una serie de ministerios caritativos y apostólicos. Actualmente seguimos realizando estos ministerios, organizándolos conforme a las necesidades de cada iglesia particular y actualizándolos a la luz de la misión redentora que San Pedro Nolasco y María de la Merced nos legó.
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(Fuente. Merced.org – Imagen: Enciclopedia Católica)
 
Difundan "Pequeñas Semillitas" 
Para los que leen diariamente “Pequeñas Semillitas” por correo electrónico o por el canal de WhatsApp, va este pedido: les pido por favor que las compartan con sus amigos y contactos, para que la alegría del Evangelio llegue a muchos corazones más en todo el mundo.
A la vez, les pueden transmitir que quedan todavía unos pocos lugares disponibles para inscribirse y recibirlas por email (pedirlas a feluzul@gmail.com) y un número ilimitado de plazas vacantes en el canal de WhatsApp al cual pueden acceder entrando en este link: https://whatsapp.com/channel/0029VablI734o7qTX6m58i2X  y una vez allí tocan “ver canal” y a continuación “seguir”.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Todo acontecimiento deja una huella profunda en tu espíritu. Los "buenos y los malos momentos" van marcando tu vida y según como los vayas apreciando te harán más tolerante y sabio, o más rígido y soberbio.
Sería cómodo que sólo los buenos momentos dejaran huella en tu espíritu, y que los amargos se te olvidaran totalmente, pero eso no es posible y tienes que aprender a saborear con la misma madurez, la amargura de la lágrima y la dulzura de la sonrisa.
Si las tristezas forman parte de la vida de todo ser humano, nada ganas con rechazarlas o rebelarte contra ellas.
Mejor asimila cada "momento malo" de manera pacífica y sitúate en un nivel de vida esperanzador. Abre tu corazón a la vida, a todo lo que ella te ofrezca, y aunque la riqueza que te regale venga en un recipiente de barro, acéptala y vívela, sólo así podrás tener paz ante cualquier acontecimiento por adverso que sea. Recíbelo todo como gracia y aprenderás a sacar provecho de todo.
🌸
Dios no premia por el fruto en el apostolado, sino por el sufrimiento padecido para realizarlo, por el trabajo puesto en la obra apostólica. Esto es un gran consuelo para nosotros, que a veces recibimos ingratitudes por nuestros desvelos en salvar almas.
Si al Cielo llegamos con pocas almas salvadas, no por ello mereceremos menos premio, puesto que si hemos trabajado bien y hemos sufrido por las almas, Dios nos premiará como si hubiésemos alcanzado el mayor fruto.
Sabiendo estas cosas, tenemos que aplicarlas a nuestra vida de apóstoles, para no desanimarnos en caso de que veamos que lo que hacemos no es aprovechado ni apreciado por las almas, pues si lo hacemos con esfuerzo y poniendo todo lo mejor de nosotros, el Señor nos premiará igualmente, y no quedará en vano el trabajo realizado.
Las obras se ven de forma diversa en la tierra y en el Cielo, porque una obra apostólica que en la tierra aparentemente fue un fracaso, quizás para el Cielo fue un triunfo, ya que el encargado de llevarla a cabo dio todo de sí, y si bien no triunfó según el mundo, para Dios basta con que el instrumento hizo todo lo que estuvo a su alcance.
🌸
Los evangelios refieren varias apariciones del Resucitado, pero no hablan del encuentro de Jesús con su Madre. Ese silencio no debe llevarnos a concluir que, después de su resurrección, Cristo no se apareció a María; al contrario, nos invita a tratar de descubrir los motivos por los cuales los evangelistas no lo refieren.
Si los autores del Nuevo Testamento no hablan del encuentro de Jesús resucitado con su madre, tal vez se debe atribuir a que los que negaban la resurrección del Señor podrían haber considerado ese testimonio demasiado interesado y, por consiguiente, no digno de fe.
¿Cómo podría la Virgen, presente en la primera comunidad de los discípulos (cf. Hch 1, 14), haber sido excluida del número de los que se encontraron con su divino Hijo resucitado de entre los muertos?
Más aún, es legítimo pensar que probablemente Jesús resucitado se apareció a su Madre en primer lugar. La ausencia de María del grupo de las mujeres que al alba se dirigió al sepulcro (cf. Mc 16, 1; Mt 28, 1), ¿no podría constituir un indicio de que Ella ya se había encontrado con Jesús? Esta conclusión quedaría confirmada también por el hecho de que las primeras testigos de la resurrección, por voluntad de Jesús, fueron las mujeres, las cuales permanecieron fieles al pie de la cruz y, por tanto, más firmes en la fe.
(San Juan Pablo II)
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
24 de setiembre
De una sola cosa debe entristecerse el alma, de la ofensa hecha a Dios; y también en este punto hay que ser muy cautos. Debemos entristecernos sí por nuestras faltas, pero con un dolor que no nos quite la paz, confiando siempre en la misericordia divina.
Guardémonos además de ciertos reproches y remordimientos contra nosotros mismos, pues estos reproches casi siempre provienen del enemigo para perturbar nuestra paz en Dios.
Si tales reproches y remordimientos nos humillan y nos hacen diligentes en obrar el bien, sin quitarnos la confianza en Dios, tengamos por seguro que nos vienen de Dios. Pero si nos confunden y nos vuelven temerosos, desconfiados, perezosos y lentos para el bien, tengamos por seguro que nos vienen del demonio; y, como tales, rechacémoslos, avivando la confianza en Dios.
De este modo, manteniendo nuestro ánimo sereno y en paz en las dificultades, avanzaremos mucho en los caminos del Señor; por el contrario, si perdemos esta paz, nuestro esfuerzo por alcanzar la vida eterna conseguirá poco o ningún fruto.
(10 de julio de 1915, al P. Agostino da San Marco in Lamis, Ep. I, 606)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
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