miércoles, 31 de julio de 2024

Pequeñas Semillitas 5710

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5710 ~ Miércoles 31 de Julio de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Jesuitas
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy celebramos la memoria de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús (Jesuitas), hace casi cinco siglos, circunstancia que en lo personal me llega muy de cerca porque en mi juventud me eduqué con Jesuitas, que -gracias a Dios- dejaron en mí su fuerte impronta que me acompañará toda la vida y hace que en todo momento me sienta muy cerca de ellos y muy empapado de todo lo que sea jesuítico.
Es una gran bendición para la Compañía haber dado el primer Papa Jesuita de toda la historia, en la persona del padre Jorge Mario Bergoglio, a quien conocí allá por el año 1965, cuando él era un “maestrillo” y todavía no se había ordenado sacerdote (cosa que sucedería a fines de 1969) y yo un joven alumno en el Colegio Inmaculada Concepción de la ciudad de Santa Fe, Argentina.
A San Ignacio de Loyola y a la Compañía de Jesús, con respeto, con amor y agradecimiento, va dedicado este número de “Pequeñas Semillitas”.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Jer 15, 10. 16-21
 
Salmo: Salmo 58, 2-3. 4-5a. 10-11. 17. 18
 
Santo Evangelio: Mt 13,44-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.
»También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra».
 
Comentario:
Hoy, Mateo pone ante nuestra consideración dos parábolas sobre el Reino de los Cielos. El anuncio del Reino es esencial en la predicación de Jesús y en la esperanza del pueblo elegido. Pero es notorio que la naturaleza de ese Reino no era entendida por la mayoría. No la entendían los sanedritas que le condenaron a muerte, no la entendían Pilatos, ni Herodes, pero tampoco la entendieron en un principio los mismos discípulos. Sólo se encuentra una comprensión como la que Jesús pide en el buen ladrón, clavado junto a Él en la Cruz, cuando le dice: «Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino» (Lc 23,42). Ambos habían sido acusados como malhechores y estaban a punto de morir; pero, por un motivo que desconocemos, el buen ladrón reconoce a Jesús como Rey de un Reino que vendrá después de aquella terrible muerte. Sólo podía ser un Reino espiritual.
Jesús, en su primera predicación, habla del Reino como de un tesoro escondido cuyo hallazgo causa alegría y estimula a la compra del campo para poder gozar de él para siempre: «Por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel» (Mt 13,44). Pero, al mismo tiempo, alcanzar el Reino requiere buscarlo con interés y esfuerzo, hasta el punto de vender todo lo que uno posee: «Al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra» (Mt 13,46). «¿A propósito de qué se dice buscad y quien busca, halla? Arriesgo la idea de que se trata de las perlas y la perla, perla que adquiere el que lo ha dado todo y ha aceptado perderlo todo» (Orígenes).
El Reino es paz, amor, justicia y libertad. Alcanzarlo es, a la vez, don de Dios y responsabilidad humana. Ante la grandeza del don divino constatamos la imperfección e inestabilidad de nuestros esfuerzos, que a veces quedan destruidos por el pecado, las guerras y la malicia que parecen insuperables. No obstante, debemos tener confianza, pues lo que parece imposible para el hombre es posible para Dios.
* Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España) 
 
Santoral Católico:
San Ignacio de Loyola
Nació en Loyola (Guipúzcoa, España) el año 1491. De joven permaneció en la corte y se dedicó a la vida militar. Herido en la defensa de Pamplona, tuvo que guardar reposo, y las lecturas piadosas favorecieron su conversión a Dios. Se retiró a Montserrat y Manresa, dando inicio a los Ejercicios espirituales. Viajó a Tierra Santa y luego estudió en Alcalá, Salamanca y finalmente en París, donde reunió a los primeros compañeros, con los que fundó en Roma la Compañía de Jesús. Antes, en Venecia, se ordenó de sacerdote el año 1537. Escribió las constituciones de la Compañía, a la que dio como lema «A mayor gloria de Dios». Fructífero fue su apostolado, por las obras que escribió y por los discípulos que formó, que contribuyeron poderosamente a la verdadera reforma de la Iglesia. Envió a san Francisco Javier a Oriente como misionero. Para que Roma fuera un centro de ciencia eclesiástica, con un plantel de doctores de los que pudiera disponer el Papa, fundó el Colegio Romano, después llamado Universidad Gregoriana. Murió en Roma el 31 de julio de 1556.
Oración: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre, concédenos que después de combatir en la tierra, bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
 
mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad.
Vos me lo disteis; a vos Señor, lo torno.
Disponed a toda vuestra voluntad y dadme amor y gracia,
que esto me basta, sin que os pida otra cosa»
(SAN IGNACIO DE LOYOLA)
 
Tema del día:
Ejercicios Espirituales Ignacianos
Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola son una secuencia ordenada de meditaciones y contemplaciones -ejercicios- que surgen de la profunda experiencia espiritual que el santo vive a partir de su conversión. Su objetivo es ayudar al que se ejercita en ellos a descubrir cuál es la voluntad de Dios para su vida.
 
Los Ejercicios se remontan al Cuaderno de notas en el que Ignacio describe sus experiencias espirituales durante su visita a la ciudad de Manresa, donde, como describe en su autobiografía, “le trataba Dios de la misma manera  que trata un maestro de escuela a un niño enseñándole” (Autobiografía 27).
 
El gran jesuita argentino que fue el P. Castellani lo describe así: “Ese cuaderno contiene las experiencias ascéticas de un soldado del Renacimiento, y su elaboración por él mismo, de un método y un training (entrenamiento) aplicable a todos. ¿Se ha reflexionado lo suficiente sobre la enorme paradoja que tal hecho involucra? El hecho es éste: una experiencia religiosa concreta, una conversión ha sido como desindividualizada y arquetipada, sin convertirse por eso ni en un rígido esqueleto ni en un fantasma abstracto. Pienso que si los E.E. no existieran, parecerían imposibles. Si antes de San Ignacio hubiéramos presentado el proyecto a los teólogos y a los filósofos, se hubieran reído, o tal vez enojado, según el humor. Algunos los hubieran declarado imposibles, utópicos. Otros, los hubiesen tenido por heréticos, pelagianos. O se hubieran escandalizado ante la sola idea de una máquina de convertir”.
 
Además, no es el libro de los Ejercicios -aunque suene extraño a primera vista- “un libro para leer”, sino un libro “para hacer los Ejercicios”, y muy difícilmente se le pueda entender y aprovechar si no se cuenta con la guía de alguien que los conozca y los haya experimentado.
 
La experiencia completa de los Ejercicios Espirituales Ignacianos, llamados “típicos” dura aproximadamente 30 días, los cuales se hacen en silencio y bajo la guía de un “predicador”, a quien San Ignacio llama “el que da los Ejercicios”, haciendo notar que no se trata de predicar algo “nuevo” sino de explicar los Ejercicios.
 
¿Por qué hacerlos?
El ritmo frenético de la vida moderna crea personas llenas de cosas y actividades pero profundamente insatisfechas. Las múltiples actividades ocasionan una dispersión en la persona, dejándola confundida y débil, un sujeto así es incapaz de enfrentar las contrariedades de vida porque esta no está ordenada a su último fin.
 
Ahí está la clave de los Ejercicios: ordenar y enfocar la vida a lo importante, dejando lo efímero y pasajero de lado.
 
Este método ha probado su eficacia durante cinco siglos y es ahora cuando su ayuda se hace más urgente e indispensable dado el ritmo voraz al que nos somete la vida moderna, empeñada en hacer de nosotros un mero instrumento de producción y consumo.
 
Ha dicho San Juan Pablo II (Ángelus 16/12/79): “Espero que (…) sacerdotes, religiosas y laicos continúen siendo fieles a esta experiencia y le den incremento: hago esta invitación a todos los que buscan sinceramente la verdad. La escuela de los Ejercicios Espirituales sea siempre un remedio eficaz para el mal del hombre moderno arrastrado por el torbellino de las vicisitudes humanas a vivir fuera de sí, excesivamente absorbido por las cosas exteriores; sea fragua de hombres nuevos, de cristianos auténticos, de apóstoles comprometidos. Es el deseo que confío a la intención de la Virgen, la contemplativa por excelencia, la maestra sabia de los Ejercicios Espirituales".
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Hay un breve texto del Padre Arrupe (fue superior general de los jesuitas entre 1965 y 1983) cuyos ecos oigo cada vez que escucho al Papa Francisco.
Cuando le preguntaban hacia dónde iba la Compañía de Jesús, su respuesta fue siempre: “A donde Dios la lleva”.
En otros términos, era como decir: “No sé, pero sí sé una cosa, y es que Dios nos lleva a alguna parte: vamos seguros, vamos con la Iglesia, que va dirigida por el Espíritu Santo. Sé que Dios nos lleva a una tierra nueva, la de promisión, la suya. Él sabe dónde está, a nosotros no nos toca sino seguirle”.
Es necesario tener mucho valor para renunciar a las falsas seguridades que no son más que necedad que anestesia el alma. No es fácil asumir que Dios no es Señor de seguridades, sino de inseguro caminar. Que hay que estar siempre a la escucha. Que la Verdad no busca defensores o guardianes sino testigos, amigos capaces de andar sobre las turbulentas aguas del mar sin hundirse, atentos a su llamada.
Deus semper maior, Dios siempre está un paso más allá de nosotros… Pero no deja de invitarnos a seguirle: venid y ved. Eso sí, es preciso llevar como equipaje un corazón más grande que el mundo… Ese es el signo que identifica a quienes realmente transitan por la senda de la espiritualidad.
Ése debe ser nuestro rasgo característico como hombres de Dios: ser hombres para los demás
🌸
Cuando el 10 de febrero de 1990, Nelson Mandela, de Sudáfrica, fue puesto en libertad por quienes le hicieron pasar 27 años de cárcel injusta, tenía todos los motivos para sentir odio y rencor. Sin embargo, su reacción fue siempre de perdón y de reconciliación. Y dice: Siempre supe que en lo más profundo del corazón humano hay misericordia y generosidad. Nadie nace odiando a otra persona por razón de su piel, de su origen o de su formación o religión. La gente aprende a odiar y, si aprende a odiar, también puede aprender a perdonar y a amar. El amor es más natural al corazón humano que el odio.
Cuando salió de prisión y llegó a ser Presidente del país, no dio discursos fáciles. Renunció a la tercera parte de su salario y creó el Fondo Nelson Mandela para la infancia. Salió de la cárcel sin rencores y afrontó la situación política con libertad y prudencia. Dijo: Cuando salí de la cárcel me impuse la misión de dar libertad a todos. La verdad es que todavía no somos libres. Hemos logrado la libertad para ser libres, el derecho a no ser oprimidos. Pero ser libre significa respetar al otro. Hemos caminado un largo trecho hacia esa libertad, pero nos podemos retrasar. (P. Ángel Peña)
 
Pedidos de oración
🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la PAZ en el mundo; por el fin de los ataques a la Iglesia Católica en Nicaragua, por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África (Nigeria), y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por todos nuestros hermanos de diversos países sometidos a dictaduras que se ven forzados a emigrar en busca de mejores horizontes en otras tierras;  por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la recuperación de la República Argentina en el marco de la democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
 
🙏 Pedimos oración por el eterno descanso del almita del bebé Indalecio, de Salta, Argentina, de 5 meses de vida, que nació con una grave cardiopatía congénita y ha sido sometido a compleja cirugía que su delicado cuerpito no pudo soportar. El Señor ya lo ha recibido en el cielo. Ahora rezamos también por su familia, para que la Santísima Virgen les conceda paz y consuelo, con la esperanza segura de la Vida Eterna.
 
🙏 Pedimos oración para la hermana Lucía A., de Córdoba, Argentina, religiosa de 75 años de edad, afectada de herpes zóster con localización oftálmica, que es sumamente molesto, rogando al Señor que le conceda sus gracias para una pronta recuperación sin secuelas.
 
🙏 Pedimos oración para que los resultados de la anatomía patológica (biopsia) de la extirpación de tiroides de Graciela H., de Córdoba, Argentina, sean totalmente benignos.
 
🙏 Seguimos rezando por paz y justicia para VENEZUELA.
 
🙏 Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin, rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
31 de julio
Mantened vuestros propósitos; permaneced en la barca en la que os ha puesto el Señor; y venga incluso la tempestad; ¡viva Jesús!, vosotras no pereceréis. Él dormirá, pero, en el momento oportuno, se despertará para devolveros la calma. Nuestro san Pedro, dice la escritura, viendo la tempestad tan violenta, se asustó y, temblando, exclamó: «Señor, sálvame». Y nuestro Señor, tomándolo de la mano, le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué temes?». Fijaos, hijas, en este santo apóstol: él camina a pie enjuto sobre las aguas; las olas y los vientos no sabrían sumergirlo; pero el miedo al viento y a las olas lo desanima. El miedo es un mal mayor que el mismo miedo.
Hijas de poca fe, ¿qué teméis? No, no temáis; caminad sobre el mar entre los vientos y las olas; pero recordad que estáis con Jesús. ¿Qué motivos tenéis para temer? Pero, si os sorprende el miedo, gritad con fuerza: ¡Señor, sálvanos! Él os alargará la mano; agarradla con fuerza y caminad con alegría.
En resumen, no filosoféis sobre vuestros defectos; no repliquéis; seguid adelante con sinceridad. No, Dios no sabría perderos, cuando vosotras, para no perderlo, insistís en vuestros propósitos. Que el mundo arda, que todo esté en tinieblas, en humo, en tumulto; pero Dios está con vosotras. ¿De qué, pues, tendremos miedo? Si Dios permanece en las tinieblas y sobre el monte Sinaí, entre relámpagos y truenos, ¿no podemos estar contentos sabiendo que estamos cerca de Él?
(8 de marzo de 1918, a las hermanas Ventrella, Ep. III, 576)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
PÁGINAS DE FELIPE DE URCA:
 
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1 comentario:

  1. Gracias por el amor tan generoso a los que necesitamos tanto estar empapados de Palabra de Dios y vos lo hacés posible.

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