domingo, 14 de abril de 2024

Pequeñas Semillitas 5605

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5605 ~ Domingo 14 de Abril de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Vemos en el Evangelio de hoy como Jesús demostró que, aun siendo hombre verdadero (tenía cuerpo y alma humanos), no era una persona humana, sino divina. A los discípulos les costaba entenderlo cuando le acompañaban en sus viajes por Palestina porque veían su cuerpo y las manifestaciones de su alma (cómo amaba, cómo sufría). Su humanidad se manifestó en carne viva en su Pasión al ser flagelado y crucificado.
Sin embargo, Jesús había afirmado que Él era igual al Padre, es decir, que era igual a Dios. Una vez que hubo resucitado y se les apareció, a los discípulos no les cabía en la cabeza que pudiera ser el mismo que habían visto morir tres días antes, pero al comprobar asombrados que era Él mismo, no dijeron que era «Jesús», sino «el Señor»: le reconocían como el Señor de sus vidas, como Dios.
El camino es tratar su Humanidad santísima, tratarle como Hombre, sabiendo a la vez que es el Señor, que nos habla, que nos quiere, que nos orienta y nos pide.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hch 3, 13-15. 17-19
 
Salmo: Sal 4, 2. 7. 9
 
Segunda Lectura: 1 Jn 2, 1-5a
 
Santo Evangelio: Lc 24,35-48
En aquel tiempo, los discípulos contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando Él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero Él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo». Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?». Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos.
Después les dijo: «Éstas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: ‘Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí’». Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio todavía nos sitúa en el domingo de la resurrección, cuando los dos de Emaús regresan a Jerusalén y, allí, mientras unos y otros cuentan que el Señor se les ha aparecido, el mismo Resucitado se les presenta. Pero su presencia es desconcertante. Por un lado provoca espanto, hasta el punto que ellos «creían ver un espíritu» (Lc 24,37) y, por otro, su cuerpo traspasado por los clavos y la lanzada es un testimonio elocuente de que se trata del mismo Jesús, el crucificado: «Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo» (Lc 24,39).
«Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor», canta el salmo de la liturgia de hoy. Efectivamente, Jesús «abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras» (Lc 24,45). Es del todo urgente. Es necesario que los discípulos tengan una precisa y profunda comprensión de las Escrituras, ya que, en frase de san Jerónimo, «ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo».
Pero esta compresión de la palabra de Dios no es un hecho que uno pueda gestionar privadamente, o con su congregación de amigos y conocidos. El Señor desveló el sentido de las Escrituras a la Iglesia en aquella comunidad pascual, presidida por Pedro y los otros Apóstoles, los cuales recibieron el encargo del Maestro de que «se predicara en su nombre (...) a todas las naciones» (Lc 24,47).
Para ser testigos, por tanto, del auténtico Cristo, es urgente que los discípulos aprendan -en primer lugar- a reconocer su Cuerpo marcado por la pasión. Precisamente, un autor antiguo nos hace la siguiente recomendación: «Todo aquel que sabe que la Pascua ha sido sacrificada para él, ha de entender que su vida comienza cuando Cristo ha muerto para salvarnos». Además, el apóstol tiene que comprender inteligentemente las Escrituras, leídas a la luz del Espíritu de la verdad derramado sobre la Iglesia.
* Rev. D. Jaume GONZÁLEZ i Padrós (Barcelona, España)
 
Palabras del Santo Padre Pío
«Las tinieblas que a veces obscurecen el cielo de vuestras almas son luz: por ellas, cuando llegan, os creéis en la obscuridad y tenéis la impresión de encontraros en medio de un zarzal ardiendo. En efecto, cuando las zarzas arden, todo alrededor es una nubarrada y el espíritu desorientado teme no ver ni comprender ya nada. Pero entonces Dios habla y se hace presente al alma, que vislumbra, entiende, ama y tiembla»
 
Predicación del Evangelio:
De verdad ha resucitado
En estos domingos de Pascua, los textos litúrgicos nos presentan escenas de la primera comunidad cristiana, que reacciona ante el hecho de que Jesús ha resucitado.
 
La resurrección de Jesús es una experiencia que viven los miembros de la comunidad en diversos escenarios. Esta experiencia es tan intensa que los transforma. Si la resurrección de Jesús hubiera sido un montaje fabricado por unos cuantos discípulos, al poco tiempo se habría descubierto. Imposible que millones de seres humanos, a lo largo de dos mil años de historia de la Iglesia, hubieran apostado sus vidas –y las siguen apostando hoy– a una fábula.
 
Lo que comunican a través de la catequesis es la persona de Jesús, presente en medio de la comunidad. Su experiencia de Jesús resucitado se convierte en un testimonio que anuncia esta realidad que cambia el sentido de la existencia humana. Por eso, para la comunidad apostólica la fe es adhesión a la persona de Jesús y a su proyecto de vida; y la predicación es comunicación de esa experiencia.
 
Infortunadamente, muchos cristianos han dado la espalda a este legado de la comunidad apostólica y han hecho del Cristianismo un discurso jurídico, moralizante, sociológico y filosófico; discurso lleno de palabras técnicas incomprensibles para las grandes mayorías. La fe deja de ser adhesión a la persona de Jesús para convertirse en adhesión a unos conceptos por profundos y ciertos que éstos sean… Aprovechemos este tiempo de Pascua para redescubrir el sentido de la fe que vivía la primera comunidad, que vibraba de entusiasmo ante la realidad de Jesús resucitado.
 
El relato pascual que nos trae el evangelista Lucas en el día de hoy nos permite asomarnos a los sentimientos y reacciones que suscita la presencia del resucitado. Recorramos algunas de las expresiones del evangelista Lucas:
 
- “Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero Él les dijo: no teman; soy yo”. Con frecuencia, la experiencia de la trascendencia nos asusta, pues nos encontramos ante realidades que nos desbordan o, como dicen los científicos sociales, son variables que no podemos controlar.
 
- Continúa el evangelista Lucas: “¿Por qué surgen dudas en su interior?”. Los discípulos dudan. Se trata de un mecanismo profundamente humano, que no debe ser mirado con sospecha. Las dudas nos invitan a avanzar en el conocimiento de la verdad. Una fe adulta no se contenta con respuestas simplistas. Las dudas son una magnífica oportunidad para afianzar nuestras convicciones religiosas.
 
- Jesús les dice a los atemorizados discípulos: “Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona”. Las manos y los pies con la marca de los clavos son una prueba de la identidad de Jesús; no se trata de un “doble”. Son muy actuales estas palabras de Jesús. En medio de la crisis de valores que vive nuestra sociedad, hay una sobreoferta de soluciones espirituales comercializadas por charlatanes muy insistentes. No nos dejemos engañar. Cerciorémonos de que estamos siguiendo al Jesús real y no a una falsificación. Así como el mercado ofrece licores adulterados, lociones adulteradas, marcas de ropa adulteradas, también hay propuestas religiosas falsas que desorientan y que además hacen un magnífico negocio explotando las necesidades espirituales de los ingenuos.
 
- Lucas nos dice que “les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras”. Finalmente, la paz y la alegría del resucitado impregnaron las vidas de los miembros de la comunidad. Esta descripción del evangelista Lucas nos permite vislumbrar el camino de maduración en la fe que vivieron los miembros de las primeras comunidades cristianas. Pasaron por diversas etapas, fueron sacudidos por diversos sentimientos.
 
Pidámosle al buen Jesús que se manifieste en medio de nuestra sociedad, tan golpeada por la pobreza y la violencia; necesitamos su paz para poder construir un futuro diferente, en reconciliación y solidaridad. Pidámosle al buen Jesús que sepamos reconocerlo en medio de la agitada vida moderna. Pidámosle al buen Jesús que superemos la desconfianza que nos impide abrirnos a su Palabra y que nos frena en nuestras relaciones familiares y sociales. Pidámosle al buen Jesús que descubramos que la fe es adhesión a Él, que es el camino, la verdad y la vida.
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(Texto: P. Jorge Humberto Peláez SJ - Imagen de MDC)
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet
referido al Evangelio de este Domingo.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
sobre el tema: “Salvado de un accidente”
Puedes acceder en la dirección:
 
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde Escobar, provincia de Buenos Aires, Argentina, nuestra lectora amiga Patricia D. agradece a Dios y a quienes rezaron por la mejoría que está sintiendo en su salud. Nos sumamos a la plegaria de acción de gracias.
 
💕 Desde Ezeiza, Buenos Aires, Argentina, Claudio Alejandro O. nos escribe diciendo: “Quiero agradecer a Nuestro Señor por su infinita bondad, al permitirme salir con bien de un evento cardíaco de este día lunes próximo pasado, fui excelentemente atendido en el Hospital Naval, y puedo decir que gracias a Su infinita providencia sigo por aquí”. Demos gracias a Dios.
 
💕 Desde Córdoba, Argentina, el autor de esta página (Felipe), agradece a Dios, a la Santísima Virgen de Lourdes, a Santa Lucía, al Beato Fray Mamerto Esquiú, y a todos los que rezan por el tratamiento de su vista, que a dos meses de iniciado, ya va dando señales de mejoría. ¡Alabado sea el Señor!
 
Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
“Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos”. (Lc 24,45-47)
“Evangelio” significa “buena noticia”. Y esa “buena noticia” la resume el evangelista Lucas en pocas palabras: existe otra vida después de la muerte, como demuestra el hecho de que Cristo ha resucitado. Además, esa otra vida, que va a ser eterna, está marcada por el perdón de los pecados, por la salvación que Cristo nos ha ganado con su muerte redentora. Pero hay una condición: es necesario que se produzca la conversión. Sin conversión, sin arrepentimiento, el amor de Dios no nos puede salvar, lo mismo que la lluvia no nos moja cuando uno se protege de ella con un paraguas.
Por lo tanto, debemos practicar y predicar la conversión, el arrepentimiento, el perdón. No como fin en sí misma, sino como un medio necesario para alcanzar el premio prometido: el perdón de los pecados y la vida eterna. Podríamos añadir aún otra cosa: como un medio utilísimo para darle una alegría a Dios, que estará contento de que abandonemos nuestra vida de pecado y avancemos por el camino de la santidad. La conversión debe estar motivada, ante todo, por el deseo de dejar de ofender a Dios, que tanto nos ha amado y nos ama.
Practicar y predicar la conversión, esa es la clave. Y la conversión se practica a través del perdón. Un perdón que se pide a Dios y que se recibe de Dios. Un perdón que se pide al prójimo ofendido por nosotros y que se le otorga cuando es él el que nos ha ofendido. (P. Santiago Martín)
🌸
Dicen que rezar cambia las cosas, pero ¿es realmente cierto que cambia algo?
¿Rezar cambia tu situación presente o tus circunstancias? No, no siempre, pero cambia el modo en el que ves esos acontecimientos.
¿Rezar cambia tu futuro económico? No, no siempre, pero cambia el modo en que buscas atender tus necesidades diarias.
¿Rezar cambia corazones o el cuerpo dolorido? No, no siempre, pero cambia tu energía interior.
¿Rezar cambia tu querer y tus deseos? No, no siempre, pero cambiará tu querer por el querer de Dios.
¿Rezar cambia como el mundo? No, no siempre, pero cambiará los ojos con los que ves el mundo.
¿Rezar cambia tus culpas del pasado? No, no siempre, pero cambiará tu esperanza en el futuro.
¿Rezar cambia a la gente a tu alrededor? No, no siempre, pero te cambiará a ti, pues el problema no está siempre en los otros.
¿Rezar cambia tu vida de un modo que no puedes explicar? Ah, sí, siempre. Y esto te cambiará totalmente.
Entonces, ¿rezar realmente cambia algo? Sí, realmente lo cambia TODO.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
14 de abril
Te desvives por ser liberada de los enemigos que te rodean, porque todos ellos, como enviados de Satanás, intentan hacerte prevaricar; la angustia que todavía sientes por verte continuamente rodeada de ocasiones de ofender a Dios, yo te declaro que todo eso es efecto de la gracia divina que el piadosísimo Señor ha derramado abundantemente en tu corazón.
Todo esto es señal segura de que la caridad que el Espíritu Santo ha infundido en tu espíritu no está muerta, sino vigilante. Semejantes anhelos, con la humildad que brota de la baja estima de uno mismo, no pueden encerrar en modo alguno un engaño diabólico, porque el desear ser liberada de los enemigos que intentan hacernos prevaricar y ofender a Dios, el suspirar por verte libre de las ocasiones que ponen en dura prueba tu fidelidad excluye absolutamente las artes del enemigo, que no puede ni sabe engendrar tales sentimientos.
(28 de julio de 1914, a Raffaelina Cerase, Ep. II, 138)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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