PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3774 ~ Martes 18 de Setiembre de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Tú
puedes mejorar tu calidad de vida si realmente te lo propones con el máximo de
tus capacidades.
Se
requiere voluntad, espíritu de sacrificio, trabajo, estudio, buenas relaciones
con los demás, mejorar tu autoestima, tener fe y confianza en ti mismo,
paciencia, disciplina, entusiasmo y perseverancia.
Pero
de que puedes... ¡Seguro que puedes!
¡Sólo depende de ti mismo!
Y
si todo lo anterior no te alcanza... ponte en contacto con Jesús y pídele su
ayuda a través de la oración. El éxito está asegurado.
¡Buenos días!
Poseído por el Espíritu
Santo
“El Espíritu Santo está presente tanto hoy como en
tiempos de Jesús y los Apóstoles... está y actúa, llega antes que nosotros,
trabaja más y mejor que nosotros. A nosotros no nos toca ni sembrarlo, ni
despertarlo, sino ante todo reconocerlo, recibirlo, secundarlo, abrirle camino,
seguirlo” (Carlos Martini). Una anécdota que pasó en la península de Athos,
poblada de monjes.
Cuando se llegaba a la
puerta de su eremitorio, el padre Serafín tenía la costumbre de observar al
recién llegado de la manera más impertinente, de la cabeza a los pies, durante
cinco largos minutos, sin dirigirle ni una palabra. Aquéllos a quienes ese
examen no hacía huir, podían escuchar el
áspero diagnóstico del monje: “En usted no ha descendido más abajo del
mentón. De usted, no hablemos. Ni siquiera ha entrado. Usted... no es
posible... ¡qué maravilla! Ha bajado hasta sus rodillas...” Hablaba del
Espíritu Santo y de su descenso más o menos profundo en el hombre.
Así es como juzgaba la santidad de alguien: según el
grado de ser poseído por el Espíritu. El hombre perfecto, el hombre
transfigurado era para él, el habitado todo entero por la presencia del
Espíritu Santo de la cabeza a los pies. "Esto no lo he visto –decía– sino
una vez”. Trata de dejar al divino Espíritu un amplio espacio en tu vida.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: 1Cor 12, 12-14. 27-31a
♥ Salmo: Sal 99, 1-5
♥ SANTO EVANGELIO: Lc 7,11-17
En aquel tiempo, Jesús se fue a una ciudad llamada
Naím, e iban con Él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a
la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre,
que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor,
tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores». Y, acercándose, tocó el
féretro. Los que lo llevaban se pararon, y Él dijo: «Joven, a ti te digo:
levántate». El muerto se incorporó y se puso a hablar, y Él se lo dio a su
madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran
profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». Y lo
que se decía de Él, se propagó por toda Judea y por toda la región
circunvecina.
♥ Comentario:
Hoy, dos comitivas se encuentran. Una comitiva que
acompaña a la muerte y otra que acompaña a la vida. Una pobre viuda, seguida
por sus familiares y amigos, llevaba a su hijo al cementerio y de pronto, ve la
multitud que iba con Jesús. Las dos comitivas se cruzan y se paran, y Jesús
dice a la madre que iba a enterrar a su hijo: «No llores» (Lc 7,13). Todos se
quedan mirando a Jesús, que no permanece indiferente al dolor y al sufrimiento
de aquella pobre madre, sino, por el contrario, se compadece y le devuelve la
vida a su hijo. Y es que encontrar a Jesús es hallar la vida, pues Jesús dijo
de sí mismo: «Yo soy la resurrección y la vida» (Jn 11,25). San Braulio de
Zaragoza escribe: «La esperanza de la resurrección debe confortarnos, porque
volveremos a ver en el cielo a quienes perdemos aquí».
Con la lectura del fragmento del Evangelio que nos
habla de la resurrección del joven de Naím, podría remarcar la divinidad de
Jesús e insistir en ella, diciendo que solamente Dios puede volver un joven a
la vida; pero hoy preferiría poner de relieve su humanidad, para que no veamos
a Jesús como un ser lejano, como un personaje tan diferente de nosotros, o como
alguien tan excesivamente importante que no nos inspire la confianza que puede
inspirarnos un buen amigo.
Los cristianos hemos de saber imitar a Jesús. Debemos
pedir a Dios la gracia de ser Cristo para los demás. ¡Ojalá que todo aquél que
nos vea, pueda contemplar una imagen de Jesús en la tierra! Quienes veían a san
Francisco de Asís, por ejemplo, veían la imagen viva de Jesús. Los santos son
aquellos que llevan a Jesús en sus palabras y obras e imitan su modo de actuar
y su bondad. Nuestra sociedad tiene necesidad de santos y tú puedes ser uno de
ellos en tu ambiente.
Rev. D. Joan SERRA i Fontanet (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San José de Cupertino
Presbítero
Nació el año 1603 en Cupertino, pueblo del sur de
Italia, de familia pobre y honrada. Desde joven mostró tener muy escasas las
dotes intelectuales y las habilidades manuales. Superando muchas dificultades
ingresó en la Orden de los franciscanos conventuales y sólo gracias a la fuerte
ayuda de Dios llegó al presbiterado. Tras su ordenación sacerdotal se entregó
de lleno al sagrado ministerio, inflamado en celo de las almas. Adornado de
carismas singulares, éxtasis y levitaciones, por lo que es conocido como el
«Santo de los vuelos», los superiores tuvieron que cambiarlo con frecuencia de
un convento a otro, huyendo del fanatismo popular. Descolló por su obediencia,
humildad, paciencia y caridad para con los necesitados de Dios. Manifestó
ardiente devoción a los misterios de la vida de Cristo, en especial la
Eucaristía, y a la Madre de Dios. Sus biógrafos dicen que lograba transmitir su
santa y franciscana alegría mediante el modo de orar, enriquecido por
atractivas composiciones musicales y versos populares que entusiasmaban a sus
oyentes, reavivando su devoción. Murió en Ósimo (Marcas) en 1663.
Oración: Dios
de misericordia, que con admirable sabiduría has querido que tu Hijo, al ser
levantado de la tierra, atrajera todas las cosas hacia él, concédenos, por intercesión
de san José de Cupertino, tender a la perfección que nos has propuesto en la
persona de tu Hijo, y vernos libres de la malicia de este mundo. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
"Nunca temas a las
sombras.
Sólo constituyen el indicio
de que en algún lugar
cercano
hay una luz
resplandeciente".
(R. Renkel)
Historias:
El sueño de una oruga
Una pequeña oruga caminaba un día en dirección al
sol. Muy cerca del camino se encontraba
un saltamontes.
-¿Hacia dónde te diriges? - le preguntó.
Sin dejar de caminar, la oruga contestó:
-Tuve un sueño anoche: soñé que desde la cima de la
gran montaña yo miraba todo el valle. Me
gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.
Sorprendido, el saltamontes dijo mientras su amiga se
alejaba:
-¡Debes estar loca!, ¿cómo podrás llegar hasta aquel
lugar? Tú, ¡una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño
charco, un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.
Pero la oruga ya estaba lejos y no lo escuchó, su
diminuto cuerpo no dejó de moverse. De
pronto se oyó la voz de un escarabajo:
-¿Hacia dónde te diriges con tanto empeño?
Sudando, la oruguita le dijo jadeante:
-Tuve un sueño y deseo realizarlo, subir a esa
montaña y desde ahí contemplar todo nuestro mundo.
El escarabajo no pudo contener la risa, soltó la
carcajada y luego dijo:
-Ni yo, con mis grandes patas, intentaría realizar
algo tan ambicioso... Y se quedó en el
suelo, muerto de risa, mientras la oruga continuaba su camino, avanzado unos
centímetros.
Del mismo modo, la araña, el topo, la rana, la
flor... y todos los que fue encontrando en su camino, le aconsejaron a nuestra
amiga desistir:
-¡No lo lograrás jamás!- le dijeron; pero un impulso
irresistible en su interior, obligaba a la oruga a seguir.
Y así lo hizo hasta que, agotada, sin fuerzas, se
sintió morir, por lo que decidió parar a descansar, no sin antes construir, con
un último esfuerzo un lugar donde pernoctar.
-Estaré mejor-, fue lo último que dijo y dentro de su
refugio, murió.
Todos los animales del valle fueron a mirar sus restos,
ahí estaba el animal más loco del mundo, había construido un monumento a la
insensatez como tumba, un duro refugio, digno de alguien que murió por querer
realizar un sueño irrealizable, a todas luces.
Una mañana, en la que el sol brillaba de una manera
especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había
convertido en una advertencia para los atrevidos.
De pronto quedaron atónitos, pues aquella especie de
caparazón dura comenzó a resquebrajarse y vieron, con asombro, unos ojos y unas
antenas que no podían ser, en ningún caso, de la oruga que había muerto.
Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del
impacto, fueron saliendo unas hermosas alas arco iris pegadas al minúsculo
cuerpecito de una mariposa quien, lentamente, fue abriéndolas, mostrándolas en
todo su esplendor.
Todos contemplaron impactados un impresionante y
bello ser alado y comprendieron que bien podría, con facilidad, realizar el
sueño de la pequeña oruga, el sueño por el que había vivido, por el que había
muerto y por el que había vuelto a vivir: ¡Llegar hasta la cima de la montaña!
Dios nos ha creado para realizar un sueño; vivamos
por él, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta
que no podemos, quizá necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un
cambio radical en nuestras vidas, y entonces, con otro aspecto, con otras
posibilidades y con la gracia de Dios, lo lograremos
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Es cosa estupenda ver a un viejo que asume la segunda
parte de su vida con tanto coraje e ilusión como la primera.
Para ello tendrá que empezar por aceptar que el sol
del atardecer es tan importante como el del amanecer y el del mediodía, aunque
su calor sea distinto.
El sol no se avergüenza de ponerse, no siente
nostalgia de su brillo matutino, no piensa que las horas del día le estén "echando"
del cielo, no se experimenta menos luminoso ni hermoso por comprobar que el
ocaso se aproxima, no cree que su resolana sobre los edificios sea menos
importante o necesaria que la que hace algunas horas hacía germinar las
semillas en los campos, o crecer las frutas en los árboles.
Cada hora tiene su gozo. El sol lo sabe y cumple,
hora a hora, su tarea...
¡Ah..., si todos los ancianos entendieran que su
sonrisa sobre los hombres puede ser tan hermosa y fecunda como ese último rayo
del sol antes de ponerse!
José Luis Martín Descalzo
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos
sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos que el Espíritu Santo, invada a la Comunidad
Educativa del Colegio Oficial 'Rodolfo Llinás', de Bogotá, Colombia, pues
celebran la apertura de la Semana por la Paz y el Día de la Colombianidad. Confiados
desde el Área de Ciencias Sociales, que todo saldrá bien en el Santo Nombre de
nuestro Señor Jesucristo, siempre iluminados por su Santo Espíritu y con la
intercesión de la Santísima Virgen María.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los
deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin
rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Setiembre 18
La imaginación puede perturbarnos mucho en la oración
porque nos lleva a todas partes y nos distrae. Pero no hay que luchar contra
ella, porque es peor. Es mejor apartar dulcemente las imágenes interiores y
dejarlas pasar, volviendo suavemente a la presencia del Señor. Pero también
podemos pedirle al Espíritu Santo que sane y ordene nuestra imaginación para
que nos ayude a orar. La imaginación es algo bueno y precioso si se la entregamos
al Espíritu Santo.
Entonces, podemos imaginar las manos de Jesús que
acarician, o sus brazos que sostienen, o sus ojos que miran con serena ternura,
o simplemente su rostro, su figura que nos invita a un abrazo, o a descansar a
su lado. Estas son buenas maneras de introducirnos en su presencia. En ese
encuentro, es posible que imaginemos que él abre su pecho y derrama en nosotros
ese manantial de fuego que es el Espíritu Santo.
Así, el Espíritu Santo puede ayudamos con su luz,
para que aprendamos a utilizar nuestra imaginación con habilidad y creatividad,
de manera que sea nuestra aliada en la oración, y no nuestra enemiga.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.