PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3638 ~ Domingo 22 de Abril de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En
este Domingo de las Vocaciones, para el ciclo B, leemos un trozo del capítulo
10 de san Juan que nos revela a Jesús como el Buen Pastor.
En
su tiempo, los pueblos buscaban guías, seres providenciales capaces de analizar
las situaciones, definir los proyectos colectivos, hacer reinar la justicia y
la paz. Pero mientras que los líderes humanos prometen maravillas, que los mercenarios roban y los lobos se las comen,
el pastor verdadero da su vida por sus ovejas.
Hay
un elemento muy interesante en el texto evangélico de hoy, y es su carácter
incluyente. Dice Jesús: “tengo otras ovejas que no son de este redil y es
necesario que las traiga también a ellas”. Con estas palabras se está
refiriendo a aquellas personas que, por diversos motivos, no forman parte de la
comunidad de los fieles. Estas palabras de Jesús inspiran una acción pastoral
de acogida de las personas que están lejos de la Iglesia. Una pastoral que se
inspire en esta imagen del buen Pastor no puede ignorarlas ni, mucho menos,
maltratarlas. Hay que buscar zonas de encuentro, es decir, hay que identificar
comunes denominadores que compartimos. Ya quedaron atrás las épocas de las
censuras y excomuniones. Promovamos una pastoral incluyente y respetuosa que se
abra a las diferencias.
También
hoy oremos por los sacerdotes para que, a imitación del buen Pastor, desempeñen
con santidad de vida y generosidad su servicio como pastores, y estén muy cerca
de las alegrías y tristezas de las comunidades. Y ciertamente, que surjan
nuevas y fecundas vocaciones sacerdotales y religiosas.
¡Buenos días!
San Juan Pablo II y las vocaciones
«Vale
la pena dedicarse a la causa de Cristo, que quiere corazones valientes y
decididos. Vale la pena dedicarse a ayudar al hombre en el camino hacia la
eternidad. Vale la pena hacer la opción por un ideal que proporciona grandes
alegrías, aunque exija no pocos sacrificios». San Juan Pablo II, (México,
30-1-1979). Del mismo Papa es esta
oración:
Señor Jesús, te pedimos por los muchachos y chicas
que invitas a seguirte de cerca; haz que sean capaces de desapegarse de las
cosas de este mundo y abran su corazón a la voz que los llama.; que sientan el
coraje de dedicarse por toda la vida, con un corazón no dividido, a ti y a la
Iglesia; que crean que la gracia les dará la fuerza para tal donación y vean la
belleza y la grandeza de la vida sacerdotal, religiosa y misionera. Haz, Señor,
que los jóvenes sepan acoger con coherente aplicación las exigencias del
llamado para el sacerdocio y para las otras formas de vida consagrada;
bendícelos con la misericordia infinita de tu corazón. Amén.
La
vocación es una llamada que Dios hace a quien él quiere, y que exige una gran
renuncia de sí mismo para poder amar a todos. Es un servicio, es un testimonio,
es amor. Es en definitiva, una llamada a vivir plenamente la gracia bautismal.
Es vivir un riesgo absurdo a los ojos de los hombres, pero maravilloso a la luz
de la fe.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús habló así: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su
vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no
pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo
hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada
las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a
mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las
ovejas.
»También
tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que
conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso
me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la
quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para
recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre». (Jn 10,11-18)
Comentario:
Hoy,
nos dice Jesús: «Yo soy el buen pastor» (Jn 10,11). Comentando santo Tomás de
Aquino esta afirmación, escribe que «es evidente que el título de “pastor”
conviene a Cristo, ya que de la misma manera que un pastor conduce el rebaño al
pasto, así también Cristo restaura a los fieles con un alimento espiritual: su
propio cuerpo y su propia sangre». Todo comenzó con la Encarnación, y Jesús lo
cumplió a lo largo de su vida, llevándolo a término con su muerte redentora y
su resurrección. Después de resucitado, confió este pastoreo a Pedro, a los
Apóstoles y a la Iglesia hasta el fin del tiempo.
A
través de los pastores, Cristo da su Palabra, reparte su gracia en los
sacramentos y conduce al rebaño hacia el Reino: Él mismo se entrega como
alimento en el sacramento de la Eucaristía, imparte la Palabra de Dios y su
Magisterio, y guía con solicitud a su Pueblo. Jesús ha procurado para su
Iglesia pastores según su corazón, es decir, hombres que, impersonándolo por el
sacramento del Orden, donen su vida por sus ovejas, con caridad pastoral, con
humilde espíritu de servicio, con clemencia, paciencia y fortaleza. San Agustín
hablaba frecuentemente de esta exigente responsabilidad del pastor: «Este honor
de pastor me tiene preocupado (...), pero allá donde me aterra el hecho de que
soy para vosotros, me consuela el hecho de que estoy entre vosotros (...). Soy
obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros».
Y
cada uno de nosotros, cristianos, trabajamos apoyando a los pastores, rezamos
por ellos, les amamos y les obedecemos. También somos pastores para los
hermanos, enriqueciéndolos con la gracia y la doctrina que hemos recibido,
compartiendo preocupaciones y alegrías, ayudando a todo el mundo con todo el
corazón. Nos desvivimos por todos aquellos que nos rodean en el mundo familiar,
social y profesional hasta dar la vida por todos con el mismo espíritu de
Cristo, que vino al mundo «no a ser servido, sino a servir» (Mt 20,28).
Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España)
Palabras de San Juan Pablo II
“El
Buen Pastor, enseña a los jóvenes de todo el mundo lo que significa «dar» su
vida mediante la vocación y la misión. Como enviaste a los Apóstoles a predicar
el Evangelio hasta los confines de la tierra, lanza ahora tu desafío a la
juventud de la Iglesia para que cumpla la gran misión de darte a conocer a
cuantos aún no han oído hablar de Ti. Da a los jóvenes la valentía y la
generosidad de los grandes misioneros del pasado, de suerte que, a través del
testimonio de su fe y su solidaridad con todos sus hermanos y hermanas
necesitados, el mundo descubra la verdad, la bondad y la belleza de la vida que
sólo Tú puedes dar. Enseña a los jóvenes a hacer buen uso de su libertad.
Enséñales que la mayor libertad consiste en entregarse totalmente. Enséñales el
significado de tus Palabras: «El que pierda su vida por Mí, la encontrará» (Mt
10, 39)”
Predicación del Evangelio:
El Buen Pastor
Hace
dos semanas se publicó un escrito nuevo del papa Francisco. Tiene que ver con
la santidad. ¿Qué es esto: la santidad no nos importa? Si fuera la verdad eso,
no tendríamos ninguna esperanza en la vida eterna. Pero porque todos tenemos la
inquietud sobre la vida después de la muerte del cuerpo, vale la pena hacer caso
de lo que el papa escribió. Estaba actuando como vicario de Jesucristo, el Buen
Pastor del evangelio de hoy.
Dice
el evangelio que Jesús es el Buen Pastor porque da su vida por sus ovejas. Logramos
la santidad cuando nos unamos con él en su vida, muerte y resurrección. Pero la
condición caída humana nos inclina al sentido contrario. Por la mayor parte
deseamos el placer, el poder, y el prestigio más que la santidad. Por eso, nos
hace falta redoblar los esfuerzos para conformarnos con Jesús. El papa describe
varios aspectos de la imitación de Cristo, pero vamos a recalcar aquí sólo
tres: la humildad, la comunidad, y la cercanía a los pobres.
Particularmente
hoy en día a la gente le gusta jactarse de su autonomía. Uno de los cantos más
llamativos en nuestros tiempos ha sido “A mi manera”. Pero Jesús siempre hizo
lo que quería su Padre Dios. Se humilló
a sí mismo para hacerse humano y otra vez más por ser crucificado. Como dice
Pedro en la prima lectura hoy, Jesús era “la piedra desechada”. La humildad nos
recuerda que no somos Él alrededor de lo cual revuelve el mundo; Dios es. Por
eso, Santa Teresa de Lisieux escribió que no quería comparecer ante Dios enseñándole
sus propias obras. Más bien, cuando viniera su tiempo, ella quería contar con
la justicia de Él. Para asegurar la humildad el papa recomienda que recordemos
cómo nuestras vidas son regalos. Entonces las llevamos a la perfección cuando
las regalemos por los demás.
Por
la gran mayor parte aprendemos la humildad en la comunidad. Sea en forma de la
familia, la escuela, o la parroquia, necesitamos la comunidad para crecer en la
virtud y evitar el vicio. Pero casi siempre nuestra tendencia es para
rebelarnos contra los demás. Deseamos ser independientes, lejos de aquellos que
pueden enseñarnos cómo vivir en este mundo con el corazón apegados a Dios. Citando
al santo Juan Pablo II, el papa Francisco dice que la comunidad nos crea “un
espacio teologal”. Dentro de ello nos podemos aprovechar de la presencia
mística del Señor resucitado.
En
el evangelios Jesús habla de “otras ovejas de no son que este redil”. Dice que
tiene que cuidar a ellas también. Se piensa con razón que está refiriéndose a
las diferentes comunidades cristianas en el primer siglo. Sin embargo, podemos
imaginarlo tomando en cuenta con la frase a los necesitados. Muchas veces ellos
no nos acompañan a la misa. Sin embargo, como el papa dice, Jesús se identifica
con ellos. Nunca debemos considerar a un sufriente como problema o como estorbo
en el camino. Más bien deberíamos pensar en él o ella como Cristo que nos
ayudará crecer en la santidad.
En
la segunda lectura San Juan llama a los miembros de la comunidad de Cristo
“hijos de Dios”. No somos Sus hijos porque somos apegados a los modos del
mundo. No constituimos la familia de Dios porque hemos emprendido el camino de
la santidad. Que no lo dejemos nunca.
Que siempre sigamos el camino a la santidad.
© Padre Carmelo Mele O.P.
Nuevo vídeo y artículo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Hay
nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes
acceder en la dirección:
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio
del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de
preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la
Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Agradecimientos
Imaginemos
que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las
oraciones de las personas en la tierra:
Una
es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que
atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que
llegan en todo momento.
La
otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y
en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega
ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde
esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por
semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina:
agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros
pedidos de oración.
♡ Desde Banfield, Buenos Aires, Argentina, Liliana Z.
da gracias a Jesús, a María y a todos los que rezaron por ella, pues sus
controles médicos de rutina han salido bien.
♡ Desde Santiago de Chile, Sylvia resume su agradecimiento
con estas contundentes palabras: “Cuando apareció la publicación en Pequeñas
Semillitas empezó mi mejoría” Damos gracias a Dios.
♡ Desde Buenos Aires, Argentina,
agradecen a Dios la recuperación de María
José, que estaba internada por una infección urinaria que ponía en riesgo
la continuidad de su embarazo. Ya está bien y en su casa.
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Dios
me creó para que sea una expresión del amor divino; ser esa expresión de amor
divino para mi familia y mis amigos es mi bendición.
Dios
me creó para que sea una expresión de la inteligencia divina. Mis pensamientos son ordenados. En la cooperación divina, mis actos reflejan
la sabiduría de mis pensamientos.
Dios
me creó para que sea una expresión de la abundancia divina. Sabiendo que todas mis bendiciones provienen
de Dios, las comparto generosamente y de buen agrado con el prójimo.
Dios
me creó para que sea una expresión de la vida divina. Comprendo que la vida radiante es perfección
de cuerpo y mente, y doy plena expresión de vida.
Porque
sé con qué imagen he sido creado, hoy me siento satisfecho y doy expresión al
amor, la sabiduría, la vida y la abundancia de Dios.
Cinco minutos del Espíritu Santo
Abril 22
"Espíritu
Santo, todo mi ser está hecho para el encuentro con los hermanos.
Has
puesto dentro de mí el llamado a caminar con los demás. Por eso estoy aquí, en
tu presencia, para pedirte que alimentes mi sentido comunitario.
Quiero
aprender a trabajar con los demás. Quiero evangelizar en unión con toda la
Iglesia que camina.
Enséñame,
Espíritu Santo, a buscar caminos de diálogo y de unidad con los demás
cristianos que luchan por tu Reino.
Que
nuestra santidad sea comprometida y comunitaria, y no busquemos salvarnos
solos.
Tampoco
permitas que nos encerremos en pequeños grupos que se sienten superiores.
Toca
nuestros corazones y nuestra mirada para que aprendamos a abrirnos a todos,
para que podamos llegar a todos.
Y
danos la sensibilidad del amor para adaptarnos a lo que ellos viven, a sus
inquietudes y necesidades.
Así
caminaremos con ellos para extender juntos el Reino de Dios.
Ven
Espíritu Santo. Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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