domingo, 8 de junio de 2025

Pequeñas Semillitas 6007

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 6007 ~ Domingo 8 de Junio de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Esta palabra “Pentecostés” quiere decir: cincuenta días. Era una de las tres principales fiestas de los judíos. A los cincuenta días de la Pascua celebraban en cuanto a lo material el hecho de que la cosecha estaba ya crecida, por lo que daban gracias a Dios, y en cuanto a la historia celebraban el recuerdo de la llegada de los israelitas al monte Sinaí y la entrega de las tablas de la Ley a Moisés entre truenos y relámpagos. Con ese motivo tocaban fuertemente las trompetas del templo.
Ese es el día en que los apóstoles reciben de una manera grandiosa al Espíritu Santo. San Lucas, autor de los “Hechos de los Apóstoles”, aprovecha ese ambiente de fiesta popular y bulliciosa para exponer lo que aconteció en ese momento.
Los principales signos fueron el viento impetuoso y el fuego, que da luz y calor: Luz que les ilumina la mente para comprender mejor los mensajes de Jesús y fuego para darles energías para seguir sin miedo la misión de Jesús de predicar el Evangelio por todo el mundo. El viento precisamente significa el Espíritu y es expresión de una nueva creación, recordando el soplo creador.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
- DOMINGO DE PENTECOSTÉS -
Primera Lectura: Hechos 2,1-11
 
Salmo: Sal 103, 1ab y 24ac. 29bc-30. 31 y 34
 
Segunda Lectura: 1Cor 12,3b-7.12-13
 
Santo Evangelio: Jn 20,19-23
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
 
Comentario:
Hoy, en el día de Pentecostés, se realiza el cumplimiento de la promesa que Cristo había hecho a los Apóstoles. En la tarde del día de Pascua sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20,22). La venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés renueva y lleva a plenitud ese don de un modo solemne y con manifestaciones externas. Así culmina el misterio pascual.
El Espíritu que Jesús comunica, crea en el discípulo una nueva condición humana, y produce unidad. Cuando el orgullo del hombre le lleva a desafiar a Dios construyendo la torre de Babel, Dios confunde sus lenguas y no pueden entenderse. En Pentecostés sucede lo contrario: por gracia del Espíritu Santo, los Apóstoles son entendidos por gentes de las más diversas procedencias y lenguas.
El Espíritu Santo es el Maestro interior que guía al discípulo hacia la verdad, que le mueve a obrar el bien, que lo consuela en el dolor, que lo transforma interiormente, dándole una fuerza, una capacidad nuevas.
El primer día de Pentecostés de la era cristiana, los Apóstoles estaban reunidos en compañía de María, y estaban en oración. El recogimiento, la actitud orante es imprescindible para recibir el Espíritu. «De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno» (Hch 2,2-3).
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y se pusieron a predicar valientemente. Aquellos hombres atemorizados habían sido transformados en valientes predicadores que no temían la cárcel, ni la tortura, ni el martirio. No es extraño; la fuerza del Espíritu estaba en ellos.
El Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad, es el alma de mi alma, la vida de mi vida, el ser de mi ser; es mi santificador, el huésped de mi interior más profundo. Para llegar a la madurez en la vida de fe es preciso que la relación con Él sea cada vez más consciente, más personal. En esta celebración de Pentecostés abramos las puertas de nuestro interior de par en par.
* Mons. José Ángel SAIZ Meneses, Arzobispo de Sevilla (Sevilla, España) © Textos de Evangeli.net
 
AVISO DE BREVE AUSENCIA
Se informa que los días lunes 9, martes 10 y miércoles 11 próximos, NO se editará "Pequeñas Semillitas" para tomar tres días de descanso el autor de la página. Volvemos el jueves 12.
 
Palabras de San Juan Pablo II
«El fuego que Jesús ha traído es el fuego del Espíritu Santo, que quema todas las miserias humanas, todo el egoísmo miserable, todo pensamiento mezquino. Dejad que ese fuego arda en vuestros corazones. El Espíritu Santo obra en profundidad cuando encuentra un corazón humilde y lleno de fe. El Espíritu Santo hace reconocer sus inspiraciones mediante la paz íntima que ellas llevan al corazón. Las sugerencias del Espíritu Santo van en el sentido de la paz, no el sentido de la turbación»
 
Predicación del Evangelio:
El arte de vivir desde el Espíritu de Dios
Nunca los cristianos se han sentido huérfanos. El vacío dejado por la muerte de Jesús ha sido llenado por la presencia viva del Espíritu del Resucitado. Este Espíritu
del Señor llena la vida del creyente. El Espíritu de la verdad que vive con nosotros está en nosotros y nos enseña el arte de vivir en la verdad.
 
Lo que configura la vida de un verdadero creyente no es el ansia de bienestar ni la lucha por el éxito, ni siquiera la obediencia a un ideal, sino la búsqueda gozosa de la verdad de Dios bajo el impulso del Espíritu.
 
El verdadero creyente no cae ni en el legalismo ni en la anarquía, sino que busca con el corazón limpio la verdad. Su vida no está programada por prohibiciones, sino que viene animada e impulsada positivamente por el Espíritu.
 
Cuando vive esta experiencia del Espíritu, el creyente descubre que ser cristiano no es un peso que oprime y atormenta la conciencia, sino que es dejarnos guiar por el amor creador del Espíritu que vive en nosotros y nos hace vivir con una espontaneidad que nace, no de nuestro egoísmo, sino del amor. Una espontaneidad en la que uno renuncia a sus intereses egoístas y se confía al gozo del Espíritu. Una espontaneidad que es regeneración, renacimiento y reorientación continua hacia la verdad de Dios.
 
Esta vida nueva en el Espíritu no significa únicamente vida interior de piedad y oración. La verdad de Dios genera en nosotros un estilo de vida nuevo, enfrentado al estilo de vida que brota de la mentira y el egoísmo. Vivimos en una sociedad donde a la mentira se le llama diplomacia; a la explotación, negocio; a la irresponsabilidad, tolerancia; a la injusticia, orden establecido; al sexo; amor; a la arbitrariedad, libertad; a la falta de respeto, sinceridad.
 
Difícilmente puede esta sociedad entender o aceptar una vida acuñada por el Espíritu. Pero es este Espíritu el que defiende al creyente y le hace caminar hacia la verdad, liberándolo de la mentira social, la farsa y la intolerancia de nuestros egoísmos.
(P. José Antonio Pagola)
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet
referido al Evangelio de este Domingo.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
sobre el tema: “San Juan Pablo II y Pentecostés”
Puedes acceder en la dirección:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde la provincia de Buenos Aires, Argentina, llegan dos agradecimientos a Dios y a los que han rezado por estas personas: Mary, de Tandil, mujer de edad avanzada, salió bien de la operación en que extirparon un riñón por tumor; y Eduardo R., de la ciudad de Olavarría, provincia de Buenos Aires, Argentina, de 76 años de edad, que ha sido operado hace un mes por diverticulitis aguda y evolucionó favorablemente.
 
💕 Desde Córdoba, Argentina, María del Pilar (Pili), querida amiga y colaboradora de “Pequeñas Semillitas” desde el primer día, agradece a Dios, a la Virgen de Lourdes y al Santo Cura Brochero, por haber cumplido un año más de vida, rodeada de su familia, y también por resultados favorables de algunos análisis de sangre que se realizó hace pocos días. Nos sumamos a la plegaria de acción de gracias.
 
Oremos: Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Meditación del P. Santiago Martín
Pentecostés, la solemnidad litúrgica en la que se celebra la venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles, nos debe ayudar a recordar los orígenes de la Iglesia. En Pentecostés, los discípulos de Jesús pasaron de ser un grupo lleno de miedo a ser una comunidad unida y decidida a dar la vida por Cristo. Y todo eso gracias a la fuerza de Dios, recibida a través del Espíritu Santo. Para aquel primer grupo de discípulos, este cambio supuso, efectivamente, la persecución, la tortura y el martirio. De este modo pusieron de manifiesto que lo que les movía no era ningún tipo de negocio mundano -búsqueda de dinero o poder-, sino la certeza de que habían visto a Cristo resucitado.
Pero dar la vida por el Señor no es sólo una cuestión ligada al martirio. Hay muchas formas de dar la vida, porque en el fondo cada vez que se ama de verdad a alguien se está dando la vida por él. Una de estas formas es la de perdonar a los que nos han ofendido. Por eso, cuando Jesús otorga el Espíritu Santo a los apóstoles les da el mandato de perdonar los pecados. Ellos, los primeros sacerdotes, podían desde aquel momento impartir el perdón sacramental, lo mismo que siguen haciendo los sacerdotes católicos hoy en día. La mayor parte de los cristianos, al ser laicos, no pueden impartir ese sacramento, pero sí pueden perdonar a sus enemigos. Y una vez más constatamos que es difícil y a veces imposible. Por eso debemos renovar nuestra fe en la fuerza de Dios, que será la única que nos haga capaces de amar hasta el punto de perdonar. Y debemos pedir el Espíritu del perdón para poderlo llevar a la práctica.
Propósito: Pedir a Dios que nos ayude a perdonar y luego intentar aplicarlo. Para hacerlo más fácil, empezar por practicar lo que Cristo nos mandó: rezar por nuestros enemigos.
 
Un año con María
Junio 8: La tristeza de la caída
A todos nos llegan momentos en los que sentimos que todo ha terminado y te dan ganas de irte lejos, para comenzar una vida desde cero en otro lugar, Parece que todo lo que hiciste está mal y nada tiene sentido. Esto mismo le pasó al profeta Elías, también a Jeremías y hasta al mismo Pedro.
Toda desesperanza es, en el fondo, una caída de tu omnipotencia y tu darte cuenta de que no puedes controlarlo todo en tu vida.
María deposita su confianza en Dios, y esa es la fuente de su paz.
(PADRE LUIS ZAZANO)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
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