sábado, 7 de junio de 2025

Pequeñas Semillitas 6006

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 6006 ~ Sábado 7 de Junio de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Había sido en el Cenáculo donde Jesús les demostró su amor hasta el extremo, instituyendo la Eucaristía, la Nueva Alianza. Fue en el Cenáculo donde estaban reunidos ese domingo de resurrección, donde Jesús se les aparece y les llena de alegría. Y será en ese mismo lugar, a los cincuenta días, que descenderá el Espíritu Santo sobre ellos. Pentecostés fue la experiencia mística del amor de Dios. De toda la Iglesia, y de cada uno de sus miembros, como se simboliza en las lenguas de fuego que recibirán cada uno personalmente. La Iglesia somos las personas con Cristo y con María, no los edificios. Y el Espíritu Santo desciende sobre nosotros, en el Bautismo, y en plenitud en el día que recibimos el sacramento de la Confirmación.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, el mío. Enciende en mí el fuego de tu amor, para que te conozca a fondo, porque sólo en el amor se te conoce a Ti, Dios, Amor infinito.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
- SÁBADO VII DE PASCUA -
Primera Lectura: Hechos 28, 16-20. 30-31
 
Salmo: Sal 10, 4. 5 y 7
 
Santo Evangelio: Jn 21,20-25
En aquel tiempo, volviéndose Pedro vio que le seguía aquel discípulo a quién Jesús amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?». Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?». Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme». Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: «No morirá», sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga».
Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran.
 
Comentario:
Hoy leemos el final del Evangelio de san Juan. Se trata propiamente del final del apéndice que la comunidad joánica añadió al texto original. En este caso es un fragmento voluntariamente significativo. El Señor Resucitado se aparece a sus discípulos y los renueva en su seguimiento, particularmente a Pedro. Acto seguido se sitúa el texto que hoy proclamamos en la liturgia.
La figura del discípulo amado es central en este fragmento y aun en todo el Evangelio de san Juan. Puede referirse a una persona concreta —el discípulo Juan— o bien puede ser la figura tras la cual puede situarse todo discípulo amado por el Maestro. Sea cual sea su significación, el texto ayuda a dar un elemento de continuidad a la experiencia de los Apóstoles. El Señor Resucitado asegura su presencia en aquellos que quieran ser seguidores.
«Si quiero que se quede hasta que yo venga» (Jn 21,22) puede indicar más esta continuidad que un elemento cronológico en el espacio y el tiempo. El discípulo amado se convierte en testigo de todo ello en la medida en que es consciente de que el Señor permanece con él en toda ocasión. Ésta es la razón por la que puede escribir y su palabra es verdadera, porque glosa con su pluma la experiencia continuada de aquellos que viven su misión en medio del mundo, experimentando la presencia de Jesucristo. Cada uno de nosotros puede ser el discípulo amado en la medida en que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo, que nos ayuda a descubrir esta presencia.
Este texto nos prepara ya para celebrar mañana domingo la Solemnidad de Pentecostés, el Don del Espíritu: «Y el Paráclito vino del cielo: el custodio y santificador de la Iglesia, el administrador de las almas, el piloto de quienes naufragan, el faro de los errantes, el árbitro de quienes luchan y quien corona a los vencedores» (San Cirilo de Jerusalén).
* Rev. D. Fidel CATALÁN i Catalán (Terrassa, Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net 
 
Santoral Católico:
San Antonio María Gianelli
Nació en Cereta (Liguria, Italia) el año 1789. A los 19 años entró en el seminario de Génova y en 1812 fue ordenado de sacerdote. Siguió en el seminario como profesor, y a partir de 1826 se centró en el apostolado parroquial. Creó varias instituciones, como la «Sociedad Económica» para la instrucción de las niñas pobres, una pequeña congregación misionera que puso bajo el patronazgo de san Alfonso María de Ligorio, los futuros Oblatos de San Alfonso, para las misiones populares y la organización del clero, y, sobre todo, en 1829, la Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, a las que inculcaba la pobreza, que debía ser «el verdadero distintivo del instituto», así como el espíritu de sacrificio y la confianza en Dios. En 1838 fue nombrado obispo de Bobbio. Murió en Piacenza el 7 de junio de 1846. En su vida y en sus obras trató de servir al Señor en los pobres, los enfermos, los ignorantes, los que no habían encontrado a Dios, y abría su corazón para acoger a todos.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – Píldoras de Fe – Catholic.net)
 
AVISO DE BREVE AUSENCIA

Se informa que los días lunes 9, martes 10 y miércoles 11 próximos, NO se editará "Pequeñas Semillitas" para tomar tres días de descanso el autor de la página. Volvemos el jueves 12.

Palabras del Santo Padre Pío
«El Espíritu Santo te llene de sus santísimos dones y te conceda probar por anticipado los gozos de las moradas eternas. […] La gracia del Espíritu Santo sobreabunde cada día más en tu corazón, te clarifique la mente más y más para los pensamientos eternos, y te fortalezca continuamente para alcanzar el sumo Bien. […] El Espíritu te santifique y te ilumine cada vez más sobre los bienes eternos, reservados para nosotros por la bondad del Padre del cielo»
 
Tema del día:
La fiesta de Pentecostés
Mañana, domingo 8 de junio de 2025, se celebra Pentecostés, una fiesta religiosa de gran significado para los cristianos de todo el mundo. Esta celebración marca el descenso del Espíritu Santo sobre los discípulos de Jesús, tal y como se relata en el Nuevo Testamento de la Biblia.
 
Pentecostés tiene sus raíces en el judaísmo. La fiesta judía de Pentecostés (Shavuot) era principalmente una acción de gracias por los primeros frutos de la cosecha de trigo, pero más tarde se asoció con el recuerdo de la Ley dada por Dios a Moisés en el monte Sinaí.
 
Sin embargo, para los cristianos, el significado de Pentecostés se amplió tras la resurrección de Jesús. Según la narración bíblica, durante Pentecostés, los discípulos estaban reunidos en Jerusalén cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos en forma de “lenguas de fuego”. Este acontecimiento marcó el inicio de la misión de los discípulos de difundir el mensaje de Jesús por todo el mundo. Es así como se considera que en Pentecostés “nació” la Iglesia Católica.
 
En la iglesia primitiva, los cristianos solían denominar Pentecostés al periodo de 50 días que transcurría desde la Pascua, y lo utilizaban para las celebraciones bautismales. Hoy en día, Pentecostés es celebrado por varias denominaciones cristianas y es una conmemoración de gran importancia para los cristianos.
 
En Pentecostés, en las iglesias católicas, los sacerdotes utilizan ornamentos rojos y el altar se adorna con un mantel frontal rojo para simbolizar las "lenguas de fuego" que descendieron sobre la Virgen y los apóstoles.
 
Biblioteca de “Pequeñas Semillitas”
 
Contiene más de 350 artículos que han sido publicados
y que podrás leer o bajar a tu dispositivo.
La dirección para entrar en la Biblioteca es:
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Con relación al Espíritu Santo que se derrama sobre la Iglesia en Pentecostés, contemplemos estas meditaciones breves:
“No penséis, hijas mías, que la oración sea obra del espíritu humano, es un don especial del Espíritu Santo, que eleva las potencias del alma sobre las fuerzas naturales, para unirse a Dios por sentimientos y comunicaciones de que son incapaces el raciocinio y la sabiduría de los hombres.” (San Francisco de Sales)
“El consuelo es la alegría que envuelve al dolor, es la alegría que brota de las entrañas mismas del dolor; por eso el Espíritu Santo se llama «el Paráclito el Consolador», porque derrama en las almas esa alegría del destierro, esa alegría que no es incompatible con el dolor, antes bien en cierta manera lo supone [...] “¡Si comprendiéramos esto, si nos diéramos cuenta de que llevamos al Espíritu Santo en nuestras almas, cómo se transformaría nuestra vida! ¿Por qué quejarnos de la soledad cuando nos acompaña el Espíritu Santo? ¿Por qué sentir pena e inquietud cuando llevamos en nuestra alma al Paráclito? ¿Por qué andar suspirando por la felicidad de los bienaventurados? ¡Oh!, ¡Si tuviéramos una fe viva! ¡Si nos diéramos cuenta del misterio que se realiza en nuestras almas! Como dijo Jesús a la Samaritana en el brocal del pozo de Jacob: “Si scires donum Dei — ¡Si conocieras el don de Dios…!”
🌸
Ya han pasado cincuenta días desde aquel momento que decidiste quedarte con nosotros en la Eucaristía. A veces nos ponemos algo tristes pensando que nos has abandonado. ¡ Tenemos tantas dificultades, tantos problemas! Nos olvidamos que nos prometiste enviarnos al Espíritu Santo. Ese gran desconocido porque no somos capaces de ver que la fortaleza, la sabiduría, la piedad nos la infunde Él. A ti Jesús te conocemos y te entendemos mejor porque eres Dios pero eres Hombre también. Envíanos la fuerza necesaria para afrontar las dificultades, la piedad y la misericordia para saber perdonar, el entendimiento para saber discernir el bien del mal.
Nosotros estamos como aquellos primeros cristianos que estaban perdidos, solos y asustados. Si tus nos envías la fuerza, el amor y  los dones necesarios para contagiar a todos lo conseguiremos. Nunca más nos faltarán las fuerzas. Te necesitamos, no podemos caminar si tu apoyo.  Que la llama de tu Espíritu ilumine nuestras vidas.
(María Luisa Martínez)
🌸
El Espíritu Santo es un don del Señor resucitado. Un don extraordinario que va acompañado de otros dones. Uno de ellos es el de la paz. Otro es el de la alegría. Sin embargo, ni la paz ni la alegría que acompañan al Espíritu, tienen que ver con las que a menudo buscan los hombres. Para muchos, la paz es fruto de la guerra y la alegría va unida al dinero y al gasto. Para los cristianos, la paz nace del amor y de la justicia, mientras que la alegría va unida a la generosidad. La paz nace también de otra cosa: la reconciliación, el perdón. Un perdón que se recibe –del ofendido o de Dios en la confesión– y que se da; un perdón que nos abre las puertas de la santidad.
Estas son, pues, las cuatro claves de Pentecostés que viene: paz, alegría, perdón, santidad. Debemos pedirle al Espíritu Santo que nos regale esos dones y debemos trabajar para que, una vez otorgados, echen raíces en nosotros y fructifiquen abundantemente. ¿Qué puedo hacer yo por la paz? ¿Tengo esa alegría que poseen los que aman? ¿He perdonado o he pedido perdón? ¿Busco la santidad? Son las cuatro preguntas que debemos respondernos.
(P. Santiago Martín)
 
Un año con María
Junio 7: El carácter
Recuerda que las piedras y el dolor edifican el carácter, porque el dolor revela el carácter y te enseña. Claro que duele aprender a no correrte de tu lugar, a crecer y a sacer cosas oscuras, pero es Dios quien te muestra todo.
Uno descubre quién es cuando le toca atraviesa momentos difíciles.
María te acompaña para que te descubras y te aceptes para crecer en el carácter.
(PADRE LUIS ZAZANO)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
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