PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
18 - Número 5419 ~ Domingo 10 de Setiembre de 2023Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
Corregir los defectos del prójimo es una obra de misericordia, un modo
fino de vivir la caridad. La caridad pide ayudar a quien lo necesita, y mucho
más cuando el otro no se da cuenta del mal que ha causado o del ridículo que ha
hecho. Pero también lo exige la amistad humana: es una falta de lealtad hablar
mal a las espaldas. La murmuración nunca ayuda al interesado, la murmuración
siempre destruye. Es muy fácil destruir una vidriera, lo difícil es diseñarla y
hacerla. Es muy fácil hablar a la ligera, o dejar caer una ironía que destapa
un defecto. Lo difícil es callar para corregir en el momento y lugar oportuno
con el fin de ayudar a que se enmiende el que erró. Para no tener salidas de
tono es necesario estar habitualmente en presencia de Dios, y, después, en la
oración ver cómo se le puede ayudar, sin echar en cara los fallos, los olvidos,
la mala educación. Todos necesitamos que nos corrijan, y quien nos corrige es
porque nos quiere bien, ya que supone un esfuerzo y a veces pasar un mal rato,
pues es más cómodo no ayudar.
Este llamado a la corrección fraterna que nos hace Jesús tiene muchas
aplicaciones en la vida cotidiana. Frente a las situaciones de tensión que
inevitablemente se presentan, Jesús nos enseña a actuar sin precipitarnos, sin
propagar chismes, acercándonos de manera amistosa a quien está procediendo
equivocadamente.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Ez 33, 7-9
♡ Salmo: Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9
♡ Segunda Lectura: Rom 13, 8-10
♡ Santo Evangelio: Mt 18,15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a los discípulos: «Si tu hermano llega a
pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu
hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto
quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos,
díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el
gentil y el publicano. Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará
atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el
cielo.
»Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la
tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está
en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy
yo en medio de ellos».
♡ Comentario:
Hoy, el Evangelio propone que consideremos algunas recomendaciones de
Jesús a sus discípulos de entonces y de siempre. También en la comunidad de los
primeros cristianos había faltas y comportamientos contrarios a la voluntad de
Dios.
El versículo final nos ofrece el marco para resolver los problemas que se
presenten dentro de la Iglesia durante la historia: «Donde están dos o tres
reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20). Jesús está
presente en todos los períodos de la vida de su Iglesia, su “Cuerpo místico”
animado por la acción incesante del Espíritu Santo. Somos siempre hermanos,
tanto si la comunidad es grande como si es pequeña.
«Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te
escucha, habrás ganado a tu hermano» (Mt 18,15). ¡Qué bonita y leal es la
relación de fraternidad que Jesús nos enseña! Ante una falta contra mí o hacia
otro, he de pedir al Señor su gracia para perdonar, para comprender y,
finalmente, para tratar de corregir a mi hermano.
Hoy no es tan fácil como cuando la Iglesia era menos numerosa. Pero, si
pensamos las cosas en diálogo con nuestro Padre Dios, Él nos iluminará para
encontrar el tiempo, el lugar y las palabras oportunas para cumplir con nuestro
deber de ayudar. Es importante purificar nuestro corazón. San Pablo nos anima a
corregir al prójimo con intención recta: «Cuando alguno incurra en alguna
falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y
cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado» (Gal 6,1).
El afecto profundo y la humildad nos harán buscar la suavidad. «Obrad con
mano maternal, con la delicadeza infinita de nuestras madres, mientras nos
curaban las heridas grandes o pequeñas de nuestros juegos y tropiezos
infantiles» (San Josemaría). Así nos corrige la Madre de Jesús y Madre nuestra,
con inspiraciones para amar más a Dios y a los hermanos.
* Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia)
Palabras del Santo Padre Pío con
admirable bondad siempre para bien:sólo os
falta resignaros a los que Dios dispongay
bendecir su mano que llama, abraza, acariciay, si
algunas veces castiga con dureza,lo hace
porque es la mano de un padre» Predicación del Evangelio:La corrección fraterna Jesús nos da algunos consejos para ver qué podemos hacer nosotros para
atraer o ganar a un hermano perdido. Hoy nos habla de la “corrección fraterna”.
Somos seres sociables y formamos parte de una comunidad. Y todos debemos
preocuparnos de los demás.
Esto quiere decir que no debemos ser indiferentes ante las acciones de los
demás. Un padre no siempre tiene que callar, ni el maestro o el educador deben
permitirlo todo, ni un amigo desentenderse cuando ve que su amigo va por mal
camino. No es que nos vayamos a meter siempre en los asuntos de los demás, pero
sí debemos sentirnos corresponsables de su bien.
No es lo mismo indiferencia que respeto a la libertad. Porque hay personas
que aparentan ser respetuosos; pero en el fondo es porque no les importa nada
la otra persona. Hay gente que dice que no se mete con nadie, pero es porque
nadie tiene sitio en su vida egoísta. Creen que no necesitan de nadie; pero
todos nos necesitamos y, pensando en cristiano, todos somos hermanos, que vamos
juntos en este caminar hacia Dios. Ser indiferente es tener la actitud de Caín,
cuando respondió a Dios: “¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?”
Tenemos que corregirnos, porque la Iglesia no es una comunidad de “puros”,
sino de pecadores. Lo difícil es saber cómo debemos actuar. Jesús lo ha
previsto y ha dispuesto una serie de actitudes a tomar. Lo primero es que la
corrección debe ser entre dos. El que ha visto el “mal” en otro debe dar el
primer paso: un paso discreto, que no debe trascender a ser posible, para que
el hermano pueda conservar su honor y reputación. Jesús nos enseña la
delicadeza y el no airear los
defectos de los demás; porque esto no sólo no le salvaría, sino que le
hundiría aún más. Lo esencial es el amor. La corrección debe hacerse con
humildad y sobre todo no dejarse llevar por simpatías o antipatías, sino por un
amor verdadero: desear el bien del hermano. Por ello es tan importante el
diálogo. Y si lo es para todos, mucho más para los esposos.
Este es el primer paso: el diálogo entre dos, no las críticas externas,
con las cuales no se consigue nada positivo. Con el diálogo personal a veces sí
se consigue. Si es así podemos escuchar las palabras de Jesús: “Has ganado a un
hermano”. Pero hay veces que tampoco lo consigue el diálogo personal. No hay
que resignarse a los fracasos. Tampoco hay que condenar enseguida sin probar
otros medios. Jesús nos habla de llamar a algunos otros: puede ser la familia,
especialmente los padres o superiores. A veces tampoco resulta. Entonces es que
el mismo pecador se excluye de la comunidad.
Estas palabras de Jesús no son sólo para que aprendamos a corregir, sino
también para que aprendamos a ser corregidos, porque todos somos pecadores.
Todo ello realizado dentro del amor cristiano y en clima de oración. La Iglesia
es una comunidad que ora. El ambiente de oración debe influir nuestra vida
cristiana, como influye particularmente la vida de una familia cristiana. Esta
vida de oración no sólo es signo de la presencia de Dios, sino que en realidad
Jesús dijo que iba a estar presente cuando ve que una comunidad se reúne para
orar. De hecho esta oración es el signo real de que ha habido perdón y que ese
perdón está actual en la comunidad. Por medio de esta unión es como la Iglesia
es signo ante el mundo de la presencia de Dios.
-
(P. Silverio Velasco)
Poesía Rima VIIDel salón en el ángulo oscuro,de su dueño tal vez olvidada,silenciosa y cubierta de polvoveíase el arpa. ¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,como el pájaro duerme en las ramas,esperando la mano de nieveque sabe arrancarlas! ¡Ay!- pensé-. ¡Cuántas veces el genioasí duerme en el fondo del alma,y una voz, como Lázaro, esperaque le diga: Levántate y anda!-(Gustavo Adolfo Bécquer) Nuevo vídeo Hay un nuevo vídeo
subido al blogde "Pequeñas Semillitas" en internetreferido al Evangelio de
este Domingo.Para verlo tienes que ir
al final de esta página: Agradecimientos Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para
tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí
los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la
cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las
gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
💕 Desde Montevideo, Uruguay, Karen
S. agradece al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo y a su Madre, la Virgen
María, por escuchar sus oraciones y asistirla tan rápidamente en su necesidad.
Nos sumamos a la oración de gratitud.
💕 Desde Argentina llega el agradecimiento a Dios y a todas las personas que oraron por la cirugía de amígdalas y adenoides del niño Santiago, realizada con toda normalidad hace unos días en la ciudad de Buenos Aires.
💕 Desde Cuba, nuestra amiga y colaboradora Verónica Leonor quiere expresar su agradecimiento al Señor y a cada uno de los que rezaron por ella ante su molesto proceso cérvico braquialgia por problemas de columna cervical, que ha ido mejorando paulatinamente. Nos sumamos al agradecimiento.
Bendito seas, Dios mío, porque a
pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca
dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti.
Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú
eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos”. (Mt 18, 20)
Cristo está presente en medio de los discípulos, lo mismo que está
presente en la Eucaristía, aunque sea con un tipo de presencia diferente. Pero,
al igual que en la Eucaristía, es preciso que se cumplan algunos requisitos. El
primero es el de la unidad y el segundo el de que esa unidad sea en el nombre
del Señor.
Cuando se tiene en cuenta el don que se va a conseguir -la presencia del
Señor- se comprende que todo esfuerzo merece la pena con tal de lograr lo
prometido. El sacrificio que supone la humildad y el aceptar los defectos del
prójimo, por ejemplo, se ven recompensados con la alegría que da la convivencia
con Cristo. Cuando se está con Él, se vive en el Cielo; cuando se ha roto la
unidad, cuando hemos echado a Cristo de nuestro lado, lo que se experimenta es
el Infierno. No en vano, el Cielo es estar con Dios y el Infierno es estar sin
Él. Con cuánta frecuencia se experimenta esto en el hogar, por ejemplo. Cuando
no hay amor, es frecuente oír: “Esta casa es un infierno”. Tienen razón, pero
no saben por qué eso es así. Es la ausencia de Jesús, ausencia ligada a la
falta de amor, lo que hace imposible la vida en común.
Pero, además, esa unidad ha de hacerse en el nombre del Señor y, por lo
tanto, unidos a Él y unidos a quien le representa, la Iglesia. Eso también
tiene un precio: el de la aceptación de las enseñanzas de la Iglesia; de todas,
incluidas aquellas que puedan resultar más difíciles de entender o de
practicar.
El precio puede parecer caro, pero merece la pena. Por otro lado, no hay
que engañarse: si no se paga el precio de la unidad se pagará el precio de la
división. Si no se hace un esfuerzo por mantener unida la familia, se tendrá
que sufrir las consecuencias de la desunión. Y puestos a pagar, mejor hacerlo
por aquello que nos une a Dios y que nos da la felicidad en la tierra.
(P. Santiago Martín)
Recordando al Padre Natalio La sonrisa
Hoy te ofrezco un conjunto de buenas razones para
cultivar con perseverancia el hábito de la sonrisa en tu rostro, avalada por un
corazón sinceramente anclado en la alegría y gozo del espíritu. Es en verdad un
tema para que lo reflexiones con detenimiento. “La alegría es el perfume de
Dios percibido por el alma”, escribió un pensador con perfil de poeta.
La sonrisa es el más saludable masaje de
belleza para el rostro; el pasaporte al reino de los Cielos; el ropaje más
lindo del alma; el mejor antídoto contra las preocupaciones; la canción de los
Ángeles; la seriedad arrepentida;
la oración de los
sabios; la contraseña entre los amigos; la puerta de la cooperación entre
conocidos y desconocidos; alienta la buena voluntad en los negocios; acorta el
tiempo de la angustia; crea la felicidad en la pareja y en el hogar; una clara
manifestación de salud mental, emocional y espiritual; descanso para los
fatigados; calor para los tristes; luz para los decepcionados; es como el sol:
ilumina, calienta y se irradia.
Un autor espiritual dice: “Si sucede alguna vez que
no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene
tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás”.
Pide al Espíritu Santo el don de la alegría cada día y, si no te sientes
alegre, empieza a sonreír y una fresca alegría surgirá de tu alma.
(P. Natalio)
FELIPE -Jardinero de Dios-(el más pequeñito de todos) BLOG ”PEQUEÑAS
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Recordando al Padre Natalio
FELIPE
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