PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
18 - Número 5395 ~ Jueves 17 de Agosto de 2023Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
Tenemos que pensar que solo hay una salida para los sufrimientos: pasando
por ellos, Dios nunca nos dará más de lo que podemos cargar. Así que, carguemos
nuestra cruz y regocijémonos con en el premio que nos espera.
Aprendamos a cargar nuestra cruz sin renegar y solo pidamos al Señor
fuerza y fortaleza para salir adelante y salir triunfadores.
Cualquiera sea nuestra cruz. Cualquiera sea nuestro dolor siempre habrá un
resplandor, un atardecer después de la lluvia... quizás podamos tropezar,
quizás hasta caer... pero Dios siempre está listo a responder nuestra llamada.
Dios siempre enviará un arco iris, después de la lluvia.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Jos 3,7-10a.11.13-17
♡ Salmo: Sal 113A, 1-2. 3-4. 5-6
♡ Santo Evangelio: Mt 18,21—19,1
En aquel tiempo, Pedro preguntó a Jesús: «Señor, ¿cuántas veces tengo que
perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?». Dícele
Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso
el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus
siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000
talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su
mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces el siervo
se echó a sus pies, y postrado le decía: «Ten paciencia conmigo, que todo te lo
pagaré». Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le
perdonó la deuda.
»Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que
le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: «Paga lo que debes».
Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: «Ten paciencia conmigo, que ya
te pagaré». Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que
pagase lo que debía. Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron
mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. Su señor entonces le
mandó llamar y le dijo: «Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda
porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del
mismo modo que yo me compadecí de ti?». Y encolerizado su señor, le entregó a
los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con
vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro
hermano».
Y sucedió que, cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y fue
a la región de Judea, al otro lado del Jordán.
♡ Comentario:
Hoy, preguntar «¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga
mi hermano?» (Mt 18,21), puede significar: —Éstos a quienes tanto amo, los veo
también con manías y caprichos que me molestan, me importunan cada dos por
tres, no me hablan... Y esto un día y otro día. Señor, ¿hasta cuándo los he de
aguantar?
Jesús contesta con la lección de la paciencia. En realidad, los dos
colegas coinciden cuando dicen: «Ten paciencia conmigo» (Mt 18,26.29). Mientras
la intemperancia del malvado, que ahogaba al otro por poca cosa, le ocasiona la
ruina moral y económica, la paciencia del rey, a la vez que salva al deudor, a
la familia y sus bienes, engrandece la personalidad del monarca y le genera la
confianza de la corte. La reacción del rey, en labios de Jesús, nos recuerda
aquello del libro de los Salmos: «Mas el perdón se halla junto a ti, para que
seas temido» (Sal 130,4).
Está claro que nos hemos de oponer a la injusticia, y, si es necesario,
enérgicamente (soportar el mal sería un indicio de apatía o de cobardía). Pero
la indignación es sana cuando en ella no hay egoísmo, ni ira, ni necedad, sino
deseo recto de defender la verdad. La auténtica paciencia es la que nos lleva a
soportar misericordiosamente la contradicción, la debilidad, las molestias, las
faltas de oportunidad de las personas, de los acontecimientos o de las cosas.
Ser paciente equivale a dominarse a uno mismo. Los seres susceptibles o
violentos no pueden ser pacientes porque ni reflexionan ni son amos de sí mismos.
La paciencia es una virtud cristiana porque forma parte del mensaje del
Reino de los cielos, y se forja en la experiencia de que todo el mundo tenemos
defectos. Si Pablo nos exhorta a soportarnos los unos a los otros (cf. Col
3,12-13), Pedro nos recuerda que la paciencia del Señor nos da la oportunidad
de salvarnos (cf. 2Pe 3,15).
Ciertamente, ¡cuántas veces la paciencia del buen Dios nos ha perdonado en
el confesionario! ¿Siete veces? ¿Setenta veces siete? ¡Quizá más!
* Rev. D. Joan BLADÉ i Piñol (Barcelona, España)
Santoral Católico: Santa Clara de Montefalco Nació el año 1268 en Montefalco (Umbría, Italia), donde trascurrió toda su
vida. Siendo adolescente ingresó en el beaterio del que su hermana Juana era la
superiora. En 1290 el beaterio se trasformó en un verdadero monasterio de la
Orden de Ermitañas de San Agustín, en el que ella profesó. Cuando en 1291 murió
su hermana, las religiosas la eligieron priora. Gobernó su comunidad santamente
a la vez que se interesaba por la vida de la Iglesia, por lo que mantenía una
estrecha relación con las autoridades de la misma. Fue una gran mística que
centró su vida y sus experiencias en torno al misterio de la Pasión de Cristo.
Murió en 1308.
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© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
Pensamiento del día que
suele afectar a pobres infelices mortalesque se
encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.»(JOSÉ DE SAN MARTÍN) Tema del día:Encontrar mi Calcuta Por: Pbro. José
Martínez Colín
1) Para saber
En una ocasión le
comentaron a la Santa Madre Teresa de Calcuta que siendo tantos la gente
necesitada, lo que hacía era sólo una gota en el océano. Ella respondió: “Pero
si no lo hiciera, el océano tendría una gota menos”.
Ciertamente no podemos
resolver todos los problemas del mundo, pero ello no nos excusa para no hacer
nada. El Papa Francisco invita a preguntarnos si sucede que pensamos
inmediatamente en una justificación para desentendernos de las necesidades a
nuestro alrededor. En su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la
Juventud que se lleva a cabo en Lisboa del 1 al 7 de agosto, el Papa tomó como
lema: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39). Frase del Evangelio que
relata lo que hizo inmediatamente la Virgen María después del anuncio del
arcángel san Gabriel sobre la encarnación del Verbo de Dios, y su maternidad
divina.
En la actitud de María
encontramos el ejemplo de “levantarnos” e ir a toda prisa al encuentro del
necesitado. La Virgen, dice el Papa, cuando sabe que va a ser la madre de Jesús
no se queda “tomándose una selfie, o presumiendo”, sino que lo primero que hace
es ponerse en camino, a toda prisa, para servir.
2) Para pensar
Tamara Falcó Preysler,
marquesa de Griñón, hija de Isabel Preysler, es una aristócrata española y
diseñadora de moda. Rodeaba de comodidades, sentía un vacío interior que le
hizo reflexionar. Gracias a una amiga, se dio cuenta de que ser “cristiana no
practicante”, es “como ser vegetariana y comer carne”.
Tamara reconoció que en
su familia no se practica la fe, y pensó que sería más fácil si tuviera una
“familia cristiana normal”. Pero cambió de parecer gracias a una frase de Santa
Madre Teresa de Calcuta: “Se puede encontrar Calcuta en todas partes si tienes
ojos para mirar. En todos los lugares del mundo hay personas no amadas, no
deseadas, rechazadas; personas a las que nadie ayuda, personas marginadas y
olvidadas, y esta es la mayor de las pobrezas”.
Visitó un orfanato en
Mozambique que caló en su corazón. Se preguntó cómo puede ser que esos niños
desamparados sean tan alegres y yo esté rodeada de gente, que se supone tiene
más —guapos, ricos, famosos—, y, sin embargo, la gente se suicida. Comprendió
que Jesús da la felicidad: es el amigo que nunca te falla, que te quiere, que
lo sabe todo sobre ti, que lucha por ti: “él llenó mi vacío y soy feliz. Lo
primero maravilloso fue conocer a la Virgen María que es una madre preciosa y a
través de ella a Jesús, que es lo máximo. Mi misión es llevar a Cristo a esos
sitios frívolos, porque también son hijos de Dios. Esa es mi Calcuta para ser
testigo de Cristo”. Aunque no faltaron críticas, ella pensaba: “Más puntos
ganas para el cielo”.
3) Para vivir
El Papa Francisco, en la
reciente Jornada Mundial de la Juventud, invitó a cientos de miles a rezar para
que Dios “ayude a los jóvenes a ponerse en camino, dando testimonio del
Evangelio con su propia vida, llevando la alegría… pues nadie más que Dios
puede darte la verdadera felicidad. Llevad la alegría a vuestras familias, a
vuestras escuelas y universidades, a vuestros grupos de amigos, dondequiera que
viváis… Y así haréis de este mundo un lugar mejor para todos”, concluyó el Papa
Francisco.
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” En Brasil, en la década de 1930, un franco-masón se encontraba en trance
de muerte. Sus allegados lo vigilaban estrechamente para evitar que entrara un
sacerdote. Tres veces se presentó un sacerdote y tres veces fue despedido sin
avisarle al enfermo.
Sin embargo, el moribundo empeoraba y perdía el conocimiento. Se pensó que
había muerto cuando, de pronto, quienes le rodeaban, llenos de terror, lo
vieron de pie en su cama, pidiendo ayuda y amenazando a quienes lo rodeaban:
“¡Miserables! ¡Sí, ciertamente hay un infierno! ¡Yo estaba a punto de ser
ahí precipitado cuando una dama blanca me detuvo al borde para darme tiempo de
confesarme!”.
Luego, dirigiéndose a su hermano y a su esposa:
“¡Miserables! ¡Ustedes dos fueron quienes rechazaron al sacerdote que vino
tres veces a verme para salvarme del infierno y abrirme las puertas del Cielo!
¡Tú, mi hermano, debes saber que no eres el amo de esta casa! ¡Que mi esposa
vaya pronto a buscar al sacerdote! ¡Quiero confesarme!”.
El franco-masón se confesó con alegría y expiró.
Recordando al Padre Natalio El santo de la alegría
El sentido del humor es una herramienta básica para
la sobrevivencia: rompe la tensión en un momento de crisis, ayuda a encarar
situaciones estresantes, disipa las preocupaciones... Cuando rías, se te aliviarán las cargas. Que
el Señor te ayude a defender y cultivar con acciones concretas el don de la
alegría.
Donde quiera que san Felipe Neri llegaba, se
formaba un ambiente de fiesta y buen humor. Las gentes se reían de buena gana.
A algunos muy serios les parecía que él debería ser un poco más mesurado y
solemne. Por eso a veces se le llamaba “el bufón de Dios”. Tuvo siempre el don
de la alegría. A él se le atribuye la frase: «Tristeza y melancolía, fuera de
la casa mía». Un día, una señora rica se
presentó delante de Felipe Neri calzada con un par de zapatos bastante
elevados. Cuando le preguntó a Felipe tímidamente, temiendo una condena o una
crítica, si podía andar así de engalanada, el santo se limitó a decir: «Cuide
sólo de no caerse». Y en aquel “caerse” la interlocutora entendió todo un
discurso.
¿Qué puedes hacer para mantener el nivel de tu
alegría? Primero, pedirla: “Derrama, Señor, sobre mí tu Espíritu para que me
sienta inundado de interior alegría”. Luego, defenderla: vigilar para que la
tristeza no se infiltre insensiblemente en tu corazón. Y, además, cultivarla,
por ejemplo, alegrando a los demás, contándoles una anécdota graciosa, etc.
(P. Natalio)
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