PEQUEÑAS SEMILLITAS Año
17 - Número 5143 ~ Miércoles 2 de Noviembre de 2022Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
La Iglesia Católica nos invita el 2
de noviembre a rezar por nuestros Fieles Difuntos. Ellos constituyen la
Iglesia Purgante y viven en solidaridad con los demás miembros –los de la
Iglesia Militante en la tierra y los de la Iglesia Triunfante en el Paraíso– y
en comunión con Dios, aunque de diverso modo.
Así como las almas de los fieles que alcanzaron ya su meta definitiva en
el Cielo, viven en una perfecta intimidad con la Trinidad Beatísima, y los que
aún vivimos en el mundo batallamos contra nuestras pasiones por ser fieles a
Dios, las almas del Purgatorio pasaron ya por el mundo, pero todavía no gozan
de Dios y requieren, por eso, de nuestras oraciones a la Misericordia de la
Santísima Trinidad.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Sab 3,1-9
♡ Salmo: Sal 22
♡ Segunda Lectura: Rom 5,5-11
♡ Santo Evangelio: Lc 23,33.39-43 (o también: Jn 14, 1-6)
Cuando los soldados llegaron al lugar llamado Calvario, crucificaron allí
a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Uno de los
malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y
a nosotros!». Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú
que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido
con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho». Y decía: «Jesús,
acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy
estarás conmigo en el Paraíso».
♡ Comentario:
Hoy, el Evangelio evoca el hecho más fundamental del cristiano: la muerte
y resurrección de Jesús. Hagamos nuestra, hoy, la plegaria del Buen Ladrón:
«Jesús, acuérdate de mí» (Lc 23,42). «La Iglesia no ruega por los santos como
ruega por los difuntos, que duermen en el Señor, sino que se encomienda a las oraciones
de aquéllos y ruega por éstos», decía san Agustín en un Sermón. Una vez al año,
por lo menos, los cristianos nos preguntamos sobre el sentido de nuestra vida y
sobre el sentido de nuestra muerte y resurrección. Es el día de la
conmemoración de los fieles difuntos, de la que san Agustín nos ha mostrado su
distinción respecto a la fiesta de Todos los Santos.
Los sufrimientos de la Humanidad son los mismos que los de la Iglesia y,
sin duda, tienen en común que todo sufrimiento humano es de algún modo privación
de vida. Por eso, la muerte de un ser querido nos produce un dolor tan
indescriptible que ni tan sólo la fe puede aliviarlo. Así, los hombres siempre
han querido honrar a los difuntos. La memoria, en efecto, es un modo de hacer
que los ausentes estén presentes, de perpetuar su vida. Pero sus mecanismos
psicológicos y sociales amortiguan los recuerdos con el tiempo. Y si eso puede
humanamente llevar a la angustia, cristianamente, gracias a la resurrección,
tenemos paz. La ventaja de creer en ella es que nos permite confiar en que, a
pesar del olvido, volveremos a encontrarlos en la otra vida.
Una segunda ventaja de creer es que, al recordar a los difuntos, oramos
por ellos. Lo hacemos desde nuestro interior, en la intimidad con Dios, y cada
vez que oramos juntos, en la Eucaristía, no estamos solos ante el misterio de
la muerte y de la vida, sino que lo compartimos como miembros del Cuerpo de
Cristo. Más aún: al ver la cruz, suspendida entre el cielo y la tierra, sabemos
que se establece una comunión entre nosotros y nuestros difuntos. Por eso, san
Francisco proclamó agradecido: «Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana, la
muerte corporal».
* Fra. Agustí BOADAS Llavat OFM (Barcelona, España)
Santoral Católico: Conmemoración de los Fieles Difuntos La Iglesia, después de
celebrar ayer la fiesta de todos sus hijos bienaventurados ya en el cielo, se
interesa hoy ante el Señor en favor de las almas de todos cuantos nos
precedieron en el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección,
para que, purificados de toda mancha de pecado, puedan gozar de la felicidad
eterna. Celebramos, pues, la victoria de Cristo, y de nosotros con Él, sobre la
muerte. Y hacemos memoria de cuantos, habiendo compartido ya la muerte de
Jesucristo, están llamados a compartir también con Él la gloria de la
resurrección. El primer prefacio de difuntos nos enseña que «en Cristo brilla
la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir
nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad; porque la
vida de los que creemos en el Señor, no termina, se transforma; y, al
deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo».
Mientras nosotros pedimos por los difuntos, ellos interceden por nosotros.
Oración: Oh Dios, que
resucitaste a tu Hijo para que, venciendo la muerte, entrara en tu reino,
concede a tus siervos difuntos que, superada su condición mortal, puedan
contemplarte para siempre como su Creador y Salvador. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
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© Directorio Franciscano – Catholic.net
Palabras de San Juan Pablo II "Aliento a los católicos a orar con fervor por
los difuntos, por los de sus familias y por todos nuestros hermanos y hermanas
que han muerto, para que obtengan la remisión de las penas debidas a sus
pecados y escuchen la llamada del Señor: «Ven, querida alma mía, al descanso
eterno entre los brazos de mi bondad, que te ha preparado las delicias eternas»
(San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota 17, 4). Confiando a la
intercesión de Nuestra Señora y de San José, Patrono de la buena muerte, a los
fieles que oren por los difuntos, les imparto de todo corazón mi bendición apostólica."
Tema del día: La muerte es el
comienzo de la vida Comencemos por decir hoy
que hay muertes preciosas. Es una muerte maravillosa la de quien puede decir en
ese momento: "He cumplido mi misión". Una muerte así es el comienzo
de la vida verdadera. Es propiamente entonces cuando se nace. Por eso en el
Martirologio, el libro donde se narra la vida de los santos y mártires, no se
hace constar el día de su nacimiento, sino el de su muerte, como el verdadero
día de su nacimiento, su "dies natalis".
La muerte para los
buenos brilla como una estrella de esperanza. Sus frutos son la paz, el
descanso, la vida. Con esta paz y serenidad murió San Juan XXIII: "¡Qué
alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor!", decía en su lecho
de muerte. Un muchacho decía a la hora de su muerte: "¡Qué bueno ha sido
Dios conmigo, por haberme concedido vivir 17 años!"; y moría ofreciendo su
vida por sus padres y por los que lo habían formado.
Otro decía: "No sé
por qué lloran". Aquel joven moría pidiendo perdón a todos, incluso a su
novia, pero la novia tuvo un gesto y unas palabras muy oportunas: "No
tengo de qué perdonarte, y te lo digo delante del sacerdote, porque desde que
te conocí soy más buena". ¿Lo podrías decir tú de tu novio o de tu novia?
Preguntémonos ahora la
cosa más importante: ¿Cómo será mi muerte? He aquí lo importante, no el cuándo
sino el cómo voy a morir. Es decir, en qué disposiciones. Aunque no podemos
fijar el día, el lugar, la forma externa de morir, sí podemos fijar el cómo.
Podemos preverlo: se muere según se vive. Si se vive bien, lo normal es que se
muera bien; si se vive mal, lo normal es que se muera mal, si Dios no pone
remedio. Si vivo bien, con su ayuda moriré bien; si vivo mediocremente, moriré
como un mediocre; si vives santamente, no lo dudes, morirás como un santo.
Si desde hoy te decides
a ser un buen hombre, seguro que morirás como un buen hombre, y nunca te
arrepentirás; pero, si dejas ese asunto para más adelante, lo dejas para nunca.
No se puede improvisar la hora de la muerte. Los dos ladrones que iban a morir,
estaban al lado del Redentor, pero sólo uno de los dos compañeros de suplicio
de Jesús se convirtió.
Comenta San Agustín:
"Hubo un buen ladrón, para que nadie desespere; pero sólo uno, para que
nadie presuma y se confíe". Hay que ser lógicos y aprovechar el tiempo. El
que pasó, ya pasó, pero el que queda por delante hay que aprovecharlo con
avaricia. Si muriera esta noche, ¿estaría preparado?; ¿tendría mis manos
llenas, vacías o medio vacías? ¿Estaré preparado el día de mí muerte? Esta es
la gran pregunta.
Podríamos terminar estas
reflexiones con las palabras de un gran hombre, que todos los días medita sobre
la muerte como maestra de vida: "Yo sé que toda la vida humana se gasta y
se consume bien o mal, y no hay posible ahorro: los años son esos, y no más. Y
la eternidad es lo que sigue a esta vida. Gastarnos por Dios y por amor a
nuestros hermanos en Dios es lo razonable y seguro."
Según se vive, así se
muere. Si esto es así: de los que viven santamente estamos seguros que morirán
santamente. Pero de los que viven en pecado podemos estar seguros que morirán
impenitentes.
* Autor: P
Mariano de Blas | Fuente: Catholic.net | Imagen: Google
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” La muerte no es nada, sólo he pasado a la habitación de al lado. Yo soy
yo, ustedes son ustedes. Lo que somos unos para los otros seguimos siéndolo.
Denme el nombre que siempre me han dado. Hablen de mí como siempre lo han
hecho. No usen un tono diferente. No tomen un aire solemne y triste. Sigan
riendo de lo que nos hacía reír juntos. Recen, sonrían, piensen en mí. Que mi
nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase,
sin señal de sombra. La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha
cortado. ¿Por qué estaría yo fuera de su mente? ¿Simplemente porque estoy fuera
de su vista? Los espero. No estoy lejos, sólo al otro lado del camino. ¿Ven?
Todo está bien. No lloren si me aman. ¡Si conocieran el don de Dios y lo que es
el Cielo! ¡Si pudieran oír el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos!
¡Si pudieran ver con sus ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos
senderos que atravieso! ¡Si por un instante pudieran contemplar como yo la
belleza ante la cual todas las bellezas palidecen! Créanme: Cuando la muerte
venga a romper sus ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban y, cuando
un día que Dios ha fijado y conoce, su alma venga a este Cielo en el que los ha
precedido la mía, ese día volverán a ver a aquel que los amaba y que siempre
los ama, y encontrarán su corazón con todas sus ternuras purificadas. Volverán
a verme, pero transfigurado y feliz, no ya esperando la muerte, sino avanzando
con ustedes por los senderos nuevos de la Luz y de la Vida, bebiendo con
embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás.
(San Agustín de Hipona)
Pedidos de oración 🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo: NO A LA
INVASIÓN DE RUSIA A UCRANIA; por los cristianos perseguidos y martirizados en
Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por
diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia
de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con
cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han
caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata,
por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales;
por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los
matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el
aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas
del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las
personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el
coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta
terrible pandemia, y que, con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones
médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el
planeta y los que están enfermos se sanen. Para lectores argentinos, pedimos
especial oración por la salvación de la República Argentina en el marco de la
democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
🙏
Pedimos oración por todos los países
de Latinoamérica, para que no caigan en las garras nefastas del comunismo y/o
gobiernos populistas que tienden hacia lo dictatorial, sin tener interés en las
necesidades de los pueblos, sino en satisfacer las propias ambiciones
desmedidas de los políticos enquistados en los diversos gobiernos. En especial
rezamos por Nicaragua, donde la dictadura comunista persigue con
crueldad a la Iglesia Católica.
🙏 Pedimos oración para María
Laura F., 49 años de edad, de Santa Fe, Argentina, con diagnóstico de cáncer
de colon, terminó tratamiento de radioterapia, pero la volvieron a ingresar a terapia
intensiva por su descompensación. La encomendamos al maternal cuidado de la
Virgen y a las Santas Manos Sanadoras de Jesús.
🙏 Pedimos oración para Maximiliano M., de Córdoba, Argentina, 50 años de edad, que hoy inicia segundo ciclo de quimioterapia por cáncer de colon. Que el Señor ya la Virgen lo acompañen en todo momento y los resultados sean buenos.
🙏 Pedimos oración para dos personas de Argentina que son: María Cecilia M., a quien extirparán un pólipo del colon, y Juan Rodolfo P. quien será operado del corazón el día 4. Que Dios Misericordioso los bendiga y permita que sus cirugías sean exitosas.
🙏
Continuamos unidos en oración por
medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita
todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades y pidiéndole a Ella paz
para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo,
en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños
que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran
el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de
conocer al Amor. En fin, rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las
plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos
se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de
sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse
unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por
Cristo nuestro Señor. Amén.
Un minuto para volar Noviembre 2
Hoy es un día de oración por los difuntos, y de
recuerdos bellos. Pero también hay muchas cosas para sanar. No trates de borrar
tu historia y de esconder los recuerdos, porque no se puede. Mejor haz memoria
frente a Dios de los momentos vividos con esas personas que murieron. Si
algunos son tristes, cuéntaselos al Señor, pide la gracia de sanarlos y
entregarlos. Además, imagina a ese ser querido que quizás te ha dañado, y dile:
“Comprendo tu debilidad, te equivocaste y yo sufrí por eso. Pero quiero mirarte
con el amor de tu Padre del cielo y decirte que te perdono”. Y si sientes que
tú le hiciste daño con tus gestos, con alguna palabra o con tu indiferencia,
¿por qué no le pides perdón? Es posible reconciliarse con los que ya murieron,
y el Señor quiere ayudarte a lograrlo.
(Mons. Víctor
M. Fernández)
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Un minuto para volar
FELIPE
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