domingo, 18 de abril de 2021

Pequeñas Semillitas 4643

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4643 ~ Domingo 18 de Abril de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En estos domingos de Pascua nuestra reunión eucarística tiene una importancia añadida, pues evocamos más vivamente el misterio de la Resurrección de Cristo, que es la piedra fundamental sobre la que se basa nuestra fe y la esencia del cristianismo. Esta fe no consiste sólo en creer que Cristo resucitó, sino en hacerlo vida por medio de alguna experiencia viva en la oración, en la caridad, en el trato con los demás.
Hoy Jesús nos da la certeza de la resurrección, a pesar de las calamidades de la vida. Y precisamente la resurrección nuestra llegará si sabemos llevar con paz y con alegría las dificultades. Dar alegría a los demás es uno de los grandes signos para poder decir que palpamos a Cristo resucitado. Debemos palparlo en la oración, en la celebración de la Eucaristía, en tantos ejemplos de personas buenas, en la caridad.
Para ello debemos morir al pecado constantemente, porque el pecado es lo que trae las tinieblas y sentir, como Jesús les dijo a los apóstoles, que seamos misioneros de la alegría y la paz del Señor resucitado.
 
¡Buenos días María!
En el coche que nos trajo de vuelta de Roma, donde acababa de pasar tres años estudiando, mi Padre abad estaba preocupado por mi reintegración a la comunidad.
¿Cómo viviría este regreso a una vida tan simple, despojada de las muchas actividades de la vida estudiantil? Lo escuché con atención, pero no pude darle una respuesta. No sabía. Cuando regresé al monasterio, me nombraron cocinero y me enviaron a la quesería.
Una hermosa mañana, todavía lo recuerdo como si fuera ayer, caminaba por la gran arboleda de castaños que conduce a una gruta en Lourdes, que está en el parque. Entonces me invadió el deseo incontenible de rezar el Rosario. La oración fluyó desde adentro, como si quisiera forzar mis labios. Esto se prolongó durante meses.
Y todo salió bien. Esta fuerza, que yo no tenía, me la da María y yo paso, o más bien ella me hace pasar. Incluso hoy, es para mí una fuente extraordinaria de paz, en mis tareas.
(Padre Guillaume Marie, Padre Abad de la abadía Sainte-Marie-du-Mont-des-Cats, Godewaersvelde, Francia)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hechos 3,13-15.17-19
 
Salmo: Sal 4,2.4.7.9
 
Segunda Lectura: 1 Juan 2,1-5a
 
SANTO EVANGELIO: Lucas 24,35-48
En aquel tiempo, los discípulos contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando Él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero Él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo». Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?». Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos.
Después les dijo: «Éstas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: ‘Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí’». Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para el perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio todavía nos sitúa en el domingo de la resurrección, cuando los dos de Emaús regresan a Jerusalén y, allí, mientras unos y otros cuentan que el Señor se les ha aparecido, el mismo Resucitado se les presenta. Pero su presencia es desconcertante. Por un lado provoca espanto, hasta el punto de que ellos «creían ver un espíritu» (Lc 24,37) y, por otro, su cuerpo traspasado por los clavos y la lanzada es un testimonio elocuente de que se trata del mismo Jesús, el crucificado: «Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo» (Lc 24,39).
«Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor», canta el salmo de la liturgia de hoy. Efectivamente, Jesús «abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras» (Lc 24,45). Es del todo urgente. Es necesario que los discípulos tengan una precisa y profunda comprensión de las Escrituras, ya que, en frase de san Jerónimo, «ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo».
Pero esta compresión de la palabra de Dios no es un hecho que uno pueda gestionar privadamente, o con su congregación de amigos y conocidos. El Señor desveló el sentido de las Escrituras a la Iglesia en aquella comunidad pascual, presidida por Pedro y los otros Apóstoles, los cuales recibieron el encargo del Maestro de que «se predicara en su nombre (...) a todas las naciones» (Lc 24,47).
Para ser testigos, por tanto, del auténtico Cristo, es urgente que los discípulos aprendan -en primer lugar- a reconocer su Cuerpo marcado por la pasión. Precisamente, un autor antiguo nos hace la siguiente recomendación: «Todo aquel que sabe que la Pascua ha sido sacrificada para él, ha de entender que su vida comienza cuando Cristo ha muerto para salvarnos». Además, el apóstol tiene que comprender inteligentemente las Escrituras, leídas a la luz del Espíritu de la verdad derramado sobre la Iglesia.
Rev. D. Jaume GONZÁLEZ i Padrós (Barcelona, España)
 
Palabras de San Juan XXIII 
"No consultes a tus miedos, sino a tus esperanzas y sueños.
No pienses en tus frustraciones, 
sino en tu potencial no empleado.
No te preocupes por lo que trataste y fallaste, 
sino por lo que aún puedes hacer".
(San Juan XXIII)
 
Predicación del Evangelio:
“No teman... soy Yo”
En estos domingos de Pascua, los textos litúrgicos nos presentan escenas de la primera comunidad cristiana, que reacciona ante el hecho de que Jesús ha resucitado. Analizando los relatos, tomamos conciencia de dos aspectos:
 
La resurrección de Jesús es una experiencia que viven los miembros de la comunidad en diversos escenarios. Esta experiencia es tan intensa que los transforma. Si la resurrección de Jesús hubiera sido un montaje fabricado por unos cuantos discípulos, al poco tiempo se habría descubierto. Imposible que millones de seres humanos, a lo largo de dos mil años de historia de la Iglesia, hubieran apostado sus vidas –y las siguen apostando hoy– a una fábula.
 
Lo que comunican a través de la catequesis es la persona de Jesús, presente en medio de la comunidad. Su experiencia de Jesús resucitado se convierte en un testimonio que anuncia esta realidad que cambia el sentido de la existencia humana.
 
Por eso, para la comunidad apostólica la fe es adhesión a la persona de Jesús y a su proyecto de vida; y la predicación es comunicación de esa experiencia.
 
Infortunadamente, muchos cristianos han dado la espalda a este legado de la comunidad apostólica y han hecho del Cristianismo un discurso jurídico, moralizante, sociológico y filosófico; discurso lleno de palabras técnicas incomprensibles para las grandes mayorías. La fe deja de ser adhesión a la persona de Jesús para convertirse en adhesión a unos conceptos por profundos y ciertos que éstos sean… Aprovechemos este tiempo de Pascua para redescubrir el sentido de la fe que vivía la primera comunidad, que vibraba de entusiasmo ante la realidad de Jesús resucitado.
 
El relato pascual que nos trae el evangelista Lucas en el día de hoy nos permite asomarnos a los sentimientos y reacciones que suscita la presencia del resucitado. Recorramos algunas de las expresiones del evangelista Lucas:
 
“Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero Él les dijo: no teman; soy yo”. Con frecuencia, la experiencia de la trascendencia nos asusta, pues nos encontramos ante realidades que nos desbordan o, como dicen los científicos sociales, son variables que no podemos controlar.
 
Continúa el evangelista Lucas: “¿Por qué surgen dudas en su interior?”. Los discípulos dudan. Se trata de un mecanismo profundamente humano, que no debe ser mirado con sospecha. Las dudas nos invitan a avanzar en el conocimiento de la verdad. Una fe adulta no se contenta con respuestas simplistas. Las dudas son una magnífica oportunidad para afianzar nuestras convicciones religiosas.
 
Jesús les dice a los atemorizados discípulos: “Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona”. Las manos y los pies con la marca de los clavos son una prueba de la identidad de Jesús; no se trata de un “doble”.  Son muy actuales estas palabras de Jesús. En medio de la crisis de valores que vive nuestra sociedad, hay una sobreoferta de soluciones espirituales comercializadas por charlatanes muy insistentes. No nos dejemos engañar. Cerciorémonos de que estamos siguiendo al Jesús real y no a una falsificación. Así como el mercado ofrece licores adulterados, lociones adulteradas, marcas de ropa adulteradas, también hay propuestas religiosas falsas que desorientan y que además hacen un magnífico negocio explotando las necesidades espirituales de los ingenuos.
 
Lucas nos dice que “les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras”. Finalmente, la paz y la alegría del resucitado impregnaron las vidas de los miembros de la comunidad.
 
Esta descripción del evangelista Lucas nos permite vislumbrar el camino de maduración en la fe que vivieron los miembros de las primeras comunidades cristianas. Pasaron por diversas etapas, fueron sacudidos por diversos sentimientos. 
 
Pidámosle al buen Jesús que se manifieste en medio de nuestra sociedad, tan golpeada por la pobreza y la violencia; necesitamos su paz para poder construir un futuro diferente, en reconciliación y solidaridad. Pidámosle al buen Jesús que sepamos reconocerlo en medio de la agitada vida moderna. Pidámosle al buen Jesús  que superemos la desconfianza que nos impide abrirnos a su Palabra y que nos frena en nuestras relaciones familiares y sociales. Pidámosle al buen Jesús que descubramos que la fe es adhesión a Él, que es el camino, la verdad y la vida.
(P. Jorge Humberto Peláez S.J.)
 
De los envíos del P. Natalio
Piensa que puedes y podrás
Según pienses y sientas en tu corazón, así serás y así te irá en la vida. Sabiduría tuya será elegir los pensamientos habituales que estarán en la base de tus decisiones y conductas. También debes ser prudente para que no se instalen en tu mente ideas negativas que erosionen tus aspiraciones profundas. 
 
Si piensas que estás vencido, vencido estás. Si piensas que no te atreves, no lo harás. Si piensas que te gustaría ganar, pero que no puedes, no lo lograrás. Porque en el mundo encontrarás que el éxito comienza con la voluntad del hombre. Todo será como tú pienses. Porque muchas carreras se han perdido antes de empezar. Y muchos cobardes han fracasado antes de haber empezado su trabajo. Piensa en grande y tus hechos crecerán. Piensa en pequeño y quedarás atrás. Tienes que estar seguro de ti mismo antes de intentar ganar un premio. La batalla en la vida no siempre la gana el más fuerte o el más ligero. Tarde o temprano el hombre que gana es aquel que cree poder hacerlo.
 
La tarea de tus meditaciones consiste en evaluar tus pensamientos habituales, para descartar toda negatividad: tristeza, ansiedad, rabia, odio, abatimiento; y por otra parte, cultivar las actitudes positivas: confianza, serenidad, fortaleza, paciencia, amor. Ánimo, decídete por la reflexión.
* Padre Natalio
 
Poesía
Deja Señor
 
Deja, Señor, que te contemple,
Que de tu luz mis ojos se iluminen.
Deja que se inflame mi alma
Con el fuego de tu amor infinito.
 
Deja, Señor, que yo te siga,
Que tus huellas sean mi guía.
Deja que las piedras del camino
Se aparten a tu paso.
 
No me dejes, Señor, se hace la noche.
La oscuridad trastorna mis sentidos.
Siento el frío calando hasta los huesos
Y te busco, Señor, no te me escondas.
(Conchi Rojano)
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Un joven macilento, en harapos y descalzo se presentó en la puerta del convento atendida en aquella ocasión por santa Faustina. Era un día muy frío y lluvioso y el mendigo parecía congelado por el riguroso invierno. Pidió algo caliente para comer… Corrió la portera a la cocina, pero no encontró nada para los pobres. Sin embargo, después de buscar un rato encontró un poco de sopa que enseguida calentó, poniendo en ella un poco de pan desmigajado. Volvió contenta y se lo dio al pordiosero que lo comió ávidamente.
En el momento que le retiraba el tazón, una voz interior le dijo que era el mismo Jesús, Señor de cielo y tierra, a quien había socorrido. Pero en cuanto lo vio tal como es, desapareció de su vista. Cuando se dirigía hacia el interior del convento, pensando en lo que había sucedido, oyó estas palabras en el alma: Hija mía, han llegado a mis oídos las bendiciones de los pobres que, alejándose de la puerta me bendicen y me ha agradado esta misericordia tuya dentro de los límites de la obediencia, y por eso he bajado del trono para gustar del fruto de tu misericordia. Santa Faustina algo había presentido, cuando observando al joven se preguntaba a sí misma: ¿Qué clase de pobre es éste del cual se transparenta tanta modestia?
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde Canals, Córdoba, Argentina, nos escribe nuestra lectora y amiga Mary M. para agradecer a Dios, a la intercesión de Santa Lucía, y a todos los que rezaron por ella con motivo de su reciente operación de cataratas que resultó exitosa. Nos sumamos a la plegaria de acción de gracias.

 Desde Costa Rica, Sonia agradece las oraciones hechas en su favor y en favor de su sobrino Marvin, con problemas graves de adicciones, confiada y convencida que el milagro de la curación se habrá de producir.

 Desde Córdoba, Argentina, otra querida lectora y amiga, Andrea S., agradece a  Dios, a la Santísima Virgen y a las personas que rezaron por su cirugía de tiroides de la semana pasada, que se realizó sin inconvenientes y en muy poco tiempo ya estuvo de regreso en su casa. Damos gracias a Dios.
 
Desde Canadá nos llega el pedido de publicación de la acción de gracias por Maricarmen y su familia (viven en Vancouver) que ya están libres del Covid 19. Sumamos nuestro agradecimiento a Dios por esta gracia concedida.
 
Desde España, con mucha emoción nos llegan noticias de Pedrito, el niño al que en setiembre pasado diagnosticaron un cáncer incurable. Pese a ello lo operaron en noviembre mientras se celebraban misas por su curación y también nosotros rezábamos desde “Pequeñas Semillitas”. Y el milagro se produjo: Pedrito está libre de cáncer y su historia ha sido motivo de muchas conversiones de personas que antes no creían en Dios. ¡Alabado seas, Señor!
 
Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Abril 18
Deseamos con todo nuestro corazón que todos los países, provincias, ciudades, hombres, mujeres, niños y niñas que en ellos hay, conozcan, amen, sirvan y alaben a María y a san José, con aquel fervor con que lo hacen los cortesanos del cielo. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS
FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”
FACEBOOK de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
TWITTER de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
 
AMDG

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.