jueves, 11 de marzo de 2021

Pequeñas Semillitas 4606

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4606 ~ Jueves 11 de Marzo de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La meta del camino es el camino mismo. El camino vale por sí mismo y no por la meta, aunque esta sea su desenlace.
Hay que dar más importancia a los pasos que a la meta. El camino más que una búsqueda es un encuentro. A su tiempo todo sale al encuentro.
Lo que más queremos encontrar, algún día nos encontrará. Aquello que ha sido destinado para nosotros, tendrá infaliblemente su tiempo de encontrarnos.
La búsqueda nos hace pensar que lo obtenido es un merecimiento, el encuentro -en cambio- nos hace descubrir que todo lo recibido es un don. (P. Eduardo Casas)
 
¡Buenos días María! 
Así como el cuerpo necesita de la respiración para vivir, así también el alma necesita invocar a María para vivir, es decir, para conservar o recuperar la gracia de Dios. Que nunca se nos caiga de los labios el Nombre santo de María,  porque ante el sonido de ese nombre, los demonios tiemblan de espanto y nosotros sentimos una dulzura al pronunciarlo, que inunda todo nuestro ser, y con solo decirlo frecuentemente ya nos dan ganas de ser cada vez más buenos, porque nadie que pronuncie el Nombre de María con fe y confianza, es abandonado de Ella, y seguramente se salvará. Si todavía no nos hemos consagrado a la Virgen, es tiempo de que lo hagamos, porque así Ella se entregará completamente a nosotros y nosotros completamente a Ella, y así seremos felices porque nos haremos dueños del tesoro más grande que posee Dios: la Santísima Virgen María. Así como los niños llaman a la mamá en el momento del peligro, así también nosotros debemos invocar y llamar a nuestra Mamá del Cielo, a María, para que nos defienda y proteja en todo peligro.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Jeremías 7,23-28.
 
Salmo: Sal 95 (94),1-2.6-7.8-9
 
Santo Evangelio: Lc 11,14-23
En aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo; sucedió que, cuando salió el demonio, rompió a hablar el mudo, y las gentes se admiraron. Pero algunos de ellos dijeron: «Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios». Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo. Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?, porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama».
 
Comentario:
Hoy, en la proclamación de la Palabra de Dios, vuelve a aparecer la figura del diablo: «Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo» (Lc 11,14). Cada vez que los textos nos hablan del demonio, quizá nos sentimos un poco incómodos. En cualquier caso, es cierto que el mal existe, y que tiene raíces tan profundas que nosotros no podemos conseguir eliminarlas del todo. También es verdad que el mal tiene una dimensión muy amplia: va “trabajando” y no podemos de ninguna manera dominarlo. Pero Jesús ha venido a combatir estas fuerzas del mal, al demonio. Él es el único que lo puede echar.
Se ha calumniado y acusado a Jesús: el demonio es capaz de conseguirlo todo. Mientras que la gente se maravilla de lo que ha obrado Jesucristo, «algunos de ellos dijeron: ‘Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios’» (Lc 11,15).
La respuesta de Jesús muestra la absurdidad del argumento de quienes le contradicen. De paso, esta respuesta es para nosotros una llamada a la unidad, a la fuerza que supone la unión. La desunión, en cambio, es un fermento maléfico y destructor. Precisamente, uno de los signos del mal es la división y el no entenderse entre unos y otros. Desgraciadamente, el mundo actual está marcado por este tipo de espíritu del mal que impide la comprensión y el reconocimiento de los unos hacia los otros.
Es bueno que meditemos cuál es nuestra colaboración en este “expulsar demonios” o echar el mal. Preguntémonos: ¿pongo lo necesario para que el Señor expulse el mal de mi interior? ¿Colaboro suficientemente en este “expulsar”? Porque «del corazón del hombre salen las intenciones malas» (Mt 15,19). Es muy importante la respuesta de cada uno, es decir, la colaboración necesaria a nivel personal.
Que María interceda ante Jesús, su Hijo amado, para que expulse de nuestro corazón y del mundo cualquier tipo de mal (guerras, terrorismo, malos tratos, cualquier tipo de violencia). María, Madre de la Iglesia y Reina de la Paz, ¡ruega por nosotros!
* Rev. D. Josep GASSÓ i Lécera (Ripollet, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Sofronio
Obispo
Nació en Damasco y de joven ingresó en el monasterio de San Sabas. Luego estuvo viajando para conocer los monasterios más famosos, al tiempo que combatía la herejía monofisita (una sola naturaleza en Cristo). El año 634 fue elegido patriarca de Jerusalén. Entonces tuvo que pelear duramente contra la herejía monotelita, que recortaba la figura de Cristo y que tenía el apoyo de la corte imperial de Constantinopla. Vivió las trágicas circunstancias de la invasión de los musulmanes y en el 638 le tocó entregar la ciudad al califa Omar. Murió el año 639.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Santoral Católico:
San Eulogio de Córdoba
Presbítero y Mártir
Nació en Córdoba (España) a comienzos del siglo IX y en esta ciudad ejerció su ministerio sacerdotal. Es el principal escritor de la Iglesia mozárabe, y uno de sus santos más importantes. Dada la difícil situación de la comunidad cristiana española por la dominación árabe, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos los perseguidos por su fe. Lo decapitaron, por vivir y confesar públicamente la fe cristiana, el 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo; en España su fiesta se celebra el 9 de enero.
Oración: Señor y Dios nuestro: tú que, en la difícil situación de la Iglesia mozárabe, suscitaste en san Eulogio un espíritu heroico para la confesión intrépida de la fe, concédenos superar con gozo y energía, fortalecidos por ese mismo espíritu, todas nuestras situaciones adversas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamientos cuaresmales
“Cada vez que por amor de Dios compartimos nuestros bienes con el prójimo necesitado experimentamos que la plenitud de vida viene del amor y lo recuperamos todo como bendición en forma de paz, de satisfacción interior y de alegría. El Padre celestial recompensa nuestras limosnas con su alegría.”
(Benedicto XVI)
 
Historias:
Milagro en Tumaco
La presencia real de Jesús en la Hostia Consagrada ha conferido diversos milagros a comunidades cristianas a lo largo del mundo. Tal fue el caso de la isla de Tumaco, en Nariño, Colombia, el 31 de enero de 1906, cuando las aguas de un maremoto retrocedieron de la playa, la amenaza de una ola gigante fue apaciguada por Jesús Sacramentado en las manos de un religioso agustino recoleto.
 
El P. Pedro Corro, en el libro Agustinos amantes de la Sagrada Eucaristía relata el caso del pueblo de Tumaco, Colombia, situado en una isla del océano Pacífico, donde un par de misioneros agustinos recoletos, P. Gerardo Larrondo de San José y P. Julián Moreno de San Nicolás Tolentino, asistían a los feligreses de la localidad.
 
La mañana del 31 de enero de 1906 comenzó un terremoto que alertó a la población: “fue este de tanta duración que, según cree el padre Larrondo, no debió bajar de diez minutos, y tan intenso, que dio con todas las imágenes de la iglesia en tierra. De más está decir el pánico que se apoderó de aquel pueblo, el cual todo en tropel se agolpó en la iglesia y alrededores, llorando y suplicando a los padres organizaran inmediatamente una procesión y fueran conducidas en ellas las imágenes”.
 
Los fieles colocaron las imágenes de los santos en andas y los religiosos se dieron a la tarea de animar y consolar a sus feligreses, “asegurándoles que no había motivo para tan horrible espanto como el que se había apoderado de todos”.
 
Los religiosos acompañaban a los fieles cuando uno de ellos vio que en la playa las aguas se retiraban de la costa. Para la gente de mar y porteña es sabido que si el agua se retira rápidamente de la playa es sólo para acumularse y alimentar un oleaje mayor. Todos supieron en ese momento que una gigantesca ola sacudiría todo Tumaco, destrozando todo a su paso.
 
“Aterrado entonces el padre Larrondo, se lanzó precipitadamente hacia la iglesia, y, llegando al altar, sumió a toda prisa las Hostias consagradas del sagrado copón, reservándose solamente la Hostia grande. Acto seguido, vuelto hacia el pueblo, llevando el copón en una mano y en otra a Jesucristo Sacramentado, exclamó: «Vamos, hijos míos, vamos todos hacia la playa y que Dios se apiade de nosotros».
 
Conmocionados, los feligreses marcharon junto al sacerdote “llorando y clamando a Su Divina Majestad, tuviera misericordia de ellos”.
 
El rostro temeroso de los lugareños contrastaba con la seguridad del religioso y fue la fe contagiada hasta el más incrédulo. En la procesión hacia la mar embravecida iban también las imágenes de santos en sus andas.
 
“Poco tiempo había pasado, cuando ya el padre Larrondo se hallaba en la playa, y aquella montaña formada por las aguas comenzaba a moverse hacia el continente, y las aguas avanzaban como impetuoso aluvión, sin que poder alguno de la tierra fuera capaz de contrarrestar aquella arrolladora ola, que en un instante amenazaba destruir el pueblo de Tumaco”, dice el P. Corro.
 
El agustino, dice, no se intimidó: “descendió intrépido a la arena y, colocándose a un paso de las aguas, en el instante mismo en que la ola estaba ya llegando levantó con mano firme y con el corazón lleno de fe la Sagrada Hostia a la vista de todos, y trazó con ella en el espacio la señal de la Cruz”.
 
“¡Momento solemne! ¡Espectáculo sublime!”, exclama el relator: la ola avanzó un poco más y, sin tocar el sagrado copón, se estrelló contra el ministro alcanzándole el agua solamente hasta la cintura.
 
Todo el pueblo comenzó a exclamar ¡Milagro! ¡Milagro! Aquella ola se había contenido instantáneamente, y la enorme montaña de agua, que amenazaba borrar de la faz de la tierra el pueblo de Tumaco, iniciaba su movimiento de retroceso para desaparecer, mar adentro, volviendo a recobrar su ordinario nivel y natural equilibrio.
 
El P. Larrondo organizó inmediatamente una solemne procesión, se trajo la custodia del templo en donde se colocó la milagrosa Hostia y el pueblo inició un recorrido por las calles con el Santísimo Sacramento por delante.
(Tomado de “Desde la fe”)
 
Reflexiones de Cuaresma
Día 23º. Jueves 11 de Marzo.
Héroes anónimos. "Soy consciente, rezaba Newman, de que a pesar de mis faltas, deseo vivir y morir para gloria de Dios. Deseo entregarme completamente a Él como instrumento suyo para la tarea que quiera y a costa de cualquier sacrificio personal".
Hoy puedes hacer tuya la oración de Newman, converso inglés que tanto hizo por la Iglesia de su país: ¡Señor, aunque no valga nada, aquí estoy para hacer, por Ti, lo que quieras!
Te copio parte de un artículo de Bernabé Tierno y te animo a que quieras ser, haciendo favores "normales", un héroe anónimo: "Jamás pensé que estar en contacto con la enfermedad y el sufrimiento de los demás podría hacerme tanto bien. Estando de camillero en Lourdes, una señora, medio ciega y sin piernas, rezaba el rosario. Como advertí preocupación en su rostro, le pregunté qué le apenaba. Ella me respondió: "Me entristece este pobre hombre de la camilla de al lado". Se me hizo un nudo en la garganta y pensé, ¡Dios mío! Ella sí que está físicamente mal y, sin embargo, no piensa en sí misma.
Esta aleccionadora experiencia me la contaba hace unos días en San Sebastián el propio protagonista, Luis, un hombre de mediana edad que, desde hace años, junto con su esposa, asiste como camillero voluntario a los enfermos que peregrinan a Lourdes. Tantas personas anónimas, la mayoría donantes de sangre, como Luis, que no desaprovechan la menor ocasión que se les presenta para ayudar según sus posibilidades, son héroes anónimos.
Tú nos explicaste que lo que hacemos con los demás lo hacemos contigo. Por eso trataré de ser generoso, Jesús, con los demás. En concreto estos días de Cuaresma procuraré hacer muchos favores. Recuérdamelo, por favor, y que sepas que los haré por amor a ti y a ellos. ¡Cada día, al menos, un buen favor!
Continúa hablándole a Dios con tus palabras.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Marzo 11
Concédenos la devoción a Jesús, para que comprendamos al corazón que tanto ha amado a los hombres y mujeres, y que tantas veces en recompensa no recibe más que ingratitudes. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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