domingo, 20 de diciembre de 2020

Pequeñas Semillitas 4536

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4536 ~ Domingo 20 de Diciembre de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
“El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón llamado José, de la estirpe de David, y el nombre de la virgen era María” (Lc 1,26)
Con esa sencillez se abre el pasaje de la Encarnación del Verbo, el momento tan esperado durante siglos. Sencillez y belleza al relatar el momento sublime tan esperado durante siglos. Conmueve ver ruborizarse a aquella chica ante las palabras de un ángel. Con este significativo detalle el evangelista nos habla de la condición femenina de María. María no es insensible a las palabras del ángel y se muestra como verdadera mujer. Hemos de pedir a Dios antes de llegar a la Navidad que nos conceda sensibilidad ante la belleza de sus obras, y sobre todo reconozcamos su obra maestra: “la mujer” de la que habla el Apocalipsis, y que está por encima de todo lo creado.
 
¡Buenos días!
Meditación delante del pesebre
El Señor vuelve a nacer y desde el pesebre nos llama a trabajar por su Reino. “Hallarán a un niño envuelto en pañales acostada en un pesebre”. El Dios de la Vida es el que nace pobre y sencillo en un pesebre de Palestina, una tierra sin mayor importancia para los tiempos del imperio romano.
 
Ese es nuestro Dios… el que también renace en cada Navidad, para despertar la esperanza y convocar a la conversión y el compromiso. En nuestros días muchas realidades están en pañales, principalmente la justicia y la dignidad. Por eso el mensaje de Navidad tiene una actualidad motivadora y comprometedora. Se trata de anunciar con nuestras vidas, nuestra palabra y nuestro ejemplo que hay una esperanza viva porque ¡Dios está con nosotros! La Biblia nos enseña que en los momentos más inesperados Dios sale al encuentro y cambia la vida, personal y social, porque él es un Dios de la Vida.
 
Que la Navidad nos encuentre haciendo algo, por pequeño que sea, para sembrar esperanza a nuestro alrededor.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 2 Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16
 
Salmo: Sal 89:2-5, 27, 29
 
Segunda Lectura: Romanos 16,25-27
 
Santo Evangelio: Lc 1,26-38
En aquel tiempo, fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin». María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio tiene el tono de un cuento popular. Las rondallas empiezan así: «Había una vez...», se presentan los personajes, la época, el lugar y el tema. Ésta llegará al punto álgido con el nudo de la narración; finalmente, hay el desenlace.
San Lucas, de modo semejante, nos cuenta, con tono popular y asequible, la historia más grande. Presenta, no una narración creada por la imaginación, sino una realidad tejida por el mismo Dios con colaboración humana. El punto álgido es: «Vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús» (Lc 1,31).
Este mensaje nos dice que la Navidad está ya cercana. María nos abrirá la puerta con su colaboración en la obra de Dios. La humilde doncella de Nazaret escucha sorprendida el anuncio del Ángel. Precisamente rogaba que Dios enviara pronto al Ungido, para salvar el mundo. Poco se imaginaba, en su modesto entendimiento, que Dios la escogía justamente a Ella para realizar sus planes.
María vive unos momentos tensos, dramáticos, en su corazón: era y quería permanecer virgen; Dios ahora le propone una maternidad. María no lo entiende: «¿Cómo se hará eso?» (Lc 1,34), pregunta. El Ángel le dice que virginidad y maternidad no se contradicen, sino que, por la fuerza del Espíritu Santo, se integran perfectamente. No es que Ella ahora lo entienda mejor. Pero ya le es suficiente, pues el prodigio será obra de Dios: «A Dios nada le es imposible» (Lc 1,38). Por eso responde: «Que se cumplan en mi tus palabras» (Lc 1,38). ¡Que se cumplan! ¡Que se haga! ¡Fiat! Sí. Total aceptación de la Voluntad de Dios, medio a tientas, pero sin condiciones.
En aquel mismo instante, «la Palabra se hizo Carne y habitó entre nosotros» (Jn 1,14). Aquel cuento popular deviene a un mismo tiempo la realidad más divina y más humana. Pablo VI escribió el año 1974: «En María vemos la respuesta que Dios da al misterio del hombre; y la pregunta que el hombre hace sobre Dios y la propia vida».
* Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
 
Palabras de San Juan Pablo II
«Vayamos jubilosos al encuentro del Señor». ¡Vayamos, pues, con alegría! Caminemos jubilosos y vigilantes a la espera del tiempo que recuerda la venida de Dios en la carne humana, tiempo que llegó a su plenitud cuando en la cueva de Belén nació Cristo. Entonces se cumplió el tiempo de la espera.»
 
“Pequeñas Semillitas” toma vacaciones
Desde el lunes 21 de diciembre y hasta el sábado 2 de enero (inclusive), no se publicará “Pequeñas Semillitas” para tomar un breve descanso.
Regresamos, si Dios así lo permite, el domingo 3 de enero de 2021.
 
Predicación del Evangelio:
Navidad con todos
En un ensayo una interna médica atestigua la soledad sentida durante la pandemia Covid. Cuenta de una mujer que tiene problemas visitar a recién nacido que queda en el hospital. Relata otra historia de un agonizante cuya familia no puede despedirse de él por las restricciones de visitantes. Describe la frustración de una mujer que no se permite acompañar a su madre anciana en el departamento de urgencia. Estas historias nos ayudan entender por qué el evangelio hoy constituye “buenas noticias”.
 
La Navidad nos ayuda superar el sentido de soledad en cualquier tiempo. Pero es particularmente provechosa cuando estamos sometidos a restricciones agudas como ahora. La fiesta celebra la venida del Salvador quien levanta al espíritu para nueva esperanza y consolación. Para apreciar cómo pasa esta maravilla tenemos que sondear quién es este Salvador. Afortunadamente el evangelio según San Lucas nos lo identifica en el pasaje hoy. Además, que contarnos cómo tendrá lugar el nacimiento del hijo de María, ello proclama que es el hijo de David y el Hijo de Dios.
 
Cuando el ángel Gabriel se le dirige a la virgen María, él da eco a las palabras de Dios a David en la primera lectura. Dice Gabriel Dios dará a su hijo “el trono de David, su padre”. Añade que “su reinado no tendrá fin”. David era el gran rey de Israel. Fue invencible en batalla, pero sometido a Dios en la lucha contra el pecado. Aunque cometió grandes errores, tenía la humildad a pedir perdón a Dios. No obstante, la gloria de Jesús sobrepasará la de David. Con las naciones apoyándolo, él vencerá todo mal. Ni Covid, tan mortal como sea, puede vencerlo.
 
La victoria puede ser detectada en la producción de las vacunas. La vemos también aún más en los trabajadores que rehúsan a dejar sus puestos en la primera línea. Entre otros muchos médicos, enfermeras, y técnicos cristianos se arriesgan la salud todos los días. Otras personas muestran la victoria de Cristo sobre el mal como voluntarios que ayudan a los marginados en el nombre de Cristo. Nos llena de esperanza ver la repuesta humana a la amenaza del virus. Porque es “hijo de David”, el gran rey, se puede identificar a Jesús como el líder del movimiento.
 
El evangelio nos muestra la respuesta apropiada a la iniciativa de Dios en hacerse humano. María no evita el llamado de ser madre de Jesús, el Salvador. Dice con firmeza: “’Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho’”. Si la medida de un discípulo es poner en práctica lo que diga el maestro, María se prueba de ser el discípulo modelo. Nosotros podemos seguir a Dios-con-nosotros con tal voluntad. El discipulado en estos días requiere en primer lugar que alabemos al niño Jesús como los pastores de Belén. Queremos rezar en la casa y, si es posible, asistir en la misa del 24. Entonces, ser discípulo nos obliga a apoyar a familiares y amistades celebrar la Navidad beneficialmente. Mucho más que Santa, la Navidad presenta oportunidad de olvidar rencores y buscar la reconciliación. Finalmente, no podemos desconocer a los pobres en este tiempo de bondad. ¿Podríamos hacer alguna cosa en que socorremos a una persona pasando la necesidad verdadera?
 
(Padre Carmelo Mele O.P.)
 
Poema de Navidad 
¿Sabéis lo que ha sucedido
allá lejos en Belén?
Pues que ha nacido un niñito
de Maria y San José.
¡Ha salido hasta en la tele!
Y todos se han enterado:
Los pastores... las estrellas...
Y también los reyes magos.
Por eso van de camino
a llevarle sus regalos.
Nosotros allí nos iremos
¡Está muy lejos Belén!
Pero queremos mandarle
un regalito también.
Así que hoy cantaremos
con música de Navidad,
y alguna estrella que pase
al niño se lo contará.
 
(Ma. Dolores Campuzano)
 
Nuevo vídeo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde Cuba nos llega el agradecimiento a Dios y a las personas que rezaron por la salud de un muchacho llamado Marcos G. P., que, gracias al cielo, ya fue operado, se ha recuperado y se encuentra en su casa.
 
  Desde Argentina, Cecilia Claudia, da gracias a Dios por su salud y por poder ir a trabajar a San Luis.
 
Desde “Pequeñas Semillitas” damos gracias a Dios Uno y Trino, a la Virgen de Lourdes, a San José y a San Juan Pablo II (nuestros inspiradores desde el primer día) por estar culminando un año más (el décimo quinto) de publicaciones de este humilde boletín diario.
 
Oración por la Patria 
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
 
Meditaciones de Adviento
Considera como en aquel primer instante en que fue creada y unida el alma de Jesucristo a su cuerpecito en el seno de María, el Padre Eterno intimó al Hijo su voluntad, de que muriese por la redención del mundo; y en aquel mismo instante le presentó delante toda la escena funesta de las penas que debía sufrir hasta la muerte, para redimir a los hombres. Le manifestó ya entonces todos los trabajos, desprecios y pobrezas que había de padecer en toda su vida, así en Belén, como en Egipto y en Nazaret; y después le descubrió todos los dolores y las ignominias de su pasión, los azotes, las espinas, los clavos y la cruz; todos los tedios, las tristezas, las agonías y los abandonos en medio de los que había de concluir su vida sobre el Calvario.
Abrahán, llevando el Hijo a la muerte, no quiso afligirle con anticiparle el aviso de ella, por aquel poco tiempo que necesitaba para llegar al monte. Pero el eterno Padre quiso que su Hijo encarnado, destinado por víctima de nuestros pecados a su Divina Justicia, padeciese con mucha anticipación todas las penas a que debía sujetarse en su vida y en su muerte. 
De donde fue, que aquella tristeza sufrida por Jesús en el huerto, bastante para quitarle la vida, la padeció continuamente desde el primer momento que estuvo en el vientre de su Madre. Así que, desde entonces sintió vivamente y sufrió el peso reunido de todos los trabajos, dolores y vituperios que le esperaban. 
Toda la vida de nuestro Redentor, y todos sus años, fueron vida y años de pena y de lágrimas, diciéndonos él mismo por boca de David: Con el dolor ha desfallecido mi vida, y mis años con los gemidos (Sal 30, 11).
Su Divino Corazón no tuvo un momento libre de padecimientos: o velaba, o dormía, o trabajaba, o descansaba, u oraba o conversaba; siempre tenía delante de sus ojos aquella amarga representación; la cual atormentaba más su Alma Santísima, que han atormentado a los santos Mártires todas sus penas.
Estos han padecido, pero ayudados de la gracia padecían con alegría y fervor. 
Jesucristo padeció más, padeció siempre con un corazón lleno de tristeza, y todo lo acepto por amor a nosotros.
(San Alfonso María de Ligorio)
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Diciembre 20
¡Oh Dios! Puesto que tú eres Jesús que sufre, dígnate ser para mí también un Jesús paciente, indulgente hacia mis faltas, que no mira más que mis intenciones que son de amarte y servirte en las personas de cada uno de tus hijos que sufren.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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~AMDG~

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