domingo, 24 de mayo de 2020

Pequeñas Semillitas 4334

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4334 ~ Domingo 24 de Mayo de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En el Evangelio de este domingo, tomado del último capítulo escrito por san Mateo, nos encontramos ante la despedida de Jesús luego de su vida en la tierra, y nos deja una misión y una promesa.
La misión es que vayamos por todo el mundo enseñando lo que Él enseñó, predicando su palabra como verdaderos discípulos y misioneros suyos que lo somos por la gracia recibida en nuestro bautismo.
La promesa es que Él estará siempre con nosotros hasta el fin de los tiempos. Y esto se cumple a través de su presencia en la Sagrada Eucaristía.
Es así como, en medio de interrogantes e incertidumbres, los seguidores de Jesús seguimos caminando por la vida, trabajados por una confianza y una convicción. Cuando parece que la vida se cierra o se extingue, Dios permanece. El misterio último de la realidad es un misterio de Bondad y de Amor. Dios es una puerta abierta a la vida que nadie puede cerrar.
 
¡Buenos días!
María Auxiliadora
San Juan Bosco propagó la devoción a María Auxiliadora. De ella decía: “Amen, honren, sirvan a María. Procuren hacerla conocer, amar y honrar por los demás. No sólo no perecerá un hijo que haya honrado a esta madre, sino que podrá aspirar también a una gran corona en el cielo”.
 
Era el 24 de mayo de 1878, un oficial muy entristecido se presentó a Don Bosco y le dijo: —Padre, mi esposa está muy enferma y se teme que llegó su fin. Esto es terrible para mí. Por favor, pida a Dios le devuelva la salud. El Santo lo alentó y rezó con él a María Auxiliadora. A la hora el oficial volvió emocionado y dijo a Don Bosco: —¿Sabe usted, Padre? Mientras estaba aquí con usted, mi esposa, a quien había dejado moribunda, recobró la salud, se vistió, salió a mi encuentro y me relató lo sucedido. Sacó del bolsillo un brazalete de oro que entregó a Don Bosco: —Es el regalo de boda que hice a mi esposa; pero, de común acuerdo, lo ofrezco a María Auxiliadora. Don Bosco mostró luego a un grupo el brazalete: —Miren, una ofrenda de gratitud por una nueva curación debida a Maria Auxiliadora. ¡Bendito sea su dulce nombre!
 
San Juan Bosco, con estas o semejantes palabras, alentaba a confiar en María Santísima: “María nos asegura que si somos devotos suyos, nos tendrá como hijos suyos, nos cubrirá con su manto, nos colmará de bendiciones en este mundo para obtenernos después el Paraíso”. Con piedad y cariño reza hoy un avemaría a tu Madre del cielo.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hechos 1,1-11
 
Salmo: Sal 47,2-3.6-9
 
Segunda Lectura: Ef 1,17-23
 
Santo Evangelio: Mt 28,16-20
En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».
 
Comentario:
Hoy contemplamos unas manos que bendicen —el último gesto terreno del Señor (cf. Lc 24,51). O unas huellas marcadas sobre un montículo —la última señal visible del paso de Dios por nuestra tierra. En ocasiones, se representa ese montículo como una roca, y la huella de sus pisadas queda grabada no sobre tierra, sino en la roca. Como aludiendo a aquella piedra que Él anunció y que pronto será sellada por el viento y el fuego de Pentecostés. La iconografía emplea desde la antigüedad esos símbolos tan sugerentes. Y también la nube misteriosa —sombra y luz al mismo tiempo— que acompaña a tantas teofanías ya en el Antiguo Testamento. El rostro del Señor nos deslumbraría.
San León Magno nos ayuda a profundizar en el suceso: «Lo que era visible en nuestro Salvador ha pasado ahora a sus misterios». ¿A qué misterios? A los que ha confiado a su Iglesia. El gesto de bendición se despliega en la liturgia, las huellas sobre tierra marcan el camino de los sacramentos. Y es un camino que conduce a la plenitud del definitivo encuentro con Dios.
Los Apóstoles habrán tenido tiempo para habituarse al otro modo de ser de su Maestro a lo largo de aquellos cuarenta días, en los que el Señor —nos dicen los exegetas— no “se aparece”, sino que —en fiel traducción literal— “se deja ver”. Ahora, en ese postrer encuentro, se renueva el asombro. Porque ahora descubren que, en adelante, no sólo anunciarán la Palabra, sino que infundirán vida y salud, con el gesto visible y la palabra audible: en el bautismo y en los demás sacramentos.
«Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra» (Mt 28,18). Todo poder.... Ir a todas las gentes... Y enseñar a guardar todo... Y El estará con ellos —con su Iglesia, con nosotros— todos los tiempos (cf. Mt 28,19-20). Ese “todo” retumba a través de espacio y tiempo, afirmándonos en la esperanza.
* Dr. Josef ARQUER (Berlin, Alemania)
 
Virgen María Auxiliadora
Advocación Mariana
En la fecha de hoy, la Iglesia conmemora una vez más, a la Santísima Virgen, bajo su advocación de María, Auxilio de los Cristianos. La historia del establecimiento de la fiesta de María Auxiliadora se remonta a la Revolución Francesa, la cual había asestado un duro golpe a la Iglesia y desquiciado completamente a la religión cristiana. Cuando Napoleón Bonaparte asume el poder, restableció el catolicismo en Francia: anula las leyes revolucionarias de proscripción, permite a los sacerdotes regresar a sus iglesias y devuelve catedrales, parroquias y seminarios a obispos. Sin embargo, embriagado por sus triunfos y ambición desordenada, comenzó a exigir al Papa Pío VII algunas cosas que el Pontífice no podía conceder, dando lugar a nuevos conflictos con la Iglesia.
 
El Papa fue hecho prisionero en el castillo de Fontainebleau por el emperador francés y durante los cinco años que estuvo preso, dedicaba especialmente una parte del tiempo de sus oraciones a María Santísima, Auxilio de los Cristianos para que protegiese a la Iglesia perseguida, desgobernada y desamparada. Los ruegos del Papa fueron escuchados y en 1814 Napoleón firma su abdicación. En 1815, cuando la Iglesia había recuperado su posición y poder espiritual, el Papa para manifestar el agradecimiento de todo el orbe católico a la Virgen María, bajo su advocación de Auxilio de los Cristianos y como un expreso reconocimiento de la infalible protección de la Madre de Dios, instituyó la fiesta de María Auxiliadora en el día 24 de mayo para perpetuar el recuerdo de su entrada triunfal a Roma al volver de su cautiverio en Francia.
* Aciprensa
 
Palabras de San Juan Pablo II
¡Hermanos y hermanas! ¡No tengáis miedo de acoger a Cristo y de aceptar su potestad! ¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo! ¡No tengáis miedo! Cristo conoce «lo que hay dentro del hombre». ¡Sólo Él lo conoce!
 
Predicación del Evangelio:
Solemnidad de la Ascensión del Señor
La Solemnidad de la Ascensión del Señor es el broche de oro al paso de Jesús por la tierra aunque, Pentecostés, nos deje una ráfaga de su Espíritu y nos anime a pregonarlo a los cuatro vientos.
 
Desde su Nacimiento en Belén hemos visto el brillo de sus ojos, la grandeza divina de sus obras, la profundidad de sus palabras, el Dios hecho humano...
 
La Ascensión del Señor es el último misterio de su presencia terrena. Por el contrario, es el primero que nos toca a nosotros. La hora de partir, no hacia lejanos continentes (aunque también) y sí hacia esos lugares que están distantes del Evangelio; de descender a esos corazones tibios en la fe y que viven codo a codo con nosotros y a los cuales tan difícil nos resulta proponerles e invitarles al encuentro con Cristo.
 
Jesús asciende al encuentro de Dios pero se ha quedado de una forma entrañable, viva, alimentadora y transformadora en la Eucaristía. Que, ya desde ahora, le pidamos que el Espíritu Santo nos haga transmitir por los cuatro costados de nuestra vida la alegría de la fe. Que sepamos valorar aquella esperanza de la que San Pablo nos da buena cuenta y por la que dio hasta su misma vida.
 
En esta Solemnidad de la Ascensión no nos quedaremos con los ojos mirando al cielo. Entre otras cosas porque, sabemos que Dios, nos necesita como “otros cristos” anunciando sin temor ni vergüenza, con pasión y con entusiasmo la novedad del Evangelio.
 
Vete a los cielos, Señor, pues has cumplido más que sobradamente.
* Padre Javier Leoz
 
Poesía
Te vas Señor, pero te quedas
Te vas, Señor, pero te quedas en el Evangelio.
Te vas, Señor, pero vives en los que te amamos.
Te vas, Señor, pero hablas en los que dan testimonio de Ti.
Te vas, Señor, pero te dejas comer en la Eucaristía.
Te vas, Señor, pero te haces audible por la oración.
Te vas, Señor, pero te dejas adorar en el Sagrario.
Te vas, Señor, pero te dejas abrazar en el prójimo.
Te vas, Señor, pero te dejas ver en el que sufre.
Te vas, Señor, pero te haces visible en el amor.
Te vas, Señor, pero gritas en el que habla en tu nombre.
Te vas, Señor, pero vendrás en un nuevo soplo del Espíritu.
Te vas, Señor, pero nos enviarás la fuerza de tu presencia.
Te vas, Señor, pero nos darás el hálito de tu vivir.
Te vas, Señor, pero andarás en los pies de tus enviados.
Te vas, Señor, pero tu nombre será universalmente conocido.
Te vas, Señor, pero vivirás en los que guardan tus mandamientos.
Te vas, Señor, pero tu Iglesia es signo de tu presencia.
Te vas, Señor, pero tu partida nos hace madurar.
Te vas, Señor, pero tu Ascensión es suerte que nos aguarda.
Te vas, Señor, pero tu vida en el cielo es plenitud de felicidad.
Te vas, Señor, pero tu estar en el cielo, es garantía y seguridad.
de todo lo que nos espera cuando se vive,
como Tú lo has hecho, primero en la tierra
Te vas, Señor, pero más que nunca…vemos que te quedas.
Amén.
(Padre Javier Leoz)
 
Mayo, mes de María
🌸 Flor del 24 de mayo: María Auxiliadora de los Cristianos
 
Meditación: “Todos estaban unidos, insistiendo en la oración, con María la Madre de Jesús” (Hechos 1,14). María siempre ha estado presente en todas las persecuciones de la Iglesia, por su ayuda en Lepanto protegió milagrosamente a toda la cristiandad, incluyéndola San Pío X en las Letanías. También es el auxilio de la Iglesia del silencio, ya que todo cristiano fiel “padecerá persecución” (Segunda carta a Timoteo 3,12), pero “de los perseguidos por causa de la Justicia es el Reino de los Cielos” (Mateo 5,10). ¿Defendemos a Cristo y Su Doctrina con la voz, con el corazón y con nuestra labor, o sólo tenemos un corazón tibio y poco digno? Seamos soldados valientes, enamorados de Jesús y María, quien como Capitana nos defenderá con la Espada de la Justicia y el Manto de la Verdad. Y a través de Ella el Espíritu con Sus Alas nos cubrirá y nada nos pasará.
 
Oración: ¡Oh María auxilio de los cristianos!, cúbrenos con tu Manto de toda amenaza física y espiritual, para así poder luchar por la Patria Celestial. Amén.
 
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
 
Florecilla para este día: Auxiliar a un hermano cercano que esté en dificultad física o espiritual, dando testimonio mediante ésta obra de misericordia de la fe en Cristo a través de Su Madre.
* Fuente: reinadelcielo.org         
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
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Para verlo tienes que ir al final de esta página
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
  
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com  
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Mayo 24
Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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