PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 4199 ~ Sábado 21 de Diciembre de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
Navidad es una época donde la reflexión debe estar a la orden del día, sobre
todo para aquellos que la viven en todo su sentido espiritual y en su
significado de unión y amor.
Dicen
que la Navidad no es una fecha... es un sentimiento. Y como tal, debemos
vivirlo en nuestros corazones. Cuando llega la Navidad, nos viene el mismo
calor que sentíamos cuando éramos niños, el mismo calor que hoy envuelve
nuestro corazón y nuestro hogar.
La
Navidad es la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del
futuro. Es el deseo más sincero de que cada taza se rebose con bendiciones
ricas y eternas, y de que cada camino nos lleve a la paz.
Hagamos
el firme propósito de vivir esta próxima Navidad con estos pensamientos en
nuestra mente, con un profundo espíritu religioso y alejados de todo lo
mundano, consumista, material e intrascendente.
Que
así sea.
¡Buenos días!
Tesoro bajo tierra
No hay
duda de que tu vida es el resultado de tus pensamientos habituales. Sí, si
tienes pensamientos felices, serás feliz. Si tienes pensamientos desdichados,
serás desdichado. Si tienes pensamientos temerosos, tendrás miedo. Si piensas
en el fracaso, seguramente fracasarás. Según un hombre piensa en su corazón,
así es él. Elige bien.
Un labrador oyó un ruido bajo la rueda del rastrillo
de su arado. Miró con curiosidad, y descubrió desenterrado un cofre lleno de
monedas de oro. ¡Qué suerte! - dijo -. Pero después de imaginar todo lo que
podría comprar, decidió volver a enterrarlo. Lo reservaría como seguridad en
caso de tiempos duros. Esta precaución cambió totalmente su carácter: se volvió
sereno, cordial, tolerante, agradable. Sus últimas horas llegaron y antes de
morir, reveló a sus hijos el secreto. Al día siguiente de su muerte, sus hijos
encontraron el cofre, pero estaba vacío. Alguien se había llevado las monedas
de oro…
El
tesoro que el labrador escondió prudentemente en la tierra cambió sus pensamientos
de tal modo que pudo desempeñarse en la vida con una nueva personalidad: segura
y confiada. Esta actitud mental le atrajo prosperidad, buenas relaciones,
excelentes negocios. Los tiempos duros que tanto temía, no llegaron. Cultiva la
sana confianza.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Cant 2, 8-14
♥ Salmo: Sal 32, 2-3. 11-12. 20-21
♥ Santo Evangelio: Lc 1,39-45
En aquellos días, se levantó María y se fue con
prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de
Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de
María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu
Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito
el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en
mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron
dichas de parte del Señor!».
♥ Comentario:
Hoy, el texto del Evangelio corresponde al segundo
misterio de gozo: la «Visitación de María a su prima Isabel». ¡Es realmente un
misterio! ¡Una silenciosa explosión de un gozo profundo como nunca la historia
nos había narrado! Es el gozo de María, que acaba de ser madre, por obra y
gracia del Espíritu Santo. La palabra latina “gaudium” expresa un gozo profundo, íntimo, que no estalla por
fuera. A pesar de eso, las montañas de Judá se cubrieron de gozo. María
exultaba como una madre que acaba de saber que espera un hijo. ¡Y qué Hijo! Un
Hijo que peregrinaba, ya antes de nacer, por senderos pedregosos que conducían
hasta Ain Karen, arropado en el corazón y en los brazos de María.
Gozo en el alma y en el rostro de Isabel, y en el
niño que salta de alegría dentro de sus entrañas. Las palabras de la prima de
María traspasarán los tiempos: «¡Bendita tú eres entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de tu vientre!» (cf. Lc 1,42). El rezo del Rosario, como
fuente de gozo, es una de las nuevas perspectivas descubiertas por San Juan
Pablo II en su Carta apostólica sobre El Rosario de la Virgen María.
La alegría es inseparable de la fe. «¿De dónde a mí
que la madre de mi Señor venga a mí?» (Lc 1,43). La alegría de Dios y de María
se ha esparcido por todo el mundo. Para darle paso, basta con abrirse por la fe
a la acción constante de Dios en nuestra vida, y recorrer camino con el Niño,
con Aquella que ha creído, y de la mano enamorada y fuerte de san José. Por los
caminos de la tierra, por el asfalto o por los adoquines o terrenos fangosos,
un cristiano lleva consigo, siempre, dos dimensiones de la fe: la unión con
Dios y el servicio a los otros. Todo bien aunado: con una unidad de vida que
impida que haya una solución de continuidad entre una cosa y otra.
Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch (Salt, Girona, España)
Santoral Católico:
San Pedro Canisio
Doctor de la Iglesia
Nació el año 1521 en Nimega (Holanda). Estudió en
Lovaina y Colonia. En esta ciudad frecuentaba el monasterio de los cartujos,
pero la lectura de los Ejercicios de san Ignacio y el practicarlos con el beato
Pedro Fabro lo decidieron a entrar en la Compañía de Jesús en 1543. Fue
ordenado de sacerdote el año 1546. Publicó las obras de varios Santos Padres.
Participó activamente en el Concilio de Trento como teólogo. San Ignacio lo
llamó a Roma y luego lo envió a Mesina y a Bolonia. Destinado a Alemania,
desarrolló durante treinta años una valiente labor de defensa de la fe católica
con sus escritos y predicación, contra las entonces recientes doctrinas
protestantes. Su intensa y fructífera labor le valió el título de apóstol de
Alemania. Publicó numerosas obras, entre las cuales destaca su Catecismo. Fue
provincial de Alemania, consejero de príncipes y papas, estuvo presente en los
principales acontecimientos de la Iglesia de su tiempo. Murió en Friburgo de
Suiza el 21 de diciembre de 1597.
Oración: Señor,
Dios nuestro, que fortaleciste a san Pedro Canisio con la virtud y la ciencia
para salvaguardar la unidad de la fe, concede a la comunidad de creyentes
perseverar en la confesión de tu nombre, y a todos los que buscan la verdad el
gozo de encontrarte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Palabras del Santo Padre
Pío
«Todas las fiestas de la Iglesia son hermosas… la
Pascua, sí, es la glorificación… pero la Navidad posee una ternura, una dulzura
infantil que me atrapa todo el corazón. Que el Niño Jesús te colme de sus
divinos carismas, te haga probar las alegrías de los pastores y de los ángeles
y te revista todo con el fuego de esa caridad por la que se hizo el más pequeño
de nosotros, y te convierta en un niño pequeño lleno de amabilidad, sencillez y
amor»
AVISO DE BREVE AUSENCIA
Se avisa a los lectores
de “Pequeñas Semillitas”
que esta página no se
publicará desde el lunes 23 de Diciembre
y hasta los primeros
días de Enero 2020
por breve descanso del
autor.
Muchas gracias.
Tema del día:
¿Dónde nació Jesús?
Preguntemos a María Magdalena dónde y cuándo nació
Jesús. Y ella nos responderá: ‘Jesús
nació en Betania. Fue cierta vez, que su voz, tan llena de pureza y santidad,
despertó en mí la sensación de una vida nueva con la cual hasta entonces jamás
hube soñado’
Preguntemos a Francisco de Asís lo que él sabe sobre
el nacimiento de Jesús. Y él nos responderá: ‘Él nació el día en que, en la plaza de Asís, entregué mi bolsa, mis
ropas y hasta mi nombre para seguirlo, pues sabía que solamente Él es la fuente
inagotable de Amor’
Preguntemos a Pedro cuándo nació Jesús. El
responderá: ‘Jesús nació en el patio del
palacio de Caifás, en la noche en que el gallo cantó por tercera vez, en el
momento en que yo lo había negado. Fue en ese instante que despertó mi conciencia
para la verdadera vida’
Preguntemos a Paulo de Tarso cuándo se dio el
nacimiento de Jesús. Y él nos responderá: ‘Jesús
nació en el camino de Damasco cuando, envuelto por una intensa luz que me dejó
invidente, pude ver la figura noble y serena que me preguntaba: Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues? Y en la ceguera, pasé a ver un mundo nuevo, cuando le
dije: Señor ¿qué quieres que yo haga?’
Preguntamos a Joana de Cusa cuándo nació Jesús. Ella
nos responderá: ‘Jesús nació el día en
que, amarrada al poste del circo de Roma, oí el pueblo gritar: -¡Niégalo!
¡Niégalo! Y el soldado, con la antorcha se acerca, diciendo: Este Cristo ¿te
enseñó sólo a morir? Fue en este instante, que sintiendo el fuego subir por mi
cuerpo, pude, con toda certeza y sinceridad decir: No, no me enseñó sólo eso.
¡Jesús me enseñó también a AMARLO!’
Preguntemos a Tomás dónde y cuándo nace Jesús. Él nos
responderá: ‘Jesús nació aquel día
inolvidable en que Él me pidió tocar sus llagas y me fue posible testificar que
la muerte no tenía poder sobre el Hijo de Dios. Sólo entonces comprendí el
sentido de las palabras: ¡Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida!’
Preguntemos a Juan Bautista dónde y cuándo nace
Jesús. Él nos responderá: ‘Jesús nació en
el instante en que llegando al Río Jordán, me pidió que lo bautizara. Y, ante
la profundidad de su mirada y la majestad de su figura, pude oír el mensaje de
lo Alto: “Este es mi hijo amado, en el cual puse mi complacencia”. ¡Comprendí
que había llegado el momento de Él crecer y yo disminuir, para la Gloria de
Dios Padre!’
Preguntemos a Lázaro dónde y cuándo nació Jesús. Él
nos responderá: ‘Jesús nació en Betania,
en la tarde en que visitó mi tumba y dijo: -¡Lázaro! ¡Levántate! -En este
momento comprendí, finalmente quién era Él: ¡La Resurrección y la Vida!’
Preguntemos a Judas dónde y cuándo nació Jesús. Él
nos responderá: ‘Jesús nació en el
instante en que asistía a su juzgamiento y a su condenación. Comprendí que
Jesús estaba encima de todos los tesoros terrenos.’
Preguntemos finalmente a María de Nazaret, dónde y
cuándo nació Jesús. Ella nos responderá: ‘Jesús
nació en Belén, bajo las estrellas, que eran focos de luces guiando los
pastores y sus ovejas a la cuna de paja. ¡Fue cuando lo tomé en mis brazos por
primera vez y sentí cumplirse la promesa de un nuevo tiempo a través de aquel
Niño que Dios hubo enviado al mundo, para enseñar a los hombres la ley mayor
del Amor…’
Y para nosotros... ¿Cuándo nació Jesús?
Dejad al Niño Dios nacer en tu corazón en Navidad.
Que Él venga a traernos Fe, Amor y Paz, para que nosotros experimentemos vivir
la ley mayor del Amor.
Un minuto con María
María es ante todo «la que creyó», tal como lo
declara su prima Isabel en la Visitación. Si es importante enfatizar el lugar
determinante de la fe en la vida de la Virgen, es porque el pecado original es
primero una cuestión de fe antes que un asunto de actos transgresores y
reprensibles. En la historia de la caída de Adán y Eva del libro del Génesis,
la primera pareja de la historia cae porque cree en las afirmaciones de la
serpiente que presenta a Dios como un maestro celoso, suspicaz, desconfiado,
avaro y temeroso de la competencia. Al escuchar esta voz demoníaca, Adán y Eva
pierden la fe recta en la bondad de Dios, el cual deja de ser para ellos un
Padre lleno de solicitud y amor.
Por el contrario, si una nueva era de la historia de
la humanidad comienza con María, es porque quien se convertirá en la madre del
Hijo de la promesa, Jesús, creyó en las promesas de Dios cuando este le anunció
en la voz del ángel Gabriel, que daría a luz al Hijo del Altísimo. Del mismo
modo, creerá a los pies de la Cruz, ¡y en qué condiciones!
Para María, Dios sigue siendo el Padre de Israel y de
toda la humanidad. Nunca dudó de su profunda bondad, simplemente porque
permaneció ajena a las huellas del pecado original. Así, orar a la Virgen es
orar para crecer en la fe. Y cuanto más creemos en la paternidad amorosa de
Dios, más celosos estaremos de embellecer a la esposa que le ha dado a su Hijo:
la Iglesia.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Cinco minutos con Jesús
Diciembre 21
Evangelizar es invitar a la aceptación de Jesucristo,
por la convicción de que él y solamente él es nuestro Salvador; evangelizar a
todos: a los ricos y a los pobres, a los cultos y a los incultos, a hombres y a
mujeres, a empleados, obreros y patrones, a profesionales y jubilados, a
policías, taxistas y enfermeros, a maestros, maestras, profesores y docentes en
general, a diariero y carteros, a médicos y abogados... Evangelizar es hacer
conocer que Cristo es el Salvador de todos; absolutamente de todos, sin
excepción de ninguna clase.
Porque Cristo salva lo mismo al linyera que al
banquero; y Cristo no solamente salva al hombre, sino que debe ser el Salvador
en cualquier circunstancia, promoviendo al hombre y haciéndolo solidario.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero
de Dios-
(el más pequeñito de
todos)
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