PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 4137 ~ Jueves 10 de Octubre de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hagamos
que Jesús y María estén siempre en nuestras vidas.
Que
sean nuestra permanente compañía en los momentos de dificultad o tribulación y
también estén junto a nosotros en los instantes de alegría.
Si
aprendemos a caminar siempre junto a Jesús y a María, el camino nos llevará
inevitablemente al reino de los cielos.
No
hay nada ni nadie en la tierra que pueda ser más importante, más atractivo, o
mejor que Jesús y María…
¡Buenos días!
El campesino y el clima
La
tormenta es un buen símbolo para nuestras crisis, angustias y fracasos. En fin
para todo lo que se presenta como algo doloroso e indeseable en tu vida. Pero
son inevitables. Lo bueno es encontrar en todas ellas el lado positivo, porque
muy expresivamente escribió Luis Veuillot “hay bendiciones de Dios que entran
en casa rompiendo los cristales”.
Un campesino pidió a Dios le permitiera ordenar el
clima para que —según él— le rindiera mejor su cosecha. ¡Dios se lo concedió!
Entonces, si el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; si pedía sol, éste
brillaba; si necesitaba más agua, llovía más; etc. Sin embargo, al llegar la
cosecha, se sorprendió mucho porque resultó un fracaso. Desconcertado preguntó
a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas más adecuados.
Pero Dios le contestó: "tú pediste lo que quisiste, pero no lo que de
verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para
limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consumen y purificarla de
plagas que la destruyen".
“Dios
permite esas visitas de las tormentas porque sabe que por medio de ella tú y yo
podemos crecer de gloria en gloria. Si logramos resistir y confiar cuando
vengan, saldremos transformados por el poder de Dios y podremos darle gracias
por permitir la visita de la maestra tormenta” (S. Escudero). Ojalá que seas experto en superar las
borrascas.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Mal 3, 13-20a
♥ Salmo: Sal 1, 1-4. 6
♥ Santo Evangelio: Lc 11,5-13
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si uno
de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: ‘Amigo,
préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no
tengo qué ofrecerle’, y aquél, desde dentro, le responde: ‘No me molestes; la
puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme
a dártelos’, os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al
menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite.
»Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis;
llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y
al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le
pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da
un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a
vuestros hijos... ¡Cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los
que se lo pidan!».
♥ Comentario:
Hoy, el Evangelio es una catequesis de Jesús sobre la
oración. Afirma solemnemente que el Padre siempre la escucha: «Pedid y se os
dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Lc 11,9).
A veces podemos pensar que la práctica nos muestra
que esto no siempre sucede, que no siempre “funciona” así. ¡Es que hay que rezar
con las debidas actitudes!
La primera es la constancia, la perseverancia. Hemos
de rezar sin desanimarnos nunca, aunque nos parezca que nuestra plegaria choca
con un rechazo, o que no es escuchada enseguida. Es la actitud de aquel hombre
inoportuno que a medianoche va a pedirle un favor a su amigo. Con su insistencia
recibe los panes que necesita. Dios es el amigo que escucha desde dentro a
quien es constante. Hemos de confiar en que terminará por darnos lo que
pedimos, porque además de ser amigo, es Padre.
La segunda actitud que Jesús nos enseña es la confianza
y el amor de hijos. La paternidad de Dios supera inmensamente a la humana, que
es limitada e imperfecta: «Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas
buenas a vuestros hijos... ¡Cuánto más el Padre del cielo...!» (Lc 11,13).
Tercera: hemos de pedir sobre todo el Espíritu Santo
y no sólo cosas materiales. Jesús nos anima a pedirlo, asegurándonos que lo
recibiremos: «...¡Cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los
que se lo pidan!» (Lc 11,13). Esta petición siempre es escuchada. Es tanto como
pedir la gracia de la oración, ya que el Espíritu Santo es su fuente y origen.
El beato fray Gil de Asís, compañero de san
Francisco, resume la idea de este Evangelio cuando dice: «Reza con fidelidad y
devoción, porque una gracia que Dios no te ha dado una vez, te la puede dar en
otra ocasión. De tu cuenta pon humildemente toda la mente en Dios, y Dios
pondrá en ti su gracia, según le plazca».
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Daniel Comboni
Obispo y Fundador
Nació en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el año
1831, en el seno de una familia de campesinos pobres. Desde niño, en la escuela
de Don Mazza, se despertó en él la vocación misionera. Ordenado de sacerdote en
1854, salió en la primera expedición misionera organizada por Don Mazza para
África, donde permaneció hasta 1859 en que lo destinaron a la formación de los
jóvenes africanos del colegio de Don Mazza. Entregó su vida a las misiones del
África negra e hizo proyectos que presentó a Pío IX y al Concilio Vaticano I.
En 1872 fue nombrado Vicario apostólico de África Central y en 1877 fue elevado
a la dignidad episcopal, siendo el primer obispo de África Central. Es uno de
los grandes misioneros de la historia de la Iglesia, fundador de los Misioneros
Combonianos y de las Misioneras Combonianas. Murió en Jartum (Sudán) el 10 de
octubre de 1881. Fue canonizado por Juan Pablo II el año 2003.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Palabras del Papa San
Juan XXIII
"Sólo por hoy seré
feliz,
en la certeza de que he sido
creado para la felicidad,
no sólo en el otro mundo,
sino también en éste".
Aviso de breve ausencia
“Pequeñas Semillitas” no se publicará
los
días viernes 11 y sábado 12 de octubre,
por
estudios médicos que debe realizarse
el
autor de la página (Felipe).
Agradecemos
una oración.
Poesía:
"Desolación"
Tu silencio, Señor, sabe a tormento
que prolonga los bordes de la herida.
Hay una noche-noche renegrida
donde todo es ausencia y descontento.
Vaga sin rumbo el alma y su lamento
ciega los pasos hacia la salida.
La sed es honda y honda la dolida
vaciedad sin consuelo ni alimento.
Las manos torpes pierden lo ya asido.
La memoria no atisba en el pasado
y hacia adelante todo es sin sentido.
¿Hasta cuándo, Señor, seré humillado
en esta oscuridad donde resido?
Soy hermano de Job, crucificado.
P. Osvaldo Pol S.J.
Osvaldo Pol, sacerdote jesuita, nació en Córdoba,
Argentina en 1935. Fue Licenciado en Filosofía. Durante más de 40 años se
desempeñó como profesor en la Universidad Católica de Córdoba en asignaturas de
su especialidad, especialmente Ética y Estética. Fue Director del Departamento
de Formación Teológica y Asesor Pastoral, actividad que desarrolló hasta sus
últimos días. Falleció en Setiembre de 2016.
Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas
Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la
columna lateral derecha, hay un enlace con la misma imagen que ves arriba de
este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando
allí encontrarás una selección de los mejores artículos publicados en “Pequeñas
Semillitas” que podrás leer o descargar a tu computadora.
Entre los archivos de texto (pdf) están en forma
completa los documentos papales: "Lumen
Fidei", "Evangelii Gaudium",
"Misericordiae Vultus" y
"Laudato Si". También está
el Diario de Santa Faustina, hay enlaces para ver películas con la vida de
grandes santos de la Iglesia y numerosos artículos más, de gran interés para
los lectores.
Para acceder a la Biblioteca hacer clic acá.
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Como apóstoles tenemos que aprender de Dios, que no
creó todo apresuradamente sino que se tomó su tiempo, tuvo paciencia con todas
sus criaturas, y sigue teniendo tiempo para cada uno de nosotros, ya que nos
llama siempre, pero espera pacientemente a que le abramos la puerta y nos
convirtamos.
En cambio nosotros somos muchas veces impacientes con
los hermanos, y queremos que ya mismo se conviertan, y si no lo hacen ya,
entonces nos enojamos, o dejamos de trabajar en el apostolado.
¡Qué poca paciencia tenemos con los hermanos! ¡Ni
siquiera tomamos en cuenta cuánto el Señor tuvo que esperarnos, e ir
formándonos de a poco, por medio de pruebas, caricias y reveses, para que
llegáramos a una cierta madurez espiritual en la que estamos ahora!
Dios quiere que tengamos paciencia con las almas,
como Él ha tenido y tiene paciencia con nosotros, porque por la impaciencia se
puede echar a perder una buena obra que se viene haciendo desde hace tiempo, y
en un arrebato de ira o de enojo, profiriendo una palabra hiriente, echamos por
tierra el trabajo de toda una vida.
Aprendamos de Dios a ser pacientes, y a recordar una
verdad de capital importancia que a veces olvidamos: Que si nosotros queremos
la salvación de un alma, mucho más lo quiere el Señor.
Así que trabajemos sin apresuramientos, pero también
sin pereza, haciendo todo con prontitud y ordenadamente, sabiendo esperar el
momento oportuno.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Mirian D., de 59 años de edad, argentina, residente en Barcelona,
España, con cáncer de estómago, confiando en la infinita misericordia de Dios
que habrá de disponer lo mejor para ella.
Pedimos oración para María Rosa E., de Buenos Aires, Argentina, a quien ayer extirparon
un pequeño tumor de la cara. Rogamos por su pronta y total recuperación y para
que la biopsia del material extirpado no tenga ninguna malignidad.
Pedimos oración para María del Valle M., de 78 años de edad, de la provincia de Santa
Fe, Argentina, que atraviesa por diversas patologías de difícil solución que le
hacen complicada la diaria existencia, rogando al Señor la fortalezca y le
conceda todas sus gracias, mientras la Santísima Virgen la acompaña y la
sostiene con su amor.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos.
Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por
la paz, y sigamos haciéndolo.
Cinco minutos con Jesús
Octubre 10
Si constatas que no siempre tus oraciones son
escuchadas, ¿no será porque no están hechas en comunidad, en comunión con
otros, en unión y reunión con otros? De ahí que en ciertas ocasiones, antes de
ponerse en oración, los discípulos de Jesucristo debamos ponernos en unidad
como condición previa, y eso es lo que nos cuesta.
No basta, pues, orar; es preciso disponerse a orar
bien, a orar en unidad de corazón, en unidad de sentimientos, en unidad de
espíritu, para conseguir que Jesús se ubique en medio de nosotros y así nuestra
oración, mejor dicho en este caso ya la oración de Jesús, sea escuchada
infaliblemente por el Padre de los cielos.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
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