lunes, 31 de diciembre de 2018

Pequeñas Semillitas 3869

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3869 ~ Lunes 31 de Diciembre de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

Alabado sea Jesucristo…
Al terminar este año, Señor, quiero darte las gracias por todo lo que he vivido.
Gracias por los días de sol y por los nublados tristes, por las noches tranquilas y por las noches oscuras.
Gracias por la soledad, por el trabajo, por las dificultades y por las inquietudes; gracias por todo lo que me acercó más a Ti.
Pronto iniciaremos un año y detengo mi vida ante el calendario aún sin estrenar.
Te pido fe para mirarte en todo, esperanza para no desfallecer y caridad para amarte cada día más y hacerte amar de los que me rodean.
Suplico que derrames sobre el mundo la paz y la alegría, la fortaleza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Para el año nuevo... ¡Venga a nosotros tu reino, Señor!

¡Buenos días!

Cambiar el mundo
Las grandes realizaciones han comenzado por algo simple, accesible, fácil. Para acercarse a la cumbre de una alta montaña, da el primer paso para lograr tu objetivo, y luego con paciencia y gran esperanza suma pasos en la misma dirección. Se trata de hacer realidad un bello ideal comenzando de lo concreto e inmediato. Lee ahora la experiencia de una persona.

Siendo joven yo era un revolucionario y mi oración a Dios era: —Señor, dame la energía para cambiar al mundo. Al llegar a los cuarenta y advertir que la mitad de mi vida se había ido sin que yo hubiese cambiado una sola persona, modifiqué mi oración: —Señor, dame la gracia para cambiar a todos aquellos con quienes tengo contacto, solamente mi familia y mis amigos y estaré satisfecho. Ahora, que ya soy un anciano y mis días están contados, mi única oración es: —Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo. ¡Si hubiera orado de esta forma desde el principio, no hubiese desperdiciado mi vida!

“Cambiarse a sí mismo”, es evidentemente lo más accesible y cercano para comenzar, ¿verdad? Pero también es cuestión de lealtad consigo mismo y los demás. Jesús señaló esto en los fariseos de su tiempo. No practicaban lo que aconsejaban a los otros. “Las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”. ¿Quieres cambiar el mundo? Comienza por ti.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
 
Primera Lectura: 1Jn 2, 18-21

Salmo: Sal 95, 1-2. 11-14

SANTO EVANGELIO: Jn 1,1-18
En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.

Comentario:
Hoy es el último día del año. Frecuentemente, una mezcla de sentimientos —incluso contradictorios— susurran en nuestros corazones en esta fecha. Es como si una muestra de los diferentes momentos vividos, y de aquellos que hubiésemos querido vivir, se hiciesen presentes en nuestra memoria. El Evangelio de hoy nos puede ayudar a decantarlos para poder comenzar el nuevo año con empuje.
«La Palabra era Dios (...). Todo se hizo por ella» (Jn 1,1.3). A la hora de hacer el balance del año, hay que tener presente que cada día vivido es un don recibido. Por eso, sea cual sea el aprovechamiento realizado, hoy hemos de agradecer cada minuto del año.
Pero el don de la vida no es completo. Estamos necesitados. Por eso, el Evangelio de hoy nos aporta una palabra clave: “acoger”. «Y la Palabra se hizo carne» (Jn 1,14). ¡Acoger a Dios mismo! Dios, haciéndose hombre, se pone a nuestro alcance. “Acoger” significa abrirle nuestras puertas, dejar que entre en nuestras vidas, en nuestros proyectos, en aquellos actos que llenan nuestras jornadas. ¿Hasta qué punto hemos acogido a Dios y le hemos permitido entrar en nosotros?
«La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo» (Jn 1,9). Acoger a Jesús quiere decir dejarse cuestionar por Él. Dejar que sus criterios den luz tanto a nuestros pensamientos más íntimos como a nuestra actuación social y laboral. ¡Que nuestras actuaciones se avengan con las suyas!
«La vida era la luz» (Jn 1,4). Pero la fe es algo más que unos criterios. Es nuestra vida injertada en la Vida. No es sólo esfuerzo —que también—. Es, sobre todo, don y gracia. Vida recibida en el seno de la Iglesia, sobre todo mediante los sacramentos. ¿Qué lugar tienen en mi vida cristiana?
«A todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (Jn 1,12). ¡Todo un proyecto apasionante para el año que vamos a estrenar!
Rev. D. David COMPTE i Verdaguer (Manlleu, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Silvestre
Papa
Nació y se educó en Roma. Fue el primer Papa de una Iglesia que no estuvo amenazada por las persecuciones de los primeros siglos. El año 313 los emperadores Constantino y Licinio dieron la plena libertad de culto a los cristianos. Era papa entonces Melcíades que murió el año 314, y le sucedió Silvestre. Constantino le dio para su residencia el palacio de Letrán y construyó la primera basílica de San Pedro en la colina Vaticana. El papa Silvestre levantó templos para acoger en libertad el culto de los fieles a Dios, y tuvo que orientar la vida cristiana en la nueva situación de paz. No le faltaron dificultades disciplinares y teológicas. El cisma donatista y el error arriano ocasionaron graves tribulaciones a la Iglesia durante este tiempo. El año 325 el Concilio de Nicea aclamó a Cristo Hijo de Dios, contra Arrio. Murió el 31 de diciembre del año 355 y fue sepultado en el cementerio de Priscila en la vía Salaria de Roma.
Oración: Socorre, Señor, a tu pueblo, que se acoge a la intercesión del papa san Silvestre, para que, pasando esta vida bajo tu pastoreo, pueda alcanzar en la gloria la vida que no acaba. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día

“En el momento de cerrar el año y próximos a iniciar uno nuevo,
recuerda: no somos humanos viviendo una experiencia espiritual...
sino que somos espíritus viviendo una experiencia humana... 
y todos somos uno”

Tema del día:
12 propósitos para el Año Nuevo 
Si ya hiciste una primera lista de buenas intenciones pero sabes que son papel mojado, aquí van retos alcanzables que te harán sentir mejor.

Y no te harán sentir mejor porque los vas a cumplir en una semana, sino porque en el proceso de empeñarte por sacarlos adelante podrás encontrar felicidad.

A veces soñamos con que vamos a ser perfectos, pero de una forma tan difícil y distinta a como es nuestra naturaleza humana, que es imposible que lleguemos a cumplir nuestras propias expectativas.

Tomás de Aquino decía que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Si aspiras al 10 y esperas a que los astros se coloquen de tal forma que te sean propicios, es posible que nunca lo cumplas.

Además, tanta perfección te paraliza: nunca encuentras el momento ni el lugar adecuado para cumplir el propósito perfecto. Es como cuando uno dice que se pondrá a dieta pero lo deja para cuando haga todas las comidas en casa (o sea, nunca posiblemente).

El primer propósito
1. Así que nuestro primer propósito del año va a ser: hacer propósitos realistas. No somos superman ni superwoman, lo que pretendemos es dar un paso adelante y mejorar en algunos aspectos.

Fuera esos años en que la lista de propósitos era: ir al gimnasio, hacer dieta de adelgazamiento, dejar de fumar, no tomar alcohol… en plan radical.

No hay nadie que los haya cumplido y por eso son un tópico que da risa cuando alguien habla de ellos.

Es mejor poner medidas a los propósitos. Es decir, “customizarlos”. Determinar en qué proporción me conviene plantearlos para que no los vea como algo imposible de asumir.

Vamos a por ellos y a continuación hay una lista.

El orden en que están escritos no es jerárquico. Tú eres quien deberá dar más importancia a unos que a otros.

Puedes ir por todos a la vez o puedes empezar por tres de ellos e ir incorporando cada semana uno, si lo ves más asequible.

Recuerda que en la lucha por cumplir propósitos, batallar en uno hace más fácil batallar en los demás porque uno va adquiriendo hábitos y destreza, va aprendiendo de los errores y se va animando cuando ve que las cosas salen (aunque sea en victorias diminutas).

La lista de los once siguientes
2. Reflexionar sobre el día a día para que la vida no se me vaya de las manos sin saber por qué hago las cosas.

3. Ponerme en contacto con esa persona con quien estoy enfadado y pedirle perdón.

4. Conectar con más frecuencia con la naturaleza.

5. Dedicar más tiempo a determinada persona de la familia (la que se me ha ocurrido en tres segundos).

6. Hacer un voluntariado.

7. Blindar los días de fiesta. Aparcar el trabajo y dedicarlos a la familia.

8. No quejarme por cosas sin importancia.

9. Dedicar un tiempo semanal a la lectura.

10. No acostarme sin antes haber hecho las paces en casa.

11. Cuidar el orden material: dejar cada cosa en su sitio.

12. Dedicar un tiempo semanal a mis amigos.
Fuente: Aleteia

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas
 
A veces vemos tanta maldad en el mundo, tantas situaciones de injusticia y dolor, que querríamos hacer algo, nos parece que debemos hacer algo, pero no sabemos qué hacer, porque quizás no tenemos medios para hacer algo eficaz. Sin embargo, hay un sistema muy  sencillo y un medio eficacísimo para hacer triunfar el bien en el mundo: la oración.
La oración está al alcance de todos y es el método por excelencia que debemos utilizar para que triunfe el bien y la verdad en el mundo, en nuestras familias y en todas partes.
Así que no tenemos excusa para quedarnos de brazos cruzados, mirando solamente, sin hacer nada al respecto, porque con la oración hacemos mucho, muchísimo, especialmente con el rezo del Santo Rosario, que la Virgen pide en todas partes y con lo que obtendrá su mayor victoria sobre el mal.
Cada vez que veamos una situación dolorosa, de injusticia, de maldad, algo que nos duela o nos mortifique, tomemos el Rosario en nuestras manos y comencemos a rezarlo. Estaremos haciendo mucho por la solución de ese problema, y también por el triunfo del bien en todas partes.
La solución del mundo no pasa por las reuniones de los “grandes” de la tierra, ni por tal o cual sistema de gobierno, sino por la oración, ya que con nuestra oración confiada y constante haremos intervenir a Dios en nuestra historia y el triunfo será de Dios y de su Madre, y nosotros triunfaremos con Ellos.

Pedidos de oración
 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Cinco minutos del Espíritu Santo
 
Diciembre 31
Al terminar el año es bueno dejarlo todo en la presencia de Dios, decirle que queremos que todo lo bueno que hemos vivido sea para su gloria, y pedirle al Espíritu Santo que purifique todo lo que no ha sido santo, bello y bueno.
En un año el Espíritu Santo ha hecho muchas cosas en nuestra vida, ha trabajado secretamente en nuestro interior y nos ha enseñado secretos de sabiduría. De nuestras angustias, fracasos, errores y sufrimientos, también ha sacado cosas buenas, aunque nosotros no alcancemos a descubrirlas.
Demos gracias al dulce huésped del alma, por su presencia discreta y constante, por su tierna paciencia con nosotros, y sobre todo por su infinito amor, que puede darle sentido a todo lo que hemos vivido.
Y para poder comenzar mañana un año mejor, invoquémoslo con toda el alma: "¡Ven Espíritu Santo!".
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.