PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3438 ~ Sábado 2 de Setiembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado
Jesús, quiero que mi relación contigo sea más intensa cada día. Te alabo desde
lo profundo de mi corazón porque has decidido quedarte con nosotros y
acompañarnos hasta el fin de los tiempos. Has decidido alimentarnos con tu
propio cuerpo a través de la Eucaristía y aunque nuestros engañosos sentidos
humanos solo vean un trozo de pan, allí estás Tú, esperando que nos hagamos uno
contigo a través de este hermoso Sacramento que Tú mismo instituiste. Ayúdame a
entender que para seguirte y comprender tu misterio de amor, debo amar y servir
a mis hermanos, porque si Tú, que siendo el Rey de reyes, lavaste los pies a
tus discípulos, yo debo hacer lo mismo con cada de uno de mis hermanos,
escucharlos, atenderlos, limpiar sus heridas y sobre todo, intentar acercarlos
a tu amor. Con el ejemplo que me has dado me enseñas a vivir en el amor y a
salir de ese camino egoísta que la sociedad hoy propone: "superación sin
importar a quien dejo atrás en el camino". Dame, Señor mío, conciencia
para crecer y ser cada día mejor, que tu alimento divino sea la fuente que me
impulse y me proyecte a hacerlo todo bien. De antemano te doy gracias por todas
las bendiciones que hoy me darás. Te amo, confío en tu poder transformante que
consuela y renueva el espíritu victorioso en cada uno de nosotros. Amén.
¡Buenos días!
Corazón compasivo
Entre
los valores que Jesús resaltó en el sermón de la montaña, está la misericordia.
El Reino de Dios está constituido por personas que eligen ser compasivos en
lugar de severos jueces de los demás. No se trata de condescender con el
pecado, la injusticia y la mentira, sino de orar por los que están en el error
y la culpa, para que se arrepientan y vuelvan a Dios.
El abad Isaac fue un día a un monasterio; vio pecar a
un hermano y lo condenó. Cuando volvió al desierto, un ángel del Señor se
detuvo ante la puerta de su celda y le dijo: "¡No te dejo entrar!".
“¿Por qué?", dijo el abad. El ángel le respondió: "Dios me ha enviado
a preguntarte: "¿A dónde ordenas que eche al hermano caído al que tú has
juzgado?". Inmediatamente Isaac se postró y dijo: "¡He pecado,
perdóname!". Le dijo el ángel: "Dios te ha perdonado; pero, de ahora
en adelante, abstente de juzgar a alguien antes de que lo haya hecho
Dios".
Las
debilidades de los otros deberían ser una llamada a la vigilancia pidiendo
ayuda a Dios para no caer nosotros en iguales o semejantes faltas. La humildad
que surge del conocimiento de uno mismo es la base de todas las virtudes,
especialmente de la caridad. Conocerse a uno mismo es difícil, pero es muy
fácil criticar a los demás. Jesús te dice hoy: “No juzgues y no serás juzgado”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Un hombre, al ausentarse, llamó a
sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y
a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. Enseguida, el que
había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco.
Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio, el que había
recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor.
»Al
cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con
ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco,
diciendo: ‘Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he
ganado’. Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido
fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor’.
Llegándose también el de los dos talentos dijo: ‘Señor, dos talentos me
entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado’. Su señor le dijo: ‘¡Bien,
siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor’.
»Llegándose
también el que había recibido un talento dijo: ‘Señor, sé que eres un hombre
duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me
dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es
tuyo’. Mas su señor le respondió: ‘Siervo malo y perezoso, sabías que yo
cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber
entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío
con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los
diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que
no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las
tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes’». (Mt 25,14-30)
Comentario:
Hoy
contemplamos la parábola de los talentos. En Jesús apreciamos como un momento
de cambio de estilo en su mensaje: el anuncio del Reino ya no se limita tanto a
señalar su proximidad como a describir su contenido mediante narraciones: ¡es
la hora de las parábolas!
Un
gran hombre decide emprender un largo viaje, y confía todo el patrimonio a sus
siervos. Pudo haberlo distribuido por partes iguales, pero no lo hizo así. Dio
a cada uno según su capacidad (cinco, dos y un talentos). Con aquel dinero pudo
cada criado capitalizar el inicio de un buen negocio. Los dos primeros se
lanzaron a la administración de sus depósitos, pero el tercero —por miedo o por
pereza— prefirió guardarlo eludiendo toda inversión: se encerró en la comodidad
de su propia pobreza.
El
señor regresó y... exigió la rendición de cuentas (cf. Mt 25,19). Premió la
valentía de los dos primeros, que duplicaron el depósito confiado. El trato con
el criado “prudente” fue muy distinto.
El
mensaje de la parábola sigue teniendo una gran actualidad. La separación
progresiva entre la Iglesia y los Estados no es mala, todo lo contrario. Sin
embargo, esta mentalidad global y progresiva esconde un efecto secundario,
peligroso para los cristianos: ser la imagen viva de aquel tercer criado a
quien el amo (figura bíblica de Dios Padre) reprochó con gran severidad. Sin
malicia, por pura comodidad o miedo, corremos el peligro de esconder y reducir
nuestra fe cristiana al entorno privado de familia y amigos íntimos. El
Evangelio no puede quedar en una lectura y estéril contemplación. Hemos de
administrar con valentía y riesgo nuestra vocación cristiana en el propio
ambiente social y profesional proclamando la figura de Cristo con las palabras
y el testimonio.
Comenta
san Agustín: «Quienes predicamos la palabra de Dios a los pueblos no estamos
tan alejados de la condición humana y de la reflexión apoyada en la fe que no
advirtamos nuestros peligros. Pero nos consuela el que, donde está nuestro
peligro por causa del ministerio, allí tenemos la ayuda de vuestras oraciones».
Rev. D. Albert SOLS i Lúcia (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Salomón Leclerc
Mártir Lasallista
San
Salomón Leclercq, nacido como Guillaume Nicolas Louis Leclercq
(Boulogne-sur-Mer, 14 de noviembre de 1745 - París, 2 de septiembre de 1792),
fue el hijo de un comerciante de la parte baja de la ciudad, la cual estaba
animada por la actividad portuaria. A diferencia de sus
cuatro hermanos, Nicolás acudió a la escuela comercial que los Hermanos de las
Escuelas Cristianas dirigían en la ciudad. Esta circunstancia, unida a la
educación cristiana que recibía en su familia, preparó
el terreno para su futura vocación.
Los
planes de su padre se orientaban a preparar a su hijo para sucederle en su
trabajo. De hecho, apenas Nicolás terminó los cursos escolares, lo puso a
trabajar con un comerciante de las cercanías de Boulogne y posteriormente lo
envió a París con otro comerciante amigo suyo. El ambiente en que se movía,
sobre todo en París, no era del agrado de Nicolás.
El
25 de marzo de 1767 entró en el noviciado de Saint-Yon en Rouen. Emitió sus
votos en 1769 y en septiembre de 1770 fue enviado a enseñar en Maréville. Hizo su
profesión perpetua en 1772.
Murió
ejecutado por revolucionarios franceses en 1792 después de negarse a renunciar
a su fe.
Palabras del Santo Padre Pío
“En
tus diarias infidelidades, humíllate, humíllate siempre.
Cuando
el Señor te vea humillado hasta el suelo, te tenderá su mano.
Él
mismo pensará en atraerte hacia Él.
Has
construido mal; destruye y reconstruye bien”
Tema del día:
Optimismo frente al mal
1) Para saber
En
su catequesis en la Audiencia General, el Papa Francisco animó a no dejarse
arrastrar por tristeza y por la nostalgia. En cambio, miremos con esperanza
cristiana hacia la vida futura prometida por Jesús.
Algunos
piensan que la felicidad es algo pasado, y que después solo viene una lenta
decadencia. Otros creen que la alegría es solo algo pasajero, pero luego viene
el ‘sin sentido’. Pero el Papa nos anima a no caer en ese pesimismo. Creemos
que en el horizonte del hombre hay un sol que ilumina para siempre. Creemos que
nuestros días más bellos aún están por venir.
El
Pontífice nos invita a preguntarnos si somos personas de primavera o de otoño.
La primavera espera las flores, los frutos, el sol, que es Jesús; en cambio, el
otoño es andar con la mirada baja, amarillenta…, ir con la cara de ‘pimiento en
vinagre’.
2) Para pensar
Nuestra
fe nos lleva a ser gente más de primavera que de otoño. A saber contemplar los
brotes de un nuevo mundo, en lugar de las hojas amarillentas de las ramas.
Nosotros no lloramos con nostalgia, arrepentimiento y lamentaciones: sabemos
que Dios quiere que heredemos una promesa y que cultivemos sueños de forma
incansable, y por ello cabe el optimismo y la alegría a pesar de dolores.
Quienes
conocieron a Santa Teresita del Niño Jesús, dicen que siempre estaba risueña y de buen humor. Un
día le preguntaron cuál era su secreto. Ella contestó: “Es que las cosas
suceden siempre como yo deseo”.
Entonces
le replicaron, “Pero es imposible; eso no puede ser. No puede ser que todo
salga siempre como tú quieras”.
Pero
Santa Teresita les aclaró: “Sí es posible. Es que yo quiero siempre lo que Dios
quiere, y acepto en cada instante lo que Él permite que suceda, porque sé que
todo lo permite para nuestro mayor bien. Y así, nunca sucede nada que yo no quiera,
porque solamente ocurre lo que mi amadísimo Padre celestial permite que
suceda”.
Muchos
malestares vienen por faltarnos esa docilidad y visión sobrenatural al querer
de Dios.
3) Para vivir
El
Papa Francisco subrayó que “creemos y sabemos que la muerte y el odio no son la
última palabra pronunciada sobre la vida humana. Ser cristianos implica una
nueva perspectiva: una mirada llena de esperanza".
No
se trata de cerrar los ojos ante las injusticias y angustias del mundo, pero el
Reino de Dios está creciendo como un gran campo de grano, a pesar de que haya
malas hierbas. Al final, el mal será eliminado. Hay que recordar que “hay un
Padre que llora lágrimas de infinita piedad por sus hijos. Un Padre que nos
espera para consolarnos, porque conoce nuestros sufrimientos y ha preparado
para nosotros un futuro diferente. Esta es la gran visión de la esperanza
cristiana… Dios nos ha creado porque nos quiere felices”.
Por
ello, recordó que “no es cristiano caminar con la mirada baja, sin alzar los
ojos en el horizonte, como si nuestro camino se hubiera acabado aquí”.
Jesucristo
es la gracia más grande de la vida, que ya ahora nos acompaña y nos consuela en
el camino. Y será bello descubrir al final que nada se ha perdido, ninguna
sonrisa, ninguna lágrima”, todo tuvo su valor y su sentido.
© Pbro. José Martínez Colín
Humor de sábados
Un
hombre acude a su parroquia y le dice al cura:
—
“Padre, venía a ver si me bautizaba usted al perro.”
—“¿Pero
qué dice? ¡Los perros no se bautizan!, se pueden bendecir el día de San
Francisco de Asís, pero nada más, si usted quiere.”
—
“No, no, padre. Yo quiero que lo bautice por favor.”
—
“¿Acaso usted no entiende? ¡Le digo a usted que no!”
—
“Padre, es que el perro es como de la familia. Además, si lo bautiza usted le
dejaremos a la parroquia una donación de 25.000 dólares.”
—
“Bueno, la verdad es que... si me lo trae ahora..., pero rápido, quizás podemos
arreglar algo…” Y así el sacerdote terminó bautizando al perro.
A
los dos meses viene el obispo de visita y se fija en el nuevo órgano musical,
en el nuevo retablo, en los nuevos bancos, la pintura, el confesionario de
caoba, las nuevas figuras de los santos, el cristo tallado inmaculadamente y le
dice al párroco:
—
“Pero... ¿no me habías dicho que la economía de la parroquia no iba bien?”
—
“Si... Señor Obispo,” respondió el sacerdote con lágrimas en los ojos, “es
que... ¡no se lo puedo ocultar!, un hombre pago a la parroquia porque le
bautizara a su perro y acepté.”
—
“Pero... ¡Tú! ¿Qué has hecho insensato? ¿Un sacramento a un animal? eso va
contra los preceptos de la Iglesia, eres un mal sacerdote, y lo peor de todo,
es que eres un corrupto…”
—
“¿Por cuánto se lo bautizaste?” preguntó el obispo.
—
“Por 25.000 dólares señor obispo.”
—
“¿25.000 dólares?” preguntó el obispo con voz más tranquila, “Y... ¿no te dijo
nada de cuando haría la primera comunión?”
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del Evangelio.
Meditaciones
Cuando
yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le
preguntaba qué estaba haciendo. Ella me respondía que estaba bordando. Siendo
yo pequeño, observaba el trabajo de mi mamá desde abajo, por eso siempre me
quejaba diciéndole que solo veía hilos feos. Ella se sonreía, miraba hacia
abajo y gentilmente me decía: —Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya
terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde arriba. Me preguntaba por qué ella usaba algunos
hilos de colores oscuros y porqué me parecían tan desordenados desde donde yo
estaba. Más tarde escuchaba la voz de
mamá diciéndome:
—Hijo,
ven y siéntate en mi regazo. Yo lo hacía
de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver una hermosa flor o un bello
atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo solo veía hilos
enredados. Entonces mi mamá me decía: —Hijo mío, desde abajo se veía confuso y
desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba. Yo tenía un
hermoso diseño. Ahora míralo desde mi posición, qué bello.
Muchas
veces he mirado al Cielo y he dicho: —Padre, ¿qué estás haciendo? Él responde: —Estoy bordando tu vida.
Entonces yo le replico: —Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos
parecen tan oscuros, ¿por qué no son más brillantes? El Padre parecía decirme:
—Mi niño, ocúpate de tu trabajo confiando en mí
y un día aquí, sobre mi regazo, verás el plan desde mi posición y
entenderás...
Que
el Señor acreciente tu fe y confianza filial.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para nuestra lectora Idania E.,
de Cuba, que se encuentra en reposo en su domicilio con cinco pruebas alteradas
en su hepatograma, lo cual la tiene muy deprimida. También rezamos por su mamá,
que está en cama hace muchos meses. Invocamos a la Santísima Virgen María para
que sea mediadora ante Jesús por estas dos mujeres, y les infunda mucho ánimo
para superar el momento que les toca vivir.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Setiembre 2
Ruega
a María antes de comenzar toda empresa, antes de realizar cualquier acción
apostólica.
Ruégale
que asegure el fruto de tu acción; no has hecho más que sembrar; si Dios no
envía la lluvia y el sol, tu semilla quedará estéril.
Ruégale
que repare tus errores y torpezas, que cambie tus desaciertos en gracias.
Virgen María, por ti la bendición del Padre ha
brillado sobre los hombres. Haz de mí un auténtico testigo de Cristo.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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