PEQUEÑAS SEMILLITAS
Número 0052 ~ Sábado 21 de Abril de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Hola !!!
Una parte importante de la mayor fuerza del universo se encuentra dentro de tí, en tu ser interior. Tú puedes lograr todo aquello que te propongas con verdadera fuerza, con profundo deseo, con intensidad y con entusiasmo. La historia está llena de personajes que, con el mismo potencial que tú tienes, han logrado grandes realizaciones: Ghandi, la madre Teresa de Calcuta, Simón Bolívar, Napoleón, Alejandro Magno y miles de seres anónimos que se han superado a sí mismos y han sido felices y realizados.
Tú también puedes… si te lo propone con todas las fuerzas de tu ser.
Evangelio de hoy
Al atardecer, los discípulos de Jesús bajaron a la orilla del mar, y subiendo a una barca, se dirigían al otro lado del mar, a Cafarnaúm. Había ya oscurecido, y Jesús todavía no había venido donde ellos; soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse. Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo. Pero Él les dijo: «Soy yo. No temáis». Quisieron recogerle en la barca, pero en seguida la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían.
(Juan 6, 16-21)
Comentario
Hoy, Jesús nos desconcierta. Estábamos acostumbrados a un Redentor que, presto para atender todo tipo de indigencia humana, no dudaba en recorrer a su poder divino. De hecho, la acción transcurre justo después de la multiplicación de los panes y peces a favor de la multitud hambrienta. Ahora, en cambio, nos desconcierta un milagro —el hecho de andar sobre las aguas— que parece, a primera vista, una acción de cara a la galería. ¡Pero no!, Jesús ya había descartado el uso de su poder divino para buscar el lucimiento o el provecho personal cuando al inicio de su misión rechazó las tentaciones del Maligno.
Al andar sobre las aguas, Jesucristo está mostrando su señorío sobre las cosas creadas. Pero también podemos ver una escenificación de su dominio sobre el Maligno, representado por un mar embravecido en la oscuridad.
«No temáis» (Jn 6,20), les decía Jesús en aquella ocasión. «Confiad, yo he vencido al mundo» (Jn 16,33), les dirá después en el Cenáculo. Finalmente, es Jesús quien dice a las mujeres en la mañana de Pascua, después de levantarse del sepulcro: «No tengáis miedo». Nosotros, por el testimonio de los Apóstoles, sabemos de su victoria sobre los enemigos del hombre, el pecado y la muerte. Por esto, hoy, sus palabras resuenan en nuestro corazón con una fuerza especial, porque son las palabras de Alguien que está vivo.
Las mismas palabras que Jesús dirigía a Pedro y a los Apóstoles las repetía Juan Pablo II, sucesor de Pedro, al inicio de su pontificado: «No tengáis miedo». Era una llamada a abrir el corazón, la propia existencia al Redentor para que con Él no temamos ante los embates de los enemigos de Cristo.
Ante la personal fragilidad para llevar a buen puerto las misiones que el Señor nos pide (una vocación, un proyecto apostólico, un servicio...), nos consuela saber que María también —criatura como nosotros— oyó las mismas palabras de parte del ángel antes de afrontar la misión que el Señor le tenía encomendada. Aprendamos de ella a acoger la invitación de Jesús cada día, en cada circunstancia.
Rev. D. Vicenç Guinot i Gómez (Lavern-Barcelona, España)
Santoral y Efemérides
Un cordial saludo para los amigos que llevan su nombre.
Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:
1519 - El conquistador Hernán Cortés funda la ciudad de Veracruz, en México.
1792 - Muere Joaquim José da Silva Xavier, "Tiradentes", héroe nacional y patriota brasileño.
1836 - Batalla de San Jacinto: Texas se independiza definitivamente de México.
1853 - El gobernador Guzmán ordena la fundación Villa Dolores, en la provincia de Córdoba, Argentina.
1905 - La Asamblea de Creta proclama su anexión a Grecia.
1910 - Muere en Nueva York el escritor y humorista estadounidense Mark Twain.
1915 - Nace en Chihuahua, México, el actor Anthony Quinn.
1926 - Nace la Reina Elizabeth II, de Inglaterra.
1960 - Se inaugura la ciudad de Brasilia, que pasa a ser la nueva capital del Brasil.
1971 - Jean Claude Duvalier asume el poder en Haití, luego de la muerte de su padre.
1984 - Muere Manuel "Manucho" Mujica Lainez, periodista y literato argentino.
1990 - Juan Pablo II inicia su primera visita a Europa del Este, con excepción de la realizada a Polonia, su país natal.
1996 - Una coalición de centroizquierda gana las elecciones generales en Italia.
2004 - El juez Jorge Urso ordena la captura internacional de Carlos Menem ex-presidente de Argentina.
Para pensar...
"La libertad alimentará la paz y la hará fructificar cuando, en la elección de los medios para alcanzarla, los individuos se guíen por la razón y asuman con valentía la responsabilidad de las propias acciones".
Juan Pablo II
Carta a mi médico
Querido doctor Biot:
Cuando era niño, me gustaba, como a todos los niños, estar enfermo. Fue entonces cuando, por primera vez, oí pronunciar aquella palabra que tantas veces encontraría en mi vida como signo de gran dignidad: la palabra «doctor».
Tanto para mí como para los otros niños, el doctor era el ser mágico por excelencia: el ser que adivina, alivia y conforta; y, para uno de mi edad, aquel que se hallaba cerca del abuelo o de la abuela en el momento del último respiro.
En aquel tiempo pensaba que el doctor, estando presente tanto en el inicio como en el final de la vida, era el hombre que conocía todos los secretos de la vida y de la muerte. Y a la edad de diez años, ya ambicioso, mi sueño era el de convertirme un día en médico yo también.
¡Cómo me falta, querido doctor! Durante tres años -hasta la muerte-, usted me ha cuidado y sanado. Y desde entonces no he podido encontrar un médico semejante a usted.
Lo que me acercó a usted -al punto de haberse convertido en mi amigo- es el hecho de que, además de médico, era usted un verdadero filósofo. Abrigaba la idea contraria a la del famoso Doctor Knock, de Jules Romains, a quien había ido a aplaudir al teatro, según la cual todo hombre sano es un enfermo que no sabe que lo es. Usted me ha enseñado, por el contrario, que todo hombre que se lamenta de sus sufrimientos es un hombre sano que ignora serlo. Esta era, por otra parte, la teoría de Hipócrates y la de los grandes médicos chinos. Por lo tanto, su convicción era la de que el médico es aquel que impide que uno se enferme y al que ya no es necesario consultar -ni pagar- cuando se ha caído en cama. El médico debe enseñarnos la higiene, es decir, el arte de no enfermarse.
Querido doctor Biot, usted enseña la sabiduría de la que es necesario dar prueba para no estar nunca enfermo. Esta era su medicina y ésta, también, su filosofía.
Otra de sus ideas era que el cansancio no proviene de aquello que se hace. Lo que se hace, si se realiza a fondo, con pasión y con toda el alma, no cansa nunca. Lo que cansa es el pensamiento de lo que no se hace.
Es usted, doctor, quien me enseñó que yo estaba hecho para el surmenage. Era, y lo soy aún, un gran nervioso. No sé hacer nada. «Sobre todo -insistía usted cuando lo llamaba a casa- «no debe fatigarse: se enfermaría». Después daba usted su consejo médico: «Cuando repose, repose a fondo; cuando se distraiga, distráigase a fondo, y cuando coma o beba, hágalo a fondo igualmente».
Solía decirme que el gran secreto de la felicidad, el arte supremo de la vida, era practicar eso que los místicos llaman «abandono». Bergson me dio un consejo similar cuando me dijo un día: «De ahora en adelante he decidido hacer sin fatiga lo que en otro tiempo hacía con ella». Era la regla de Santa Teresa del Niño Jesús y la de todos los grandes místicos. De este modo, para estar bien, usted prescribía simplemente suprimir la fatiga.
Me citaba a menudo estas palabras de Goethe: «Sufro por lo que no sucederá y tengo miedo de perder lo que no he perdido».
Usted fue un precursor. Había entendido -medio siglo antes que los demás- que la era en la que entrábamos sería una era en la que los problemas de salud y de equilibrio entre el alma y el cuerpo serían los principales problemas. Antes que los otros intuyó que ninguna acción era buena si no encarnaba un pensamiento, que todo pensamiento implicaba una ética y que toda ética implicaba a su vez una filosofía superior o una religión.
Su cualidad principal era la de estar disponible a cualquier hora del día. Era devoto, gentil, jovial. Ponía en todo esa mezcla de ironía y amor llamada humorismo. Contra lo que podría creerse, el humorismo no está muy lejos del amor: el humorismo es el amor oculto bajo el velo de la ironía.
Al término de su visita, usted escribía sobre un papel finísimo la receta: «Ninguna cura porque no hay nada que curar». Un día, en la parte inferior de la hoja, escribió: «Oportuno el uso del bastón». Desde entonces el bastón no me ha abandonado nunca. Estaba usted en lo cierto: el bastón es como un gentil compañero, mudo y dulce, que me une al suelo.
Hoy, dado que el número de mis años se acerca al siglo, me pregunto a veces cuáles son los consejos que me daría para ayudarme a envejecer como se debe.
Entonces vienen a mi mente dos consideraciones suyas:
«Envejecer significa tener todas las edades».
Y ésta otra:
«Envejecer significa ver a Dios más de cerca».
Doctor, usted tiene razón.
Jean Guitton.
Jean Marie Pierre Guitton (1901-99) Filósofo francés, nació en Saint Étienne y murió en París. Estudió en la École Normale Supérieure y fue profesor en Troyes, Moulins, Lyon y en las universidades de Montpellier, Dijon y París (1955-68). En 1962 fue el único laico invitado a tomar parte en la segunda sesión del Concilio Vaticano II. Publicó, entre otras obras, La philosophie de Newman (1933), Jésus (1957), La vocation de Bergson (1960), Le sens de la durée (1984), Le Nouveau Testament (1987), Portraits et circonstances (1989) y Chaque jour que Dieu fait (1996).
Recibido de Melissa.
Consignas
Dicen los chinos un proverbio: "Me juzgaba desgraciado por falta de zapatos, hasta que ví un hombre que no tenía pies". Tú te quejas de muchas cosas... ¿Por qué no agradeces más bien las que tienes? Sería más justo.
Historias : Nosotros y la comunidad
Un individuo que no sabía cómo hacer para sentirse dentro de una comunidad en la cual le costaba ver el amor entre los hermanos, porque veía las características particulares de cada uno, y eran muy distintos como para ser los unos para los otros, se sentó a orar pidiéndole al Señor que le mostrara la forma de amar a su comunidad.
Luego de un tiempo y en el anhelo de recibir la respuesta del Señor, se encontró con un hombre que miraba un grupo de piedras de diferentes tipos, unas de cemento, otras de rubí, otras de plata, otras de arcilla, todas muy distintas entre sí; y el hombre le preguntó,
- “¿Qué ve Ud. amigo mío?”.
- “Un grupo de piedras” – respondió él.
- Y... ¿qué aprecia en ellas?.
- “Veo que hay unas muy bonitas que hay que cuidar, otras que hay que limpiar y otras que yo tiraría”;
Y el hombre le respondió:
- “ Muy buena apreciación particular de lo que tengo, venga mañana y le mostraré lo que yo veo”.
Al día siguiente regresa el individuo y se encuentra un hermoso mural de Cristo resucitado realizado con todas las piedras que él había clasificado según su parecer y el hombre que realizó el mural le dijo:
- “Yo veía este gran mural y entraba en una profunda reflexión de cuales eran las piedras que usaría y decidí iniciarlo sin sacar ninguna y cuando lo terminé, me di cuenta que necesitaba cada una de ellas y que ahora, si quito alguna de las piedras, el mural estaría incompleto”.
“Esto me iluminó dos cosas: Una, que el valor particular de cada una de ellas según mi parecer, no es el mismo valor que le da Dios a ellas; y en segundo lugar, si yo fuera una de estas piedras que forman el cuerpo de Cristo, para que yo me vea bien en este mural, sólo tendría que quedarme en el sitio que me corresponde, por que de lo contrario, no sería la figura exacta de lo que el autor quería.”
El individuo se marchó con una nueva enseñanza y con una nueva forma de orar: “Señor, muéstrame cuál es mi misión y sobre todo, enséñame a amarte en cada uno de mis hermanos”.
Recibido de Mary de Baldovino
Humor... feo
- Yo era tan feo que, cuando nací, el médico preguntó dónde estaba la cámara oculta.
- Era tan feo que, cuando nací, el doctor me tiró al aire y dijo: "si vuela es murciélago", y luego me tiró en el agua y dijo: "si nada, es cocodrilo".
- Era tan feo que, cuando nací, el doctor me dio la cachetada en la cara. Luego fue a la sala de espera y le dijo a mi padre : "Hicimos lo que pudimos... pero nació vivo", y en lugar de felicitar a mi papá, lo golpeó.
- Era tan feo, que cuando nací me metieron en una incubadora... con vidrios polarizados.
- Era tan feo, que cuando nací no lloré yo ¡lloró el doctor, mi papá y mi mamá!
- Era tan feo que la primera vez que fuí de campamento los coyotes prendieron fogatas para que no me acercara.
- Nací tan feo que cuando era niño, por las noches, mi "angelito de la guarda" dormía en la habitación de al lado.
- Era tan feo que mi padre llevaba en su billetera la foto del niño que venía cuando la compró.
- Una vez me perdí, y le pregunté al policía si creía que íbamos a encontrar a mis padres; me contestó: "No lo sé; hay un montón de lugares donde se pudieron haber escondido".
- Era tan feo, que me dolía la cara. Cuando fui al zoológico los monos me tiraban galletitas.
- Era tan feo que los ratones me comieron el documento y dejaron la foto.
- Tuve que trabajar desde chico. Trabajé en una veterinaria y la gente no paraba de preguntarme cuánto costaba yo. Un día llamó una chica a mi casa diciéndome: "Ven a mi casa que no hay nadie". Cuando llegué no había nadie.
- Era tan feo que el psiquiatra me hacía acostar boca abajo.
- Era tan feo, pero tan feo, que cuando mandé mi foto por e-mail, el antivirus la detectó.
- Era tan feo que me echaban del tren fantasma porque "asustaba demasiado".
- Era tan feo que cuando me miraba en el espejo, el reflejo se tapaba los ojos !!
- Era tan feo que tiré un boomerang y éste no regresó nunca más.
- Era tan feo que cuando iba al banco, apagaban las cámaras de seguridad.
- Era tan feo que cuando fui a la casa de los espantos... regresé con una solicitud de empleo.
- Sí, amigos, yo era tan feo, tan feo, que una vez me atropelló un auto... y quedé mejor. Y ahora soy, apenas... feo.
Recibido de Pili Torres
Meditación breve
"¿Qué tiempo cree usted que vamos a tener hoy?". Le preguntó un individuo a un pastor en el campo.
"El tiempo que yo quiero" -respondió el pastor.
"¿Y cómo sabe usted que va a hacer el tiempo que quiere?"
"Verá usted, señor: cuando descubrí que no siempre puedo tener lo que quiero, aprendí a querer siempre lo que tengo. Por eso estoy seguro de que va a hacer el tiempo que yo quiero."
La felicidad y la desdicha dependen de cómo afrontemos los acontecimientos, no de la naturaleza de los acontecimientos en sí.
Anthony de Mello
El rincón de los lectores
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# Patricia Ortiz - Colombia - 20-Abril-2007 clapatri13@yahoo.com
Este correo te lo escribo Felipe de agradecimiento no se que me pasa a veces y leo la semilla que tu nos regalas que hace que me levante el ánimo y en especial me ha pasado con mis amigos y los cinco minutos de Dios esta esa palabra que me indica la respuesta que estaba buscando, no se pero es algo mágico que cuando lo leo cambia instantaneamente mi estado de ánimo.
Muchas gracias y que Dios y la Santísima Virgen te acompañen siempre en este camino que solo es Don de Dios y de su Hijo Jesucristo que por su Resurrección nos mantiene vivos.
# Nenohka Lampert - Venezuela - 20-Abril-2007 nenolou@yahoo.es
Doy gracias a Dios por este espacio, adecuado para la reflexión y el recogimiento. Les agradeceria oraciones por Venezuela mi patria que atravieza grandes conflictos y esta perdiendo su paz. Gracias.
Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro
Triste cosa es morir, sin haber sabido vivir; triste cosa es vivir, sin llegar a aprender a morir.
Ambas cosas se relacionan tanto entre sí, que es imposible separarlas; has de vivir sabiendo que vas a morir; has de llegar a morir con la alegría de haber sabido vivir.
Vive de veras el que no centra en el momento presente lo que hace sino que ha aprendido a darle un sentido de proyección hacia más adelante: el que quiere ser cada día un poco mejor, el que se esfuerza por ir mejorando las condiciones de su hogar, el que anhela un mundo mejor, unas relaciones más humanas y más cristianas entre los hombres.
El momento arrastra los lastres del pasado y se proyecta hacia el porvenir...
Mira qué importante es hacer bien lo que estás haciendo en este momento, pues tendrá proyección en el porvenir. Esto es lo que se llama "vivir en prospectiva"
Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-
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