martes, 13 de febrero de 2024

Pequeñas Semillitas 5550

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5550 ~ Martes 13 de Febrero de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Podemos pensar que San Juan Pablo II poseía una percepción extraordinaria de lo sobrenatural. Un día mientras hablaba sobre las apariciones marianas, un miembro de su entorno le preguntó si alguna vez había visto a la Virgen. La respuesta del Papa fue clara: “No, nunca la he visto, pero la oigo”.
Así lo contará el Cardenal Deskur (Polonia): Karol Wojtyla, en el momento de su nominación como arzobispo de Cracovia, encuentra el seminario diocesano casi vacío y decide hacer un voto a la Virgen. “Haré muchos peregrinajes a pie a tus santuarios, pequeños y grandes, cercanos y lejanos, de acuerdo al número de vocaciones que tú me des cada año”. El seminario comienza repentinamente a llenarse y tiene casi quinientos alumnos cuando el arzobispo deja Cracovia para ir a la Cátedra de Pedro.
“Mi manera de concebir la devoción a la Madre de Dios se transformó. Si antes estaba convencido que María nos conduce a Cristo, actualmente comienzo a comprender que Cristo también nos conduce a su Madre”.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Sant 1, 12-18
 
Salmo: Sal 93, 12-13a 14-15. 18-19
 
Santo Evangelio: Mc 8,14-21
En aquel tiempo, los discípulos se habían olvidado de tomar panes, y no llevaban consigo en la barca más que un pan. Jesús les hacía esta advertencia: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes». Ellos hablaban entre sí que no tenían panes. Dándose cuenta, les dice: «¿Por qué estáis hablando de que no tenéis panes? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Es que tenéis la mente embotada? ¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? ¿No os acordáis de cuando partí los cinco panes para los cinco mil? ¿Cuántos canastos llenos de trozos recogisteis?». «Doce», le dicen. «Y cuando partí los siete entre los cuatro mil, ¿cuántas espuertas llenas de trozos recogisteis?» Le dicen: «Siete». Y continuó: «¿Aún no entendéis?».
 
Comentario:
Hoy —una vez más— vemos la sagacidad del Señor Jesús. Su actuar es sorprendente, ya que se sale del común de la gente, es original. Él viene de realizar unos milagros y se está trasladando a otro sector en donde la Gracia de Dios también debe llegar. En ese contexto de milagros, ante un nuevo grupo de personas que lo espera, es cuando les advierte: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes» (Mc 8,15), pues ellos —los fariseos y los de Herodes— no quieren que la Gracia de Dios sea conocida, y más bien se la pasan cundiendo al mundo de mala levadura, sembrando cizaña.
La fe no depende de las obras, pues «una fe que nosotros mismos podemos determinar, no es en absoluto una fe» (Benedicto XVI). Al contrario, son las obras las que dependen de la fe. Tener una verdadera y autentica fe implica una fe activa, dinámica; no una fe condicionada y que sólo se queda en lo externo, en las apariencias, que se va por las ramas… La nuestra debe ser una fe real. Hay que ver con los ojos de Dios y no con los del hombre pecador: «¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Es que tenéis la mente embotada?» (Mc 8,17).
El reino de Dios se expande en el mundo como cuando se coloca una medida de levadura en la masa; ella crece sin que se sepa cómo. Así debe ser la auténtica fe, que crece en el amor de Dios. Por tanto, que nada ni nadie nos distraiga del verdadero encuentro con el Señor y su mensaje salvador. El Señor no pierde ocasión para enseñar y eso lo sigue haciendo hoy día: «Nos hemos de liberar de la falsa idea de que la fe ya no tiene nada que decir a los hombres de hoy» (Benedicto XVI).
* Rev. P. Juan Carlos CLAVIJO Cifuentes (Bogotá, Colombia) - Textos de Evangeli net – Imagen:
 
Santoral Católico:
Beato Jordán de Sajonia
Nació en Burgherg (Westfalia) en torno al año 1175 o 1185, hijo de los condes de Ebernstein. Estudió en la Universidad de París, y era ya maestro en artes y bachiller en teología cuando, en 1220, se encontró allí con Santo Domingo. La palabra y el ejemplo del Santo lo convenció, y no tardó en vestir el hábito de los dominicos. El fundador de la Orden de Predicadores murió en agosto de 1221, y el capítulo general celebrado en París el año 1222 lo eligió como sucesor suyo al frente de la Orden. Es una de las grandes figuras de su Orden, contribuyó grandemente a su difusión y supo transmitir a la posteridad las líneas esenciales de la espiritualidad de Domingo y los rasgos que caracterizan a su familia religiosa. Fue hombre de palabra elocuente, tierno corazón y celo apasionado por llevar a todos el amor de Cristo. Peregrinó a Tierra Santa; a su regreso, la nave naufragó frente a las costas de Siria y él murió ahogado; era el 13 de febrero de 1237.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – Catholic.net)
 
Pensamiento del día 
nos preguntarán no por lo que hemos leído,
sino por lo que hemos hecho;
no por lo que muy bien hemos hablado,
sino por lo que religiosamente hemos vivido»
(TOMÁS DE KEMPIS)
 
Tema del día:
Ministros Extraordinarios de la Comunión
Los laicos pueden ayudar en una forma activa a los párrocos en la distribución de la Comunión, tanto en la misa como fuera de ella. Esas personas son los así llamados Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión (MEC).
 
Es un ministerio laical contemplado en la Iglesia Católica y estipulado en el Canon 230, párrafo tercero del Derecho Canónico y en el canon siguiente (231) establece que para ejercer este ministerio laical se requiere de la debida formación, conciencia y generosidad.
 
El MEC es instituido con un rito especial que generalmente realiza en obispo del lugar o bien su propio párroco en la Misa dominical para que la comunidad conozca a los nuevos MEC y se le puede otorgar una credencial que lo acredita como tal.
 
El origen del nombre es el siguiente:
- MINISTROS: porque son servidores (eso significa la palabra).
- EXTRAORDINARIOS: porque sólo se requieren cuando lo solicitan los ministros ordinarios (obispos, sacerdotes y diáconos).
- DE LA COMUNIÓN: porque ayudan a distribuirla en Misa o bien la llevan a quienes no pueden acudir a la iglesia a recibirla.
(No son Ministros Extraordinarios de la Eucaristía, sino de la Comunión. Solo el sacerdote es Ministro de la Eucaristía porque es el único que puede consagrar).
 
¿Qué puede hacer un MEC?
1. Distribuir la Comunión en la Misa.
2. Darse a sí mismo la Comunión.
3. Exponer y reservar el Santísimo.
4. Llevar la Comunión a quien por enfermedad o ancianidad, no puede acudir a la iglesia a recibirla.
 
¿Qué no puede hacer un MEC?
1. No debe recoger la colecta en la Misa (para no tocar el dinero antes de dar a los fieles la Sagrada Comunión).
2. No debe detenerse en ninguna otra parte cuando lleva el Señor a un domicilio, hospital, etc.
3. No da la bendición con el Santísimo.
 
Durante la Misa el Ministro Ordinario del lugar siempre debe administrar la Comunión, pero puede llamar en su ayuda a Ministros Extraordinarios solamente si está indispuesto o el número de comulgantes es muy grande.
 
Para administrar la Comunión fuera de la iglesia, deberá llevar siempre la Eucaristía en una cajita u otro recipiente cerrado, vestido y con los modos apropiados a las circunstancias de cada lugar. Además existe un ritual con las oraciones que se aconsejan para rezar antes de dar la Comunión a un enfermo en su domicilio u hospital.
 
Requisitos
Los requisitos para ser designado Ministro Extraordinario de la Comunión son:
1. Especial amor y devoción por la Eucaristía.
2. Ser miembro de la Parroquia al menos un año.
3. Ser mayor de edad y que sea reconocido como un católico activo y virtuoso.
4. Haber recibido los sacramentos de la iniciación cristiana (incluso la confirmación) y ser practicante activo de la religión.
5. Si está casado, que su matrimonio sea reconocido como válido por la Iglesia.
6. Dar a conocer al obispo la intención y presentar una carta solicitud con la firma del párroco.
7. Tomar un curso de formación, que suele ser impartido en las vicarías y que dura un cierto tiempo.
8. Su ministerio debe ser renovado a criterio del párroco, quien evalúa su servicio durante un año (o el período que se fije)
 
”Pequeñas Semillitas” por email
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico. Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a feluzul@gmail.com   
Recuerden, queridos lectores, que, desde el día mismo de nuestro Bautismo, todos somos discípulos y misioneros, y en tal condición tenemos que ayudar a llevar la Palabra y las divinas enseñanzas de Jesús a tantas personas como nos sea posible. 
También pueden difundir “Pequeñas Semillitas” a través de las redes sociales en las que estamos presentes, como Facebook, Twitter, etc.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
 
Cuando sea posible, por la disponibilidad de espacio,
se incluirán dos o hasta tres Meditaciones.
 
La oración del Rosario se formó gradualmente. Los cristianos primero adoraron saludar a María con las palabras del arcángel Gabriel en el día de la Anunciación: "Ave María, llena de gracia. Luego añadieron la bendición pronunciada por Isabel: "Bendita Tú eres entre todas las mujeres...". La segunda parte: "Santa María, Madre de Dios…" remonta al siglo XV.
Cada invocación fue considerada una rosa ("rosario") que ayudó a formar un pequeño sombrero ("rosario"). El número de los 150 Ave María correspondía al número de 150 salmos en la Biblia. Un pequeño cordón con nudos hizo posible encontrarse en el número de invocaciones recitadas.
El auge del Rosario se debe a los dominicos y, sobre todo, al hermano Alain de la Roche en el siglo XV. Tuvo la idea de fundar una hermandad del Rosario (...) Como los dominicos eran predicadores, asociaban a cada docena un "misterio", es decir, uno de los momentos de la vida de Cristo, a la cual su Madre está íntimamente ligada, desde su Fiat hasta su coronación. Al rezar el Rosario, pedimos a María que nos lleve a la comunión con Cristo Jesús. 
🌸
Dios no mira como nosotros sino que es infinitamente misericordioso, y el mismo Evangelio nos dice que cuando viniera el Mesías no apagaría la mecha que arde débilmente. Con esto se nos quiere decir que Dios perdona todo a quien sufre, porque en medio del dolor y el sufrimiento no pocas veces pecamos o nos rebelamos. Pero Dios nos entiende, nos comprende y no toma en cuenta lo que hablamos y hacemos cuando estamos sufriendo.
También nosotros debemos aprender de Dios el perdón a quien está padeciendo o ha padecido mucho, porque todo se le debe perdonar a quien sufre.
Dios es bueno y no exige de nosotros cosas imposibles, sino que nos comprende incluso más de lo que nos comprendemos y entendemos nosotros mismos. Él nos ha creado y comprende cada reacción nuestra, que está influenciada por tantas y tantas cosas como nuestro temperamento, carácter, estado de ánimo, enfermedades, etc. Y Dios tiene compasión de nosotros, incluso tiene mucha más compasión de nosotros que nosotros mismos, porque hay veces que nos angustiamos porque reaccionamos mal y “pecamos” pero en el estado en que estamos Dios nos ve, y sabe, y nos comprende. En cambio nosotros nos juzgamos de forma inexorable y así llegamos casi a desesperarnos.
Vayamos con confianza a Dios que es un Padre bueno, a quien le gusta la humildad, y digámosle: “Señor, ten compasión de mí”.
El dolor y el sufrimiento a veces nos hacen ver desfigurado el rostro de Dios, y hasta llegamos a creer que Dios nos odia. ¡No! Dios nos ama infinitamente y no es el causante de nuestro sufrimiento, sino que tiene compasión de nosotros, e incluso cuando todos nos abandonan, el Señor jamás nos abandona.
¡Qué bueno es Dios! Cuando alabamos la bondad de Dios, el demonio rechina los dientes y huye a lo más hondo del infierno. Confiemos en la bondad del Señor y viviremos felices ya en este mundo, porque habremos entendido que para Dios no hay imposibles ni pecados imperdonables.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
13 de febrero
Proponeos, mis queridísimos hijitos, corresponder siempre generosamente a vuestra vocación, haciéndoos dignos de Jesús, semejantes a él en las perfecciones adorables ya indicadas en la sagrada escritura y en el santo evangelio y ya aprendidas por vosotros.
Pero, hijitos míos, para que se dé la imitación, es necesaria la diaria meditación y reflexión sobre su vida; de la meditación y de la reflexión brota la estima de sus actos; y de la estima, el deseo y la fuerza de la imitación.
Sí, hijitos, imitad a Jesús en la obediencia pronta y sin discusiones; imitad a Jesús en la paciencia, porque con la paciencia poseeréis vuestras almas; imitad a Jesús en la humildad, tanto interna como externa; pero más interna que externa, más sentida que mostrada, más profunda que visible.
(7 de enero de 1919, a los novicios, Ep IV, 380)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
  
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS”
”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”
FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”
FACEBOOK de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
”X” (ex TWITTER) de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.