PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
19 - Número 5527 ~ Domingo 21 de Enero de 2024Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy nos trae el evangelio la primera predicación de Jesús y la llamada
definitiva a los 4 primeros apóstoles. El evangelista quiere enlazar a Jesús
con Juan Bautista, el precursor, no sólo en cuanto a la persona, sino también
en la doctrina de la conversión, aunque Jesús anuncia ese Reino de Dios como
algo ya presente.
¿Qué tenemos que hacer? Dos cosas nos dice hoy Jesús: necesitamos
convertirnos y creer en el Evangelio. La conversión es un cambio de mentalidad
para acomodar nuestra vida a las enseñanzas del Evangelio. Creer en el
Evangelio nunca es un acto terminado y conseguido, sino que siempre estamos en
camino y continuamente debemos renovarnos para que el Reino de Dios penetre más
y más en nuestro espíritu. Este Reino no es algo material, como estaban
acostumbrados a pensar los primeros oyentes de Jesús. Toda su vida sería
explicar este reino de paz, de justicia y amor, que debemos pedir: “Venga tu
Reino, Señor”.
(Silverio Velasco)
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Jon 3, 1-5. 10
♡ Salmo: Sal 24
♡ Segunda Lectura: 1Cor 7, 29-31
♡ Santo Evangelio: Mc 1, 14-20
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la
Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca;
convertíos y creed en la Buena Nueva». Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón
y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran
pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores
de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco
más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban
también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos,
dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras Él.
♡ Comentario:
Hoy, la Iglesia nos invita a convertirnos y, con Jesús, nos dice:
«Convertíos y creed en la Buena Nueva» (Mc 1,15). Por tanto, habrá que hacer
caso a Jesucristo, corrigiendo y mejorando lo que sea necesario.
Toda acción humana conecta con el designio eterno de Dios sobre nosotros y
con la vocación a escuchar a Jesús, seguirlo en todo y para todo, y proclamarlo
tal como lo hicieron los primeros discípulos, tal como lo han hecho y
procuramos hacerlo millones de personas.
Ahora es la oportunidad de encontrar a Dios en Jesucristo; ahora es el
momento de nuestra vida que empalma con la eternidad feliz o desgraciada; ahora
es el tiempo que Dios nos proporciona para encontrarnos con Él, vivir como
hijos suyos y hacer que los acontecimientos cotidianos tengan la carga divina
que Jesucristo —con su vida en el tiempo— les ha impreso.
¡No podemos dejar perder la oportunidad presente!: esta vida puede ser más
o menos larga en el tiempo, pero siempre es corta, pues «la apariencia de este
mundo pasa» (1Cor 7,31). Después nos espera una eternidad con Dios y con sus
fieles en vida y felicidad plenas, o lejos de Dios —con los infieles— en vida e
infelicidad totales.
Así, pues, las horas, los días, los meses y los años, no son para
malgastarlos, ni para aposentarse y pasarlos sin pena ni gloria con un estéril
“ir tirando”. Son para vivir —aquí y ahora— lo que Jesús ha proclamado en el
Evangelio salvador: vivir en Dios, amándolo todo y a todos. Y, así, los que han
amado —María, Madre de Dios y Madre nuestra; los santos; los que han sido
fieles hasta el fin de la vida terrenal— han podido escuchar: «Muy bien, siervo
bueno y fiel (...): entra en la alegría de tu señor» (Mt 25,23).
¡Convirtámonos! ¡Vale la pena!: amaremos, y seremos felices desde ahora.
* Rev. D. Lluís ROQUÉ i Roqué (Manresa, Barcelona, España) © Textos de
Evangeli net
Pensamiento del día «Bajo las especies de pan y
vino en el altar, por la fe descubrimos a Cristo. Y bajo las especies y formas
del prójimo necesitado debemos esforzarnos por ver al mismo Cristo, que no está
en el prójimo menos realmente que en las formas sacramentales. En verdad el
prójimo es también el sacramento de Cristo»
(PADRE
ALFONSO MILAGRO)
Predicación del Evangelio: “¡Vamos! Venid conmigo” Desde hace tres semanas, hablamos de vocaciones. Hemos leído la llamada de
Jesús en su bautismo, luego la llamada de los primeros discípulos en san Juan,
y hoy en san Marcos. Pero cada narración insiste en cosas que le son propias.
Así, para establecer la semejanza entre los apóstoles y los profetas, san
Marcos evoca claramente la llamada de Eliseo por el profeta Elías: la situación
y las palabras se parecen. Y como el tema de los discípulos es central en este
Evangelio, interesa mucho identificar las imágenes y el vocabulario extraídos
del capítulo 19 del primer libro de los Reyes.
El verbo seguir —en latín sequor— no existía ni en hebreo ni en
griego. San Marcos emplea aquí un verbo de acompañamiento seguido del dativo, akoloutheô,
e imágenes como ir o partir con detrás del maestro. Pero como un músico que
tocara toda la gama en una sola nota, las traducciones reducen todas estas
imágenes al verbo seguir: “Ven, sígueme”!
A veces los discípulos son invitados a “marchar detrás de Jesús”, como los
discípulos de los rabinos a una distancia respetable. Por otra parte, lo
acompañan o andan con él por el camino. La vocación, hoy, se resume en algunas
frases, y como Eliseo no tuvo ni siquiera tiempo de ir a abrazar a su padre y a
su madre, así los cuatro hombres dejan todo en seguida para seguir a Jesús.
Además, el vocabulario elegido por el redactor describe dos categorías de
pescadores. Los dos primeros lanzan al lago una pequeña red circular. Los otros
dos trabajan con su padre; tienen a su servicio empleados, con barcas y grandes
redes de pesca y están preparándolas. Jesús, en san Marcos, no se limita a los
pobres; para él, nadie está excluido.
En san Juan, la vocación de los discípulos era universal. Aquí, como para
Eliseo, las llamadas de Pedro y Andrés y luego las de Santiago y Juan son
personales y tan peligrosas como la de Juan Bautista, cuyo redactor acaba de
anotar su arresto. Los nuevos profetas correrán el riesgo de muerte como él y
su marcha con Jesús tendrá fin en la cruz, ante la cual todos se desfondan. Es
una vocación dura de los discípulos.
.
(Texto: P. Felipe Santos - Imagen de El Diario)
Nuevo vídeo y artículo Hay un nuevo vídeo
subido al blogde "Pequeñas Semillitas" en internetreferido al Evangelio de
este Domingo.Para verlo tienes que ir
al final de esta página: Hay nuevo material
publicado en el blog"Juan Pablo II inolvidable"sobre el tema: El santo
favorito de San Juan Pablo IIPuedes acceder en la
dirección: Agradecimientos Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para
tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí
los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la
cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las
gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
💕 Lamentablemente los ángeles de la segunda oficina seguirán esperando, aburridos, a que llegue algún agradecimiento a Dios por las gracias recibidas. ¡Qué triste que seamos tan desagradecidos!
Bendito seas, Dios mío, porque a
pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca
dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos
a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra
salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” El relato de la vocación de los apóstoles es una invitación a valorar la
vocación sacerdotal y la vida religiosa. Para muchos se trata de una opción
imposible debido al voto de castidad. Ignoran, los que así opinan, la verdadera
fuerza del amor. Porque el fondo de la vocación consagrada y sacerdotal es
precisamente el amor: se ama tanto a alguien que se está dispuesto a renunciar
a algo legítimo y bueno, como tener una familia, para dedicarse por entero al
Señor y a las cosas de Dios, a la evangelización. ¿Hay mayor prueba de amor que
esa? La vocación nace del amor y el celibato es una llamada a la plenitud del
amor, aunque en realidad esto sólo lo pueden entender los que están o han
estado verdaderamente enamorados.
Pero detrás de este texto está también una lección para todos, casados
incluidos. Porque hay también una vocación a seguir a Jesús en el propio estado
y a seguirlo con radicalidad, con seriedad, con plenitud. La vocación a la
santidad es común para todos y si no existen las dificultades del celibato o de
la obediencia existen las de la convivencia, la educación de los hijos o el
testimonio de la propia fe con una vida coherente y honrada en medio de un
mundo cada vez más alejado de Dios. A todos Dios nos llama a seguirle, cada uno
en su estado. Y espera que respondamos como los apóstoles: inmediatamente.
Porque seguir al Señor es lo mejor que nos puede pasar. Un ejemplo concreto es
el de San Pablo; por su conversión, miles de personas se hicieron cristianos y
muchos millones se han acercado a Dios gracias a sus cartas. ¿Qué habría
sucedido sin esa conversión? ¿Qué habría sido de él?
(P. Santiago Martín)
Extractos de cartas del Padre Pío (Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365
días con el Padre Pío”) 21 de enero
Mi alma se va derritiendo de dolor y de amor, de
amargura y de dulzura al mismo tiempo. ¿Qué haré para sostener tan inmensa
actuación del Altísimo? Lo poseo en mí, y es motivo de tal alegría que me
lleva, sin que lo pueda evitar, a decir con la Virgen Santísima: «Se alegra mi
espíritu en Dios mi Salvador».
Lo poseo en mí, y siento la necesidad imperiosa de
decir con la esposa del Cantar de los Cantares: «Encontré al que ama mi alma...
lo abracé y no lo soltaré». Pero es entonces cuando me siento incapaz de
sostener el peso de este amor infinito, de mantenerlo entero en la pequeñez de
mi existencia; y me invade el terror, porque quizá tenga que dejarlo por la
incapacidad de poder contenerlo en el estrecho espacio de mi corazón.
Este pensamiento, que, por otro lado, no es
infundado (mido mis fuerzas, que son limitadísimas, incapaces e impotentes para
tener siempre fuertemente abrazado este divino amor), me tortura, me aflige y
siento que el corazón salta de mi pecho.
(12 de enero de 1919, al P. Benedetto da San
Marco in Lamis)
FELIPE -Jardinero de Dios-(el más pequeñito de todos) BLOG ”PEQUEÑAS
SEMILLITAS”♡”JUAN PABLO II
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DE URCA”♡FACEBOOK de
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