martes, 30 de mayo de 2023

Pequeñas Semillitas 5328

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5328 ~ Martes 30 de Mayo de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Me presento ante ti, Padre amado. Quiero ofrecerte con cariño lo que puedo hacer cada día, aunque sea imperfecto. Es tan pequeño al lado de tu infinita gloria y del regalo de tu amistad. Pero sé que te gozas cuando me entrego al servicio de tu Hijo. Tú mereces esta ofrenda de mi trabajo cotidiano. Yo no puedo saber qué valor ha tenido mi tarea. Pero dejo en tus manos los frutos de mi trabajo. Señor mío, dame un corazón humilde y libre, que no esté atado a las vanidades, reconocimientos y aplausos. Dame un corazón simple que sea capaz de darlo todo, pero dejándote a ti la gloria y el honor. Regálame la belleza de un corazón humilde y liberado. Amén.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Eclo 35,1-12
 
Salmo: Sal 49,5-6.7-8.14.23
 
Santo Evangelio: Mc 10,28-31
En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros».
 
Comentario:
Hoy, como aquel amo que iba cada mañana a la plaza a buscar trabajadores para su viña, el Señor busca discípulos, seguidores, amigos. Su llamada es universal. ¡Es una oferta fascinante! El Señor nos da confianza. Pero pone una condición para ser discípulos, condición que nos puede desanimar: hay que dejar «casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio» (Mc 10,29).
¿No hay contrapartida? ¿No habrá recompensa? ¿Esto aportará algún beneficio? Pedro, en nombre de los Apóstoles, recuerda al Maestro: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido» (Mc 10,28), como queriendo decir: ¿qué sacaremos de todo eso?
La promesa del Señor es generosa: «El ciento por uno: ahora en el presente (...) y en el mundo venidero, vida eterna» (Mc 10,30). Él no se deja ganar en generosidad. Pero añade: «Con persecuciones». Jesús es realista y no quiere engañar. Ser discípulo suyo, si lo somos de verdad, nos traerá dificultades, problemas. Pero Jesús considera las persecuciones y las dificultades como un premio, ya que nos ayudan a crecer, si las sabemos aceptar y vivir como una ocasión de ganar en madurez y en responsabilidad. Todo aquello que es motivo de sacrificio nos asemeja a Jesucristo que nos salva por su muerte en Cruz.
Siempre estamos a tiempo para revisar nuestra vida y acercarnos más a Jesucristo. Estos tiempos y todo tiempo nos permiten —por medio de la oración y de los sacramentos— averiguar si entre los discípulos que Él busca estamos nosotros, y veremos también cuál ha de ser nuestra respuesta a esta llamada. Al lado de respuestas radicales (como la de los Apóstoles) hay otras. Para muchos, dejar “casa, hermanos, hermanas, madre, padre...” significará dejar todo aquello que nos impida vivir en profundidad la amistad con Jesucristo y, como consecuencia, serle sus testigos ante el mundo. Y esto es urgente, ¿no te parece?
* Rev. D. Jordi SOTORRA i Garriga (Sabadell, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
Santa Juana de Arco
Nació en Domrémy (Lorena, Francia) el año 1412 en el seno de una familia campesina. Era el tiempo de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra. A los trece años empezó Juana a tener experiencias extraordinarias y visiones de santos que le decían que su misión era librar a Francia. Aunque era analfabeta, se abrió camino para hablar con el rey Carlos VII. Consiguió que, vestida de guerrero, la pusieran en cabeza del ejército que conquistó Orleans y otras plazas. Pero el rey cambió luego de actitud y Juana fue arrestada y entregada a los ingleses, quienes la sometieron a un juicio que la condenó como hereje, por lo que fue quemada viva en Rouen (Normandía) el año 1431. La Iglesia la rehabilitó en 1456, y la canonizó en 1920.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
«Todos los santos comenzaron su conversión por la oración y por ella perseveraron; y todos los condenados se perdieron por su negligencia en la oración. Digo, pues, que la oración nos es absolutamente necesaria para perseverar»
(Santo Cura de Ars)
 
Tema del día:
Los siete dones del Espíritu Santo
Hace dos días vivimos el Domingo de Pentecostés, solemnidad de la venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y sobre los apóstoles. En esa oportunidad derramó sobre ellos sus siete dones, que son medios y habilidades imperecederos proporcionados por la tercera persona de la Santísima Trinidad, de los cuales se obtienen las gracias y carismas adecuadas para llevar la vida terrena con santidad, y servir a Dios por el beneficio común de la humanidad y de la Iglesia.
 
Digamos ahora unas breves palabras como si nos estuviéramos dirigiendo a cada uno de los siete dones:
 
⭐️ El don de FORTALEZA: Tú eres quien nos mantiene firmes en nuestra fe, eres quien nos acompaña y sostiene en las dificultades que se nos presentan en la vida.  A ti te invocamos cada vez que nos sentimos débiles, angustiados, oprimidos, para fortalecernos y salir adelante en nuestro compromiso y en nuestro amor y seguimiento de Jesucristo. Tú eres el que nos recuerda siempre que Dios nos ama por sobre todas las cosas.
 
⭐️ El don de la SABIDURÍA: Tú eres el don que nos permites disfrutar las cosas de Dios. Eres quien nos invita siempre a buscar primero el Reino de Dios. Tú nos permites ver las cosas no sólo con la racionalidad, sino también con el corazón, tratando de verlas tal cual Dios mismo las ve.
 
⭐️ El don de la PIEDAD: Tú eres el don que nos permite reconocernos hijos muy amados del Padre, y poder disfrutar de la dicha que esto significa. Eres el don que nos facilita nuestro dialogo amoroso y filial con Dios a través de la oración y del encuentro comunitario.
 
⭐️ El don del TEMOR DE DIOS: Tú eres quien nos permite acercarnos con cariño y confiadamente a Dios Padre, para hablarle con sencillez y presentarle nuestra vida. Tú nos permites reconocer día a día el amor de Dios por cada uno de nosotros, contigo podemos reconocer que somos sus hijos predilectos muy amados por Dios. Nos iluminas de manera especial en los momentos en que, en forma personal o comunitaria nos reunimos a orar y alabarte.
 
⭐️ El don del CONSEJO: Tú eres quien nos inspira para saber qué debemos hacer, qué escoger, qué cosas evitar. Tú estás siempre presente cuando debemos tomar decisiones en nuestra vida, para que ellas estén de acuerdo a la voluntad de Dios Padre y del Evangelio de Jesús nuestro hermano. Y a ti también te invocamos cuando debemos aconsejar a uno de nuestros hermanos.
 
⭐️ El don de CIENCIA: Tú eres quien nos permite descubrir lo verdadero y lo falso. Nos ayudas a comprender y amar el universo entero creado por Dios. Eres el don que nos inspiras a encontrar la presencia de Dios en toda la creación. Eres quien inspiras a hombres y mujeres para llevar adelante descubrimientos, avances científicos y tecnológicos que favorecen la vida del hombre.
 
⭐️ El don de ENTENDIMIENTO: Tú eres quien nos permite adentrarnos en los misterios de Dios para poder descubrir ¿qué es lo que Dios quiere? Tú nos ayudas a discernir los caminos que nuestro Padre nos presenta, iluminados por su misma Palabra y por la oración.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Si cuando perdemos a un ser querido sentimos como que se nos termina el mundo, como que nuestro corazón se parte de dolor, ¿qué será el perder a Dios, para quien fuimos creados, y que es el amor y la belleza infinitos?
Es muy doloroso perder a quien amamos: un padre, una madre, un hijo, un hermano o un amigo. No encontramos consuelo en este mundo, y sólo es necesario que pase el tiempo para mitigar el dolor, para atenuarlo y como adormecerlo un poco en nosotros. Pero nos queda la esperanza de que alguna vez los volveremos a encontrar.
Perder a Dios es mucho más que perder a nuestro ser más querido de la tierra. ¡Y lo perdemos tan fácilmente cometiendo el pecado grave! Claro, porque, efectivamente, cuando pecamos estamos perdiendo a Dios, perdiendo la Gracia, y si nos sorprende la muerte en ese lamentable estado, perderemos a Dios para toda la eternidad.
No por casualidad ha dicho el Señor en el Evangelio que en el Infierno hay llanto y crujir de dientes. El Infierno es morada de llanto sin consuelo porque los que allí están han perdido a Dios para siempre, han perdido al Amor, a la Bondad, a la Alegría, y todo han perdido al perder a Dios. Y eso será para siempre.
Entonces qué bueno que sería que tomando como parangón el dolor y el sufrimiento que nos desgarra cuando perdemos a un ser querido, hiciéramos el propósito de cuidarnos de no perder a Dios para toda la eternidad, porque allí no se nos mitigará el dolor.
Si un amante al ser rechazado por su amor, llega hasta la locura y al suicidio; qué tremendo será ser rechazados para siempre por Dios, el Amor infinito, para el cual hemos sido creados, y que es el Bien supremo.
Si hemos pasado por un duelo, si hemos llorado a un pariente o amigo, sabemos lo triste que es la separación. ¡Ojalá que jamás nos tengamos que separar de Dios, y de nuestros seres queridos, para siempre!
 
Recordando al Padre Natalio
Por las huellas…
Abrahán Lincoln dijo: “Todavía concibo que se pueda ser ateo mirando la tierra; pero no acabo de entender que se puedan alzar, de noche, los ojos al cielo y decir que no existe Dios”. La naturaleza revela y manifiesta la bondad, sabiduría y poder de Dios: tanto los astros del cielo como la belleza de un rosal hablan al hombre de un Dios maravilloso creador de cuanto existe.
 
Era africano. Y creía en Dios. Alguien se propuso tomarle el pelo y reírse de él. Y le preguntó:
— ¿Cómo sabes tú que existe Dios?
— ¿Y cómo sabes tú que una persona o un perro o un burro ha estado alrededor de tu choza?
— Lo descubro por las huellas que deja en la arena del suelo.
— También yo descubro a Dios por las huellas que deja.
 
Beata Maria Romero, de corazón ardiente y fino sentido artístico, descubría a Dios a través de las creaturas salidas de sus manos. Como san Francisco de Asís, se sentía hermana de las flores y de los animales. Alimentaba unos canarios y los animaba a bendecir al Señor con sus trinos y gorjeos. Que subas a Dios por la escalera de sus creaturas.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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