domingo, 23 de abril de 2023

Pequeñas Semillitas 5292

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5292 ~ Domingo 23 de Abril de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Camino a  Emaús, dos de los discípulos del Señor volvían a sus casas, tristes y frustrados. Su amigo y maestro, Jesús, había muerto como un derrotado. Pero un peregrino desconocido les ayuda a hacer memoria, trayendo al corazón todas las palabras de Jesús... Al caer la tarde, invitaron al peregrino misterioso a permanecer con ellos, y el mismo Jesús se les manifestó en un espacio y con un gesto tan particular: en la mesa, parte el pan. Él desapareció de sus miradas, pero el corazón les quedó encendido con aquella presencia ya no velada y oculta sino palpable y verdadera; tal es nuestra experiencia creyente en la Misa. ¡El Señor ha resucitado! ¡Vamos a anunciarlo! Celebremos juntos esta presencia divina con alegría y mucha esperanza.

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hch 2,14.22-33
 
Salmo: Sal 15,1-2.5.7-8.9-10.11
 
Segunda Lectura: 1Pe 1,17-21
 
Santo Evangelio: Lc 24, 23-35
E Aquel mismo día, el domingo, iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran.
Él les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?». Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos llamado, Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?». Él les dijo: «¿Qué cosas?». Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería Él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que Él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a Él no le vieron».
Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?». Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre Él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado».
Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero Él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!». Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.
 
Comentario:
Hoy comenzamos la proclamación del Evangelio con la expresión: «Aquel mismo día, el domingo» (Lc 24,13). Sí, todavía domingo. Pascua —se ha dicho— es como un gran domingo de cincuenta días. ¡Oh, si supiésemos la importancia que tiene este día en la vida de los cristianos! «Hay motivos para decir, como sugiere la homilía de un autor del siglo IV (el Pseudo Eusebio de Alejandría), que el ‘día del Señor’ es el ‘señor de los días’ (…). Ésta es, efectivamente, para los cristianos la “fiesta primordial”» (San Juan Pablo II). El domingo es, para nosotros, seno materno, cuna, celebración, hogar y también aliento misionero. ¡Oh, si entreviéramos la luz y la poesía que lleva! Entonces afirmaríamos como aquellos mártires de los primeros siglos: «No podemos vivir sin el domingo».
Pero, cuando el día del Señor pierde relieve en nuestra existencia, también se eclipsa el “Señor del día”, y nos volvemos tan pragmáticos y “serios” que sólo damos crédito a nuestros proyectos y previsiones, planes y estrategias; entonces, incluso la misma libertad con la que Dios actúa, nos es motivo de escándalo y de alejamiento. Ignorando el estupor nos cerramos a la manifestación más luminosa de la gloria de Dios, y todo se convierte en un atardecer de decepción, preludio de una noche interminable, donde la vida parece condenada a un perenne insomnio.
Sin embargo, el Evangelio proclamado en medio de las asambleas dominicales es siempre anuncio angélico de una claridad dirigida a entendimientos y corazones tardos para creer (cf. Lc 24,25), y por esto es suave, no explosivo, ya que —de otro modo— más que iluminar nos cegaría. Es la Vida del Resucitado que el Espíritu nos comunica con la Palabra y el Pan partido, respetando nuestro caminar hecho de pasos cortos y no siempre bien dirigidos.
Cada domingo recordemos que Jesús «entró a quedarse con ellos» (Lc 24,29), con nosotros. ¿Lo has reconocido hoy, cristiano?
* Rev. D. Jaume GONZÁLEZ i Padrós (Barcelona, España)
 
Pensamiento del día
«El relato de la aparición a los discípulos de Emaús nos presenta la experiencia de dos discípulos el día de la Pascua. Son dos seguidores de Jesús (uno de ellos se llamaba Cleofás). El episodio transmite un arte difícil de igualar, una experiencia humana única, en la que advertimos tanto el abatimiento y la desolación de lo que había acontecido a Jesús de Nazaret como el renacimiento de la esperanza gracias a una manifestación del resucitado»
 
Predicación del Evangelio:
No huir a Emaús
No son pocos los que miran hoy a la Iglesia con pesimismo y desencanto. No es la que ellos desearían. Una Iglesia viva y dinámica, fiel a Jesucristo, comprometida de verdad en construir una sociedad más humana.
 
La ven inmóvil y desfasada, excesivamente ocupada en defender una moral obsoleta que ya a pocos interesa, haciendo penosos esfuerzos por recuperar una credibilidad que parece encontrarse «bajo mínimos».
 
La perciben como una institución que está ahí casi siempre para acusar y condenar, pocas veces para ayudar e infundir esperanza en el corazón humano. La sienten con frecuencia triste y aburrida, y de alguna manera intuyen –con el escritor francés Georges Bernanos– que «lo contrario de un pueblo cristiano es un pueblo triste».
 
La tentación fácil es el abandono y la huida. Algunos hace tiempo que lo hicieron, incluso de manera ruidosa: hoy afirman casi con orgullo creer en Dios, pero no en la Iglesia. Otros se van distanciando de ella poco a poco, «de puntillas y sin hacer ruido»: sin advertirlo apenas nadie se va apagando en su corazón el afecto y la adhesión de otros tiempos.
 
Ciertamente sería un error alimentar en estos momentos un optimismo ingenuo, pensando que llegarán tiempos mejores. Más grave aún sería cerrar los ojos e ignorar la mediocridad y el pecado de la Iglesia. Pero nuestro mayor pecado sería «huir hacia Emaús», abandonar la comunidad y dispersarnos cada uno por su camino, hundidos en la decepción y el desencanto.
 
Hemos de aprender la «lección de Emaús». La solución no está en abandonar la Iglesia, sino en rehacer nuestra vinculación con algún grupo cristiano, comunidad, movimiento o parroquia donde poder compartir y reavivar nuestra esperanza en Jesús.
 
Donde unos hombres y mujeres caminan preguntándose por él y ahondando en su mensaje, allí se hace presente el Resucitado. Es fácil que un día, al escuchar el Evangelio, sientan de nuevo «arder su corazón». Donde unos creyentes se encuentran para celebrar juntos la eucaristía, allí está el Resucitado alimentando sus vidas. Es fácil que un día «se abran sus ojos» y lo vean.
 
Por muy muerta que aparezca ante nuestros ojos, en esta Iglesia habita el Resucitado. Por eso también aquí tienen sentido los versos de Antonio Machado: «Creí mi hogar apagado, revolví las cenizas... me quemé la mano».
(P. José Antonio Pagola)
 
Poesía
La tierra nueva
 
En la tierra nueva
las casas no tienen llaves
ni los muros rompen el mundo.
Nadie está solo.
No se habla mucho del amor,
pero se ama
con los ojos,
las manos,
y las entrañas.
Las lágrimas son fértiles,
la tristeza se ha ido
para no regresar,
y se ha llevado con ella
la pesada carga
del odio y los rencores,
la violencia y el orgullo.
 
Es extraña la puerta
que abre esa tierra:
es la sangre derramada
de quien se da sin límite,
es la paciencia infinita
de quien espera en la noche,
es la pasión desmedida
de un Dios entregado
por sus hijos; nosotros,
elegidos para habitar
esa tierra nueva.
-
(José María Rodríguez Olaizola SJ)
 
Nuevo vídeo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet
referido al Evangelio de este Domingo.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde New Jersey, U.S.A, la familia de Emilio Del Cueto expresa su agradecimiento a Dios y a los lectores de Pequeñas Semillitas que rezaron por la operación de reemplazo de cadera, que fue todo un éxito y ya se encuentra en etapa de rehabilitación y caminando.
 
💕 Desde Jujuy, Argentina, Patricia agradece por la recuperación de su mamá Paulina, de 85 años de edad, que tuvo una caída accidental con golpe en la cadera, que fue sin consecuencias y se está recuperando.
 
💕 Desde el interior de la provincia de Córdoba, Argentina, nuestra lectora Tere Q. agradece a Dios por la obtención de su jubilación como docente luego de 38 años de trabajo. Que el Señor le conceda mucha salud y felicidad en esta nueva etapa de su vida que comienza.
 
💕 Desde Múnich, Alemania, Stefanía Lourdes agradece a Dios y a las personas que rezaron a la Virgen de Lourdes por su recuperación al haber tenido un episodio agudo de gastropatía erosiva, del cual se va recuperando favorablemente.
 
Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El Señor, según nos cuenta San Mateo no dejó sólo su presencia real ligada a la Eucaristía. También quiso quedarse con nosotros a través de otra "sustancia" singular: el amor y el amor recíproco. Efectivamente, Él ligó su presencia a la unidad entre sus discípulos: "Donde dos o más están unidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18, 20). Por eso los dos discípulos que huían de Jerusalén camino de Emaús, a pesar de su cobardía y de su falta de fe, llevaban con ellos la presencia de Cristo, pues se querían y estaban unidos en el nombre del Señor. Sin embargo, no lo sabían y por eso no lo reconocían.
También a nosotros nos puede pasar lo mismo. Es posible que no nos demos cuenta de que el Señor está en nuestro hogar y que le expulsemos de allí cuando nos enfrentamos unos a otros, cuando hay violencia o tensiones. A veces, con mucha frecuencia, eso se produce por naderías, por insignificancias, por puro egoísmo. Echamos a Jesús de nuestro lado cuando rompemos la unidad, cuando desaparece el amor recíproco. Le invitamos a que esté entre nosotros, por el contrario, cuando amamos al prójimo en nombre del Señor, como amó el Señor y por el Señor. Y el Señor amó con una motivación religiosa -por Dios- y con un amor que incluía el perdón y la generosidad.
También podemos echar de nuestro lado a Cristo, o al menos no darnos cuenta de su presencia y por lo tanto no valorarla, cuando consideramos que Él nos ha abandonado por el hecho de estar pasando dificultades. Aunque no sintamos a Cristo, no debemos dudar ni de su presencia ni de su amor.
(P. Santiago Martín)
 
Recordando al Padre Natalio
La araña y el escorpión
Ser optimista es cultivar una visión serena de la vida que nos hace descubrir lo que hay de bueno, alegre y gratificante en medio de espinas, carencias y calamidades. No pierdas el sentido de la proporción y más bien destaca lo positivo, porque son muchos los especializados en detectar lo sombrío, difícil y pesado de nuestro diario caminar.
 
Una mujer tenía en su casa algunas arañas que desde luego, no eran de su gusto, pues encontraba sus telas en las paredes y techos, pero las artesanas no aparecían por ninguna parte. Esta ama de casa maldecía constantemente a las tejedoras por afear la limpieza de su hogar, y verse obligada a quitar estas colgaduras de todas las habitaciones. Un día, observó en el cuarto de su hija pequeña un incidente que le heló la sangre. Sobre la cuna de su bebé encontró un gran escorpión atrapado y muerto en una telaraña.
 
Busca siempre la faz luminosa y positiva de todos los obstáculos y reveses que te presente la vida. No olvides que puedes desarrollar la escondida sabiduría de convertir un menos en más, un fracaso en victoria y una cruz en resurrección y vida. Que pases un día muy apacible. Hasta mañana.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
  
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS”
”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”
FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”
FACEBOOK de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
TWITTER de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
INSTAGRAM: FELIPE DE URCA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.