domingo, 12 de febrero de 2023

Pequeñas Semillitas 5225

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5225 ~ Domingo 12 de Febrero de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
En el evangelio hoy Mateo presenta a Jesús como el legislador divino. Pero aunque es legislador, Jesús no intenta a recomponer la ley. Quiere que se cumpla.
Es cosa retadora ser cristiano. Muchos que han emprendido el camino lo han dejado. Jesús nos reta ser perfectos como Dios Padre.
El llamado a la perfección no debe ser motivo de diluir la fuerza de sus mandatos como aplicando solo a los más robustos religiosos o por decir que no es sano el perseguimiento de la perfección. Debemos aprovecharnos del recurso que Jesús mismo ofrece en este Sermón en el Monte.
Rezamos en primer lugar que el Espíritu Santo nos ayude en la lucha. También rezamos que Dios sea misericordioso cuando nos encuentre fallando.
(P. Carmelo Mele O.P.)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Eclo 15,16-21
 
Salmo: Sal 118,1-2.4-5.17-18.33-34
 
Segunda Lectura: 1Cor 2,6-10
 
Santo Evangelio: Mt 5,17-37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
»Habéis oído que se dijo a los antepasados: 'No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal'. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.
»Habéis oído que se dijo: 'No cometerás adulterio'. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna. También se dijo: 'El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio'. Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.
»Habéis oído también que se dijo a los antepasados: 'No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos'. Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: "Sí, sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno».
 
Comentario:
Hoy, Jesús nos dice «No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). ¿Qué es la Ley? ¿Qué son los Profetas? Por Ley y Profetas, se entienden dos conjuntos diferentes de libros del Antiguo Testamento. La Ley se refiere a los escritos atribuidos a Moisés; los Profetas, como el propio nombre lo indica, son los escritos de los profetas y los libros sapienciales.
En el Evangelio de hoy, Jesús hace referencia a aquello que consideramos el resumen del código moral del Antiguo Testamento: los mandamientos de la Ley de Dios. Según el pensamiento de Jesús, la Ley no consiste en principios meramente externos. No. La Ley no es una imposición venida de fuera. Todo lo contrario. En verdad, la Ley de Dios corresponde al ideal de perfección que está radicado en el corazón de cada hombre. Esta es la razón por la cual el cumplidor de los mandamientos no solamente se siente realizado en sus aspiraciones humanas, sino también alcanza la perfección del cristianismo, o, en las palabras de Jesús, alcanza la perfección del reino de Dios: «El que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos» (Mt 5,19).
«Pues yo os digo» (Mt 5,22). El cumplimiento de la ley no se resume en la letra, visto que “la letra mata, pero el espíritu vivifica” (2Cor 3,6). Es en este sentido que Jesús empeña su autoridad para interpretar la Ley según su espíritu más auténtico. En la interpretación de Jesús, la Ley es ampliada hasta las últimas consecuencias: el respeto por la vida está unido a la erradicación del odio, de la venganza y de la ofensa; la castidad del cuerpo pasa por la fidelidad y por la indisolubilidad, la verdad de la palabra dada pasa por el respeto a los pactos. Al cumplir la Ley, Jesús «manifiesta con plenitud el hombre al propio hombre, y a la vez le muestra con claridad su altísima vocación» (Concilio Vaticano II).
El ejemplo de Jesús nos invita a aquella perfección de la vida cristiana que realiza en acciones lo que se predica con palabras.
* Pe. Givanildo dos SANTOS Ferreira (Brasilia, Brasil)
 
Palabras del Santo Padre Pío

«¡Cuántas veces he confiado a esta Madre la atormentada angustia de mi inquieto corazón! ¡Y cuántas veces me ha consolado! (...) En tiempos difíciles, me parece que no tengo madre en la tierra, sino solo una, llena de piedad, en el Cielo (...) Pobre madrecita, ¡Cómo me ama! ¡Con cuánta solicitud me acompañó al altar esta mañana! (...) Me gustaría tener una voz muy fuerte para invitar a los pecadores de todo el mundo a ir hacia Nuestra Señora (…) Esforcémonos, como otras almas elegidas, siempre en ir tras esta Madre bendita, para caminar siempre a su lado, ya que no hay otro camino que conduzca a la vida, si no el que tomó nuestra Madre: no rechacemos esta vía, nosotros que aspiramos llegar al final».

Predicación del Evangelio:
¡No todo vale!
Dice una conocida sentencia: “Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Ha de ser ley porque es justa”. El hombre, que anhela su propia libertad (sin más límites que la propia conciencia) está inclinado a rechazar todas aquellas normas, o mínimas pautas, que vayan en contra de esa idea: yo soy dueño de mi vida, de mi historia y de todo lo que pienso y realizo. ¿O no es así? ¿No hay una práctica rebeldía del hombre contemporáneo a todo lo que se le impone como ley?
 
El evangelio de este domingo VI nos viene estupendamente. Frente al “todo vale” que, en cierta manera nos propaga el mundo, Jesús nos dice el “pero yo os digo”.
 
- Frente al aborto (porque el ser humano ‘es dueño de su propio cuerpo’), el Señor nos recuerda que el 5º mandamiento sigue tan vigente como lo conoció y escuchó Moisés: “No matarás! “Y que, la vida, viene de Dios y, sólo Dios, puede disponer de ella.
 
- Frente al olvido o la marginación de los más mayores (cuando la sociedad afirma que ya han cumplido), el Señor nos trae a la memoria el 4º punto de lo revelado por Dios en el Monte Sinaí “honrarás y respetarás a tus padres”.
 
- Frente a la opulencia (en contraste escandaloso con los países más pobres), en este día el Señor nos lleva al segundo mandamiento: “amarás al prójimo como a ti mismo”.
 
- Frente al intento de absolutizar leyes y normas que siendo indignas se exigen a todas las personas sin derecho a objeción de conciencia (como reclamaba el Papa Benedicto XVI), Jesús nos recuerda que, sólo Dios, es digno de ser adorado y de ser tenido como suprema ley a favor del hombre.
 
La Palabra de Dios, sus leyes, no son ningún adorno para la humanidad. Es la constatación de un hecho real: muchos de los que creemos en el Señor no tenemos orientada suficientemente, y con fortaleza cimentada, nuestra vida en el Reino de Jesús. Dios, y es así, no es ningún adorno: si su Ley fuera cumplida muchos dramas del mundo serían superados.
 
Jesús no quiere esclavos de su Reino. Hay un dicho que dice algo así “la letra con sangre entra”. La ley del Señor, desde el momento en que está sustentada en el amor, requiere discípulos libres (no obligados), con luz propia (no con imitaciones), con sal y picante (no derretidos o vencidos). A nadie se nos obliga a creer y, por lo tanto, cumplir la voluntad de Dios, esperar en El y en sus promesas nos lleva a la siguiente conclusión: vivir según Dios es un gran regalo. Un privilegio que el Señor nos recuerda en el evangelio que acabamos de escuchar.
 
Cristo que sabe cómo se está con Dios metido en el corazón, desea para nosotros lo mismo: la felicidad auténtica. ¿Y cómo se alcanza? Sirviéndole con alegría y con prontitud, con entusiasmo y con diligencia, con perfección y con humildad.
 
Iba un peregrino camino de Compostela y, en un anochecer, mirando hacia las estrellas preguntó: “Señor; qué quieres de mí? Vivo según tu Palabra y camino por tus sendas. Te busco… y no sé si acabo de encontrarte. Una voz, desde lo más profundo del silencio le contestó: “te quiero a Ti”. Esta es la ley del Señor. Sus mandamientos están encaminados precisamente hacia ello: a un encuentro real, misterioso y personal entre Dios y el hombre.
* P. Javier Leoz
 
Poesía
Virgen de Lourdes
 
Virgen de Lourdes, tu amor
Mostraste un día en la gruta,
en la que el alma disfruta
de tu divino esplendor.
Alivias nuestro dolor
con tu piedad generosa,
das el agua milagrosa
de tu fuente de bondad.
Eres luz de la Verdad,
la mujer pura y hermosa.
Concebida inmaculada
para albergar a Emmanuel
y ser, como quiso Él,
nuestra madre consagrada
y, por tu fe, venerada.
Eres rica en santidad
ejemplo de caridad,
causa de nuestra alegría
y en tu intercesión
confía la devota humanidad.
 
(Emma Margarita R. A.-Valdés)
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet
sobre el Evangelio de este domingo.
Para verlo tienes que ir al final de esta página
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
con una oración del santo a la Virgen de Lourdes
Puedes acceder en la dirección:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde Argentina, llega una acción de gracias a Dios y a la Virgen de Lourdes por Luciana F., joven madre de tres niños que tiene leucemia y estaba internada en terapia intensiva por un shock séptico. Hemos rezado por ella durante los últimos días y ahora nos llega la noticia que ha salido de UTI. Seguimos orando para que muy pronto pueda regresar a su hogar.
 
Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Recordando al Padre Natalio
Los ejemplos arrastran
Hay un refrán que dice: “Las palabras mueven, los ejemplos arrastran”. Estos dichos populares son expresión de esa sabiduría que tiene el aval de la experiencia cotidiana. Son irrefutables. Y es la pura verdad que más que las palabras lo que mueve y conmueve a grandes y pequeños son los ejemplos que vemos. Y tanto para el mal como para el bien. He aquí un ejemplo.
 
—¡Baja de ahí, sinvergüenza, y dime tu nombre! – le gritó el propietario a un niñito que estaba subido en un árbol robándole las manzanas.
—¿Para qué quiere saber mi nombre?
—Para llamar a tu padre y decírselo.
—Pues búsquelo en la copa de aquel manzano...
 
¿Gracioso, verdad? Pero la enseñanza es clara. El ejemplo debe subrayar lo que inculcas con las palabras. No puedes escribir con una mano y borrar con la otra. Sólo es posible influir positivamente con la coherencia total. Por ejemplo, ¿puede un padre o una madre orientar por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando manda responder a quien pregunta por teléfono: “decile que no estoy”? Que pases un buen día. Hasta mañana.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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