martes, 2 de agosto de 2022

Pequeñas Semillitas 5051

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5051 ~ Martes 2 de Agosto de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Ven, Señor, a salvarnos. Ven a saciar nuestras hambres, ven a curar nuestras llagas, ven a aliviar nuestras cargas, ven, Señor, a salvarnos.
Ven a limpiar nuestro barro, ven a encender nuestras lámparas, ven a colmar la esperanza, ven, Señor, a salvarnos.
Ven a llenar el vacío, ven a alegrar la tristeza, ven a vestirnos de fuerza, ven, Señor, a salvarnos.
Ven a quitar el pecado, ven a romper las cadenas, ven a ahuyentar las tinieblas, ven, Señor, a salvarnos.
Ven, Señor, y salva a todos los que somos víctimas del pecado y de la debilidad humana. Ven, Señor, a salvarnos.
Sálvanos de tal manera que, con la medicina y el aceite de tu Espíritu, lleguemos a ser también nosotros salvadores.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Jer 30,1-2.12-15.18-22
 
Salmo: Sal 101,16-18.19-21.29 y 22-23
 
Santo Evangelio: Mt 14,22-36
En aquellos días, cuando la gente hubo comido, Jesús obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba solo allí.
La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino Él hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Ánimo!, que soy yo; no temáis». Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas». «¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!». Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?». Subieron a la barca y amainó el viento. Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios».
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le presentaron todos los enfermos. Le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaron salvados.
 
Comentario:
Hoy no veremos a Jesús durmiendo en la barca mientras ésta se hunde, ni calmando la tormenta con una sola palabra increpatoria, suscitando así la admiración de los discípulos (cf. Mt 8,22-23). Pero la acción de hoy no deja de ser menos desconcertante: tanto para los primeros discípulos como para nosotros.
Jesús había obligado a los discípulos a subir a la barca e ir hacia la otra orilla; había despedido a todo el mundo después de haber saciado a la multitud hambrienta y había permanecido Él sólo en la montaña, inmerso profundamente en la oración (cf. Mt 14,22-23). Los discípulos, sin el Maestro, avanzan con dificultades. Fue entonces cuando Jesús se acercó a la barca caminando sobre las aguas.
Como corresponde a personas normales y sensatas, los discípulos se asustan al verle: los hombres no suelen caminar sobre el agua y, por tanto, debían estar viendo un fantasma. Pero se equivocaban: no se trataba de una ilusión, sino que tenían delante suyo al mismo Señor, que les invitaba —como en tantas otras ocasiones— a no tener miedo y a confiar en Él para desvelar en ellos la fe. Esta fe se exige, en primer lugar, a Pedro, quien dijo: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas» (Mt 14,28). Con esta respuesta, Pedro mostró que la fe consiste en la obediencia a la palabra de Cristo: no dijo «haz que camine sobre las aguas», sino que quería seguir aquello que el mismo y único Señor le mandara para poder creer en la veracidad de las palabras del Maestro.
Sus dudas le hicieron tambalearse en la incipiente fe, pero condujeron a la confesión de los otros discípulos, ahora con el Maestro presente: «Verdaderamente eres Hijo de Dios» (Mt 14,33). «El grupo de aquellos que ya eran apóstoles, pero que todavía no creen, porque vieron que las aguas jugaban bajo los pies del Señor y que en el movimiento agitado de las olas los pasos del Señor eran seguros, (...) creyeron que Jesús era el verdadero Hijo de Dios, confesándolo como tal» (San Ambrosio).
* Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
 
Santoral Católico:
San Eusebio de Vercelli
Obispo
[Murió el 1 de agosto y su memoria se celebra el 2 de agosto]. Nació en Cerdeña (Italia) a principios del siglo IV. Abrazó el estado clerical en Roma y el año 345 fue elegido primer obispo de Vercelli (Piamonte). Con su predicación sobre todo en el medio rural contribuyó a incrementar la religión cristiana y a mantener la fe ortodoxa. Introdujo en su diócesis la vida en común del clero diocesano, iniciativa que luego se extendió por todas partes. Fue perseguido por los arrianos por su defensa y esclarecimiento de la divinidad de Jesucristo. El emperador Constancio lo desterró a Escitópolis a causa de la fe, y allí padeció amenazas, malos tratos, cárcel, hambre y toda clase de vejámenes. El año 361 lo enviaron a Capadocia y luego a la Tebaida. Al regresar a su patria, siguió trabajando denodadamente contra la herejía de Arrio y en la restauración de la fe. Murió en Vercelli el 1 de agosto del año 371.
Oración: Concédenos, Señor, Dios nuestro, imitar la fortaleza de tu obispo san Eusebio de Vercelli al proclamar su fe en la divinidad de tu Hijo, y haz que, perseverando en esa misma fe de la que fue maestro, merezcamos un día participar de la vida divina de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Santoral Católico:
San Pedro Julián Eymard
Sacerdote y Fundador
[Murió el 1 de agosto y su memoria se celebra el 2 de agosto]. Nació en La Mure (Francia) el año 1811. Ordenado de sacerdote en 1834 y después de ejercer el ministerio pastoral algunos años en la diócesis de Grenoble, ingresó en la Sociedad de María (Maristas). Pronto se convirtió en el principal colaborador del fundador, el P. Colin. Estando en el santuario mariano de Fourvièr en Lyon, tuvo una profunda experiencia espiritual que lo hizo sentirse llamado a fundar una congregación religiosa destinada a fomentar y propagar el culto al Santísimo Sacramento, del que era muy devoto. Dejó su Congregación y fundó otras dos, la de los Presbíteros del Santísimo Sacramento y la de las Siervas del Santísimo Sacramento. Sus sacerdotes se dedicaban a la adoración y apostolado del Santísimo y también a la atención de los pobres de la periferia de París, así como al cuidado de los sacerdotes que se encontraban en dificultades. Murió el 1 de agosto de 1868 La Mure.
Oración: Oh Dios, que concediste a san Pedro Julián un amor admirable hacia el sagrado misterio del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos benigno que merezcamos participar de este divino convite, comprendiendo, como él, su riqueza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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Santoral Católico:
Santa María de los Ángeles
(o de la Porciúncula)
La ermita de Santa María de los Ángeles, situada en el paraje llamado Porciúncula, a pocos kilómetros de Asís, fue el lugar sagrado preferido por san Francisco. En la ermita y sus alrededores se desarrollaron muchos hechos decisivos de la vida y obra del Santo. Allí comenzó la Orden Franciscana, allí inició santa Clara su aventura evangélica, allí tenían los frailes su casa solariega, allí murió Francisco. Pero antes, en 1216, obtuvo allí de Cristo, por intercesión de la Virgen, el privilegio del «Perdón de Asís» o «Indulgencia de la Porciúncula», confirmado por Honorio III a partir del 2 de agosto de aquel año, renovado y extendido luego por otros papas. En el siglo XVI, para acoger a los numerosos fieles que acudían a lucrar la indulgencia, se construyó el grandioso templo, que alberga en su centro la humilde ermita, declarado en 1909 basílica patriarcal. Las condiciones para ganar la indulgencia son: visitar una iglesia franciscana, (o parroquial) rezar un padrenuestro y un credo, confesar y comulgar dentro de los quince días y orar por las intenciones del Papa.
Oración: Concédenos, Señor, por intercesión de la Virgen, Reina de los Ángeles, que participemos como ella de la plenitud de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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Pensamiento del día
«La oración es conversación y diálogo con Dios: seguridad de las cosas que se esperan, igualdad de condición y de honor con los ángeles, enmienda de los pecados, remedio de los males, garantía de los bienes futuros»
(San Gregorio de Nisa)
 
Tema del día:
La corrección fraterna
La corrección fraterna -tercer acto exterior de la caridad- es una excelente limosna espiritual encaminada a poner remedio a los pecados del prójimo, que constituyen la mayor de sus miserias. Santo Tomás dedica a la corrección fraterna toda una cuestión dividida en ocho artículos (II, II, 33, 1-8).
 
He aquí un breve extracto de su doctrina:
 
1°. La corrección fraterna es un acto que puede pertenecer a la caridad o a la justicia. Pertenece a la caridad cuando con ella tratamos de corregir el pecado ajeno en cuanto es nocivo para el propio equivocado; y a la justicia, cuando se hace para remediar el pecado del equivocado en cuanto que perjudica a las demás personas y principalmente al bien común (a.1).
 
2°. Que estamos obligados a corregir a nuestros semejantes cuando yerran, se desprende del amor efectivo que les debemos; si tenemos obligación de socorrerles en sus necesidades corporales, con mayor razón lo estaremos en las necesidades de su espíritu. Claro está que no debe hacerse de cualquier manera, sino guardando las debidas circunstancias para su oportunidad y eficacia (a. 2). La corrección fraterna se puede omitir sin faltar a la caridad cuando se espera ocasión más oportuna o se teme que empeoraría la situación moral del equivocado o perjudicaría a otros. Pero su omisión podría constituir pecado mortal si por temor o codicia se dejara de corregir al hermano; y sería venial el retraso injustificado en realizar este acto de caridad (Ibíd., ad 3).
 
3°. La corrección fraterna pueden y deben ejercitarla no sólo los superiores sobre los súbditos, sino incluso éstos sobre aquéllos, con tal de guardar los debidos miramientos y consideraciones y en el supuesto de que se pueda esperar con fundamento la enmienda; de lo contrario, los súbditos están dispensados de corregir y deben abstenerse de ello. Lo cual no puede aplicarse a los superiores, que tienen obligación de corregir y castigar a los que obran mal, para salvar el orden de la justicia y promover el bien común mediante el escarmiento de los demás (a. 3 y 4).
 
4°. Incluso el pecador puede ejercitar la corrección fraterna, aunque su propio pecado sea obstáculo para la eficacia de la misma. Pero, si reprende con humildad al equivocado, no peca ni se gana doble condenación, aunque se sienta reo en su propia conciencia, o en la del hermano, del mismo pecado que reprende o de otros semejantes (a.5).
 
5°. Cuando se prevé que la corrección empeorará la situación del pecador endureciéndole más, debe omitirse si se trata de simple corrección caritativa; pero no si se trata de una corrección judicial a cargo del superior, pues éste debe mantener el orden de la justicia y promover el bien común mediante el escarmiento de los demás (a.6).
 
6°. En la corrección fraterna debe guardarse el orden impuesto por el Señor en el Evangelio, de suerte que, tratándose de pecados ocultos, se empiece por la amonestación secreta, se continúe ante dos o tres testigos y se haga públicamente sólo cuando hubieran resultado infructuosas las correcciones anteriores. Si se tratara de pecados públicos y conocidos de todos, habría que hacer la corrección públicamente, para que no se escandalicen los demás (viendo que quedan impunes) y escarmienten en cabeza ajena (a.7).
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Cuentan que un campesino cansado de la rutina del campo y de tanto trabajo duro, decidió vender su finca. Como sabía que su vecino era un destacado poeta, se decidió a pedirle el favor de que le hiciera el aviso de venta. El poeta accedió gustosamente y empezó a elaborarlo: El cartel decía: “Vendo un pedacito de cielo, adornado con bellas flores y verdes árboles, hermosos prados y un cristalino río con el agua más pura que jamás hayan visto” El poeta tuvo que marcharse por un tiempo, pero a su regreso decidió visitar a sus nuevos vecinos, pensando que aquél hombre del aviso de venta ya se había mudado. Cuál fue su sorpresa al encontrarse otra vez con el campesino trabajando en sus campos. El poeta le preguntó: ¡Amigo! ¿No se iba de la finca? El campesino con una sonrisa le respondió: No mi querido vecino, después de leer el aviso que usted me hizo, comprendí que tenía el lugar más maravilloso de la tierra y que por ahora no existe otro mejor…
Tú no necesitas esperar a que venga un poeta para realizar un cartel que diga lo maravillosa que es tu vida... ¿o sí?
 
Un minuto para volar
Agosto 2
Algunas personas disimulan su depresión con sonrisas y esconden lo que sienten. Pero cuando se quedan solas, brota toda la angustia, la irritación y la desolación interior. De pronto, en la soledad, su rostro se vuelve lúgubre. Por eso es bueno dejar que en la soledad te brote una sonrisa. Agradece a Dios la vida que te regala, escucha una buena canción, acaríciate las manos y date cuenta de que no es poco estar vivo. Entonces dile a tu corazón que en el fondo todo está bien, que estás en las manos del Señor, y sonríe. Esa no será una sonrisa falsa, sino verdadera, sincera, y te hará bien.
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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