lunes, 4 de abril de 2022

Pequeñas Semillitas 4956

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 4956 ~ Lunes 4 de Abril de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Nos motivamos hoy con palabras de Santa Teresita del Niño Jesús:
“Dios me da el valor en proporción a mis sufrimientos. Creo que, de momento, no podría soportar más; pero no tengo miedo, pues si los sufrimientos aumentan, Dios aumentará al mismo tiempo mi valor.” (Últimas conversaciones, “Cuaderno amarillo”,15.8.6)
La vida tiene muchas cruces y sufrimientos… y a veces aumenta tanto la intensidad del dolor que nos parece que ya no vamos a poder seguir adelante, que no tenemos fuerzas. Teresita hoy nos invita a poner toda nuestra confianza en Jesús. Él nunca nos va a fallar, pase lo que pase... ¡No tengamos miedo! Porque Él no se mueve de nuestro lado y si le abrimos el corazón, nos dará  toda la fortaleza que necesitamos. ¡Todo es gracia!
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Dan 13,1-9.15-17.19-30.33-62
 
Salmo: Sal 22,1-3a.3b-4.5.6
 
Santo Evangelio: Jn 8, 12-20
En aquel tiempo, Jesús les habló otra vez a los fariseos diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida». Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale». Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado. Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí».
Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?». Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre». Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.
 
Comentario:
Hoy, Jesús nos da una definición de Él mismo, que llena de sentido la vida de quienes, a pesar de nuestras deficiencias, le queremos seguir: «Yo soy la luz del mundo» (Jn 8,12). La persona de Jesús, sus enseñanzas, sus ejemplos de vida son luz que ilumina toda nuestra existencia, tanto en las horas buenas, como en las de sufrimiento o contradicción.
¿Qué quiere decir esto? Pues que en cualquier circunstancia en que nos encontremos, ya sea de trabajo, de relación con los otros, en nuestra relación ante Dios, ante las alegrías o las penas... podemos pensar: —¿Qué hizo Jesús en una situación semejante?; siempre podemos buscar en el Evangelio y responder: —¡Pues esto mismo haré yo! Precisamente, San Juan Pablo II ha incorporado en el Santo Rosario —el “compendio del Evangelio”, como él mismo recuerda— los misterios de la vida pública de Jesús, y los ha denominado “misterios de la luz”. Así, dice el Papa: «Él es quien, declarado Hijo predilecto del Padre en el Bautismo del Jordán, anuncia la llegada del Reino, dando testimonio de él con sus obras y proclamando sus exigencias».
Jesús es luz; quien le siga «no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida» (Jn 8,12). Como discípulos suyos, el Señor nos invita también a ser luz para el mundo; a llevar la luz de la esperanza en medio de las violencias, desconfianzas y miedos de nuestros hermanos; a llevar la luz de la fe en medio de las oscuridades, dudas e interrogantes; a llevar la luz del amor en medio de tanta mentira, rencor y apasionamiento como vemos a nuestro alrededor.
El Papa señala como telón de fondo de todos los misterios de luz, las palabras de María en las bodas de Caná: «Haced lo que Él os diga» (Jn 2,5): éste es el camino para que Jesús sea luz del mundo y para que nosotros iluminemos con esta misma luz.
* Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona, España)
 
Santoral Católico:
San Isidoro de Sevilla
Arzobispo y Doctor de la Iglesia
Nació hacia el año 560, y era oriundo, como sus santos hermanos Leandro, Fulgencio y Florentina, de Cartagena (España). Educado por su hermano san Leandro, arzobispo hispalense, le sucedió en la sede sevillana, donde desarrolló su extraordinaria labor pastoral y literaria, procurando la maduración cultural y moral del clero, fundando un colegio, prototipo de los futuros seminarios. Su sabiduría iba unida a una gran humildad y caridad. Compuso libros llenos de erudición, entre los que hay que destacar el de las Etimologías, organizó bibliotecas, convocó y presidió varios concilios, entre ellos el IV de Toledo del 633, ordenó la liturgia hispano-visigoda, dio cánones sabios para renovar la vida de los religiosos y de los fieles. Después de 40 años de episcopado, murió el 4 de abril del 636. El año 1063 fue trasladado su cuerpo a León, donde hoy recibe culto en la iglesia de su nombre.
Oración: Señor, Dios todopoderoso, tú elegiste a san Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, para que fuese testimonio y fuente del humano saber; concédenos, por su intercesión, una búsqueda atenta y una aceptación generosa de tu eterna verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“El poder es bueno cuando es dado por Dios para contener con él el temor al mal, no para cometer el mal temerariamente. Pues nada es peor que tomarse por el poder la libertad para pecar, nada es más infeliz que el tener la facultad para obrar mal.”
(San Isidoro de Sevilla)
 
Tema del día:
La Lectio Divina
Lectio divina: es un método de oración con la palabra que genera el encuentro personal y comunitario con Cristo
 
Dentro del cristianismo católico existen diversas formas de hacer oración, entre ellas, destaca un método sistematizado en el siglo XII por los monjes cartujos, pero con indicios de su práctica ya entre las primeras comunidades cristianas y algunos padres de la Iglesia. Hablamos de la Lectio Divina o Lectio Divina, entendida como la “lectura orante de la Palabra”.
 
Si bien esta es una práctica reconocida en la Iglesia Católica, sus raíces se fundan en las sinagogas judías, donde la lectura, meditación y oración de las Escrituras eran enseñadas por los rabinos para una mejor comprensión de éstas. Con dicho antecedente, algunos padres de la Iglesia –como Orígenes, Juan Crisóstomo, entre otros– planteaban la necesidad de leer la Biblia con atención, constancia y oración. Así, la lectio divina se fue desarrollando fuertemente entre los monasterios, conformando la columna vertebral de la vida religiosa monástica (trabajo manual, liturgia y Lectio divina), para luego de algunos siglos, –con la recuperación del contacto directo de los creyentes con la Palabra, y la labor del Concilio Vaticano II que invita a los fieles a leer asiduamente la Escritura–, se considera a la lectio como una de las formas más adecuadas para acercarse a Dios.
 
La lectio divina consiste en generar en el lector-orante, un itinerario espiritual que configure con Cristo, le abra al mundo y le inste a la misión por medio de cuatro peldaños espirituales. “Es cierto, la escalera tiene pocos peldaños, pero es de una altura tan inmensa y tan increíble que, al tiempo que su extremo inferior se apoya en la tierra, la parte superior penetra en las nubes e investiga los secretos del cielo” (Guido, “La escalera de los monjes”).
 
Este método es un camino a través del cual avanzamos vivencialmente hacia una meta, Cristo, por tanto, quien la practique debe hacerse disponible para el Espíritu, a la conversión y a la comunión. Por ello, los cuatro escalones que constituyen el proceso de la lectio divina son cuatro actitudes básicas del creyente que desea seguir a Cristo conociendo su Palabra (Lectura), aprendiendo a vivir como Él vivió (Meditación), suplicando fuerza y luz para sus pasos (Oración) y trabajando por el advenimiento del Reino (Contemplación).
 
Primer paso, Lectio (lectura): comprender la Palabra (su sentido literal), respondiendo a la pregunta ¿qué dice el texto? Es importante contextualizar por medio de un acercamiento literario (análisis de las palabras), uno histórico (situación socio-cultural, económica, política y religiosa) y otro teológico (qué dice Dios).
 
Segundo paso, Meditatio (meditación): acoger la Palabra, ¿qué me dice el texto? Entramos en diálogo íntimo con Dios a través de una serie de preguntas que interpelen nuestra realidad, y ayuden a descubrir un mensaje para la vida.
 
Tercero, Oratio (oración): responder a la Palabra, ¿qué me hace decirle a Dios el texto?, respondemos en oración movidos por el Espíritu Santo.
 
Y el cuarto paso, Contemplatio (contemplación/acción): inspirar la vida en la Palabra, ¿a qué conversión y acción nos invita el Señor? Se acoge lo descubierto en el diálogo con Dios, y la buena noticia que nos envía al encuentro con los demás.
 
Es importante que hoy en día podamos difundir en nuestras comunidades la práctica de la lectio divina, pues resulta ser una fuente de renovación espiritual (personal y comunitaria) y un vivo compromiso eclesial.
(Autora: Cecilia Pérez Mora)
 
Cuarenta días para acercarnos a Jesús
Un clamor de justicia
I. Toda la predicación de Jesús es una llamada a la justicia y a la misericordia. La Iglesia, fiel a Sus enseñanzas, nos impulsa y nos urge a vivir las exigencias de la justicia en nuestra vida personal, profesional y social, y a salir en defensa de quienes –por ser más débiles– no pueden hacer valer sus derechos. No son propias del cristiano las lamentaciones estériles. El Señor, en lugar de quejas inútiles, quiere que desagraviemos por las injusticias que se cometen en el mundo, y que tratemos de remediar todas las que podamos, empezando por las que estén a nuestro alcance. Hoy nos preguntamos si hacemos con perfección nuestro trabajo, si pagamos lo debido a quienes nos prestan un servicio, si ejercitamos nuestros derechos, si defendemos la fama de los demás, si defendemos a los más débiles, si aprovechamos el tiempo... Así amamos la justicia.
 
II. Los deberes profesionales son un lugar excepcional para vivir la virtud de la justicia. El dar a cada uno lo suyo, propio de esta virtud, significa en este caso cumplir lo estipulado. Los deberes profesionales son el cauce más oportuno con el que ordinariamente contamos para colaborar en la resolución de los problemas sociales y para intervenir en la construcción de un mundo más justo. El cristiano también debe ser ejemplar en el cumplimiento de las legítimas leyes civiles, porque si son justas son queridas por Dios y constituyen el fundamento de la misma convivencia humana. Entre los deberes sociales del cristiano el Concilio Vaticano II recuerda “el derecho y al mismo tiempo el deber de votar para promover el bien común” (Gaudium et Spes). Desatenderse de manifestar la propia voluntad sería una falta de justicia, mucho más si ese abstencionismo promoviera candidaturas cuyo ideario es opuesto a la doctrina cristiana y a su concepción del hombre.
 
III. Hoy nos unimos a ese deseo de una mayor justicia, que es una de las principales características de nuestro tiempo. Pedimos al Señor por los gobernantes, como siempre se hizo en la Iglesia, para que sean promotores de justicia, de paz, de un mayor respeto por la dignidad de la persona. Nosotros, en lo que está de nuestra parte, hacemos el propósito de llevar las exigencias del Evangelio a nuestra propia vida personal, a la familia, al mundo en el que cada día nos movemos y del que participamos. Cuidaremos la fe, que nos da a conocer el verdadero valor de la persona, y la caridad, que nos lleva a comportarnos con los demás más allá de lo que pediría la justicia, porque vemos en los demás hijos de Dios.
(Francisco Fernández Carvajal)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Cuando yo era niño, mi padre solía contar hasta diez en voz alta cada vez que se encolerizaba con mis hermanas y conmigo. Era una estrategia que él y muchos otros progenitores usaban para tranquilizarse antes de decidir lo que harían a continuación.
Yo he mejorado esa estrategia incorporando el uso de la respiración. Lo único que tienes que hacer es lo siguiente: cuando sientas que estás enojándote, realiza una larga y profunda inspiración, y mientras lo haces, di para ti el número uno. A continuación, relaja todo el cuerpo mientras espiras. Repite el mismo proceso con el número dos, y continúa hasta veinticinco. Lo que estás haciendo en este caso es limpiar la mente mediante una versión reducida de un ejercicio de meditación.
Esta combinación de contar y respirar resulta tan relajante que te será casi imposible continuar enojado cuando acabes. El incremento del oxígeno en los pulmones y el tiempo transcurrido entre el momento en que te enfadas y el instante en que acabes el ejercicio te permitirá aumentar tu sentido de la perspectiva. Esto contribuirá a que las "cosas grandes" te parezcan "pequeñeces".
El ejercicio es igualmente eficaz para trabajar el estrés o la frustración. Siempre que te sientas un poco trastornado, ponlo a prueba.
 
Pedidos de oración
🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo NO A LA GUERRA EN UCRANIA; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la salvación de la República Argentina en el marco de la justicia.
 
🙏 Pedimos oración por todos los países de Latinoamérica, para que no caigan en las garras nefastas del comunismo y/o gobiernos populistas que tienden hacia lo dictatorial, sin tener interés en las necesidades de los pueblos, sino en satisfacer las propias ambiciones desmedidas de los políticos enquistados en los diversos gobiernos.
 
🙏 Pedimos oración por el eterno descanso del alma de la señora Regina A., de Elizabeth, Nueva Jersey, U.S.A, fallecida el día 1 de abril por cáncer.
 
🙏 Pedimos oración para Luis Miguel S., de Colonia, Nueva Jersey, U.S.A, que está recibiendo tratamiento de quimioterapia por cáncer de pulmón. Que el Señor lo acompañe para que pueda salir adelante y con bien de esta enfermedad.
 
🙏 Pedimos oración para el señor Luis Alberto M., de Córdoba, Argentina, hombre bastante mayor, que luego de dos días de internación fue derivado a su domicilio siendo su diagnóstico una enfermedad vascular crónica a nivel cerebral. Invocamos la maternal protección de la Santísima Virgen María para que pida a su Hijo que lo ayude tanto a él como a su esposa, pues ambos viven solos y deben afrontar esta enfermedad propia de la senilidad.
 
🙏 Pedimos oración para el joven Agustín, de Córdoba, Argentina, de 14 años de edad, afectado de cáncer de testículo con metástasis, bajo tratamiento de quimioterapia. Rogamos la intercesión del Santo Cura Brochero para que le conceda de Jesús el milagro de la sanación.
 
🙏 Pedimos oración para Mary Carmen A., de México, 70 años de edad, operada dos veces en los últimos días de columna, para que con la ayuda del Señor de la Misericordia y de la Virgen de Guadalupe, pueda recuperar su salud.
 
🙏 Pedimos oración para Maricarmen P. B., de Madrid, España, a quien esta semana le realizan pruebas para el preoperatorio, y en dos semanas la operan de mama, confiando en la misericordia del Padre Celestial, de la Santísima Virgen y San Juan Pablo II. 
 
🙏 Pedimos oración para Sergio G., de 63 años de edad, de la ciudad de La Plata, Argentina, en post operatorio de cirugía de corazón, todavía en terapia intensiva conectado a respirador, rogando a Jesús que lo asista y fortalezca para que pueda superar esta situación y recuperar su salud.
 
🙏 Pedimos oración para Deibid Johan G. F., joven residente del municipio de Mosquera (Cundinamarca), Colombia, quien recibió serias heridas en rostro, cabeza, espalda, brazos y piernas; se encuentra emocionalmente impactado. Le colocamos en las Sanadoras, Santas y Venerables Manos de nuestro Señor Milagroso, confiados en la segura intercesión de María, la Virgen María, por su salud y pronta recuperación física, emocional y espiritual.
 
🙏 Pedimos oración para las siguientes personas: Carla V., de Lima, Perú, de aproximadamente 35 años de edad, que este miércoles será sometida a cirugía por un tumor; Darian y Luz, jóvenes argentinos atropellados por una patrulla en México: a ella le amputaron una pierna y él está muy grave; María Angélica T., 62 años, de Rosario, Argentina, que hoy será operada de cataratas; Adriana Mónica T. (hermana de la anterior), 60 años, también de Rosario, Argentina, que será operada mañana de cáncer de mama; Emma T., de Argentina, con adormecimiento del pie izquierdo y turno con médico en próximos días… Por estos hijos e hijas tuyas ¡Te rogamos Señor! Sostenemos las oraciones que hemos pedido en días anteriores para Elenita; Marta; Katia; Verónica y Mary Carmen.
 
🙏 Pedimos oración para estas personas de Córdoba, Argentina: por el eterno descanso del alma de Carolina, que con solo 45 años de edad y luego de una larga enfermedad, ha sido llamada a la presencia de Dios; por el consuelo de sus padres: Elba y Julio; también por el joven Agustín, 24 años, con cáncer y metástasis; y por Marisa R., que tiene un tumor en el cerebro y hoy será intervenida. Rogamos al Señor, que en su infinita misericordia, nos conceda lo que pedimos para estos hermanos y hermanas nuestras.
 
🙏 Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin, rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Un minuto para volar
Abril 4
Señor mío, quiero agradecerte por tu presencia en mi vida, porque estuviste siempre. Estabas en el seno de mi madre, en esos meses de embarazo cuando me iba formando poco a poco. Allí estabas diciéndome sin palabras que yo era tu criatura amada. Estuviste en el momento de mi nacimiento, celebrando mi entrada a este mundo. Estuviste a mi lado en los momentos de llanto y desolación, tratando de consolarme con discretos mensajes interiores. Estuviste en cada fracaso, poniendo en mi corazón la decisión de empezar de nuevo. Estuviste siempre, aunque yo no supiera reconocerte. Gracias Señor.
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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