jueves, 17 de marzo de 2022

Pequeñas Semillitas 4938

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 4938 ~ Jueves 17 de Marzo de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jamás nos comparemos con nadie, ni a favor ni en contra; cada cual recibe de la vida lo que ha merecido y cosecha lo que ha sembrado. Debemos orientarnos a lograr lo mejor de nosotros mismos y de nuestra vida, ya que cada cual tiene una diferente misión que cumplir.
Intentemos entonces ser mejores cada día... pero no mejor que los demás, en lo que sería una actitud soberbia de querer sobresalir o destacarnos. Lo que tenemos que hacer es ser mejores de lo que hoy somos, o sea, mejorar nosotros mismos, en lo que hacemos, en lo que vivimos, en lo que brindamos a los demás.
¡Vivamos un Cuaresma edificante en lo espiritual!
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Jer 17,5-10
 
Salmo: Sal 1,1-2.3.4.6
 
Santo Evangelio: Lc 16,19-31
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y un pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico, pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.
»Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama’. Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y, además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros’.
»Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento’. Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan’. Él dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán’. Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite’».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio es una parábola que nos descubre las realidades del hombre después de la muerte. Jesús nos habla del premio o del castigo que tendremos según cómo nos hayamos comportado.
El contraste entre el rico y el pobre es muy fuerte. El lujo y la indiferencia del rico; la situación patética de Lázaro, con los perros que le lamen las úlceras (cf. Lc 16,19-21). Todo tiene un gran realismo que hace que entremos en escena.
Podemos pensar, ¿dónde estaría yo si fuera uno de los dos protagonistas de la parábola? Nuestra sociedad, constantemente, nos recuerda que hemos de vivir bien, con confort y bienestar, gozando y sin preocupaciones. Vivir para uno mismo, sin ocuparse de los demás, o preocupándonos justo lo necesario para que la conciencia quede tranquila, pero no por un sentido de justicia, amor o solidaridad.
Hoy se nos presenta la necesidad de escuchar a Dios en esta vida, de convertirnos en ella y aprovechar el tiempo que Él nos concede. Dios pide cuentas. En esta vida nos jugamos la vida.
Jesús deja clara la existencia del infierno y describe algunas de sus características: la pena que sufren los sentidos —«que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc 16,24)— y su eternidad —«entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo» (Lc 16,26).
San Gregorio Magno nos dice que «todas estas cosas se dicen para que nadie pueda excusarse a causa de su ignorancia». Hay que despojarse del hombre viejo y ser libre para poder amar al prójimo. Hay que responder al sufrimiento de los pobres, de los enfermos, o de los abandonados. Sería bueno que recordáramos esta parábola con frecuencia para que nos haga más responsables de nuestra vida. A todos nos llega el momento de la muerte. Y hay que estar siempre preparados, porque un día seremos juzgados.
* Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal (Sant Just Desvern, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Patricio
Obispo y Patrón de Irlanda
Nació en Gran Bretaña hacia el año 385. Muy joven fue llevado cautivo por unos piratas a Irlanda, vendido como esclavo y obligado a guardar ovejas. Recobrada la libertad, abrazó el estado monástico y clerical. Recibió la ordenación sacerdotal y fue monje en la abadía de Lérins. Marchó a Roma a estudiar y el papa Celestino lo consagró obispo y le encomendó la misión de evangelizar Irlanda. Desplegando sus extraordinarias dotes de misionero y catequista, convirtió a la fe a numerosas gentes, e instauró la Iglesia en Irlanda. A su muerte había consagrado varios cientos de obispos y ordenado varios miles de sacerdotes. La grandeza de su obra evangelizadora puede apreciarse en la historia cristiana de Irlanda. Murió el año 461, cerca de Down, llamado en su honor Downpatrik (Irlanda).
Oración: Oh Dios, que elegiste a tu obispo san Patricio para que anunciara tu gloria a los pueblos de Irlanda, concede, por su intercesión y sus méritos, a cuantos se glorían de llamarse cristianos, la gracia de proclamar siempre tus maravillas delante de los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“El día de San Patricio es nuestro día de celebración para el santo favorito de Irlanda, que tanto nos salvó de las serpientes, como nos dio nuestro propio día para celebrar nuestra herencia irlandesa”.
(Tomado de Internet)
 
Tema del día:
Francisco consagrará a Rusia y Ucrania
al Inmaculado Corazón de María
El Papa Francisco consagrará Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María el viernes 25 de marzo durante una celebración penitencial en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
 
Así lo informó este 15 de marzo el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni: “El viernes 25 de marzo, durante la celebración penitencial que presidirá a las 5:00 p.m. en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco consagrará a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María”, escribió Bruni.
 
El comunicado del Vaticano añade que “el mismo acto, el mismo día, será realizado” en el Santuario de la Virgen de Fátima (Portugal), por su Eminencia el Cardenal Konrad Krajewski, limosnero pontificio, “como enviado del Santo Padre”.
 
El pasado 2 de marzo los obispos católicos de rito latino en Ucrania pidieron al Papa Francisco que consagre públicamente este país y a Rusia al Inmaculado Corazón de María, como lo pidió la Virgen de Fátima en sus apariciones en 1917.
 
“¡Padre Santo! En estas horas de dolor inconmensurable y terrible prueba para nuestro pueblo, nosotros, los obispos de la Conferencia Episcopal de Ucrania, somos portavoces de la incesante y sentida oración, sostenida por nuestros sacerdotes y consagrados, que nos llega de todo el pueblo cristiano, para que Su Santidad dedique nuestra Patria y Rusia”, escribieron en una carta pública al Papa.
 
En esta línea, el Episcopado de Ucrania solicitó “humildemente a Su Santidad que realice públicamente el acto de consagración al Sagrado Inmaculado Corazón de María de Ucrania y Rusia, como lo solicitó la Santísima Virgen en Fátima”, y rezaron a “la Madre de Dios, Reina de la Paz que acoja nuestra oración: ¡Regina pacis, ora pro nobis!”.
 
Los obispos católicos ucranianos rezan para que esta consagración pública por parte del Papa Francisco pueda poner fin a la guerra que comenzó el 24 de febrero con la invasión de las fuerzas militares rusas.
 
Antecedentes
La Virgen de Fátima dijo a los tres pastores en 1917 que “‘Rusia se convertirá’ y ‘al final, mi [Inmaculado] Corazón triunfará”.
 
En 1984 el Papa Juan Pablo II consagró en el Vaticano a Rusia y el mundo entero al Inmaculado Corazón de María.
 
Hace algunos años el entonces Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, precisó que Sor Lucía, la vidente de Fátima que vivió más años, “confirmó personalmente que este acto solemne y universal de consagración correspondía a los deseos de Nuestra Señora” de Fátima.
 
Tras la consagración realizada en la Plaza de San Pedro en 1984, se derrumbó en primer lugar el bloque soviético en 1989 y luego la Unión Soviética, como consecuencia de diversos factores sociales, políticos y económicos.
 
Finalmente, los obispos de Ucrania también han propuesto una oración actualizada de consagración al Inmaculado Corazón de María, para que se rece al final de cada Misa y en privado.
 
A continuación, la oración propuesta por el episcopado de Ucrania:
Amada Reina y Madre Nuestra, Reina del Santo Rosario, Auxilio de los cristianos, Salvación del género humano, Virgen victoriosa, aquí nos postramos humildemente ante Ti, para que lleves nuestras sinceras oraciones a Dios Todopoderoso en la Trinidad.
Venimos con la plena confianza de que suplicamos misericordia y protección para nuestra Patria en este tiempo dramático de guerra.
Madre de Misericordia, te lo pedimos no por nuestros méritos, con los que no contamos, sino en vista de la bondad infinita de Tu Corazón y de la Sangre salvadora de Cristo, Tu Hijo.
Que llegue a ti el sufrimiento y los gritos de auxilio de tantas personas. Ten piedad de los heridos y víctimas de los bombardeos, de los huérfanos y de las viudas, de todos aquellos que se vieron obligados a abandonar sus hogares y buscar refugio en lugares más seguros.
Ruega misericordia por los que dieron su vida defendiendo al prójimo y a nuestra Patria.
¡Oh Madre Inmaculada!, ruega a Dios la gracia de la conversión, y te pedimos especialmente la conversión de Rusia y de todos aquellos que están cegados por el odio o la sed de poder.
¡Ruega por nosotros, especialmente por aquellas gracias que pueden cambiar los corazones humanos en un instante, y que prepararán y traerán una paz tan codiciada! Sobre todo, danos el don de la paz espiritual para que el Reino de Dios crezca en paz y armonía.
Reina de la Paz, ruega para nosotros la gracia de la verdadera reconciliación con Dios y entre nosotros, para que podamos darnos una mano de ayuda y apoyo.
Trono de la sabiduría, inspira a todos los gobernantes a tomar decisiones sabias y fortalece los esfuerzos de quienes contribuyen al final de la guerra y la paz.
Reina de los Apóstoles, ruega para nuestros pastores el don de la fe y el celo firmes en la administración de los Sacramentos, para que en este tiempo estemos todos unidos en la mesa eucarística y en la oración celosa.
Sana a los enfermos, fortalece a todo el personal médico y voluntario que atiende a los enfermos y heridos, pide para ellos fuerza espiritual y física.
Sé sanadora para los enfermos, fortalecedora para los moribundos y ánimo para sus seres queridos.
Así como la Iglesia y toda la humanidad fueron consagradas al Corazón de Tu Divino Hijo, y en Él esperamos convertirnos en fuente inagotable de victoria y salvación para todos, así nos consagramos para siempre a Ti y a Tu Inmaculado Corazón, nuestra Madre y Reina.
Para que tu amor y tu cuidado aseguren la victoria del Reino de Dios, y que nuestra Ucrania y todas las naciones reconciliadas entre sí y con Dios, te bendigan y te glorifiquen.
¡Amén!
 
Cuarenta días para acercarnos a Jesús
Desprendimiento
I. El Señor desea que nos ocupemos de las cosas de la tierra, y las amemos correctamente: Poseed y dominad la tierra (Génesis 1, 28). Pero una persona que ame “desordenadamente” las cosas de la tierra, no deja lugar en su alma para el amor a Dios. Son incompatibles el “apegamiento” a los bienes y querer al Señor: No podéis servir a Dios y a las riquezas (Mateo 6, 24). Las cosas pueden convertirse en atadura que impida alcanzar a Cristo. Y si no llegamos hasta Él, ¿para qué sirve nuestra vida? Los bienes materiales son buenos porque son de Dios, pero solamente somos administradores de esos bienes durante un tiempo, por un plazo corto. Todo nos debe servir para amar a Dios –Creador y Padre– y a los demás. Si nos apegamos a las cosas, si no hacemos actos de desprendimiento efectivo de los bienes, éstos se convierten en males. Un ídolo ocupa entonces el lugar que sólo Dios debe ocupar.
 
II. El egoísmo y aburguesamiento impiden ver las necesidades ajenas. Entonces, se trata a las personas como cosas... como cosas sin valor. Con el ejercicio que hagamos de los bienes, muchos o pocos, nos ganamos la vida eterna. Este es tiempo de merecer. Siendo generosos, tratando a los demás como a hijos de Dios, somos felices aquí en la tierra y más tarde en la otra vida. El desasimiento de los bienes ha de ser efectivo, que no se consigue sin sacrificio; natural, discreto y positivo; es también interno, que afecta a los deseos; actual, porque requiere examinarse con frecuencia; y finalmente alegre, porque tenemos los ojos puestos en Cristo, bien incomparable, y porque no es una mera privación, sino riqueza espiritual, dominio de las cosas y plenitud.
 
III. El desprendimiento nace del amor a Cristo y, a la vez, hace posible que crezca y viva este amor. Dios no habita en un alma llena de baratijas. Por eso es necesaria una firme labor de vigilancia y limpieza interior. El desprendimiento necesario para seguir de cerca al Señor incluye, además de los bienes materiales, el desprendimiento de nosotros mismos: de la salud, de lo que piensan los demás de nosotros, de las ambiciones nobles, de los triunfos y los éxitos profesionales. Los cristianos deben poseer las cosas como si nada poseyesen (1 Corintios 7, 30). Nuestro corazón también para Dios, porque para Él ha sido hecho, y sólo en Él colmará sus ansias de felicidad y de infinito. Todos los amores limpios y nobles se ordenan y se alimentan en este gran Amor: Jesucristo Señor Nuestro. ¡Corazón dulcísimo de María, guarda nuestro corazón y prepárale un camino seguro!
(Francisco Fernández Carvajal)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Dios se siente feliz de que el mes de marzo, el mes de San José, corresponda a una parte de la Cuaresma, para que, durante este tiempo, con interés especial, cada uno de nosotros, en el silencio y la humildad que el Señor nos recomendó, se esfuerce como San José, por glorificar a Dios ofreciéndose a Él por la salvación del mundo.
Nuestros ejercicios de piedad y nuestras mortificaciones, nuestras obras de misericordia y nuestras limosnas son ofrendas que el Señor recibe y que, por medio del misterio de la Misa, une a su propio sacrificio para la salvación del mundo.
San José, custodio del misterio divino, con la ayuda de la gracia, vio cómo su amor de esposo y su sentido de la paternidad se renovaban, transformaban y transfiguraban para alcanzar una nueva dimensión en el sentido del servicio a Dios en favor de la salvación del mundo. Así, nosotros, a través de su intercesión, aprenderemos imitando su ejemplo.
La veneración a San José, sin querer igualarla, es inseparable de la de la Santísima Virgen y el lugar que ocupa en el misterio de la Encarnación es tan eminente que la Iglesia no exagera con los honores que le rinde.

Un minuto para volar
Marzo 17
Es verdad que los seres humanos tenemos la noble capacidad de pensar, pero no toda la vida consiste en pensar, en darle vueltas a todo en la cabeza. Si no sabemos percibir la realidad, la mente se convierte en una fábrica frenética de razonamientos que nos alejan de la tierra, de la vida, de la gente. Los grandes sabios han sido capaces de percibir con atención los detalles de la realidad. Leonardo da Vinci decía que los ojos de la cara ven mejor que los ojos de la imaginación. Te propongo entonces que hoy prestes más atención a lo que te rodea, a los detalles de una planta, a los rostros de las personas, al sabor de la comida. Así vivirás más y podrás sentir gratitud hacia Dios por la vida que te regala.
(Mons. Víctor M. Fernández)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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