viernes, 3 de diciembre de 2021

Pequeñas Semillitas 4869

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4869 ~ Viernes 3 de Diciembre de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Dios, después del pecado de Adán, dejó pasar cuatro mil años antes de enviar a la tierra su Hijo para redimir al mundo.
Llegado ya el tiempo, el Ángel embajador es enviado a la ciudad de Nazaret a la Virgen María, para anunciarle la venida del Verbo, que quiere encarnarse en su seno. María acepta el ser Madre de tal Hijo al pronunciar aquellas palabras: «hágase en mí según tu palabra.»
Demos gracias a este Hijo, y démoslas también a esta Madre, que al aceptar serlo de un tal Hijo, acepta al mismo tiempo ser madre de nuestra salvación, y juntamente Madre de dolores, resignándose desde luego al anuncio de los que había de padecer, por ser madre de su Hijo, que venía a padecer y morir por los hombres.
En este tiempo de ADVIENTO, acompañamos a María y preparamos nuestro corazón para recibir a Jesús en Navidad.
 
¡Buenos días María!
La Natividad del Señor que estamos esperando iluminará una vez más con su luz las tinieblas que con frecuencia envuelven nuestro mundo y nuestro corazón, y traerá esperanza y alegría. ¿De dónde viene esta luz? De la gruta de Belén, donde los pastores encontraron a “María y a José, y al niño reclinado en el pesebre”.
Ante la Sagrada Familia surge otra pregunta más profunda: ¿cómo pudo aquel niño pequeño y débil traer al mundo una novedad tan radical como para cambiar el curso de la historia? ¿No hay, tal vez, algo de misterioso en su origen que va más allá de aquella gruta?
La pregunta sobre el origen de Jesús, la misma que plantea el procurador Poncio Pilato durante el proceso: “¿De dónde eres tú?”. Sin embargo, se trata de un origen bien claro. En el Evangelio de Juan, cuando el Señor afirma: “Yo soy el pan bajado del cielo”, (…) “No vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis”.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Isaías 29,17-24
 
Salmo: Sal 27 (26),1.4.13-14
 
SANTO EVANGELIO: Mateo 9,27-31
Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!». Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?». Dícenle: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe». Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!». Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.
 
Comentario:
Hoy, en este primer viernes de Adviento, el Evangelio nos presenta tres personajes: Jesús en el centro de la escena, y dos ciegos que se le acercan llenos de fe y con el corazón esperanzado. Habían oído hablar de Él, de su ternura para con los enfermos y de su poder. Estos trazos le identificaban como el Mesías. ¿Quién mejor que Él podría hacerse cargo de su desgracia?
Los dos ciegos hacen piña y, en comunidad, se dirigen ambos hacia Jesús. Al unísono realizan una plegaria de petición al Enviado de Dios, al Mesías, a quien nombran con el título de “Hijo de David”. Quieren, con su plegaria, provocar la compasión de Jesús: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!» (Mt 9,27).
Jesús interpela su fe: «¿Creéis que puedo hacer eso?» (Mt 9,28). Si ellos se han acercado al Enviado de Dios es precisamente porque creen en Él. A una sola voz hacen una bella profesión de fe, respondiendo: «Sí, Señor» (Ibidem). Y Jesús concede la vista a aquellos que ya veían por la fe. En efecto, creer es ver con los ojos de nuestro interior.
Este tiempo de Adviento es el adecuado, también para nosotros, para buscar a Jesús con un gran deseo, como los dos ciegos, haciendo comunidad, haciendo Iglesia. Con la Iglesia proclamamos en el Espíritu Santo: «Ven, Señor Jesús» (cf. Ap 22,17-20). Jesús viene con su poder de abrir completamente los ojos de nuestro corazón, y hacer que veamos, que creamos. El Adviento es un tiempo fuerte de oración: tiempo para hacer plegaria de petición, y sobre todo, oración de profesión de fe. Tiempo de ver y de creer.
Recordemos las palabras del Principito: «Lo esencial sólo se ve con el corazón».
* Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Francisco Javier
Sacerdote Misionero Jesuita
Nació de familia noble en el Castillo de Javier (Navarra, España) el año 1506. En 1525 marchó a París a estudiar, y allí se encontró con el beato Pedro Fabro y san Ignacio, que le contagiaron su ideal religioso. Se unió al grupo iniciado por san Ignacio y fue uno de los miembros fundacionales de la Compañía de Jesús. El año 1537 recibió la ordenación sacerdotal en Venecia, donde se dedicó a obras de caridad. Tras breves estancias en Bolonia y Roma, el año 1541, respondiendo a la petición del rey de Portugal de misioneros para sus posesiones en Asia, marchó al Oriente, donde se convirtió en uno de los más destacados misioneros de la historia de la Iglesia. Evangelizó incansablemente la India, las islas Molucas y el Japón durante diez años, convirtió a muchos a la fe y estableció comunidades cristianas. Murió el 3 de diciembre de 1552 en la isla de Sanchón o Sancián, a las puertas de China. Pío XI lo declaró en 1927 patrono de las misiones, junto con santa Teresa del Niño Jesús.
Oración: Señor y Dios nuestro, tú has querido que numerosas naciones llegaran al conocimiento de tu nombre por la predicación de san Francisco Javier; infúndenos su celo generoso por la propagación de la fe, y haz que tu Iglesia encuentre su gozo en evangelizar a todos los pueblos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
 
“Es el amor lo que da precio
a todas nuestras obras;
no es por la grandeza
y multiplicidad de nuestras obras
por lo que agradamos a Dios,
sino por el amor con que las hacemos”
(San Francisco Javier)
 
Tema del día:
¡Invoca a María!
Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar: ¡Invoca a María!
 
Si te golpean las olas de la soberbia, de la maledicencia, de la envidia, mira a la Estrella, ¡Invoca a María!
 
Si la cólera, la avaricia, la sensualidad de tus sentidos quieren hundir la barca de tu espíritu, que tus ojos vayan a esa Estrella: ¡Invoca a María!
 
Si ante el recuerdo desconsolador de tus muchos pecados y de la severidad de Dios, te sientes ir hacia el abismo del desaliento o de la desesperación, ¡Lánzale una mirada a la Estrella, e invoca a la Madre de Dios!
 
En medio de tus peligros, de tus angustias, de tus dudas, piensa en María, ¡Invoca a María!
 
El pensar en Ella y el invocarla, sean dos cosas que no se aparten nunca ni de tu corazón ni de tus labios. Y para estar más seguro de su protección no te olvides de imitar sus ejemplos.
 
¡Siguiéndola no te pierdes en el camino! ¡Implorándola no te desesperarás! ¡Pensando en Ella no te descarriarás!
 
Si Ella te tiene de la mano no te puedes hundir. Bajo su manto nada hay que temer.
 
¡Bajo su guía no habrá cansancio, y con su favor llegarás felizmente al Puerto de la Patria Celestial!
 
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
(San Bernardo)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
“¡Salgan al encuentro del Señor que viene!”
El Adviento es un tiempo de despertar si nos habíamos dormido, de avivar la fe. Es muy importante sin embargo recordar que éste no es un tiempo de amenazas. Decimos: “¡Viene el Señor!” Y algunos parece que lo dicen con espanto, como si viniera el desastre, como si hubiera que esconderse. Es al revés.
¡Viene el Señor, qué alegría! Dios está con nosotros, Dios es el Libertador.
¿Has tenido alguna vez la experiencia de ver amanecer? Es de noche y está oscuro, pero se adivina ya cierto resplandor más claro...
Viene la luz, viene el sol, y nos sentimos bien, nos sentimos llenos de esperanza.
Éste es el mensaje de Adviento: “Alégrate, porque llega tu Luz”.
(José Enrique Ruiz de Galarreta)
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la salvación de Argentina en el marco de la justicia.
 
Pedimos oración por todos los países de Latinoamérica, para que no caigan en las garras nefastas del comunismo y/o gobiernos populistas que tienden hacia lo dictatorial, sin tener interés en las necesidades de los pueblos, sino en satisfacer las propias ambiciones desmedidas de los políticos enquistados en los diversos gobiernos.
 
Pedimos oración por la salud física y la paz emocional de nuestra lectora Sonia M. Q., 79 años de edad, originaria de Costa Rica, y ahora transitoriamente en USA, rogando al Señor que la ayude a hacer frente a los graves problemas familiares que la acosan, y que pueda concretar todos los planes futuros que tiene, y a la Virgen María que la acompañe en todo momento y la fortalezca en los momentos de mayores dificultades.
 
Pedimos oración para Corina R., en California, USA, que fue operada de tumor en cerebro, pero sigue desmejorando como que todavía habría más procesos tumorales en su organismo. Que la mediación de la Santísima Virgen sea para ella pidiendo a Dios por su salud.
 
Pedimos oración por la salud física, emocional  y espiritual de Claudia T., de Buenos Aires, Argentina, para que sienta la presencia permanente del Señor junto a ella y Él la ayude a conseguir las metas que ansía para su vida, siempre con la maternal protección de María, Madre de Jesús y Madre de todos nosotros.
 
Pedimos oración por la salud de Thelma V., de Costa Rica. Que Dios, le conceda sus gracias de sanación.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Diciembre 3
Estén alegres cuando compartan los sufrimientos de Cristo, rebosen de gozo y alegría. Glorioso san José danos estos mismos sentimientos para enfrentar los pesares de la vida. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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