miércoles, 20 de enero de 2021

Pequeñas Semillitas 4556

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4556 ~ Miércoles 20 de Enero de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi amado Señor, Tú siempre me acompañas, permaneces siempre conmigo incluso en las noches más oscuras de mi alma. La vida eterna que Tú me prometes eres Tú mismo, seguirte, adorarte y amarte por siempre, sumergirme por completo en el océano de amor de tu compasivo corazón. Con tu paso por este mundo has destruido el miedo a la muerte, con tu resurrección me diste la vida. Quiero renunciar a mis malas inclinaciones, deseo seguirte con el corazón, rechazando todo aquellos que me aferra a los bienes del mundo y me separa de tu divino amor. Con tu presencia sanadora has alejado mis temores y angustias. Siento que mi corazón ha renacido en Ti y quiere ser testigo de tu bondad, sin temor a la muerte, porque confío en tu promesa de que, aunque este cuerpo gastado muera, si permanezco unido a Ti, si creo verdaderamente en Ti, no moriré para siempre. Por eso, hoy te pido que actúes en el silencio de mi alma, en los vacíos de mi corazón, para nunca perderte, para siempre amarte. Ven y dale paz a mi espíritu. Ayúdame a confiar siempre en tu amor que es más grande que cualquier cosa en este mundo. Amén.
 
¡Buenos días María!
María es nuestra Madre. Y una madre se ocupa y preocupa por sus hijos, y está pendiente de que nada les falte, que tengan todo lo necesario para crecer y desarrollarse perfectamente en la vida corporal, moral y espiritual.
Por eso la Virgen está pendiente de todo cuanto nos pasa, porque no hay cosas pequeñas en la vida de los hombres, puesto que hasta una pinchadura de alfiler, puede ser bueno o malo para la vida espiritual, y María lo observa todo, y siempre tiene el auxilio oportuno para cada uno de sus hijos.
¡Qué bueno que es Dios, que nos ha dado tan preciosa Madre! Él la ha creado sólo inferior a Sí mismo, y ha puesto en Ella todo lo más precioso que posee, incluso a su mismo Hijo.
Pues bien, esta Criatura que es María Santísima, es nuestra Mamá cariñosa, que siempre está pendiente de lo que pasa en nuestras vidas, y que vela día y noche para que vivamos bien en este mundo, con todo lo necesario, incluso lo material, para que también alcancemos al final el Cielo prometido.
Si confiáramos en María, entonces nuestra vida se deslizaría con total tranquilidad, porque hasta en los momentos dramáticos, tendríamos el consuelo de esta Madre, que es toda Corazón y que es la que ha sonreído a los Mártires para animarlos al martirio.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Heb 7,1-3.15-17
 
Salmo: Sal 110 (109),1.2.3.4.
 
Santo Evangelio: Mc 3,1-6
En aquel tiempo, entró Jesús de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle. Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio». Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?». Pero ellos callaban. Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». Él la extendió y quedó restablecida su mano. En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra Él para ver cómo eliminarle.
 
Comentario:
Hoy, Jesús nos enseña que hay que obrar el bien en todo tiempo: no hay un tiempo para hacer el bien y otro para descuidar el amor a los demás. El amor que nos viene de Dios nos conduce a la Ley suprema, que nos dejó Jesús en el mandamiento nuevo: «Amaos unos a otros como yo mismo os he amado» (Jn 13,34). Jesús no deroga ni critica la Ley de Moisés, ya que Él mismo cumple sus preceptos y acude a la sinagoga el sábado; lo que Jesús critica es la interpretación estrecha de la Ley que han hecho los maestros y los fariseos, una interpretación que deja poco lugar a la misericordia.
Jesucristo ha venido a proclamar el Evangelio de la salvación, pero sus adversarios, lejos de dejarse convencer, buscan pretextos contra Él: «Había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle» (Mc 3,1-2). Al mismo tiempo que podemos ver la acción de la gracia, constatamos la dureza del corazón de unos hombres orgullosos que creen tener la verdad de su parte. ¿Experimentaron alegría los fariseos al ver aquel pobre hombre con la salud restablecida? No, todo lo contrario, se obcecaron todavía más, hasta el punto de ir a hacer tratos con los herodianos —sus enemigos naturales— para mirar de perder a Jesús, ¡curiosa alianza!
Con su acción, Jesús libera también el sábado de las cadenas con las cuales lo habían atado los maestros de la Ley y los fariseos, y le restituye su sentido verdadero: día de comunión entre Dios y el hombre, día de liberación de la esclavitud, día de la salvación de las fuerzas del mal. Nos dice san Agustín: «Quien tiene la conciencia en paz, está tranquilo, y esta misma tranquilidad es el sábado del corazón». En Jesucristo, el sábado se abre ya al don del domingo.
* Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Rubí, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Sebastián
Mártir
Oriundo de Narbona, hijo de familia cristiana, creció y fue educado en Milán. De joven siguió a su padre en la carrera militar. Marchó a Roma, donde recrudecía la persecución por causa de la fe, para confortar a los cristianos. Durante algún tiempo gozó de la amistad de los emperadores Diocleciano y Maximiano, que le confiaron cargos de responsabilidad; pero, a principios del siglo IV, descubrieron su condición de cristiano, a la que no quiso renunciar, por lo que Maximiano lo condenó a morir asaetado en el campo, atado a un árbol. Lo dieron por muerto, pero no lo estaba, y una matrona romana lo recogió y curó. Volvió Sebastián a proclamar en público su fe en Cristo y a rechazar el paganismo, por lo que Diocleciano lo condenó, hacia el año 304, a ser azotado hasta la muerte. Su sepulcro, muy honrado desde antiguo, se encuentra en las catacumbas de la vía Apia que llevan su nombre.
Oración: Te rogamos, Señor, nos concedas el espíritu de fortaleza para que, alentados por el ejemplo glorioso de tu mártir san Sebastián, aprendamos a someternos a ti antes que a los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día 
“Amar significa amar lo desagradable.
Perdonar significa perdonar lo imperdonable.
Fe significa creer lo increíble.
Esperanza significa esperar cuando todo parece perdido”
 
(G. F. Chesterton)
 
Historias:
El peso de la oración
Una mujer pobremente vestida, con un rostro que reflejaba derrota, entró a una tienda. La mujer se acercó al dueño de la tienda y, en la manera más humilde, le preguntó si podía llevarse algunas cosas a crédito (fiado). Con voz suave, le explicó que su esposo estaba muy enfermo y que no podía trabajar; tenían siete niños y necesitaban comida. El dueño le gritó y le pidió que abandonara su tienda.
 
Viendo la necesidad que estaba pasando su familia la mujer continuó:
"¡Por favor señor! Se lo pagaré tan pronto como pueda". El dueño le dijo que no podía darle crédito ya que no tenía una cuenta en su tienda.
 
De pie, cerca del mostrador, se encontraba un cliente que escuchó la conversación entre el dueño de la tienda y la mujer. El cliente se acercó y le dijo al dueño de la tienda que él se haría cargo de lo que la mujer necesitara para su familia.
 
El dueño, de una manera muy tosca, preguntó a la mujer: "¿Tiene usted una lista de la compra?". La mujer dijo: "Sí señor".
 
"Está bien," dijo el dueño, "ponga su lista en la balanza y lo que pese su lista, le daré yo en comestibles". La mujer titubeó por un momento y cabizbaja, buscó en su cartera un pedazo de papel y escribió algo en él. Puso el pedazo de papel, cabizbaja aún, en la balanza.
 
Los ojos del dueño y el cliente se llenaron de asombro cuando la balanza se fue hasta lo más bajo y se quedó así. El dueño entonces, sin dejar de mirar la balanza y de mala gana, dijo: "¡No lo puedo creer!".
 
El cliente sonrió y el dueño comenzó a poner comestibles al otro lado de la balanza. La balanza no se movió por lo que continuó poniendo más y más comestibles hasta que no aguantó más.
 
El dueño se quedó allí parado con gran disgusto. Finalmente, agarró el pedazo de papel y lo miró con mucho más asombro.... No era una lista de compra, era una oración que decía:
 
"Querido Señor, tú conoces mis necesidades y yo voy a dejar esto en tus manos".
 
El dueño de la tienda le dio los comestibles que había reunido y quedó allí en silencio. La mujer le agradeció y abandonó su tienda. El cliente le entregó un billete de cincuenta dólares al dueño y le dijo: "Valió cada centavo de este billete, ahora sabemos cuánto pesa una oración".
 
La oración es uno de los mejores regalos gratuitos que recibimos. No tiene costo pero sí muchas recompensas.
 
(Web Católico de Javier)
 
Nuevos vídeos
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material vídeo en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Hoy me puse a pensar la importancia que no le damos a la vida. Cuando ésta, sin querer, nos quita cosas... pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella, no seríamos quienes somos. Todos estamos llenos de momentos felices y nos sentimos morir cuando algo se termina.
La felicidad llega en cualquier momento, todo en el mundo se termina, hasta lo más hermoso, hasta lo más molesto y doloroso.
Acá, nosotros pensamos que, estar solos, es el fin de la vida y no nos damos cuenta que, a veces, la soledad nos ayuda a encontrar respuestas que no estaban…
El amor tiene un millón de vueltas, a veces nos sorprende y nos da felicidad y, a veces, se transforma en lo peor que hay.
Pensando todo esto, crecí un poquito más, aprendí a sonreír y a ver la realidad tal cual como es, pero por sobre todo, pude darme cuenta que no sirve el orgullo cuando existe la amistad, que no sirve llorar cuando un amor se va, que no vale la pena aprender a callar y que no existen fronteras cuando nos sentimos vivos.
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen.
 
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Luis Alberto C., de Córdoba, Argentina, que falleció por Covid-19, luego de haber estado cuidando a su esposa que tuvo la misma enfermedad y se recuperó.
 
Pedimos oración para dos personas de Perú: Lizie A., de unos 60 años de edad, con cáncer en etapa terminal, rogando a Dios que le dé alivio a su sufrimiento hasta el momento en que Él decida llevarla; y María del Carmen A., de 73 años, con Alzheimer avanzado y postrada, por lo que pedimos para ella la misericordia divina con la confianza en que el Señor le dará lo mejor según sea Su voluntad.
 
Pedimos oración para Javier B., de Córdoba, Argentina, que tuvo un accidente y se encuentra internado en estado de coma, rogando a Dios que le conceda la gracia de recuperarse sin que le queden secuelas.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Requisitos para ‘Pedidos de oración’ 
1) Nombres completos y apellido de la persona por la que se pide (no publicaremos apellido o solamente pondremos la primera letra).
2) Ciudad y país donde vive la persona por la que se pide.
3) Descripción del problema que tiene.
4) Los Pedidos de Oración se deben enviar a feluzul@gmail.com  y deben redactarse de manera breve y resumida.
5) Se publicarán sólo los días lunes, miércoles y viernes.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Enero 20
Señor Jesús, probado en todo exactamente en todo, menos en el pecado, por intercesión de san José, compadécete de nuestras debilidades. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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