PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
15 - Número 4517 ~ Martes 1 de Diciembre de 2020Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) Alabado sea Jesucristo…
Las
personas mágicas existen, aparecen de la nada... son aquellas que saben ganarse
tu confianza rápido y de forma inesperada.
De
pronto un día llegan a tu vida, empiezan a hablar de todo, de alegrías, daños,
experiencias, penas y heridas.
Cuando
te das cuenta, ya estás contándoles hasta de tu gato, de tu lugar favorito... y
es bonito; así son las personas mágicas, ellas en cuestión de segundos se meten
en tu mundo.
Hacen
lo que otros no han logrado en años, entran a tu universo. Y están ahí, llegan
para acompañarte, para regalarte un poco de magia. Llegan para cuidarte, para
darte un aire más liviano. Llegan para brindarte su amistad, su mano. Llegan
para abrazarte. Llagan para quedarse.
¡Buenos días! Entrada al Paraíso
Así opinan los santos del Rosario: “En el Rosario he
hallado los atractivos más dulces, más suaves, más eficaces y más poderosos
para unirme con Dios” (S. Teresa de Jesús). “Si ustedes desean paz en sus
corazones y en sus hogares, recen diariamente el Rosario” (S. Pío X). “Cuando
digo el Avemaría, los cielos sonríen, los ángeles cantan y los demonios
tiemblan y huyen” (S. Francisco de Asís).
Una vez fue a visitar al
P. Pío un obispo acompañado por un general del ejército italiano. El obispo le
presentó a su amigo que fue recibido con gran amabilidad por el santo. Después
de hablar sobre temas del momento, el obispo con una sonrisa de picardía dijo
al P. Pío que el general había venido con él para hacerle un pedido importante.
—¿De qué se trata? —Preguntó intrigado el P. Pío, prestando mucha atención. —Algo
que para usted es muy fácil. —Respondió el obispo mientras intercambiaba
miradas y risitas con el general. Y prosiguió: —¡Bueno! Mi gran amigo desea que
le consiga una entrada gratis al Paraíso. —¡Oh, mire qué pedido! —Y sacando
rápidamente del bolsillo su Rosario, el santo lo puso en manos del general
diciéndole: —Apreciado general, aquí tiene la entrada al Cielo. Récelo cada día
con su familia y le garantizo que no va a equivocar el camino.
“El Rosario es el instrumento con el cual se vence al
demonio y se obtienen todas las gracias. Es la síntesis de nuestra fe, el
sostén de nuestra esperanza, la expresión y crecimiento de nuestra caridad” (San
Pío de Pietrelcina). Pide la gracia de apreciar esta devoción.
* Enviado por el P.
Natalio
La Palabra de Dios Lecturas del día ♥ Primera Lectura: Isaías 11:1-10
♥ Salmo: Sal 72:1-2, 7-8,
12-13, 17
♥ Santo Evangelio: Lc 10,21-24
En aquel momento, Jesús se llenó de gozo en el
Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado
a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido
entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién
es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que
veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros
veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».
♥ Comentario:
Hoy leemos un extracto del capítulo 10 del Evangelio
según san Lucas. El Señor ha enviado a setenta y dos discípulos a los lugares
adonde Él mismo ha de ir. Y regresan exultantes. Oyéndoles contar sus hechos y
gestas, «Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: ‘Yo te bendigo,
Padre, Señor del cielo y de la tierra’» (Lc 10,21).
La gratitud es una de las facetas de la humildad. El
arrogante considera que no debe nada a nadie. Pero para estar agradecido,
primero, hay que ser capaz de descubrir nuestra pequeñez. “Gracias” es una de
las primeras palabras que enseñamos a los niños. «Yo te bendigo, Padre, Señor
del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e
inteligentes, y se las has revelado a los pequeños» (Lc 10,21).
Benedicto XVI, al hablar de la actitud de adoración,
afirmaba que ella presupone un «reconocimiento de la presencia de Dios, Creador
y Señor del universo. Es un reconocimiento lleno de gratitud, que brota desde
lo más hondo del corazón y abarca todo el ser, porque el hombre sólo puede
realizarse plenamente a sí mismo adorando y amando a Dios por encima de todas
las cosas».
Un alma sensible experimenta la necesidad de
manifestar su reconocimiento. Es lo único que los hombres podemos hacer para
responder a los favores divinos. «¿Qué tienes que no hayas recibido?» (1Cor
4,7). Desde luego, nos hace falta «dar gracias a Dios Padre, a través de su
Hijo, en el Espíritu Santo; con la gran misericordia con la que nos ha amado,
ha sentido lástima por nosotros, y cuando estábamos muertos por nuestros
pecados, nos ha hecho revivir con Cristo para que seamos en Él una nueva
creación» (San León Magno).
* Abbé Jean GOTTIGNY
(Bruxelles, Bélgica)
Santoral Católico: San Eloy (o Eligio)Obispo Nació en Chaptelat (Lemosín, Francia) hacia el año
590. Trabajó de platero e hizo numerosas obras de arte para las iglesias. Llegó
a ser director de la ceca (casa donde se acuñaba la moneda) de Marsella en
tiempo del rey Clotario. El rey Dagoberto I lo llamó a la corte y le encomendó
misiones de confianza. Por su parte, rescató a prisioneros de guerra, fundó
monasterios, realizó numerosas obras de piedad y de caridad. Muerto el rey,
recibió las órdenes sagradas y en el 641 fue elegido obispo de Noyon-Tournai.
Fue un pastor celoso, fomentó la vida monástica, hizo viajes apostólicos y de
evangelización por Flandes. Murió el año 660 en Noyon (Francia).
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano
– Catholic.net
Pensamiento del día “Queridos jóvenes, no os conforméis con menos que la
Verdad y el Amor, no os conforméis con menos que Cristo. Seguros de su amor,
acercaos a Él con la llama de vuestra fe. Él os colmará de su vida. Edificad
vuestra vida sobre Cristo y su Evangelio”
(Benedicto XVI)
Tema del día: Explicación del Año Litúrgico El
Año Litúrgico o Calendario Litúrgico es el ciclo de las celebraciones
litúrgicas durante el año de las iglesias cristianas, que determina cuándo se
celebran las fiestas, memoriales y solemnidades y qué porciones de las
escrituras deben ser leídas. La iglesia occidental (Católica y evangélica) y la
oriental (Ortodoxa) tienen distintas fechas para las distintas fiestas pero la
secuencia es esencialmente la misma.
En
el círculo del año desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación
y la Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la expectativa de la dichosa
esperanza y venida del Señor. El comienzo y el ritmo del Año Litúrgico es
distinto del año civil, o del escolar, o del comercial.
El
Año Litúrgico está dividido en varios períodos, llamados tiempos litúrgicos:
*
Tiempo de Adviento
*
Tiempo de Navidad
*
Primera parte del Tiempo Ordinario
*
Tiempo de Cuaresma
*
Triduo Pascual
*
Tiempo de Pascua
*
Segunda parte del Tiempo Ordinario
En
cada tiempo litúrgico, el sacerdote se reviste con casulla de diferentes
colores:
•
Blanco significa alegría y pureza. Se utiliza en el tiempo de Navidad y de
Pascua
•
Verde significa esperanza. Se utiliza en el tiempo ordinario
•
Morado significa luto y penitencia. Se usa en Adviento, Cuaresma y Semana Santa
•
Rojo significa el fuego del Espíritu Santo y el martirio. Se utiliza en las
fiestas de los santos mártires y en Pentecostés.
El
Año Litúrgico comienza en el primer domingo de Adviento, en la liturgia romana.
El
eje del Año litúrgico es la Pascua. La Iglesia Romana determina la celebración
de la Pascua el primer domingo posterior a la primera luna llena después del
equinoccio de primavera. Este domingo siempre cae entre el 22 de Marzo y el 25
de Abril.
Siendo
la fiesta más importante de la liturgia, la Pascua se celebra por 50 días,
desde el domingo de Pascua hasta Pentecostés.
Según la liturgia actual, la Cuaresma termina en la tarde del Jueves
Santo con la liturgia de la Cena del Señor que da comienzo al Triduo
Pascual. El Viernes Santo se hace el
"ayuno pascual" que se continúa el sábado santo, preparatorio a la
gran celebración pascual. El triduo
culmina en la Vigilia Pascual del sábado por la tarde.
Los
primeros ocho días de la pascua constituyen la octava y se celebran como solemnidades del Señor. El
agua bendecida en la Vigilia pascual se usa para los bautismos en toda la
temporada de pascua.
En
el día 40 de la pascua se celebra la Ascensión del Señor y los 9 días de la
Ascensión a Pentecostés (la novena original) son días de intensa preparación
para la venida del Espíritu Santo.
Períodos
del Año Litúrgico:
1.
ADVIENTO:
Se
compone de cuatro semanas que preparan la Navidad. Su tema central es la
Celebración de la Venida del Señor. Recuerda su venida naciendo en Belén y su
venida gloriosa al final de la Historia.
2.
NAVIDAD:
Abarca
Navidad y Epifanía. Inicia la tarde del 24 de Diciembre y termina con la fiesta
del Bautismo del Señor, el domingo siguiente a Epifanía. El Nacimiento se
presenta en dos aspectos: Jesús Salvador es don del Padre (Navidad), su
salvación es para todos (Epifanía). Lo reconocemos como Hijo de Dios que nos
hace hijos adoptivos. Es tiempo de alegría que llega hasta la Epifanía y luego
termina con la Fiesta del Bautismo del Señor, y luego empezamos la primera
parte del llamado Tiempo Ordinario que se extiende hasta el martes anterior al
miércoles de Cenizas.
3.
CUARESMA:
Periodo
de cuarenta días que precede y prepara la Pascua, a semejanza de los 40 días
que Cristo ayunó y oró en el desierto. La Iglesia se propone una gran
catequesis litúrgica sobre el Bautismo para renovar nuestro ser de hijos de
Dios, y sobre la penitencia para vivir siempre como hombres nuevos, ya que es
reconciliación con Dios y con los hermanos y es medio de Purificación. Traza un
recorrido como Jesús, cargando con la Cruz: "Que no se haga mi voluntad
sino la tuya" (Lc 22,43). Es tiempo de conversión para liberarnos del
hombre viejo. Tiempo de oración, penitencia y caridad.
4.
SEMANA SANTA
Es
la semana más importante del año, que ningún cristiano podría faltar a ella.
Recordamos los grandes acontecimientos que Dios hizo por amor a nosotros:
Pasión, muerte y resurrección de Jesús. Los ritos son muy llenos de
significado, por eso urge prepararse bien.
4.1.
DOMINGO DE RAMOS:
En
la procesión con los ramos de olivo recordamos la entrada de Jesús en
Jerusalén, donde se desarrollan los hechos de la Pascua. La gente aclamaba a
Jesús: "Hosanna". El color rojo recuerda a Jesús Rey (Mt. 27,28).
5.
TRIDUO PASCUAL:
Es
la fiesta más grande del año, tiene los siguientes días y actos:
5.1.
CENA DEL SEÑOR:
Misa
en la que se recuerda la última Cena y el gesto de Jesús de lavar los pies a
los apóstoles como signo de su amor hasta la muerte. Al final se lleva
procesionalmente la Eucaristía para adorarle en el monumento en recuerdo del
Huerto de los Olivos: ¿No han podido velar una hora conmigo? Le hacemos
compañía y agradecemos su presencia permanente.
5.2.
VIERNES SANTO:
En
la primera parte se lee solemnemente la Pasión de Jesús. Siguen las grandes
invocaciones por todos los hombres del mundo. Luego, una procesión con el
crucifijo que lo besamos recordando que la Cruz de Jesús ha salvado al mundo.
Finalmente, comulgamos con la Carne del Cordero (Cristo) sacrificado por
nosotros.
5.3.
VIGILIA PASCUAL:
Es
la más larga espera de la más grande fiesta del año. Se le celebra con cuatro
símbolos sacramentales:
-
LA LUZ: Fuera del templo se enciende el Cirio Pascual, símbolo de Cristo
resucitado. Todos los cristianos entran a la Iglesia oscura encendiendo sus
cirios, y se canta el Pregón Pascual que es el anuncio de que Jesús resucitó.
-
LA PALABRA: Varias lecturas del Antiguo y Nuevo Testamento explican el
significado de la Pascua de Jesús, su paso de este mundo al Padre; sobre todo
la narración de la salida de Egipto hacia la libertad pasando por el Mar Rojo.
El Señor mandó celebrarlo como memorial con el Cordero Pascual y los panes
ázimos. Jesús realizó esto con la Eucaristía.
-
EL AGUA: Con el rito del bautismo llegan a la fe y participan de la muerte y
resurrección de Cristo nuevos hermanos.
-
PAN EUCARISTICO: La Eucaristía es el momento culminante, pues hace presente al
Señor resucitado. Hoy suenan las campanas, mudas desde el jueves.
6.
CINCUENTENA PASCUAL:
En
los cincuenta días desde Pascua hasta Pentecostés, gozosamente como si fuera un
gran domingo, la Iglesia celebra el triunfo de Cristo, con la Ascensión y el
envío del Espíritu Santo que da origen a la misión de la Iglesia. Finalizado el
tiempo pascual viene la segunda parte del Tiempo Ordinario, que no es un tiempo
monótono, rutinario, aburrido, en el que se adormece la fe; todo lo contrario,
el Tiempo Ordinario es un tiempo vivo, un tiempo lleno de fuerza y vigor, un
tiempo que alimenta nuestra vida cristiana; un tiempo necesario de reflexión y
profundización, un tiempo de oración constante que nos prepara y capacita para
celebrar –cada año– más conscientemente, los grandes misterios de la fe: la
encarnación y la Resurrección de Jesús. Esta segunda (y más larga) parte del
Tiempo Ordinario, o “durante el año”, llega hasta la Fiesta de Cristo Rey con
la que termina el Año Litúrgico.
Significado
de algunos términos:
Las
FERIAS, son los demás días de la semana que no son Domingo. Los días en que no
se conmemora a ningún santo generalmente también se llaman “ferias” y la Misa
que se celebra en esos días se llama: “Misa de feria”. Las ferias pueden ser
corrientes o privilegiadas. Las ferias privilegiadas son las de Adviento y de
la Cuaresma.
Las
MEMORIAS son celebraciones discretas que tan sólo se agregan a la celebración
que corresponde al día. La memoria es obligatoria o libre. La obligatoria debe
celebrarse si no está impedida; la libre se observa o no, según la oportunidad
o la devoción.
Las
FIESTAS son celebraciones de mayor importancia, pero que se realizan totalmente
en el día asignado a la fiesta.
Las
SOLEMNIDADES son las celebraciones aún más importantes:
*
Siempre empiezan en las “Vísperas“, es decir, la tarde del día anterior.
*
A veces tiene “vigilia“, es decir, tiene Misa propia el día anterior: Navidad y
Pentecostés.
*
A veces tienen “Octava“, es decir, la celebración se prolonga durante toda la
semana que sigue: Pascua y Navidad.
Los
CICLOS de los años litúrgicos
¿Te
has preguntado por qué en las lecturas del domingo se utiliza una letra A, B o
C para las lecturas? Se trata de los ciclos dentro del tiempo litúrgico.
La
Iglesia ha establecido dentro de la organización para la celebración de la
Liturgia en el tiempo ordinario, asignarle unas letras a cada año litúrgico con
el fin de poder estructurar las lecturas que se proclaman en cada Eucaristía
dominical.
La
división se hizo con base en los Evangelios Sinópticos:
-
Evangelio según San Mateo: Ciclo A
-
Evangelio según San Marcos: Ciclo B
-
Evangelio según San Lucas: Ciclo C
De
esta forma, durante cada año se tratan los textos de cada evangelista. ¿Y el
Evangelio de San Juan? Pues este Evangelio se va intercalando dentro de cada
año, especialmente en el tiempo de Pascua y Cuaresma, y esto era una costumbre
muy antigua.
Cada
año litúrgico corresponde a una letra, por lo que luego de 3 años se vuelven a
asignar las letras. Por lo tanto, cada 3 años tendremos el ciclo de cada
evangelista sinóptico. El año litúrgico que estamos iniciando es el B.
Para
las celebraciones eucarísticas entre semana, se maneja otro ciclo distinto, de
acuerdo al leccionario ferial. Este ciclo se hace durante 2 años, par e impar.
Meditaciones de Adviento Considera como el Eterno Padre, dándonos al Hijo por Redentor,
por víctima, por precio de nuestro rescate; no podía darnos motivos más
poderosos de esperanza, de amor para inspirarnos confianza, para obligarnos a
amarle. Dándonos el Padre al Hijo, dice San Agustín. Quiere que nosotros
apreciemos este inmenso don, a fin de adquirirnos la salvación eterna y toda
gracia que nos sea necesaria para conseguirla, mientras que en Jesús hallamos
cuanto podemos desear: luces, fortaleza, paz, confianza, amor y gloria eterna.
Siendo cierto que Jesucristo es un don que contiene
todos los otros dones, ¿qué podemos buscar y desear? ¿Cómo no nos donó con él
todas las cosas? dice san Pablo. Habiéndonos Dios dado a su amado Hijo, que es
la fuente y tesoro de todos los bienes, ¿quién puede temer que quiera negarnos
alguna gracia que le pidamos? Jesucristo, dice el mismo Apóstol, ha sido hecho
por Dios, sabiduría, y justificación, santificación, y redención.
Dios ha dado a nosotros ciegos e ignorantes, como luz
y sabiduría, para caminar por la senda de la salvación a nosotros reos e
ingratos, como justicia, para satisfacer por nuestras culpas, a nosotros
pecadores, para santificarnos. Finalmente, Dios ha dado a nosotros esclavos del
demonio, como rescate, para adquirir la libertad de hijos de Dios.
En suma, concluye el Apóstol, con Jesucristo nosotros
somos enriquecidos en todas cosas, de manera que no nos falte cosa alguna en
ninguna gracia’. Y este don que nos ha hecho Dios de su Hijo, es un don hecho a
cada uno de nosotros; pues que él le ha dado todo a cada uno, como si a él solo
fuese donado; así es que cada uno de nosotros puede decir: Jesús es todo mío;
mío es su cuerpo y su sangre: mía es su vida, sus dolores, su muerte: míos son
sus méritos.
Por esto decía san Pablo: Me amó y se entregó a sí
mismo por mí’. Y lo mismo puede decir cada uno: Mi Redentor me ha amado, y por
el amor que me ha tenido, se ha entregado todo a mí.
(San Alfonso María de Ligorio)
¡Hasta mañana! con Madre
Teresa Diciembre 1
Cuando decimos sí a Dios, tenemos que saber
exactamente qué hay en ese sí. “Sí” significa: me abandono, total y
completamente, sin calcular precio, sin preguntar ¿es correcto, es conveniente?
Damos nuestro sí a Dios sin reservas. En eso consiste ser contemplativo.
Pertenezco a él de una forma total que no hay reservas. No importa lo que
sintamos.
FELIPE -Jardinero
de Dios-(el más pequeñito de
todos) 🌸BLOG ”PEQUEÑAS
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¡Buenos días!
La Palabra de Dios
Santoral Católico:
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¡Hasta mañana! con Madre
Teresa
FELIPE
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