PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
15 - Número 4468 ~ Martes 6 de Octubre de 2020Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) Alabado sea Jesucristo…
Todos
en la vida cometemos errores, a partir de nuestra naturaleza humana que es
falible.
Ahora
bien, es increíble cuánto podemos aprender de nuestros errores y
equivocaciones. Para ello la actitud que tenemos que tomar no es de pena ni
enojo al advertir los errores...
Si
aprendemos a mirar positivamente, un error cometido es una lección, un
aprendizaje y una experiencia. Ese error nos está indicando que algo nos falta
por aprender y mejorar.
Miremos
y analicemos todo positivamente; en muchas ocasiones se aprende más y mejor de
los propios errores.
¡Buenos días! Pisa fuerte y deja
huellas
El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación
generosa a los demás. encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas
demasiado por ti mismo y tu propio entorno, si vives para acumular dinero y
comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás,
la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.
Pisa fuerte el que sabe
lo que quiere, lo que busca, lo que espera. Pisa fuerte el que encontró un
sentido a su vida, una razón de vivir, un por qué a cada una de las cosas y de
los hechos de la vida. Pisa fuerte y muy fuerte, el que en los momentos de
dolor o de angustia no se deja aplastar, ni desorientar, sino que en esos
precisos momentos levanta más alto su cabeza, clava su mirada en el Corazón del
Padre celestial y apretando los dientes, las manos tensas y los ojos nublados
por las lágrimas, o el corazón lleno de pena, no disminuye su marcha a la meta,
ni la desvía; sino con paso firme y resuelto se va acercando a Dios. Y porque
pisa fuerte en la vida, va dejando huellas luminosas que servirán de ruta para
muchos otros.
Triste suerte la del hombre que sólo trabaja para
vivir, pero no sabe para qué vive. Triste suerte la de quien ha hecho del
"tener y retener" el objetivo de su vida. Dichoso, más bien, el que,
mientras gana su pan o acrecienta su fortuna, sabe hacer del trabajo una
ocasión de servicio al prójimo, cooperando con el proyecto de Dios Creador,
para hermosear al mundo.
* Enviado por el P.
Natalio
La Palabra de Dios Lecturas del día ♥ Primera Lectura: Gálatas 1:13-24
♥ Salmo: Sal 139 (138):1-3, 13-15
♥ Santo Evangelio: Lc 10,38-42
En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una
mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada
María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta
estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te
importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude».
Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas
cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la
mejor parte, que no le será quitada».
♥ Comentario:
Hoy, como cada día, puedes aprender del Evangelio.
Jesús, invitado en el hogar de Betania, nos da una lección de humanidad: Él,
que quería a la gente, se deja querer, porque las dos cosas son importantes.
Rechazar las muestras de afecto, de Dios y de los demás, sería un grave error,
de consecuencias nefastas para la santidad.
¿Marta o María? Pero..., ¿por qué enfrentar a quienes
tanto se querían, y querían tanto a Dios? Jesús amaba a Marta y María, y a su
hermano Lázaro, y nos ama a cada uno de nosotros.
En el camino de la santidad no hay dos almas iguales.
Todos procuramos amar a Dios, pero con estilo y personalidad propios, sin
imitar a nadie. Nuestro modelo está en Cristo y la Virgen. ¿Te molesta la
manera de tratar a Dios de otros? Intenta aprender de su piedad personal.
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en
el trabajo? Dile, pues, que me ayude» (Lc 10,40). Servir a los demás, por amor
a Dios, es un honor, no una carga. ¿Servimos con alegría, como la Virgen a su
prima santa Isabel o en las bodas de Caná, o como Jesús, en el lavatorio de los
pies en la Última Cena?
«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas
cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola» (Lc 10,41-42). No
perdamos la paz, ni el buen humor. Y para eso, cuidemos la presencia de Dios.
«Sabedlo bien: hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más
comunes, que toca a cada uno de vosotros descubrir (…); o sabemos encontrar en
nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca» (San Josemaría).
«María ha elegido la mejor parte, que no le será
quitada» (Lc 10,42). Dios nos quiere felices. Que nuestra Madre del Cielo nos
ayude a experimentar la alegría de la entrega.
* Rev. D. Josep RIBOT i
Margarit (Tarragona, España)
Santoral Católico: San BrunoFundador de los Cartujos Nació en Colonia (Alemania) hacia el año 1035.
Formado y ordenado de sacerdote en Reims (Francia), el arzobispo le encargó la
dirección de los estudios y escuelas de su diócesis. Fue maestro de Teología y
sus comentarios de la Escritura fueron bien acogidos. Pero Bruno buscaba otra
cosa y se fue a Molesme, donde estaba naciendo la reforma Cisterciense. Deseoso
de mayor silencio y soledad, en 1084 fundó un pequeño eremitorio en el lugar
salvaje y casi inaccesible del desierto de la Cartuja, cerca de Grenoble, que
iba a servir de modelo para las Cartujas de todo el mundo. El año 1090 Urbano
II le ordenó ir a Roma para el servicio de la Sede Apostólica. La vocación del
Santo era otra. El Papa lo comprendió y le permitió retirarse al desierto, sin
salir de Italia. Aquel mismo año marchó Bruno a la soledad de Squillace
(Calabria), y allí se durmió en la paz del Señor, en el monasterio de La Torre,
el 6 de octubre de 1101.
Oración: Señor,
Dios nuestro, tú que llamaste a san Bruno para que te sirviera en la soledad,
concédenos, por su intercesión, que, en medio de las vicisitudes de este mundo,
vivamos entregados siempre a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano
– Aciprensa – Catholic.net
Pensamiento del día "Mentes grandes hablan de ideas,mentes promedio hablan de eventos,mentes pequeñas hablan de la gente".(Eleonor Roosevelt) Historias:El hombre que plantaba
árboles Jean Giono escribió hace tiempo un magnífico relato
sobre un curioso personaje que conoció en 1913 en un abandonado y desértico
rincón de la Provenza. Se trataba de un pastor de 55 años llamado Elzéard
Bouffier. Vivía en un lugar donde toda la tierra aparecía estéril y reseca. A
su alrededor se extendía un paraje desolado donde vivían algunas familias bajo
un clima muy riguroso, en medio de la pobreza y de los conflictos provocados
por el continuo deseo de escapar de allí.
Aquel hombre se había propuesto regenerar aquella
tierra yerma. Y quería hacerlo por un sistema sencillo y a la vez sorprendente:
plantar árboles, todos los que pudiera. Había sembrado ya 100.000, de los que
habían germinado unos 20.000. De esos, esperaba perder la mitad a causa de los
roedores y del mal clima, pero aun así quedarían 10.000 robles donde antes no
había nada.
Diez años después de aquel primer encuentro, aquellos
robles eran más altos que un hombre y formaban un bosque de once kilómetros de
largo por tres de ancho. Aquel perseverante y concienzudo pastor había
proseguido su plan con otras especies vegetales, y así lo confirmaban las
hayas, que se encontraban esparcidas tan lejos como la vista podía abarcar.
También había plantado abedules en todos los valles donde encontró suficiente humedad.
La transformación había sido tan gradual, que había llegado a ser parte del
conjunto sin provocar mayor asombro. Algunos cazadores que subían hasta aquel
lugar lo habían notado, pero lo atribuían a algún capricho de la naturaleza.
En 1935, las lomas estaban cubiertas con árboles de
más de siete metros de altura. Cuando aquel hombre falleció, en 1947, había
vivido 89 años y realmente esos parajes habían cambiado mucho. Todo era
distinto, incluso el aire. En vez de los vientos secos y ásperos, soplaba una
suave brisa cargada de aromas del bosque. Se habían restaurado las casas. Había
matrimonios jóvenes. Aquel lugar se había convertido en un sitio donde era
agradable vivir. En las faldas de las montañas había campos de cebada y
centeno. Al fondo del angosto valle, las praderas comenzaban a reverdecer. En
lugar de las ruinas, ahora se extendían campos esmeradamente cuidados. La gente
de las tierras bajas, donde el suelo es caro, se había instalado allí, trayendo
juventud, movimiento y espíritu de aventura.
"Cuando pienso -concluía el escritor francés-
que un hombre solo, armado únicamente con sus recursos físicos y espirituales,
fue capaz de hacer brotar esta tierra de Canaán en el desierto, me convenzo de
que, a pesar de todo, la humanidad es admirable; y cuando valoro la inagotable
grandeza de espíritu y la benevolente tenacidad que implicó obtener este
resultado, me lleno de inmenso respeto hacia ese campesino viejo e iletrado,
que fue capaz de realizar un trabajo digno de Dios".
Un hombre planta árboles y toda una región cambia.
Todos conocemos personas como este hombre, que pasan inadvertidas pero que,
allá donde están, las cosas tienden a mejorar. Su presencia infunde optimismo y
ganas de trabajar. Se sobreponen a contratiempos y dificultades que a otros los
desalientan. Poseen una rebeldía constructiva y sus pequeños o grandes
esfuerzos hacen rectificar el rumbo de las vidas de los hombres.
Como ha escrito Alejandro Llano, hay cosas que no
tienen arreglo, y nos cuesta aceptarlas. Y hay otras que sí que tienen arreglo,
pero nos hemos convencido de que no lo tienen. Por eso, una de las razones por
las que nos cuesta tanto cambiar las cosas que no van bien, es porque creemos
que no podemos cambiarlas. Es preciso tener fe en que el hombre puede transformarse
y cambiar, tanto él mismo como el entorno que le rodea. Cada uno debe sembrar
con constancia lo que él pueda aportar: su buen humor, su paciencia, su
laboriosidad, su capacidad de escuchar y de querer. Podrá parecer poca cosa,
pero son elementos que acaban por hacer fértiles los terrenos más áridos.
(Alfonso Aguiló)
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Semillitas" por e-mail Si
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dirigiéndote por e-mail a feluzul@gmail.com
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todos los que las reciben, los invito a que compartan las "Pequeñas Semillitas" reenviándolas a sus contactos, y de
ese modo ayudan a sembrar en el mundo la alegría del Evangelio.
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas” Es bueno saber que hay hombres de ciencia, pero es
mejor que seamos hombres y mujeres de conciencia.
Es bueno saber lo que tenemos que hacer, pero es
mejor hacer lo que debemos hacer.
Es bueno hacer planes y fijarse un propósito, pero es
mejor llevarlos a cabo.
Es bueno desear el éxito, pero es mejor realizar las
cosas necesarias para lograrlo.
Es bueno hacer promesas, pero es mejor cumplirlas.
Es bueno tener dignidad, pero es mejor no pisar la de
otros.
Es bueno tenerlo todo, pero es mejor compartir con el
que no tiene nada.
Es bueno saberse amado y comprendido, pero es mejor
amar y comprender.
Es bueno procurar no fracasar, pero es mejor ayudar
al fracasado.
Es bueno buscar la verdad, pero es mejor hablar
siempre con ella o él.
Es bueno tener fe, pero es mejor sembrarla en los que
aún no conocen a Dios.
¡Pero hazlo ya porque el tiempo pasa!
¡Hasta mañana! con Madre
Teresa Octubre 6
Nuestra dependencia de la Providencia de Dios es la
fe firme y viva en que Dios puede ayudarnos y lo hará. Que puede hacerlo es
evidente, porque es todopoderoso; que lo hará es cierto, porque lo ha prometido
en muchos pasajes de la Sagrada Escritura y porque es infinitamente fiel a sus
promesas.
FELIPE -Jardinero
de Dios-(el más pequeñito de
todos) 🌸BLOG ”PEQUEÑAS
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¡Buenos días!
La Palabra de Dios
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Teresa
FELIPE
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