PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
15 - Número 4438 ~ Domingo 6 de Setiembre de 2020Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) Alabado sea Jesucristo…
La
caridad cristiana pide ayudar a quien lo necesita, y mucho más cuando el otro
no se da cuenta del mal que ha causado o del ridículo que ha hecho. Pero
también lo exige la amistad humana: es una falta de lealtad hablar mal a las
espaldas. La murmuración nunca ayuda al interesado, la murmuración siempre
destruye. Para no tener salidas de tono es necesario estar habitualmente en
presencia de Dios, y, después, en la oración ver cómo se le puede ayudar, sin
echar en cara los fallos, los olvidos, la mala educación.
Corregir
los defectos del prójimo es una obra de misericordia, un modo fino de vivir la
caridad. Todos necesitamos que nos corrijan, y quien nos corrige es porque nos
quiere bien, ya que supone un esfuerzo y a veces pasar un mal rato. Es más
cómodo no ayudar.
Pidamos
al Señor tener la madurez necesaria para querer a todos nuestros hermanos y
para odiar al pecado. Que podamos ver nuestros defectos para poder corregirlos
y aceptemos con gratitud a quienes nos ayudan a corregirlos.
¡Buenos días! Jesús, ¡soy yo!
La oración auténtica es un encuentro personal con
Dios. Por ella te acercas a la realidad de un Dios vivo, cercano, presente: un
Dios persona. ¿Por qué no pocas veces la oración resulta pesada? Simplemente,
porque no se produce el encuentro entre dos personas: Dios y yo. Concretamente, porque no tiendes con todas
las fuerzas al encuentro con el Señor.
Jesús, ¡soy yo! Necesito
hablarte. Sabes, algunos días son muy difíciles. Me preocupo por muchas cosas,
y a veces la presión que aguanto es muy grande. Tú sabes, “hay que hacer esto,
hay que hacer aquello”. Quizás sentiste algo parecido, cuando anduviste por
este mundo. De todas maneras, lo que trato de decir es que quiero que estés
conmigo a lo largo del camino. Porque en algún lugar en lo profundo de mí, yo
sé que me amas tal corno yo soy. Para ti yo soy alguien especial. Y el mañana
no importa. Amén.
Acabas de leer un buen modelo de oración espontánea.
Orar por cualquier necesidad —grande o pequeña, espiritual o material— te
ofrece la ocasión de verificar la proximidad de Dios. Él quiere librarte de tus
angustias y afanes y se pone a tu alcance para cualquier necesidad. De este
modo entrarás en una relación afectuosa, verdadera y concreta con Dios.
* Enviado por el P.
Natalio
La Palabra de Dios Lecturas del día ♥ Primera Lectura: Ezequiel 33:7-9
♥ Salmo: Sal 95 (94):1-2, 6-9
♥ Segunda Lectura: Romanos 13:8-10
♥ Santo Evangelio: Mt 18,15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a los discípulos: «Si tu
hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha,
habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos,
para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si
les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye,
sea para ti como el gentil y el publicano. Yo os aseguro: todo lo que atéis en
la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra
quedará desatado en el cielo.
»Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen
de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi
Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
♥ Comentario:
Hoy, el Evangelio propone que consideremos algunas recomendaciones
de Jesús a sus discípulos de entonces y de siempre. También en la comunidad de
los primeros cristianos había faltas y comportamientos contrarios a la voluntad
de Dios.
El versículo final nos ofrece el marco para resolver
los problemas que se presenten dentro de la Iglesia durante la historia: «Donde
están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt
18,20). Jesús está presente en todos los períodos de la vida de su Iglesia, su
“Cuerpo místico” animado por la acción incesante del Espíritu Santo. Somos
siempre hermanos, tanto si la comunidad es grande como si es pequeña.
«Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a
solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano» (Mt 18,15). ¡Qué
bonita y leal es la relación de fraternidad que Jesús nos enseña! Ante una
falta contra mí o hacia otro, he de pedir al Señor su gracia para perdonar,
para comprender y, finalmente, para tratar de corregir a mi hermano.
Hoy no es tan fácil como cuando la Iglesia era menos
numerosa. Pero, si pensamos las cosas en diálogo con nuestro Padre Dios, Él nos
iluminará para encontrar el tiempo, el lugar y las palabras oportunas para
cumplir con nuestro deber de ayudar. Es importante purificar nuestro corazón.
San Pablo nos anima a corregir al prójimo con intención recta: «Cuando alguno
incurra en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de
mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado» (Gal
6,1).
El afecto profundo y la humildad nos harán buscar la
suavidad. «Obrad con mano maternal, con la delicadeza infinita de nuestras
madres, mientras nos curaban las heridas grandes o pequeñas de nuestros juegos
y tropiezos infantiles» (San Josemaría). Así nos corrige la Madre de Jesús y
Madre nuestra, con inspiraciones para amar más a Dios y a los hermanos.
* Prof. Dr. Mons. Lluís
CLAVELL (Roma, Italia)
Palabras de Benedicto
XVI "Precisamente ahora, en que la cultura
relativista dominante renuncia y desprecia la búsqueda de la verdad, que es la
aspiración más alta del espíritu humano, debemos proponer con coraje y humildad
el valor universal de Cristo, como salvador de todos los hombres y fuente de
esperanza para nuestra vida"
Predicación del
Evangelio: La corrección fraterna ¿Somos responsables de nuestras hermanas y hermanos?
¿En qué sentido? ¿Para imponerles nuestros caminos
como una emperatriz autoritaria de voz ruda? Todos hemos tenido estas
experiencias de corrección fraterna que nos han dejado un gusto amargo. La
evolución de las mentalidades, el respeto de los demás y su libertad, parecen
coincidir mal con esta enseñanza de Jesús. ¿Cómo la aplicaríamos hoy?
¿Quiénes somos nosotros para juzgar el pecado de los
demás? Incluso el acercamiento algo judicial, con los testigos y el recurso a
la comunidad apenas nos conviene. Sin embargo, nadie quiere rechazar la Palabra
del Señor. Hagamos pues la lectura de Ezequiel y de san Pablo; puede que
comprendamos mejor.
Dios designa a Ezequiel como el centinela para el pueblo:
“Hago de ti un centinela”. El profeta se encargará de estar a la escucha de lo
que Dios dice y de transmitir esta Palabra. No tiene elección: su salvación
personal depende de ello.
Por su parte, Pablo no aporta ningún elemento nuevo.
Pero recuerda que toda la ley se resumen en un solo mandamiento: “El
cumplimiento perfecto de la ley es el amor”. Este recuerdo fundamental nos pone
en el ambiente necesario para leer la enseñanza de Jesús a los discípulos. Sus
consejos sólo pueden comprenderse en esta perspectiva.
Jesús explica que la oración de los discípulos
reunidos en su nombre, es eficaz: “Si dos entre vosotros se pone a rezar para
pedir algo a mi Padre, lo obtendrán...” Desde el momento en que entendamos que
la comunidad no es un conjunto de individuos, sino la presencia activa y vivificante
de Cristo, entonces todo es evidente. Es Él el que da al grupo su coherencia
que supera ampliamente la aportación de cada uno.
Una comunidad así puede ahora actuar en el nombre del
Señor, tomar una decisión en su nombre, perdonar e incluso excluir en su
nombre, mientras se ajusta al que la anima. Por otra parte, el Señor acaba de
decirlo un versículo antes de la lectura de hoy: “Vuestro Padre que está en los
cielos no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños” (18, 14). Es el
mandato que se sobreentiende en la corrección fraterna.
Debe ejercerse en el seno de una comunidad armoniosa,
fundada en el amor y centrada en Cristo que vive en ella.
(Padre Felipe Santos SDB)
Poesía Enseñarás a volar,pero no volarán tu vuelo.Enseñarás a soñar,pero no soñarán tu sueño.Enseñarás a vivir,pero no vivirán tu vida.Sin embargo…en cada vuelo,en cada vida,en cada sueño,perdurará siempre la huelladel camino enseñado.(Madre Teresa) Nuevo vídeo y artículo Hay
un nuevo vídeo subido al blogde
"Pequeñas Semillitas" en
internet.Para
verlo tienes que ir al final de esta página Hay
nuevo material publicado en el blog"Juan Pablo II inolvidable"Puedes
acceder en la dirección: Ofrecimiento para
sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio
del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de
preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la
Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Agradecimientos Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la
tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y
allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por
la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos
por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
♡ Nos llega un agradecimiento de Francisco S., de Honduras, por la
recuperación del estado de salud de María
Yineth U., que ya está en su casa con su familia. También por el matrimonio
de Alba Luz y John Fredy, de Bogotá,
Colombia, que han celebrado 15 años de casados el pasado 27 de agosto.
♡ Desde Chile, Sylvia S. agradece a Dios y a las
personas que rezaron por su operación de melanoma y el comienzo de su
tratamiento de inmunoterapia. Seguimos rezando para que esta medicación haga desaparecer
la enfermedad.
¡Buenos días!
La Palabra de Dios
Palabras de Benedicto
XVI
Predicación del
Evangelio:
Poesía
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