viernes, 1 de mayo de 2020

Pequeñas Semillitas 4311

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4311 ~ Viernes 1 de Mayo de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los llamados Mártires de Chicago, grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886. El reclamo de los trabajadores era claro: un pedido de reducción de la jornada laboral a 8 horas, cuando lo "normal" era trabajar entre 12 y 16 horas. La protesta, llevada a cabo inicialmente por 80.000 trabajadores, pronto desembocó en una poderosa huelga nacional que afectó a numerosas fábricas de los Estados Unidos. La fuerza demostrada por los obreros en su reclamo marcó un antes y después en la historia de todos los trabajadores, instaurándose aquella fecha como el "Día del Trabajador".
Coincidentemente celebramos hoy a San José Obrero, el carpintero de Nazaret, que con su laboriosidad proveyó la subsistencia de María y de Jesús e inició al Hijo de Dios en los trabajos de los hombres. Y con justicia se lo considera Patrono de los Trabajadores. A él le pedimos en oración comunitaria que no falte trabajo digno para nadie en el mundo.
También se inicia el Mes de María, particularmente en el hemisferio norte. Nosotros, en el sur, celebraremos a María desde el 7 de Noviembre al 8 de Diciembre.

¡Buenos días!
Alegría Pascual
El triunfo de Jesús que resucitó glorioso después de su muerte en la cruz, constituye el motivo central de nuestra alegría pascual. La Pascua, celebrada con fe, dará profundidad a tu alegría, porque la esperanza cierta de resucitar con él a la dicha sin fin del Cielo, te alentará a superar pruebas y sacrificios, para ganar una corona de gloria eterna. Aquí tienes pensamientos selectos para cuidar el don de la alegría.

- Me gusta ver reír a la gente. Un cristiano no tiene ningún motivo para estar triste y tiene muchos para estar alegre (San Ignacio).
- No hay madera de santo en un alma melancólica; la alegría es como un misionero que predica a Dios haciéndolo amar (P. Federico Faber).
- Ten buena conciencia y tendrás siempre alegría. Si alguna alegría hay en el mundo, la tiene seguramente el hombre de corazón puro (Tomás Kempis).
- La alegría es el perfume de Dios percibido por el alma (Ernesto Hello).
- He aquí las cuatro virtudes cristianas: la fe, la esperanza, la caridad y el buen humor (Mons. Benson).

Gracias, Padre, por haber enviado a tu divino Hijo para consolarme de mis aflicciones y llenarme de la verdadera alegría. Perdóname, Señor, las faltas de alegría, el dejarme abatir por las dificultades, el no confiar suficientemente en ti. Por tu bondad, concédeme pasar todo este día en paz, con alegría y júbilo. Que así sea.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hch 9,1-20

Salmo: Sal 116,1.2

Santo Evangelio: Jn 6,52-59
En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaúm.

Comentario:
Hoy, Jesús hace tres afirmaciones capitales, como son: que se ha de comer la carne del Hijo del hombre y beber su sangre; que si no se comulga no se puede tener vida; y que esta vida es la vida eterna y es la condición para la resurrección (cf. Jn 6,53.58). No hay nada en el Evangelio tan claro, tan rotundo y tan definitivo como estas afirmaciones de Jesús.
No siempre los católicos estamos a la altura de lo que merece la Eucaristía: a veces se pretende “vivir” sin las condiciones de vida señaladas por Jesús y, sin embargo, como ha escrito San Juan Pablo II, «la Eucaristía es un don demasiado grande para admitir ambigüedades y reducciones».
 “Comer para vivir”: comer la carne del Hijo del hombre para vivir como el Hijo del hombre. Este comer se llama “comunión”. Es un “comer”, y decimos “comer” para que quede clara la necesidad de la asimilación, de la identificación con Jesús. Se comulga para mantener la unión: para pensar como Él, para hablar como Él, para amar como Él. A los cristianos nos hacía falta la encíclica eucarística de Juan Pablo II, La Iglesia vive de la Eucaristía. Es una encíclica apasionada: es “fuego” porque la Eucaristía es ardiente.
«Vivamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer» (Lc 22,15), decía Jesús al atardecer del Jueves Santo. Hemos de recuperar el fervor eucarístico. Ninguna otra religión tiene una iniciativa semejante. Es Dios que baja hasta el corazón del hombre para establecer ahí una relación misteriosa de amor. Y desde ahí se construye la Iglesia y se toma parte en el dinamismo apostólico y eclesial de la Eucaristía.
Estamos tocando la entraña misma del misterio, como Tomás, que palpaba las heridas de Cristo resucitado. Los cristianos tendremos que revisar nuestra fidelidad al hecho eucarístico, tal como Cristo lo ha revelado y la Iglesia nos lo propone. Y tenemos que volver a vivir la “ternura” hacia la Eucaristía: genuflexiones pausadas y bien hechas, incremento del número de comuniones espirituales... Y, a partir de la Eucaristía, los hombres nos aparecerán sagrados, tal como son. Y les serviremos con una renovada ternura.
* Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch (Salt, Girona, España)

Santoral Católico:
San José Obrero
Patrono de los trabajadores
El uno de mayo, fiesta del trabajo, conmemoramos a san José, el esposo de la Virgen María, el artesano de Nazaret, bajo cuya tutela vivió y se inició en el trabajo y en el mundo social Jesús, llamado por sus conciudadanos «el hijo del carpintero». La fiesta la estableció Pío XII en 1955 y quiere ser una catequesis sobre el significado del trabajo humano a la luz de la fe. San José, hombre sencillo de pueblo, nos da el ejemplo de una vida honesta y laboriosa, ganándose el pan con el sudor de su frente, para él y para los a él confiados, por los servicios prestados a su prójimo. José ennobleció el trabajo, que ejerció sostenido y alentado por la convivencia con Jesús y María.
Oración: Dios todopoderoso, creador del universo, que has impuesto la ley del trabajo a todos los hombres, concédenos que, siguiendo el ejemplo de san José, y bajo su protección, realicemos las obras que nos encomiendas y consigamos los premios que nos prometes. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día 
“Si no puedes trabajar con amor sino sólo con desgana,
mejor será que abandones el trabajo
y te sientes a la puerta del templo
a recibir limosna de los que trabajan con alegría”.
(Khalil Gibran)

Tema del día:
La Fiesta de San José Obrero
El origen  de la fiesta litúrgica de San José Obrero se remonta al 1 de Mayo de 1955. Ese día, Roma era un hervidero de gentes venidas de muchas partes del orbe, y en la Ciudad Eterna parecía correr un aire nuevo, recién estrenado. Era un encuentro multitudinario y gozoso de más de 200.000 obreros con el Papa Pío XII. Ese mismo día, 1 de Mayo de 1955, en el incomparable marco de la plaza de San Pedro repleta de trabajadores, el Papa proclamaba la Fiesta del Trabajo, y en el calendario de la Iglesia universal nacía la fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores.

Al menos, desde 1891, en que León XIII abordó el tema del trabajo y la situación de los trabajadores con su importantísima encíclica ‘Rerum Novarum’, la Iglesia ha sido pródiga en la publicación de documentos sobre la llamada "cuestión social". Entre estos documentos, se puede destacar ‘Quadragesimo Anno’, de Pío XI; ‘Mater et magistra’, de San Juan XXIII; la ‘Gaudium et spes’, del Concilio Vaticano II; ‘Populorum Progressio’, de San Pablo VI, y la ‘Laborem exercens’, de San Juan Pablo II, en la que se profundiza sobre la espiritualidad del trabajo.

A continuación, la oración con la que el papa San Juan XXIII terminaba su alocución en esta fiesta el año 1959:

"¡Oh glorioso San José, que velaste tu incomparable y real dignidad de guardián de Jesús y de la Virgen María bajo la humilde apariencia de artesano, y con tu trabajo sustentaste sus vidas, protege con amable poder a los hijos que te están especialmente confiados!
Tú conoces sus angustias y sus sufrimientos porque tú mismo los probaste al lado de Jesús y de su Madre. No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones, olviden el fin para el que fueron creados por Dios; no dejes que los gérmenes de la desconfianza se adueñen de sus almas inmortales. Recuerda a todos los trabajadores que en los campos, en las oficinas, en las minas, en los laboratorios de la ciencia no están solos para trabajar, gozar y servir, sino que junto a ellos está Jesús con María, Madre suya y nuestra, para sostenerlos, para enjugar el sudor, para mitigar sus fatigas. Enséñales a hacer del trabajo, como hiciste tú, un instrumento altísimo de santificación".
* Web Católico de Javier

Oración por la Patria
 
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Ser respetuoso de la diferencia es una de las actitudes fundamentales para tener unas relaciones interpersonales funcionales y satisfactorias. No somos idénticos, no tenemos las mismas características físicas ni las mismas expresiones culturales ni emocionales. Y eso no lo podemos negar ni soslayar. Respetar la diferencia supone encontrar en el otro todas las riquezas que su forma diferente de ser y de estar tiene y que nos agrega mucho valor. Respetar la diferencia supone apertura para descubrir las características nuevas que tienen los otros y hacerlo sin creer que son un atentado a nuestras propias maneras. Respetar la diferencia supone expresar con tranquilidad y altura nuestras posiciones y visiones del mundo como un aporte a la diversidad y a las otras personas en particular. Respetar la diferencia es renunciar a cualquier intención de forzar a los otros a ser como nosotros queremos que sean. Respetar la diferencia es entender que Dios nos ha creado y que amarlo y creer en Él es relacionarse con los demás sin ningún prejuicio y con tranquilidad, que Dios no se equivoca. Sé que estamos acostumbrados a creer que todos somos iguales y que tenemos que sentir y pensar de la misma manera. Pero ser cristiano implica abrirnos a la singularidad del otro y amar con total tranquilidad. Esfuérzate en vivir a la manera de Jesús que no tuvo miedo de relacionarse con los publicanos, leprosos, prostitutas, samaritanos y todos aquellos que en ese momento eran vistos como “diferentes”.
* P. Alberto José Linero

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta. 

Pedimos oración para Lina Briggite H. C., joven de 21 años, de Colombia, quien hace dos meses recibió un trasplante de médula ósea por leucemia y en los últimos exámenes y partes médicos se informa que la situación actual no es muy aletadora. Rogamos que por la intercesión de santa Laura Montoya y la mediación de la Santísima Virgen María, el Señor le conceda sus gracias para una buena evolución y curación. 

Pedimos oración para Raquel y Marta A., de Argentina, internadas en fase terminal y con el agravante de estar solas por el aislamiento obligatorio (cuarentena) que impone la pandemia actual. Que por la bendita sangre de Jesús, obtengan sus gracias y la compañía de la Virgen a su lado. 

Pedimos oración para Amparo, niña de 7 años de Río Cuarto, Argentina, que se encuentra internada por un cuadro neurológico todavía no diagnosticado y permanece en coma inducido, por lo que rogamos al Niño Jesús que esté junto a ella y le conceda poder sanarse sin secuelas.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Mayo 1
Debemos ser  capaces de arrepentirnos para ser capaces de amar. Podrías decir, por ejemplo: “Señor, tengo pena por haberte ofendido y te prometo hacer todo lo posible para no recaer”. Entonces, de golpe, qué sensación de bienestar, de liberación, de sentir el corazón purificado... Acuérdate de que Dios es misericordia. Es nuestro Padre solícito, dispuesto a perdonar y a olvidarlo todo, con la sola condición de que nosotros hagamos otro tanto con aquellos que nos han hecho algún mal.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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