miércoles, 30 de octubre de 2019

Pequeñas Semillitas 4155

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 4155 ~ Miércoles 30 de Octubre de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
 
Alabado sea Jesucristo…
El Espíritu Santo es el “Gran Desconocido”, pues si realmente lo conociéramos viviríamos con permanente paz en el alma.
Dios, Nuestro Señor, es tan amoroso con todos nosotros que nos ha dado la conciencia. Esa voz de Dios que nos habla internamente. Ahí donde nada más estás tú y Dios, ahí es donde el Espíritu Santo te hablará. Sus llamadas amorosas no son con gritos, sino con suavidad. Se necesita que haya silencio para que podamos oírlo. Pero, nuestro mundo de hoy hace tanto ruido, que no nos permitimos escuchar esa voz de Dios. Dejemos que Dios nos hable. Escuchemos sus gemidos de amor por nosotros. Esforcémonos por escucharle.
No tengamos miedo de ser testigos de Dios en la sociedad, pues si contamos con el Espíritu Santo, toda dificultad será vencida, todo cansancio refrescado y cada tristeza consolada.

¡Buenos días!
Paz en la familia
Hoy te cuento una anécdota de santa Mónica, cuyo hijo Agustín fue un adolescente terrible, y cuyo esposo era muy irascible. Esta buena mamá irradiaba paz y dulzura. Había comprendido que la paz es un don de Dios tan valioso, que vale la pena hacer cualquier sacrificio para no perderla por ningún motivo. El precio era una imperturbable paciencia.

En aquella región del norte de África, donde las gentes eran sumamente agresivas, las amas de casa le preguntaban a Mónica por qué su esposo, que era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, no la maltrataba nunca a ella, y, en cambio, los esposos de ellas las golpeaban sin compasión. Mónica les respondió: —Es muy sencillo, cuando mi esposo está de malhumor, yo me esfuerzo por estar serena y tranquila. Cuando él grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos, y yo no acepto la pelea, pues… no nos peleamos.

La paciencia es una madurez. Presupone virtudes tan sólidas como la humildad y la fe en Dios. Conseguirás la paciencia meditando en Jesús bondadoso, sufrido, servicial, y suplicándole vuelva tu corazón a semejanza del suyo, manso y humilde. Que el Señor te ayude a dar pasos para crecer en esta virtud tan necesaria.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Rom 8, 26-30

Salmo: Sal 12, 4-6

Santo Evangelio: Lc 13,22-30
En aquel tiempo, Jesús atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. Uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Él les dijo: «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’. Y os responderá: ‘No sé de dónde sois’. Entonces empezaréis a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas’, y os volverá a decir: ‘No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!’. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios. Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos».

Comentario:
Hoy, camino de Jerusalén, Jesús se detiene un momento y alguien lo aprovecha para preguntarle: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» (Lc 13,23). Quizás, al escuchar a Jesús, aquel hombre se inquietó. Por supuesto, lo que Jesús enseña es maravilloso y atractivo, pero las exigencias que comporta ya no son tan de su agrado. Pero, ¿y si viviera el Evangelio a su aire, con una “moral a la carta”?, ¿qué probabilidades tendría de salvarse?
Así pues, pregunta: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» Jesús no acepta este planteamiento. La salvación es una cuestión demasiado seria como para resolverla mediante un cálculo de probabilidades. Dios «no quiere que alguno se pierda, sino que todos se conviertan» (2Pe 3,9).
Jesús responde: «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’. Y os responderá: ‘No sé de dónde sois’» (Lc 13,24-25). ¿Cómo pueden ser ovejas de su rebaño si no siguen al Buen Pastor ni aceptan el Magisterio de la Iglesia? «¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!. Allí será el llanto y el rechinar de dientes» (Lc 13,27-28).
Ni Jesús ni la Iglesia temen que la imagen de Dios Padre quede empañada al revelar el misterio del infierno. Como afirma el Catecismo de la Iglesia, «las afirmaciones de la Sagrada Escritura y las enseñanzas de la Iglesia a propósito del infierno son un llamamiento a la responsabilidad con la que el hombre debe usar de su libertad en relación con su destino eterno. Constituyen al mismo tiempo un llamamiento apremiante a la conversión» (n. 1036).
Dejemos de “pasarnos de listos” y de hacer cálculos. Afanémonos para entrar por la puerta estrecha, volviendo a empezar tantas veces como sea necesario, confiados en su misericordia. «Todo eso, que te preocupa de momento —dice san Josemaría—, importa más o menos. —Lo que importa absolutamente es que seas feliz, que te salves».
Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés (Tarragona, España)

Santoral Católico:
San Marcelo de Tánger
Centurión romano y Mártir
El 21 de julio del año 298, se celebraba en León (España) la fiesta de los «augustos emperadores». Mientras los demás sacrificaban a los dioses, Marcelo, que militaba en el ejército imperial romano y era centurión ordinario, se quitó las insignias de su función en presencia de la tropa y las arrojó al pie de los estandartes, proclamando que era cristiano y no podía seguir manteniendo el juramento militar, pues debía obedecer solamente a Cristo. El 28 de julio fue interrogado por el presidente Astayano Fortunato, y Marcelo confirmó los hechos. Fortunato, considerada la gravedad del delito, decidió enviarlo a su superior jerárquico, Aurelio Agricolano de Tánger, el cual apenas podía creerse lo que le decía la carta de Fortunato. El 30 de octubre del año 298, Agricolano interrogó a Marcelo, quien una vez más, ahora en Tánger (Marruecos), confirmó lo sucedido y se ratificó en sus convicciones. Aquel mismo día fue condenado a muerte y decapitado. Leyendas posteriores añadieron otras noticias que no tienen fundamento histórico. En León se levantó en su honor una iglesia preciosa, en la que se guardan sus reliquias.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Catholic.net

Pensamiento del día
“Al rezar, el hombre habla y el cielo escucha.
Al meditar, el hombre escucha y el cielo habla.”

Tema del día:
¿Maternidad “a la carta”?
En el pasado había hombres o mujeres que buscaban tener un hijo a cualquier precio. Si “hacía falta”, recurrían a graves injusticias: a la violencia sexual dentro del matrimonio, al adulterio, al divorcio para “probar” con otra pareja. Pero la ética y el derecho nos dicen, con firmeza, que nunca algo bueno (el nacimiento de un hijo) puede permitir el uso de medios injustos.

Hoy existen nuevos procedimientos para que un hijo nazca según los deseos de los adultos. De esos procedimientos, muchos son inmorales, por no respetar la dignidad de los embriones, por poner en grave peligro su existencia.

Un método relativamente nuevo consiste en congelar óvulos para cuando sean deseados por la mujer, casada o soltera, según lo permitan las leyes de los distintos países.

Las mujeres que recurren a estas técnicas saben que a partir de cierta edad es más difícil iniciar un embarazo. Por lo mismo, y con leyes como la vigente en España y otros países, recurren a centros de reproducción asistida para congelar sus óvulos y así tenerlos “como reserva” para el futuro.

A través de la congelación de óvulos, preparados para su “uso” en técnicas de fecundación artificial que “producen” hijos, supuestamente de calidad, se cae en un tipo de imposición sobre esos futuros hijos, que no serán respetados en su dignidad.

Otras mujeres van más allá: no congelan óvulos, sino embriones. De este modo, consiguen tener “guardados” hijos muy pequeños, sometidos a una congelación arbitraria y sumamente peligrosa.

En estos casos, la voluntad de los adultos trata al hijo, a veces sin darse cuenta de ello, como si fuese “algo”, un “material biológico” disponible según los deseos de sus padres. Buscan así una maternidad, una paternidad, “a la carta”.

Someter la llegada del hijo a los deseos de sus padres a través de técnicas tan peligrosas como las de fecundación artificial implica una falta de amor pleno, un modo incorrecto de ver la maternidad y la paternidad.

En cambio, es sumamente hermoso vivir la maternidad en el mejor contexto para el hijo: desde una vida matrimonial madura y llena de cariño, desde la apertura al hijo: alguien que vale sin condiciones de espacio, de tiempo, de cualidades; alguien que empezará a existir no en cuanto sometido a los proyectos de sus padres, sino a partir de una apertura generosa y responsable a su llegada en el seno de una familia que lo ama.
© Fernando Pascual (Autores Católicos)

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Tema: “NO al Halloween”
Para verlo tienes que ir al final de esta página

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Érase un ratón que se hallaba en constante estrés por miedo al gato. Un mago se apiadó de él y lo transformó en un ágil felino. Pero, entonces, el pobre animal se empezó a asustar del perro. El mago, con otro golpe de vara, lo transformó en un fuerte can. Pero, al poco tiempo, el agobiado animal empezó a temer al tigre. El mago, aunque ya un poco cansado, lo transmutó en un poderoso tigre, el rey de los felinos. Y en ese punto, a nuestro animal le entró un ataque de pánico ante la presencia del cazador. El mago dio un suspiro, harto de tanto trabajo. Tomó su varita, la alzó y dijo:
- ¡Te convierto en ratón y esta vez es para siempre! Y añadió:
- Nada de lo que yo haga va a servir, amigo, porque primero tienes que aprender a ser feliz como un ratón.

Cinco minutos con Jesús
Octubre 30
Hoy como ayer la presencia de Jesús es cuestionada, porque hoy como ayer su presencia cuestiona al mundo.
Jesucristo es siempre un interrogante que se plantea frente a todas las realidades de la vida, frente a la vida misma. Ante ese interrogante se reacciona de muy distintas formas, en no pocas ocasiones contradictorias; respuestas que contradicen al Evangelio y Evangelio que contradice a muchas respuestas.
Para poder descubrir quién es Jesucristo es preciso acudir a la fe; solamente la fe es capaz de penetrar el hondo misterio que encierra la personalidad de Jesús.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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