PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 4126 ~ Domingo 29 de Setiembre de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El
tema principal que hay que sacar a la luz, a propósito de la parábola del rico
epulón que se lee en el Evangelio del próximo domingo, es su actualidad, esto
es, cómo la situación se repite hoy, entre nosotros, tanto a nivel mundial como
a nivel local. A nivel mundial los dos personajes son los dos hemisferios: el
rico epulón representa el hemisferio norte (Europa occidental, América del
Norte, Japón); el pobre Lázaro, con pocas excepciones, el hemisferio sur. Dos
personajes, dos mundos: el primer mundo y el «tercer mundo». Dos mundos de
desigual tamaño: el que llamamos «tercer mundo» representa de hecho «dos
tercios del mundo».
Se
han hecho muchas denuncias similares de la riqueza y del lujo a lo largo de los
siglos, pero hoy todas suenan retóricas o superficiales, pietistas o
anacrónicas. Esta denuncia, después de dos mil años, conserva intacta su carga
negativa. El motivo es que quien la pronuncia no es un hombre que esté de parte
de ricos o pobres, sino uno que está por encima de las partes y se preocupa
tanto de los ricos como de los pobres, incluso tal vez más de los primeros que
de los segundos (¡A estos les sabe menos expuestos al peligro!). La parábola
del rico epulón no se sugiere por el hastío hacia los ricos o por el deseo de
ocupar su lugar, como tantas denuncias humanas, sino por una preocupación
sincera de su salvación. Dios quiere salvar a los ricos de su riqueza.
(Padre Raniero Cantalamessa)
¡Buenos días!
Moscas en el agua
A las
personas que se quejaban de tener muchas distracciones en la oración, san Juan
María Vianney les respondía: “He visto muchas veces caer moscas en el agua fría
o tibia, pero nunca cuando está hirviendo”. Con esto quería expresar que,
cuando un corazón está encendido en fervoroso amor de Dios, le es imposible
distraerse. ¿Qué es el fervor o devoción?
Devoción, fervor o piedad es un don del Espíritu
Santo que nos ayuda a amar a Dios como hijos. Algunos de sus efectos son: nos
hace sentir fuertes para superar las dificultades, llena el alma de generosidad
y audacia, pone claridad en la mente, acrecienta el entusiasmo por Dios, apaga
los apasionamientos mundanos, en fin, da a la persona prontitud, decisión y
alegría para avanzar por el camino de Dios. Es lo que pide el salmista:
“Ensáncheme, Señor, el corazón, y correré por el camino de tus mandatos”.
A
veces Dios prueba al alma dejándola caer en la aridez y oscuridad en la
oración. Estos tiempos de desolación espiritual Dios los permite para
purificarnos y hacer más consistente nuestro amor por él. En efecto, no es raro
que el egoísmo humano nos lleve a buscar más los consuelos de Dios que al Dios
de los consuelos. Es tiempo de constancia.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Am 6, 1a. 4-7
♥ Salmo: Sal 145, 7-10
♥ Segunda Lectura: 1Tim 6, 11-16
♥ Santo Evangelio: Lc 16,19-31
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Había un
hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días
espléndidas fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su
portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del
rico, pero nadie se lo daba. Hasta los perros venían y le lamían las llagas.
»Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por
los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando
en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a
Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y
envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua,
porque estoy atormentado en esta llama’. Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda
que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males;
ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y
vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí
a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros’.
»Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a
la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y
no vengan también ellos a este lugar de tormento’. Díjole Abraham: ‘Tienen a
Moisés y a los profetas; que les oigan’. Él dijo: ‘No, padre Abraham; sino que
si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán’. Le contestó:
‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto
resucite’».
♥ Comentario:
Hoy, Jesús nos encara con la injusticia social que
nace de las desigualdades entre ricos y pobres. Como si se tratara de una de
las imágenes angustiosas que estamos acostumbrados a ver en la televisión, el
relato de Lázaro nos conmueve, consigue el efecto sensacionalista para mover
los sentimientos: «Hasta los perros venían y le lamían las llagas» (Lc 16,21).
La diferencia está clara: el rico llevaba vestidos de púrpura; el pobre tenía
por vestido las llagas.
La situación de igualdad llega enseguida: murieron
los dos. Pero, a la vez, la diferencia se acentúa: uno llegó al lado de
Abraham; al otro, tan sólo lo sepultaron. Si no hubiésemos escuchado nunca esta
historia y si aplicásemos los valores de nuestra sociedad, podríamos concluir
que quien se ganó el premio debió ser el rico, y el abandonado en el sepulcro,
el pobre. Está claro, lógicamente.
La sentencia nos llega en boca de Abraham, el padre
en la fe, y nos aclara el desenlace: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes
durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males» (Lc 16,25). La justicia de
Dios reconvierte la situación. Dios no permite que el pobre permanezca por
siempre en el sufrimiento, el hambre y la miseria.
Este relato ha movido a millones de corazones de
ricos a lo largo de la historia y ha llevado a la conversión a multitudes,
pero, ¿qué mensaje hará falta en nuestro mundo desarrollado, hiper-comunicado,
globalizado, para hacernos tomar conciencia de las injusticias sociales de las
que somos autores o, por lo menos, cómplices? Todos los que escuchaban el
mensaje de Jesús tenían como deseo descansar en el seno de Abraham, pero,
¿cuánta gente en nuestro mundo ya tendrá suficiente con ser sepultados cuando
hayan muerto, sin querer recibir el consuelo del Padre del cielo? La auténtica
riqueza es llegar a ver a Dios, y lo que hace falta es lo que afirmaba san
Agustín: «Camina por el hombre y llegarás a Dios». Que los Lázaros de cada día
nos ayuden a encontrar a Dios.
Rev. D. Valentí ALONSO i Roig (Barcelona, España)
Palabras de San Juan
Pablo II
"María,
ayúdanos a ser testigos creíbles de su mensaje de paz y de amor, para que los
hombres y las mujeres de nuestro tiempo, caracterizado aún por tensos
contrastes e inauditas violencias, reconozcan en el Niño que está en tus brazos
al único Salvador del mundo, fuente inagotable de la paz verdadera, a la que
todos aspiran en lo más profundo del corazón".
Predicación del
Evangelio:
No ignorar al que sufre
El contraste entre los dos protagonistas de la
parábola es trágico. El rico se viste de púrpura y de lino. Toda su vida es
lujo y ostentación. Sólo piensa en «banquetear espléndidamente cada día». Este
rico no tiene nombre pues no tiene identidad. No es nadie. Su vida vacía de
compasión es un fracaso. No se puede vivir sólo para banquetear.
Echado en el portal de su mansión yace un mendigo
hambriento, cubierto de llagas. Nadie le ayuda. Sólo unos perros se le acercan
a lamer sus heridas. No posee nada, pero tiene un nombre portador de esperanza.
Se llama «Lázaro» o «Eliezer», que significa «Mi Dios es ayuda».
Su suerte cambia radicalmente en el momento de la
muerte. El rico es enterrado, seguramente con toda solemnidad, pero es llevado
al «Hades» o «reino de los muertos». También muere Lázaro. Nada se dice de rito
funerario alguno, pero «los ángeles lo llevan al seno de Abrahán». Con imágenes
populares de su tiempo, Jesús recuerda que Dios tiene la última palabra sobre
ricos y pobres.
Al rico no se le juzga por explotador. No se dice que
es un impío alejado de la Alianza. Simplemente, ha disfrutado de su riqueza
ignorando al pobre. Lo tenía allí mismo, pero no lo ha visto. Estaba en el
portal de su mansión, pero no se ha acercado a él. Lo ha excluido de su vida.
Su pecado es la indiferencia.
Según los observadores, está creciendo en nuestra
sociedad la apatía o falta de sensibilidad ante el sufrimiento ajeno. Evitamos
de mil formas el contacto directo con las personas que sufren. Poco a poco, nos
vamos haciendo cada vez más incapaces para percibir su aflicción.
La presencia de un niño mendigo en nuestro camino nos
molesta. El encuentro con un amigo, enfermo terminal, nos turba. No sabemos qué
hacer ni qué decir. Es mejor tomar distancia. Volver cuanto antes a nuestras
ocupaciones. No dejarnos afectar.
Si el sufrimiento se produce lejos es más fácil.
Hemos aprendido a reducir el hambre, la miseria o la enfermedad a datos,
números y estadísticas que nos informan de la realidad sin apenas tocar nuestro
corazón. También sabemos contemplar sufrimientos horribles en el televisor,
pero, a través de la pantalla, el sufrimiento siempre es más irreal y menos
terrible. Cuando el sufrimiento afecta a alguien más próximo a nosotros, no
esforzamos de mil maneras por anestesiar nuestro corazón.
Quien sigue a Jesús se va haciendo más sensible al
sufrimiento de quienes encuentra en su camino. Se acerca al necesitado y, si
está en sus manos, trata de aliviar su situación.
Padre José Antonio Pagola
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Oración a San Miguel Arcángel
Se cuenta que el 13 de octubre de 1884 el papa León
XIII experimentó una visión en la cual vio a Satanás y a sus demonios
desafiando a Dios, diciendo que podía destruir su Iglesia si quería. Sin
embargo, el pontífice pensó que si el demonio no lograba su cometido, sufriría
una derrota humillante. Vio entonces aparecer a Miguel y lanzar a Satanás y sus
legiones en el abismo del Infierno. Después llamó a su Secretario para la
Congregación de Ritos. Le entregó una hoja de papel y mandó que se enviara a
todos los obispos del mundo, indicando que la oración que había escrito tenía
que ser recitada después de cada misa. Esta oración no es obligatoria en la
actualidad, pero se la puede decir al finalizar cada Misa, y es muy
recomendable su oración piadosa en forma diaria.
San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén
La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29
de Setiembre y se puede encontrar más información haciendo clic acá.
Ofrecimiento para
sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio
del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de
preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la
Palabra de Dios, pueden pedírmelo a info@pequesemillitas.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la
tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y
allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por
la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos
por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
♡ Desde Buenos Aires, Argentina, María Concepción (Mariuchy) agradece a
Dios por el viaje a España que realizó con su hija y su yerno, donde todo
estuvo muy bien, con salud, con alegría y la siempre presente protección del
Altísimo.
♡ Desde Tres
Arroyos, Buenos Aires, Argentina, Susana agradece a Dios y a los que rezaron
por la salud de Pablo, por quien
pedimos oración hace unos veinte días por un cuadro de meningitis. Ya ha salido
del coma inducido, y pasó de terapia intensiva a sala común. Que el Señor lo
siga cuidando...
♡ Desde Escobar,
Buenos Aires, Argentina, Patricia
agradece a Dios, a la Virgen María y a San Expedito porque sus estudios
reflejaron que no tiene cáncer de pulmón y se abre para ella una nueva
oportunidad de seguir viviendo bajo el amparo y la bendición del Padre
celestial.
Un minuto con María
El 3 de octubre 2018, los alumnos de la Diócesis de
Brooklyn, Nueva York (Estados Unidos), descubrieron un poco mejor a la Santa
Madre de Dios durante el Rosario rezado con el obispo auxiliar James Massa en
la Co-catedral de san José en Prospect Heights, un barrio de Brooklyn.
El Rosario para los niños de la escuela diocesana había
reunido a alumnos de doce escuelas diferentes y a cerca de 1000 jóvenes,
atendiendo al llamado del Papa Francisco, quien había pedido a todos los
católicos que rezaran el Rosario todos los días durante el mes de octubre, como
una defensa contra Satanás en este tiempo tan turbulento.
Durante ese tiempo de oración en común, el obispo Massa dio
una charla a los alumnos. “Enseñar el Rosario a los niños es una forma muy
eficaz de enseñar la fe. Les conté sobre la relación especial de María con los
niños. Ella es la Madre del Cielo que los cuida. También es muy importante en
esta época para la Iglesia porque muchas personas necesitan el amor y el
cuidado atento de María. Mostrarles la relación que pueden tener con Ella es
algo hermoso. Les pedí que al pasar cada cuenta del Rosario pensaran en alguien
que necesita sus oraciones y que le dedicaran esa oración”.
Al final del Rosario, un niño se le acercó con una tarjeta
donde había escrito varios nombres. Orar por los demás es algo que su clase
hacía todos los días. Fue maravilloso ver el poder del Rosario obrando en
tantos niños, dijo el obispo.
Cinco minutos con Jesús
Setiembre 29
No basta un cristianismo de fórmula; no son las palabras
sino las obras, las que nos acreditan como verdaderos discípulos del Maestro;
no basta lo exterior que podamos ofrecer al mundo que nos rodea; no basta vivir
en comunidad, ni presentarse como almas consagradas a Dios, ni ser fieles a
determinados reglamentos, necesarios por otra parte; es preciso, antes que
nada, vivir íntima y profundamente las palabras del Señor y vivir no menos entregadamente la palabra
que nosotros le dimos a él.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
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