martes, 16 de abril de 2019

Pequeñas Semillitas 3975

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 3975 ~ Martes 16 de Abril de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Martes Santo (16 de abril).
Jesús vuelve a Jerusalén. Pasan por el lugar de la higuera maldecida. Al ver el templo, profetiza que será destruido. Los discípulos están tristes porque Jesús les anuncia que dentro de dos días le matarán. Los cristianos, como Él, hemos aprendido a cumplir siempre la voluntad de Dios Padre, por encima de todo. Por ejemplo, Juana de Arco, cuando estaba al frente de sus soldados franceses, en una gran batalla contra Inglaterra, Dios le anuncia que ese día será herida. Entonces una amiga suya le dice que no vaya a pelear. Y Juana le contesta en tono irónico: "sal tú y di a mis generales que Juana de Arco no luchará porque tiene miedo a ser herida". Y salió valerosamente al frente de sus soldados, y fue gravemente herida.
No tengamos miedo de aceptar la voluntad de Dios. ¡Señor, sí, Tú siempre quieres lo mejor para mí! Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero mientras quieras.

¡Buenos días!

Las dos alforjas
Jesús dijo “No juzguen y no serán juzgados”, y también “Felices los misericordiosos porque obtendrán misericordia”. El que critica es porque antes ha juzgado al prójimo. No juzgues porque no conoces la situación real de cada uno. Eso sólo lo sabe Dios. Júzgate en cambio a ti mismo: es lo más acertado, es el tiempo mejor empleado.

Cuentan los griegos que Zeus colocó dos alforjas a cada ser humano: una delante, sobre el pecho y otra atrás a la espalda. Los hombres, imprudentemente, todos han puesto en la alforja que está a la vista los defectos de las personas que van conociendo, mientras que los defectos propios en la alforja que tienen en la espalda. Por eso conocen tan bien y tienen siempre presente los defectos ajenos, pero conocen poco y se olvidan de los defectos propios (Esopo).

El conocimiento de uno mismo es llave de sabiduría, porque desde tu realidad personal puedes crecer y superarte. Epitecto, filósofo griego, escribió que “La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos, la cosa más fácil, hablar mal de los demás”. Conocerte es encontrarte con tus límites y fragilidades, y también con tus logros y fortalezas. Ten un tiempo para evaluarte.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Is 49, 1-6

Salmo: Sal 70, 1-4a. 5-6ab. 15. 17

SANTO EVANGELIO: Jn 13,21-33.36-38
En aquel tiempo, estando Jesús sentado a la mesa con sus discípulos, se turbó en su interior y declaró: «En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará». Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está hablando». Él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién es
». Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar». Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto». Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.
Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros». Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde». Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti». Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces».

Comentario:
Hoy, Martes Santo, la liturgia pone el acento sobre el drama que está a punto de desencadenarse y que concluirá con la crucifixión del Viernes Santo. «En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche» (Jn 13,30). Siempre es de noche cuando uno se aleja del que es «Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero» (Símbolo de Nicea-Constantinopla).
El pecador es el que vuelve la espalda al Señor para gravitar alrededor de las cosas creadas, sin referirlas a su Creador. San Agustín describe el pecado como «un amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios». Una traición, en suma. Una prevaricación fruto de «la arrogancia con la que queremos emanciparnos de Dios y no ser nada más que nosotros mismos; la arrogancia por la que creemos no tener necesidad del amor eterno, sino que deseamos dominar nuestra vida por nosotros mismos» (Benedicto XVI). Se puede entender que Jesús, aquella noche, se haya sentido «turbado en su interior» (Jn 13,21).
Afortunadamente, el pecado no es la última palabra. Ésta es la misericordia de Dios. Pero ella supone un “cambio” por nuestra parte. Una inversión de la situación que consiste en despegarse de las criaturas para vincularse a Dios y reencontrar así la auténtica libertad. Sin embargo, no esperemos a estar asqueados de las falsas libertades que hemos tomado, para cambiar a Dios. Según denunció el padre jesuita Bourdaloue, «querríamos convertirnos cuando estuviésemos cansados del mundo o, mejor dicho, cuando el mundo se hubiera cansado de nosotros». Seamos más listos. Decidámonos ahora. La Semana Santa es la ocasión propicia. En la Cruz, Cristo tiende sus brazos a todos. Nadie está excluido. Todo ladrón arrepentido tiene su lugar en el paraíso. Eso sí, a condición de cambiar de vida y de reparar, como el del Evangelio: «Nosotros, en verdad, recibimos lo debido por lo que hemos hecho; pero éste no hizo mal alguno» (Lc 23,41).
Abbé Jean GOTTIGNY (Bruxelles, Bélgica)

Santoral Católico:
Santa Bernardita de Soubirous
Vidente de Lourdes

Nació en Lourdes (Francia) el año 1844 de una familia pobre. Desde pequeña cuidó ovejas, rezaba el Rosario, era analfabeta y tenía poca memoria. A los catorce años, a partir del 11 de febrero de 1858, la Virgen María se le apareció hasta dieciocho veces en los Pirineos, cerca de Lourdes, dentro de la gruta de Massabielle, junto al río Gave, y le dijo: «Yo soy la Inmaculada Concepción», mensaje que ella no podía comprender entonces. La Señora le encargó que pidiera a los sacerdotes que construyeran allí una iglesia. Durante mucho tiempo no se le dio crédito y tuvo que sufrir mucho. Por su medio María Inmaculada llamaba a los pecadores a la conversión, suscitando un gran celo de oración y amor, principalmente como servicio a los enfermos y pobres. En 1866, deseosa de salir del revuelo que se había producido y de encontrar sosiego para su alma, ingresó en la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Nevers. No tardaron en llegar las enfermedades que la tuvieron postrada en cama muchos años: asma, tuberculosis, tumor óseo en la rodilla. Murió en Nevers el 16 de abril de 1879.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día

“La Semana Santa es momento para reflexionar y meditar sobre lo vivido. Recordar lo que hemos logrado y a quién hemos ayudado. Es tiempo para agradecer a Dios por nosotros y nuestra familia. También para plantearnos nuevas metas, nuevos sueños y orar para que Él nos dé la salud y fuerza para poder lograrlos”

Tema del día:
Significado del Martes Santo
Hoy el Evangelio nos habla de un apóstol que no fue fiel. El Señor lo llamó personalmente, vivió tres años con él, era de sus íntimos, y sin embargo le hizo traición. Lo entregó por el precio que se pagaba por un esclavo. Por unas cuantas monedas, unas 30. Otros son capaces de ofender a Dios por menos, porque les apetece quedarse en casa un domingo y no van a misa, o porque les apetece darle una satisfacción al cuerpo.

¿Qué le sucedió a Judas? Fue elegido personalmente por Jesús: tenía vocación de apóstol. El Señor le amaba mucho.  ¿Qué le sucedió? Al principio ¿quería al Señor? ¡Pues claro que le quería!, como los otros once. Tendría defectos como el resto de los apóstoles. Eso no es de extrañar. Pero el amor que tenía a Jesús no fue creciendo. El amor a nuestro Señor tiene que ir aumentando poco a poco. Judas se fue acostumbrando a tratar a Jesús.

Cada vez le iba resultando más antipático, más distante. Fue perdiendo poco a poco la sintonía con Él. Sus sermones le parecerían un rollo, incluso exagerados. Con el paso del tiempo pensaría que el Señor era un idealista, y él quería estar con los pies en la tierra, había que pensar en el futuro. Veía como los demás, incluso las autoridades, hablaban mal de él, y algunos de sus discípulos le habían abandonado.

Lo peor no fue que su amor fuese a menos, que se hubiera acostumbrado a Jesús, que le resultase incómodo lo que decía. Lo peor fue que se fue callando, que no dijese nada, que no hablara personalmente con el Señor. Sin duda el problema de Judas también fue de sinceridad.

Era un corazón viejo que contrastaba mucho con el resto de los apóstoles que, a pesar de sus miserias, eran generosos: porque la verdadera juventud consiste en darse. 

Nuestro Señor necesitaba corazones jóvenes, como el del resto de los apóstoles, para cambiar el mundo. Así era al principio el corazón de Judas hasta que envejeció prematuramente y traicionó al Señor por las cosas de la tierra. ¡Si al menos hubiera sido feliz aquí abajo! Pero era imposible que lo fuera porque una persona que vuelve la cara a Dios termina mal. Judas perdió la razón de su vida. ¡Qué pena, qué pena, porque Jesús le quería!

A nosotros Judas nos cae mal, pero a Jesús no, y le estuvo dando oportunidades hasta el último momento. El Evangelio nos relata todos los detalles que tuvo el Señor para ver si se arrepentía. Pero no podía obligarle porque le había regalado la libertad. El Señor ante nuestra libertad se detiene: el amor no se exige, se da.

Vamos a querer a Jesús. Vamos quererle con hechos, de verdad.

Un minuto con María
El Dr. Alexis Carrel (francés, 1873-1944), uno de los cirujanos más notables de su época, había perdido la fe al final de sus estudios en París, cuando los maestros del positivismo, Berthelot, Taine, Renan, hipnotizaron las mentes de los estudiantes. Según ellos, solo existía lo visible o palpable, lo que era real. Dios, el alma, el mundo espiritual eran solo productos de la imaginación.
Carrel, sin embargo, quería estudiar científicamente lo que estaba sucediendo en Lourdes y los milagros de los que tanto se hablaba. La Providencia intervino. Un médico amigo, que no pudo acompañar en el tren a un grupo de pacientes que iban a Lourdes, le rogó que lo reemplazara y él aceptó. El amigo le encargó especialmente a una joven paciente, Marie Ferrand, casi moribunda.
El viaje fue doloroso. Fue necesario por la noche ayudar a la paciente con inyecciones y lo mismo ocurrió en el hospital. Con dificultad pudo ser transportada a la Gruta. Su rostro, ya cadavérico, su voz imperceptible, todo hacía temer un desenlace fatal. De cualquier forma, la llevaron en una camilla. El doctor Carrel permanecía cerca de ella.
De repente, después de una ferviente súplica a la Santísima Virgen, la moribunda comenzó a hablar: “Me siento curada”, dijo. Carrel al verla se sintió conmovido. La inflamación había desaparecido, la cara le había cambiado de color, los ojos cobraron brillo, el pulso volvió a su normalidad. “Eran las 2:40 —observó Carrel—, a las tres en punto, no podía dudarlo: María Ferrand estaba curada...".
"Y —agregó— comencé a deambular como un alucinado, repitiéndome: ¡vi un milagro! La Santísima Virgen existe, Dios existe... ". Después de una hora de tribulación interior, Carrel regresó a la Basílica y, de rodillas, hizo una ferviente oración a la Santísima Virgen. Dios lo había convertido.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para que el Dios permita que pronto se reconstruya la monumental iglesia de Notre Dame, en París, que ayer sufrió las consecuencias de un tremendo incendio. Y al mismo tiempo agradecemos a la Madre porque los principales tesoros religiosos y reliquias de nuestro Señor fueron salvadas del incendio.

Pedimos oración para las siguientes personas de Colombia: por el alma de Yesid B., que hace dos días fue llamado al cielo; por el viaje de Carlos C. A. desde Londres a Barcelona el próximo viernes, para que el Señor y la Madre lo protejan; y por Diana O., que se encuentra en París por una Maestría en Relaciones Públicas y se le han presentado algunos inconvenientes, para que pueda realizar su sueño académico.

Pedimos oración para Nelia S. M., de 87 años de edad, que vive en Cuba y está pendiente de operación de cadera, para ponerla en manos del Señor y que guíe a los médicos encargados de ella. También oramos por los dos médicos cubanos secuestrados en Kenya, para que el Señor y María Auxiliadora les acompañen en estos momentos difíciles por los que deben estar pasando, así como a su familia.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Cinco minutos con Jesús
Abril 16
Dios te ha enviado a ti como verdadero discípulo de Jesús; luego tu boca ha de estar llena de palabras del Señor y para que tu boca esté llena de esas palabras, tiene que estarlo previamente tu corazón.
Con frecuencia los cristianos descuidan este punto y las conversaciones que se oyen en sus reuniones nada tienen de constructivo y evangelizador; incluso en no pocas ocasiones las conversaciones de los cristianos tienen muy poco de edificantes.
De un modo muy particular has de cuidar tus palabras cuando estás trasmitiendo el mensaje de salvación, las enseñanzas del Evangelio; el respeto que se merece la Palabra de Dios exige que se trasmita con palabras respetuosas y dignas, educadas y cultas, llenas del Espíritu de Dios, que no puede animar palabras incultas, malsonantes o groseras.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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