PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 3944 ~ Sábado 16 de Marzo de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy
celebramos al Cura Brochero, santo
argentino (y cordobés) que vivió entre 1840 y 1914, realizando una enorme obra
de evangelización en amplias zonas casi desérticas de las serranías, donde
además de evangelizar llevando la Palabra de Dios, también se encargó de
satisfacer las necesidades sociales, culturales y económicas de los habitantes
desperdigados en un inmenso territorio al que la civilización hasta entonces
había dado la espalda.
Su
entrega generosa por más de 40 años, sin vacilar ante los peligros, hasta el
punto de contagiarse la lepra de un habitante al que asistía, es muy apropiada
para tomarla como ejemplo en este tiempo de Cuaresma que estamos viviendo.
Entre
tantas expresiones características de San José Gabriel del Rosario Brochero (el
Cura Brochero) podemos rescatar esta: “el
sacerdote que no tiene mucha lástima por los pecadores es medio sacerdote.
Estos trapos benditos que llevo encima no son los que me hacen sacerdote; si no
llevo en mi pecho la caridad, ni a cristiano llego”.
¡Buenos días!
Un pastor filósofo
“Acepto”. Esta es la actitud adecuada para recuperar
la paz, para dejar de sufrir tanto ante las dificultades y los imprevistos que
rompen tus planes. “Acepto” quiere decir que no te amargas ante lo inevitable,
que no consumes tus energías con lamentos por lo que no puedes cambiar.
Significa también que no te llenas inútilmente de nerviosismos…
Un individuo iba
paseando por el campo y encontró un pastor. Por empezar una conversación con
él, lo saludó y le preguntó: —¿Qué tiempo cree usted que tendremos hoy, buen
hombre? Y el pastor le contestó: —El tiempo que yo quiero. El otro,
lógicamente, se quedó extrañado de la respuesta y le dijo: —¿Y cómo está tan
seguro que hará el tiempo que usted quiere? Y aquí el pastor le explicó su
teoría: —Mire; cuando me di cuenta que no siempre puedo tener lo que quiero,
aprendí una cosa que me ha sido muy útil: querer siempre lo que tengo. Por esto
estoy tan seguro que hará el tiempo que yo quiero.
Hay una oración muy buena para recordar cuando te
sucedan esas cosas desagradables que no pueden cambiarse: “Señor, concédeme
fortaleza para solucionar lo que tiene solución; pero, valor para aceptar lo
que ya no tiene vuelta; y sabiduría para reconocer la diferencia”. Es una sabia
lección que se resume así: “Aceptar, olvidar, y seguir adelante”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Deut 26, 16-19
♥ Salmo: Sal 118, 1-2. 4-5. 7-8
♥ SANTO EVANGELIO: Mt 5,43-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis
oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os
digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis
hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y
llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué
recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no
saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso
mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto
vuestro Padre celestial».
♥ Comentario:
Hoy, el Evangelio nos exhorta al amor más perfecto.
Amar es querer el bien del otro y en esto se basa nuestra realización personal.
No amamos para buscar nuestro bien, sino por el bien del amado, y haciéndolo
así crecemos como personas. El ser humano, afirmó el Concilio Vaticano II, «no
puede encontrar su plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los
demás». A esto se refería santa Teresa del Niño Jesús cuando pedía hacer de
nuestra vida un holocausto. El amor es la vocación humana. Todo nuestro comportamiento,
para ser verdaderamente humano, debe manifestar la realidad de nuestro ser,
realizando la vocación al amor. Como ha escrito San Juan Pablo II, «el hombre
no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su
vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con
el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él
vivamente».
El amor tiene su fundamento y su plenitud en el amor
de Dios en Cristo. La persona es invitada a un diálogo con Dios. Uno existe por
el amor de Dios que lo creó, y por el amor de Dios que lo conserva, «y sólo
puede decirse que vive en la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente
este amor y se confía totalmente a su Creador» (Concilio Vaticano II): ésta es
la razón más alta de su dignidad. El amor humano debe, por tanto, ser
custodiado por el Amor divino, que es su fuente, en él encuentra su modelo y lo
lleva a plenitud. Por todo esto, el amor, cuando es verdaderamente humano, ama
con el corazón de Dios y abraza incluso a los enemigos. Si no es así, uno no
ama de verdad. De aquí que la exigencia del don sincero de uno mismo devenga un
precepto divino: «Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre
celestial» (Mt 5,48).
Rev. D. Joan COSTA i Bou (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San José Gabriel
Brochero
Presbítero
José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de
marzo de 1840, en el paraje Carreta Quemada, cerca de Santa Rosa de Río
Primero, en el norte de Córdoba (Argentina). El 4 de noviembre de 1866 se
ordenó como sacerdote.
Tras desempeñar su ministerio sacerdotal en la
catedral de Córdoba y ser prefecto de estudios del Colegio Seminario Nuestra
Señora de Loreto, el 19 de noviembre de 1869 fue elegido vicario del
departamento San Alberto, con unos 10 mil habitantes de toda Traslasierra. Se
instaló entonces en Villa del Tránsito, la localidad que desde 1916 lleva su
nombre. En esa amplia zona serrana desarrolló una intensa acción evangelizadora
y a la vez civilizadora, creando escuelas, postas sanitarias, caminos, acequias
para llevar agua y muchas obras más.
También el Padre Brochero tuvo un papel activo en la
epidemia de cólera que se desató en Córdoba. “Se le veía correr de enfermo en
enfermo, ofreciendo al moribundo el religioso consuelo, recogiendo su última
palabra y cubriendo las miserias de sus deudos. Este ha sido uno de los
períodos más ejemplares, más peligrosos, más fatigantes y heroicos de su vida”,
señaló su amigo Ramón J. Cárcano.
Murió ciego, padeciendo de lepra. “Murió de la forma
en que vivió, con mucha humildad y sencillez”, afirmó el Padre Guido Ricotti,
actual párroco de Villa Cura Brochero.
El Cura Brochero fue declarado venerable en febrero
de 2004 por San Juan Pablo II. El 20 de diciembre de 2012, Benedicto XVI firmó
el decreto que reconocía el milagro atribuido a la intercesión de Brochero. Este
milagro consistió en la recuperación sin explicación médica de un niño con
pronóstico de “vida vegetativa” y problemas neurológicos severos tras sufrir un
grave accidente vial.
Fue beatificado el 14 de septiembre de 2013 en la
Villa Cura Brochero, en Córdoba (Argentina), en una Misa multitudinaria
presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las
Causas de los Santos y enviado del Papa Francisco. Y fue canonizado por el
mismo Papa en el Vaticano el 16 de octubre de 2016.
Para más información hacer clic acá.
© Aciprensa
Palabras del Santo Padre
Pío
“El Rosario es el instrumento
con el cual se vence al demonio
y se obtienen todas las gracias.
Es la síntesis de la fe,
el sostén de la esperanza,
la expresión y crecimiento de la caridad”
Grandes Biografías:
Albert Einstein
Albert Einstein nació en la ciudad bávara de Ulm el
14 de marzo de 1879. Fue el hijo primogénito de Hermann Einstein y de Pauline
Koch, judíos ambos, cuyas familias procedían de Suabia. Al siguiente año se
trasladaron a Munich, en donde el padre se estableció, junto con su hermano
Jakob, como comerciante en las novedades electrotécnicas de la época.
El pequeño Albert fue un niño quieto y ensimismado,
que tuvo un desarrollo intelectual lento. El propio Einstein atribuyó a esa
lentitud el hecho de haber sido la única persona que elaborase una teoría como
la de la relatividad: «un adulto normal no se inquieta por los problemas que plantean
el espacio y el tiempo, pues considera que todo lo que hay que saber al
respecto lo conoce ya desde su primera infancia. Yo, por el contrario, he
tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre
el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor».
En 1894, las dificultades económicas hicieron que la
familia (aumentada desde 1881, por el nacimiento de una hija, Maya) se
trasladara a Milán; Einstein permaneció en Munich para terminar sus estudios
secundarios, reuniéndose con sus padres al año siguiente. En el otoño de 1896,
inició sus estudios superiores en la Eidgenossische Technische Hochschule de
Zurich, en donde fue alumno del matemático Hermann Minkowski, quien
posteriormente generalizó el formalismo cuatridimensional introducido por las
teorías de su antiguo alumno. El 23 de junio de 1902, empezó a prestar sus
servicios en la Oficina Confederal de la Propiedad Intelectual de Berna, donde
trabajó hasta 1909. En 1903, contrajo matrimonio con Mileva Maric, antigua
compañera de estudios en Zurich, con quien tuvo dos hijos: Hans Albert y
Eduard, nacidos respectivamente en 1904 y en 1910. En 1919 se divorciaron, y
Einstein se casó de nuevo con su prima Elsa.
Durante 1905, publicó cinco trabajos en los ‘Annalen
der Physik’: el primero de ellos le valió el grado de doctor por la Universidad
de Zurich, y los cuatro restantes acabaron por imponer un cambio radical en la
imagen que la ciencia ofrece del universo. De éstos, el primero proporcionaba
una explicación teórica, en términos estadísticos, del movimiento browniano, y
el segundo daba una interpretación del efecto fotoeléctrico basada en la
hipótesis de que la luz está integrada por cuantos individuales, más tarde
denominados fotones; los dos trabajos restantes sentaban las bases de la teoría
restringida de la relatividad, estableciendo la equivalencia entre la energía E
de una cierta cantidad de materia y su masa m, en términos de la famosa
ecuación E = mc², donde c es la velocidad de la luz, que se supone constante.
El esfuerzo de Einstein lo situó inmediatamente entre
los más eminentes de los físicos europeos, pero el reconocimiento público del
verdadero alcance de sus teorías tardó en llegar; el Premio Nobel de Física,
que se le concedió en 1921 lo fue exclusivamente «por sus trabajos sobre el
movimiento browniano y su interpretación del efecto fotoeléctrico». En 1909,
inició su carrera de docente universitario en Zurich, pasando luego a Praga y
regresando de nuevo a Zurich en 1912 para ser profesor del Politécnico, en
donde había realizado sus estudios. En 1914 pasó a Berlín como miembro de la
Academia de Ciencias prusiana. El estallido de la Primera Guerra Mundial le
forzó a separarse de su familia, por entonces de vacaciones en Suiza y que ya
no volvió a reunirse con él.
Contra el sentir generalizado de la comunidad
académica berlinesa, Einstein se manifestó por entonces abiertamente
antibelicista, influido en sus actitudes por las doctrinas pacifistas de Romain
Rolland. En el plano científico, su actividad se centró, entre 1914 y 1916, en
el perfeccionamiento de la teoría general de la relatividad, basada en el
postulado de que la gravedad no es una fuerza sino un campo creado por la
presencia de una masa en el continuum espacio-tiempo. La confirmación de sus
previsiones llegó en 1919, al fotografiarse el eclipse solar del 29 de mayo;
The Times lo presentó como el nuevo Newton y su fama internacional creció,
forzándole a multiplicar sus conferencias de divulgación por todo el mundo y
popularizando su imagen de viajero de la tercera clase de ferrocarril, con un
estuche de violín bajo el brazo.
Durante la siguiente década, Einstein concentró sus
esfuerzos en hallar una relación matemática entre el electromagnetismo y la
atracción gravitatoria, empeñado en avanzar hacia el que, para él, debía ser el
objetivo último de la física: descubrir las leyes comunes que, supuestamente,
habían de regir el comportamiento de todos los objetos del universo, desde las
partículas subatómicas hasta los cuerpos estelares. Tal investigación, que ocupó
el resto de su vida, resultó infructuosa y acabó por acarrearle el
extrañamiento respecto del resto de la comunidad científica.
A partir de 1933, con el acceso de Hitler al poder,
su soledad se vio agravada por la necesidad de renunciar a la ciudadanía alemana
y trasladarse a Estados Unidos, en donde pasó los últimos veinticinco años de
su vida en el Instituto de Estudios Superiores de Princeton, ciudad en la que
murió el 18 de abril de 1955.
Einstein dijo una vez que la política poseía un valor
pasajero, mientras que una ecuación valía para toda la eternidad. En los
últimos años de su vida, la amargura por no hallar la fórmula que revelase el
secreto de la unidad del mundo hubo de acentuarse por la necesidad en que se
sintió de intervenir dramáticamente en la esfera de lo político. En 1939, a
instancias de los físicos Leo Szilard y Paul Wigner, y convencido de la
posibilidad de que los alemanes estuvieran en condiciones de fabricar una bomba
atómica, se dirigió al presidente Roosevelt instándole a emprender un programa
de investigación sobre la energía atómica.
Luego de las explosiones de Hiroshima y Nagasaki, se
unió a los científicos que buscaban la manera de impedir el uso futuro de la
bomba y propuso la formación de un gobierno mundial a partir del embrión
constituido por las Naciones Unidas. Pero sus propuestas en pro de que la
humanidad evitara las amenazas de destrucción individual y colectiva,
formuladas en nombre de una singular amalgama de ciencia, religión y
socialismo, recibieron de los políticos un rechazo comparable a las críticas
respetuosas que suscitaron entre los científicos sus sucesivas versiones de la
idea de un campo unificado.
Murió el 18 de abril de 1955 en Nueva Jersey, Estados
Unidos.
Cuaresma
día a día
Día 11º. Sábado 16 de marzo
Muerte. Tal vez hayas asistido alguna vez a
la proyección de un video en casa de un amigo que quiere mostrarte lo mucho que
ha disfrutado en su último viaje por el Caribe. De repente, para hacerse el
gracioso, da el interruptor y la cinta se detiene; en la pantalla queda la
imagen congelada en su acción: Una expresión bobalicona, un ceño fruncido, una
ingenua sonrisa... Resulta cómico y todo el mundo se ríe. Sin embargo, no nos
entrará la risa cuando Dios interrumpa la cinta de nuestra vida y quedemos
captados para siempre en nuestra fealdad o en nuestra hermosura. Por eso
debemos estar preparados, en gracia, para recibir a la muerte, que es un cambio
de casa. Por eso repetía Jesús: Velad y orad, porque no sabéis el día ni la
hora.
¿Eres consciente de que Jesús puede que te llame en
cualquier momento? ¿Y de que vale la pena morir bien porque comparado con la
tierra el cielo dura infinitamente más?
Madre mía, ayúdame a estar preparado para cuando me
llame Jesús. Pero no de cualquier manera: con toda la gracia que me sea
posible. Tú eres la llena de gracia, esto es, que Dios te llenaba, no había
nada tuyo personal que se opusiese a Dios; El hacía a través de ti todo lo que
quería, porque le dejabas. Así quiero vivir y morir yo.
Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has
leído. Después termina con una oración final.
Web Católico de Javier
Mes de San José
Día 16º- Ejemplo de
fortaleza.
Sin duda, oh san José, tu fortaleza, como jefe de
familia, fue fundamental en los momentos cruciales que los Evangelios nos dejan
entrever. Pero seguramente se consolidó luego en el trabajo de cada día.
Ayúdame, oh san José, a
no desfallecer frente a las tentaciones, fatigas y sufrimientos.
Web Católico de Javier
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Dios se siente feliz de que el mes de marzo, el mes
de San
José,
corresponda a una parte de la Cuaresma, para que, durante este tiempo, con
interés especial, cada uno de nosotros, en el silencio y la humildad que el
Señor nos recomendó, se esfuerce como San José, por glorificar a Dios
ofreciéndose a Él por la salvación del mundo.
Nuestros ejercicios de piedad y nuestras
mortificaciones, nuestras obras de misericordia y nuestras limosnas son
ofrendas que el Señor recibe y que, por medio del misterio de la Misa, une a su
propio sacrificio para la salvación del mundo.
San José, custodio del misterio divino, con la ayuda
de la gracia, vio cómo su amor de esposo y su sentido de la paternidad se
renovaban, transformaban y transfiguraban para alcanzar una nueva dimensión en
el sentido del servicio a Dios en favor de la salvación del mundo. Así,
nosotros, a través de su intercesión, aprenderemos imitando su ejemplo.
La veneración a San José, sin querer igualarla, es
inseparable de la de la Santísima Virgen y el lugar que ocupa en el misterio de
la Encarnación es tan eminente que la Iglesia no exagera con los honores que le
rinde.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Cinco minutos con Jesús
Marzo 16
Perdonar quiere decir olvidar, no guardar rencor, ni
aun memoria de las ofensas recibidas.
En cristiano, perdonar quiere decir algo más: no sólo
no desear el mal a los que nos ofenden o molestan, sino desearles positivamente
el bien, pedir por ellos; no llegar a esto sería no perdonar de corazón, no
cumplir el mandato del Señor.
Cuando reces el Padrenuestro, no dejes de poner tu
atención en aquella petición: “Perdona nuestras ofensas así como nosotros
perdonamos a los que nos ofenden”. No permitas que la oración del Padrenuestro
llegue a ser tu sentencia de condenación.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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